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12 | Tonta confusión

『—♠︎—』

Las luces cambiantes rosa y azul mostraban las siluetas de las personas que bailaban al ritmo de Look At Her Now. Hoy El club estaba a reventar, pues muchos luego de la gran carrera de inauguración de la nueva calle para la Demons Street, se vinieron a este club donde celebraban con botellas de todo tipo de alcohol, uno que otro cigarrillo, y personas moviendo sus cuerpos.

El pelinegro observaba desde un palco VIP hecho para los clientes importantes del club, es decir: Jimin, V y él mismo.

Observaba las figuras femeninas que bailaban sensualmente frente a sus ojos, mordía su labio inferior al ver toda clase de mujeres que se le insinuaban con movimientos sexys, y obvio a él no le molestaba en nada. Sólo había una cosa, ninguna llamaba su atención al punto de llevárselas a cama, le parecían sensuales y eso... pero no provocaban en él esas ganas de follar.

—Escoge una, Jk. Al parecer hoy muchas quieren contigo —su amigo llegó a su lado y pronunció con burla observando a las mujeres. No pasó por alto que una pelinegra le guiñó el ojo.

—Hoy no —sonrió de lado girando su cuerpo para recostarse sobre el metal y cristal que los separaba de la pista en un piso mas arriba. Metió su mano en el bolsillo de su chaqueta cuero negra y sacó un cigarrillo con un encendedor.

—Hoy no —imitó V mientras asentía lentamente. Su amigo encendió el cigarrillo y guardó el encendedor dando una primera calada del pequeño vicio que cargaba consigo desde los diecisiete— ¿Te estás escuchando? Tú nunca dices que no a menos que no te gusten, pero me has demostrado que ellas te encantan —dijo con burla apuntando hacia donde miraban hace unos momentos.

Jk rodó los ojos sonriendo irónico, a veces aceptaba consejos sexuales de V, pero hoy no le apetecía hacerlo.

—Sí exacto —asintió de acuerdo, y luego de soltar el humo prosiguió— pero sencillamente no me dan ganas de follar.

Mm~ claro —su voz profunda dijo en tono irónico y Jk por segunda vez rodó los ojos— ¿No será que el pequeño Kookie se quiere follar a alguna chica por ahí, curvilínea, de buen trasero y que... de casualidad tiene el cabello plateado? —preguntó irónico y Jk soltó un bufido.

—No te voy a negar que si la oportunidad se diera me la follaría todo el puto día —de pronto el pelinegro soltó una sonrisilla traviesa al recordar el delicioso mañanero que lo volvió loco. Mordiendo su labio inferior se permitió llevar de nuevo el pequeño tubo a sus labios.

—Ay dios mío. —dijo V en un bufido y luego sonrió travieso hacia su amigo que no borraba la sonrisa de su rostro— mi querido Jk, esa chica te empepó por completo —colocó su palma en el hombro del más jóven, quien bufó de inmediato.

—No digas tonterías —el pelinegro soltó una risa por el comentario de su amigo, uno que le pareció muy estúpido.

—Tonterías o no, es la verdad. Te estás engatuzando con esa pequeña diablilla —lo apuntó con su dedo haciendo un tono de burla y Jk lo quitó de un manotazo, a lo que el mayor soltó una risa escandalosa.

—Ya cállate —murmuró ya algo molesto. Sin embargo él tenía razón, algo de esa chica lo estaba atrayendo, pero obvio que en el ámbito sexual— sólo es buena en la cama, es todo.

—¿Es buena? —soltando el humo hacia arriba el pelinegro asintió— entonces ¿No te molestaría que yo la pruebe? —dijo con galanería, alzando sus cejas.

Y todos los que estaban en el palco fueron testigos de cómo Jk partió en dos el pequeño tubo blanco, lo miró seriamente y con sus dos manos lo tomó de su camisa para acercarlo a él.

—Ni se te ocurra —bramó entre dientes y luego lo soltó de golpe.

—¡Hey! Ya basta —Jimin se acercó y se colocó entre ambos— Jk ¿Qué ocurre?

—Nada —dijo serio y le dio una mirada fulminante a V, quien permanecía quieto y con una sonrisa ladina. Girándose en sus talones se dirigió al sofá donde estaba Sook.

A pesar de estar algo alejados pudo notar como hablaba por teléfono mientras reía y un comentario de ella hacia la otra persona lo dejó hirviendo.

—Mi hermano está para chuparse los dedos ¿No EunJi? —mordió su labio inferior con molestia al escuchar de quién se trataba, no entendía por qué le molestaba eso.

¿Por qué? Porque es tan buena en la cama que la quería solamente para él, no quería que nadie tocara y besara donde él lo había hecho.

Simplemente se levantó con un humor de perros y decidió ir por otra botella, ¿Y quién sabe? Tal vez también se encuentre alguna distracción en el camino, pero lo único que quería era sacar toda la furia que despertó en él.

—¿Y ahora qué le pasa? —Jimin con su rostro fruncido miró como el más joven salía despavorido hacia las escaleras que conducían a la pista.

—Mi amigo —V le llama con su mano en el hombro— déjame decirte que ese hombre que vez allí está más colado por esa chica de lo que ha confesado —dando una palmada en el mismo hombro se dirigió hacia la pista. No iba a dejar escapar a esa pelinegra ardiente.

『—♠︎—』

Los chasquidos húmedos de los calientes besos resonaban en la habitación, los suspiros y jadeos los hacían perderse en una neblina de pasión, cegándolos por completo. Esa pelirroja era tan ardiente y sabía que había escogido bien cuando la vio moverse en la pista.

Jk cegado por el placer que le otorgaba apretar sus caderas, la guió hasta su cama, allí ambos comenzaron a quitarse las prendas rápidamente, mostrando la desesperación en ambos, que tenían muchas ganas de sentirse mutuamente.

—Eres tan excelente con tu boca —dijo la chica entre gemidos, pues Jk le comía el cuello de manera salvaje.

Lo que ella no entendía es que en verdad el chico estaba cegado más por la furia que por el placer, aún no podía sacarse de la mente el que su diablilla estuviera en los brazos de otro, no podía, él la quería solamente para él.

Las posiciones cambiaron cuando la pálida pelirroja se colocó a horcajadas sobre su regazo, se acercó a besarlo y fue recibida de la mejor forma.

Pero entre suspiros y jadeos se detuvieron al escuchar algo vergonzoso para él y de sorpresa para ella.

—EunJi... —susurró él con sus ojos cerrados mientras recibía los labios de la chica en su cuello.

—¿EunJi? —preguntó confundida alejándose del cuello del chico.

El rostro de vergüenza del pelinegro era todo un poema, de toda la furia mezclada con el placer no pudo salir otra cosa de su boca que no fuera el nombre de esa peliplateada que fue la causa de éstas. Se sintió de la peor basura cuando el cuerpo de JiSung se bajó de su regazo, aunque se le veía tranquila.

—Disculpa yo no quise decir eso —tapó su rostro con vergüenza y suspiró fastidiado— no sé que me pasó —se recompuso sentándose y la miró para luego levantarse.

Él sabía que tenía demasiado alcohol en las venas, pero nunca le había pasado tal cosa.

¿Por qué rayos había hecho eso? Maldición.

Con tanta vergüenza en el ambiente todo se esfumó, la excitación lograda en el club se evaporó por completo y ahora lo único que reinaba era la incomodidad, aunque ahora que la veía no supo que vio en ella, pues era todo lo contrario a la clase de mujer que a él le gustaba follarse. ¿Tan cegado estaba por el alcohol?

—Creo que debería irme —pronunció ella con vergüenza, se le notaba en las mejillas que ahora combinaban con su cabello.

—Ah esta bien... —respondió en un suspiro, ahora mismo estaba muy metido en sus pensamientos.

Luego de vestirse con la camisa que solamente había alcanzado a quitarse, caminó hacia la puerta de entrada con un Jk más que incómodo y avergonzado detrás de ella, se volteó en el umbral de ésta y le sonrió ladina.

—Quizás en otro momento podamos intentarlo de nuevo —dijo coqueta— Llámame —fue lo último que escuchó Jk, y cuando se fue él cerró la puerta, recostando en esta su mano y su frente se dispuso a susurrar maldiciones.

—¿Qué me está pasando? —su voz agobiada lo hizo dar un leve golpe con su puño en la puerta.

Con su torso desnudo y su pantalón desabrochado se dirigió a su cocina y sacó un vaso para abrir el refrigerador y servirse un poco de agua, pero al cerrar sus ojos y deleitarse con esta un recuerdo llegó a su mente, uno donde una peliplateada estaba acostada sobre su cama, desnuda, sonriéndole de esa forma tan traviesa que lo tenía loco.

Con pesar abrió sus ojos y suspiró dejando el vaso sobre la mesa.

—¿Qué haré contigo, EunJi? —murmuró relamiéndose los labios.

Su teléfono comenzó a vibrar en su bolsillo y soltó un bufido al no saber quién podría ser a las dos y media de la mañana. Con el mismo pesar lo sacó y miró el nombre del remitente ¿Jimin no estaba follando ya a esta hora?

Rodando los ojos descolgó la llamada.

—¿Qué quieres? —dijo de una vez con un semblante molesto. Lo que pasó lo había dejado de mal humor.

Maldito engendro ¿Dónde estás? Te fuiste con mi auto —espetó con molestia el mayor y Jk se dió un facepalm al recordar que le debía un auto a Jimin.

Pues sí, el auto con el que tuvo el accidente pertenecía a Jimin y con insistencia él le devolvió el auto, y aunque Jimin no lo aceptaba terminó por hacerlo cuando Jk amenazó con darle una golpiza por lo modesto que era.

—Cierto... Mm~ —pensó por un momento y se le ocurrió algo al instante— Te buscaré ¿Aún estás en el club?

Eso quería escuchar... Pues sí, obvio ¿Cómo me voy, mamón? —Jk soltó un bufido ante la amargura de Jimin, aún no entendía como tanta maldad y amargura cabían en ese pequeño cuerpo— ando con Sook así que debemos llevarla a casa. —volvió a hablar interrumpiendo los pensamientos del casi desnudo chico.

—No hay problema, voy para allá —dijo seguro, pero cuando estuvo a punto de colgar, el mayor volvió a hablar.

Oye, te ví irte con una pelirroja ¿Estás con ella? —preguntó curioso y Jk soltó un suspiro rodando los ojos.

—Cuando te vea te cuento ¿Sí? —al escuchar la afirmación de su amigo se dispuso a colgar. Agobiado sopló un poco para luego echar sus cabellos hacia atrás— EunJi, EunJi... ¡Ah! Me volveré loco —resopló para ir a buscar una camiseta a su armario.

Otro facepalm llegó a él cuando se dió cuenta de algo.

—Genial, me tocará ser chófer hoy.

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