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11 | Advertencia ignorada

•••

—Pero, EunJi ¿Cómo pudiste ocultarme eso? Es mi hermano —Sook soltó algo ofendida, aunque se veía tranquila.

—Por eso mismo, sé cómo lo proteges y no quería que te molestaras conmigo —respondió con algo de culpa— de verdad... Fueron las copas y JongIn estaba conmigo hablando, de pronto ya estábamos besándonos y fue... Muy rápido. Lo siento —se disculpó y la chica asintió.

—De acuerdo, sólo me molestó que me lo ocultaras; aunque, ya lo sabía —la otra frunció el ceño ante la confesión— sí —respondió la rubia cuando vio el rostro de su amiga— una vez intentando convencer a JongIn que se olvidara de tí él me lo confesó, creyó que no te gustaba porque era joven para tí y decidió irse de viaje a las afueras, entrenó duro y ahora lo ves.

—No sabía eso... —comentó sentándose a los pies de la cama y Sook la imitó.

—Por eso te dije que no quería que estuvieras con él, en verdad está muy enamorado de tí —suspiró recordando como su hermano tenía brillos en su mirada al hablar de EunJi.

EunJi no dijo más, simplemente se quedó pensativa... a ella le gustaba JongIn pero no quería una relación seria.

—♠︎—

—Llegó tu pedido —la voz de V resonó en el taller de los tres chicos.

Jimin estaba dándole carga a una nueva batería que habían recibido, mientras Jk salió de debajo de un auto negro que recién había comprado hoy para suplantar al que había perdido en ese accidente.

—¿Hablas de las nuevas llaves? —él mayor asintió y Jk hizo un sonido pensativo— déjalas en el cuarto de herramientas.

—Bien —asintió dándose la vuelta pero luego volvió a mirar hacia abajo donde estaba el menor— Jk, la Demons Street será mudada a cinco calles de su anterior ubicación.

—Perfecto, corre la voz —V asintió y antes de salir del lugar posó su vista en una hermosa chica, provocando las risas de los otros dos chicos cuando se percataron.

—Oye Jk, Al parecer tienes visita —la voz burlona de Jimin lo hizo salir del lugar nuevamente para sentarse viendo hacia arriba, una chica alta y delgada estaba allí y una pregunta vino a su mente.

¿Cómo dio con él?

—Hola Jk —su sonrisa ladina lo hizo levantarse quedando más alto que ella, de inmediato quitó sus guantes y la tomó del brazo apartándose de los que allí trabajaban.

Para ella verlo así era excitante, tenía manchas negras en su rostro y su camisa gris oscuro estaba manchada también, estaba sudado, y se veía agotado.

—¿Qué haces aquí, Lalisa? —preguntó algo molesto y ella se quejó por la fuerza que estaba ejerciendo— ¿Cómo diste conmigo? —la zarandeo un poco y la castaña se soltó.

—Tengo mis contactos —comentó coqueta y Jk suspiró frustrado.

—¿Qué quieres? —preguntó ofuscado, odiaba que le llevaran la contraria.

—Vine a invitarte a una fiesta —su delgado y arreglado dedo se paseó por su cuerpo y él miró cada trazo que hacía.

—¿Una fiesta? —alzó una ceja y ella asintió.

—Es una fiesta de inauguración de un club, es este viernes y será fantástico —Jk paseó su vista por los alrededores y ella siguió— habrá mucho alcohol, buena música, y... —el pelinegro la miró esperando a que siguiera, viendo en ella una sonrisa coqueta— podríamos quizás repetir lo de la otra noche —habló con un tono sexy, algo que llamó la atención del chico.

Tenía en claro que era una loca obsesiva, pero no negaba que estaba buena. Él ya le había advertido que lo suyo sólo fue sexo, debía entender que no iba más allá. Sus labios se relamieron pensando en ese plan, hace mucho él no iba a una gran fiesta.

—¿Quienes irán? ¿Mimados?

La risa de la chica resonó en el lugar, llamando la atención de Jimin que estaba apretando unas tuercas en las llantas del nuevo auto.

—Muchos de la Demons Street iran ¿Qué dices? —volvió a preguntar y el pelinegro sonrió ladino.

—♠︎—

—EunJi yo... —el alto y musculoso chico llega a su lado en la alberca. La chica lo había invitado para hablar con él.

—No digas nada, JongIn. Hablé con Sook —sonrió tranquila y él suspiró.

—En verdad lo siento, no quería...

—También sé que tú se lo dijiste —el rostro cabizbajo del chico la hizo hacer un gesto lastimero, en verdad el chico está muy guapo.

—Lo siento, EunJi... Sabes cómo es mi hermana y...

—Tranquilo, creo que fue mejor eso a que no lo supiera, hubiese sido peor —su suave risa hizo que el castaño chico la mirara con admiración en sus ojos, en verdad deseaba algo con ella.

—Eun tu... Quisieras... Bueno yo, quería invitarte a un lugar...

—JongIn... despues de lo que acaba de pasar no creo que sea correcto —murmuró ella maldiciendo por dentro, en verdad quería ir con él, pero Sook tenía razón, estaba ilusionado, y no quería lastimarlo.

—Por favor, EunJi... Cómo amigos ¿Sí?

Maldijo a cada rato sus pensamientos, pero no duró mucho, su boca habló por sí sola.

—Está bien —soltó unas carcajadas antes de que se dedicaran una sonrisa amplia.

•••

—Sook me comentó que han estado yendo a la Demons Street —mencionó y EunJi, quien estaba sentada frente a él, lo miró confundida.

—¿Conoces esa calle también? —preguntó viendo de inmediato un asentimiento del chico.

—Todos en la universidad conocen esa calle —habló echando su cabello hacia atrás, la brisa lo hacía moverlo a cada rato.

Habían venido a un tipo de bar en una azotea, ambos estaban por su cuarta copa de Champaña; por lo que se sentían de alguna forma más relajados, hasta ahora sólo hablaban de temas triviales, llegando así a uno en el que a la peliplateada, sin querer, le venía a la mente un hombre alto musculoso, pálido y muy sexy. Jugando con la yema de su dedo en el borde de la copa, recordó como soltaba gemidos debajo de ese cuerpo.

—¿Tú has ido? —preguntó curiosa y él sonrió.

—Un par de veces —confesó entre risas cortas y la fémina frunció el ceño.

—¿Qué te pareció? —preguntó con curiosidad. Necesitaba saber si conocía a Jk, porque eso sería lo último que necesitara.

Ambos estaban con sus codos recostados sobre la mesa y sus cuerpos inclinados en ella. JongIn se acercó un poco más como si quisiera decirle un secreto, lo que causó que la chica lo mirara aun más curiosa.

—Corrí una vez, pero no le digas a Sook —murmuró y EunJi soltó una carcajada. Al parecer le daba miedo Sook.

—¿Por qué no? Sook ama ese lugar...es muy bueno... —la fémina imitó su acción y este sonrió coqueto— yo también corrí —murmuró y él sonrió amplio.

—No sabía que corrías... Pero no me sorprende —negó riendo, luego de eso sólo se miraron cómplices. JongIn se recompuso un poco para proseguir— no volví luego de una pelea que tuve con un chico.

—¿Peleaste? —ella lo miró sorprendida y JongIn asintió tomando de su copa.

—Un imbécil lastimó a una amiga, simplemente la usó y eso me molestó muchísimo, no pude evitarlo —rodó los ojos pensando en aquella pelea, había sido exactamente unos días antes de que se fuera de viaje.

—Ah... Entiendo.

—No es sólo eso Eun, allí solo buscan eso: sexo. Sólo está camuflado en carreras, pero es como un prostíbulo, ves muchísimas cosas —negó nuevamente, pero en su mente algo hizo click— cuídate mucho allí, no es un lugar apto para las chicas hermosas como tu.

EunJi sonrió ante el cumplido que le había parecido tierno, pero decidió contestar.

—Yo me sé cuidar JongIn, que no se te olvide eso.

Él asintió siendo consciente de que ella tenía razón, pero no le gustaba la idea de que la chica que tanto amaba estuviera en un lugar como esos, prácticamente al llegar allí ella sería carne para perros, le brincarían por montones. Es una chica muy hermosa y de buen cuerpo, por eso no tenía dudas.

—Eun... Si vas a ir de nuevo, cuídate de los chicos de allí, solo buscan tener sexo, placer para ellos y terminan destrozando a las chicas. —la mirada de ella se detuvo en los ojos de su enamoradizo amigo y sintió como la penetraban con sólo una mirada.

—Lo haré JongIn...

—Eun... —llamó nuevamente posando su mano por encima de la de ella— otra cosa... cuídate del que le dicen Jk.

—¿Jk? —preguntó con falso desconocimiento.

—Es el líder de esa calle, es el peor de todos los chicos de allí... hagas lo que hagas no te metas con él o terminarás muy mal...

No reaccionó de inmediato a eso último, se sintió algo extraña, era obvio que no le diría nada a JongIn sobre lo de sus encuentros con el mencionado pelinegro, pero... Si tan sólo supiera que ya se había acostado con Jk más de una vez.

Claro que ambos estaban conscientes de que solo era sexo.

•••

Una muy cansada EunJi llegó soltando bufidos de molestia a su casa, no pensó mucho cuando llegó a su habitación para descansar sus pies de los tortuosos tacones. Había sido una noche increíble de distracción en donde JongIn y ella tomaron hasta más no poder.

Aún recuerda el sabor de sus labios con una gran sonrisa en su rostro, pero esta se convirtió en una mueca al recordar que no pudo ir más allá con él ¿Por qué? Recordó las palabras de su amiga y ver el rostro encantado de JongIn demostró cuan ilusionado estaba él con ella, y simplemente no pudo aunque se moría de ganas.

—Menuda mierda —murmuró tirando el pequeño bolso a su cama, lanzándose luego a esta.

Suspiró recordando el rostro decepcionado de JongIn.

Con sus manos en su rostro recordó la pregunta que le hizo: ¿Acaso no soy suficiente para ti?

Quiso pegarse cuando ella misma sabía que el chico tenía lo que quería, pero no le gustaba estar atada a una relación y eso era lo que JongIn deseaba.

—Veremos qué estás haciendo... —susurró sacando su teléfono del bolso para marcar el número telefónico de quién ella sabía que la escucharía.

No pensé que me llamarías a esta hora —su amiga gritó al otro lado de la línea, dándole a entender que se encontraba en alguna fiesta o lugar público, pero obvio apostaba a la primera.

—¿De qué hablas tonta? Estoy en mi casa aburrida —contesta rodando los ojos. Ahora mismo piensa que fue una tonta idea buscar a la hermana del chico y decírselo.

Pasa que JongIn me envió un mensaje diciendome una barbaridad de cosas... ¿Lo dejaste con las ganas no es así? —la respiración de su amiga de pronto se escuchó entrecortada, y la peliplateada se dió un facepalm al pensar en que JongIn culpó a su hermana.

—Sí... Sook no te niego que el chico me encanta, pero no puedo darle lo que él espera de mi —soltó en un bufido molesto.

Mi hermano está para chuparse los dedos ¿No, EunJi? — la nombrada frunció el ceño con esa repentina pregunta, y la risita de su amiga no la calmaba. Se frustró recordando la imagen de ese torso tonificado que estuvo a punto de comerse.

—Está como quiere... ¡Ah! ya me estoy arrepintiendo —soltó entre dientes y mordió su labio inferior.

Pero piensa que hiciste algo bien —volvió a escuchar la risita de Sook y decidió curiosear un poco.

— ¿Sook? —escuchó ruidos de fondo y una afirmación de su amiga— ¿Dónde estás metida, muchacha traviesa?

Adivina —comentó juguetona y EunJi frunció el ceño— estoy en una fiesta que están dando los chicos...

Y lo que ya sabía, se confirmó.

—¿Chicos? A ver ¿Qué chicos, Sook? —volvió a preguntar sentándose en la cama. Sook nunca salía a fiestas sin ella.

Jimin me invitó —terminó en un murmullo y EunJi respiró hondo un poco preocupada, pues la chica por Jimin haría cualquier cosa, pero EunJi no confiaba en él y en lo que pudiera planear.

Sabía ya de antemano que su amiga estaba enamoradísima de Jimin y conociendo como es él, le daba miedo que le rompieran el corazón.

—Sook, no te desesperes por él, sabes que es un chico muy... —su voz fue interrumpida por el murmullo de la chica al otro lado de la línea y se extrañó.

Adivina quién más está aquí... —segundos pasaron y la rubia soltó un bufido sabiendo que su amiga no le seguiría el rollo— tu sexy pelinegro.

EunJi soltó una risa casi escandalosa y se tapó la boca para no despertar a su abuelo, aunque lo dudaba. En verdad que ese pelinegro la tenía encantada, al menos su mención hizo que se calmara un poco el humor de perros que se cargaba encima.

—Que bueno, eh —sonrió de lado y se levantó para ir al balcón.

—¿No vendrás? —preguntó haciendo que EunJi soltara un suspiro.

—No sería prudente —dijo con más calma.

¿De qué prudencia hablas? Aquí entra cualquiera de la Demons Street, y te recuerdo que tu le ganaste al líder. —comentó con burla y EunJi rodó los ojos.— Lamento no poder ir a tomar contigo, sabes que Jim...

EunJi sabía que Sook la conocía, y siempre que se sentía aburrida iba al bar de Young para desahogarse un poco.

—¿Te parece si hablamos luego, Sook? Te estoy quitando tiempo con tu hombre —la pálida pronunció con una sonrisilla ladina en sus labios.

Te cuento luego como estuvo, ya que no quieres venir —EunJi soltó un bufido y pudo escuchar al otro lado de la línea, unos murmullos y risas— Jimin te saluda —comentó con burla sabiendo que para la peliplateada, Jimin era un demonio vestido de ángel.

—Si ajá —respondió con sarcasmo para luego negar.

La llamada fue cortada, aún no encontraba qué hacer ahora que se estaba bien despierta, aburrida y sin compañía, pero no tenía ganas de ir donde Young sola, hoy mejor se quedaría a tomar en los jardines de la gran mansión.

En ese momento EunJi descubrió que sin Sook no era nada, se sentía sola cuando ella no estaba presente, y muy dentro de sí deseaba el poder encontrar la forma de calmar ese sentimiento de soledad.

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