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—¿Cómo pudiste ir allí de nuevo, y sin mí? —EunJi preguntó desde su armario mientras buscaba ropa cómoda para el cambio de prendas.

—Estaba aburrida en casa y JongIn no dejaba de preguntar por tí. Tuve que salir corriendo —su fastidio fue captado por la peliplateada que no dudó en reír.

JongIn era el hermano de Sook y desde hace varios años estaba enamorado de EunJi, pero al pobre ella no le daba ni la hora.

—Tu hermano debe entender que somos muy diferentes —mencionó sacando una blusa negra y unos jeans del mismo color.

—Creeme, no lo entiende. El muy idiota cree que tiene una oportunidad contigo, hasta empezó a entrenar hace un tiempo con la esperanza de llamar tú atención, aunque él lo niegue sé que es así —exclamó un poco, ya que estaba en la cama esperando a su amiga.

—¿En serio? Hace mucho que no lo veo —frunció el ceño recordando que fue hace mucho, exactamente en el cumpleaños de la rubia. Aunque luego tuvo un pequeño encuentro con él.

¿Se puede omitir eso, no?

—Está hecho todo un papasito —caturreó Sook y EunJi salió rápidamente interesada de pronto— pero es mi hermano y... No quiero que le rompas el corazón —miró directamente a la peliplateada que soltó un bufido al instante.

—Aguafiestas —murmuró decepcionada y Sook sonrió de lado. En definitiva no le diría aún a su amiga que se había acostado con su hermano.

—Mejor apúrate, que en estos momentos Lalisa se le debe estar insinuando a Jk —dijo burlona y la peliplateada frunció el ceño.

—¿Y a mí qué? —dijo desinteresada y su amiga rodó los ojos.

—¿Me vas a decir que toda esta semana no estuviste pensando en él? —fue el turno de EunJi para rodar los ojos y su amiga sonrió aún más— EunJi, no fuiste a la fiesta de Meghan, a la cual decías que irías sí o sí, tampoco fuiste a la reunión con tu abuelo en Las Vegas porque... mmmm ¿Quizás querías ver a un buen y piernon pelinegro este fin de semana?

—Claro que no, Sook —reprochó la chica bufando y su amiga se levantó.

—Lo que digas, pero te diré algo EunJi... Hoy ví a Jk y créeme cuando te digo que ese chico está loquito por ti —dijo con su rostro seguro, y algo tenía Sook porque siempre sabía leer a las personas muy bien.

Esquivó su mirada y su mejor amiga pasó por su lado diciéndole que la esperaría en el auto. Allí mismo hizo memoria, y en verdad su amiga tenía razón; toda esta semana no dejó de pensar en Jk, el que la encendió de una manera increíble, ese con el que se sintió muy conectada en la cama, ese que deseaba tener de nuevo entre sus piernas.

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La última carrera era la más esperada, hoy le tocaría correr al líder de la Demons Street y todos esperaban con ansias a algún corredor que quisiera arriesgarse a competir.

Las apuestas eran seguras al ganador de siempre, el dinero subía y subía a cada rato, los minutos pasaron hasta que un auto negro con decoraciones doradas apareció. De allí salió una rubia, a la cual muchos ya conocían.

Sook con paso seguro llegó a Jk, que estaba con Jimin y V, este último era el encargado de las apuestas.

—Mi amigo quiere correr ¿Alguna carrera abierta? —alzó una ceja jugando con la paleta entre sus labios.

—¿Qué se traen ustedes que cada vez traen personas extrañas? —soltó con burla Jk quien fumaba un nuevo cigarrillo al lado de una chica pelinegra y delgada.

Sook sonrió de lado y soltó un bufido con una pequeña risa.

—¿Hay una carrera o no? —volvió a preguntar sin notar como un rubio Jimin mordía su labio inferior disfrutando del juego de la paleta.

—¿Y tu amigo qué? ¿Tiene miedo de salir o qué? —soltó de nuevo Jk.

—¿Y tú por qué quieres saber? ¿Tienes miedo, acaso? —un sonido de advertencia de las personas alrededor fue lo que causó la devolución del golpe hacia el ejercitado chico, quien no dudó en ponerse serio y de pie mientras controlaba su respiración.

Sook rodó los ojos fastidiada con el egocéntrico carácter que era propio del líder de la calle, luego miró a Jimin y notó que estaba serio de pronto.

—Hay una sola, es contra Jk ¿Estaría dispuesto? —la voz profunda de V la hizo asentir. Claro que sí se atrevería.

—Mi amigo se atreve a todo, si es contra el líder mucho mejor —su tono coqueto hizo suspirar a Jimin con quien luego ella chocó mirada, era palpable la atracción entre esos dos luego de pasar una agradable noche juntos la semana pasada.

—¿Y tu amigo no piensa salir o qué? —insistió el fornido soltando el humo hacia arriba mientras abrazaba la cintura de la chica a su lado.

—De nuevo lo repito, Jk ¿tienes miedo o qué? —Sook ladeó la sonrisa y Jk la imitó relamiendo sus labios.

—Jamás —murmuró decidido y tiró la colilla al suelo pisándola y acercándose luego.

—Veinticinco mil dólares es mi apuesta al otro corredor —mostró la pequeña paca de dólares y V sonrió.

—Genial —exclamó tomándola y contando luego bajo las miradas entre Jk y Sook, quienes se retaban con éstas — esto no me lo perderé por nada —asintió mostrando una afirmación de que el dinero estaba completo.

Jk ajustó su chaqueta y pasó a un lado de Sook cuando emprendió su paso hacia su auto, en el camino miró de reojo el auto negro, pero no logró ver nada por sus vidrios polarizados.

Cuando la aglomeración se colocó a los lados de la salida, ambos autos mostraron su poder mediante un gran ronroneo, ambos parecían tener la misma capacidad en el motor, no se lograba captar cual era el más fuerte; y sólo cuando las banderillas fueron agitadas es que se vio tanto poder en el pavimento.

La velocidad era lo que más le gustaba a ambos pilotos detrás del volante, sus dedos picaban por el espíritu competidor que tenían dentro, uno para demostrar cómo cada fin de semana era el mejor, y otro que quería dejar salir a aquel pasado enterrado.

Las curvas eran muy estrechas y las calles estaban trazadas para no ir por una zona concurrida. Jk hacía gestos y soltaba insultos en cada cambio, su rival sabía conducir en curvas como éstas y eso le hizo entender que conduce las calles como él y que desde hace mucho lo hace, porque para tener esa agilidad él duró muchos meses en práctica.

Las luces a lo lejos le indicaban que estaban a punto de llegar, Jk sorprendido por la leve delantera que le llevaba forzó el acelerador, pero no contaba con que su auto tuviera una falla, haciendo ganar al contrincante.

Todos se sorprendieron cuando el auto del líder no se detenía, la aglomeración se disolvió apartándose del vehículo que luego chocó del lado del copiloto contra un gran muro.

—¡Jk! —gritó Jimin preocupado mientras corría hacia el auto con V detrás de él. El otro piloto competidor abrió los ojos en grande al ver el accidente y su corazón empezó a palpitar a mil por segundo.

El montón de personas allí buscaron extintores para apagar el fuego que comenzaba a generarse mientras Jimin y V sacaron a Jk del auto, estaba bien aunque algo aturdido.

—Eso fue trampa... algo le hicieron a mi auto... estaba bien. —susurró parpadeando constantemente por el leve dolor de cabeza debido al golpe.

—No, hermano, tranquilo, estás aturdido. —dijo V para intentar calmarlo, pero no lo logró cuando Jk vio el auto negro a unos metros.

—Suéltenme —murmuró y estos cedieron viéndolo caminar hacia la meta, donde se encontraba su contrincante.

—¿A dónde vas? —preguntó Jimin acercándose a él.

—Quiero ver quién es ese imbécil. —dijo entre dientes. Él no permitiría que jugaran sucio en su calle, no provocar un accidente.

Pero lo que él no entendía era que aún estaba afectado por el golpe.

—No, no ... Estás loco Jk, eso fue legal, tu forzaste el acelerador. —le reprochó Jimin tomándolo de la chaqueta.

Este no hizo caso y siguió hacia el auto, abrió la puerta con brusquedad y tomó al cuerpo por las solapas de su chaqueta dejándolo recostado sobre la puerta trasera. Pero no creyó que vería esos ojos femeninos y asustados, ese cuerpo curvilíneo y ese cabello plateado. La reconocía.

—EunJi —susurró viendo sus ojos.

Tenía su rostro muy cerca y al sentir su aroma supo que no estaba aturdido aún, lentamente la soltó y suspiró, relajó su rostro con un gesto arrepentido por su acción. Miró a sus lados y se dio cuenta de que sus brazos eran sujetados por sus amigos —quizas para prevenir el ataque.

—Jk, le exigiste mucho al acelerador, sabías que ese vehículo estaba teniendo fallas desde hace días. —contó Jimin en un murmullo. El pelinegro miró nuevamente a la fémina quien mordía su labio inferior mientras miraba al suelo, cuando ella le correspondió la mirada decidió hablar.

—¿Estás bien? —susurró EunJi mirando los rasguños en el rostro pálido del chico y el leve corte en su labio inferior.

—Discúlpame —susurró el pálido nuevamente con un semblante avergonzado.

Ninguno pudo seguir hablando cuando escucharon las sirenas de los policías.

—Mierda —exclamó el rubio y Jk le hizo una seña para que se fuera. Y eso hicieron todos, incluso la peliplateada.

Aunque luego Jk quiso darse un facepalm cuando volteó, su auto había quedado hecho mierda. Sin más comenzó a correr y luego de unos segundos un auto se detuvo a su lado.

—¡Sube! —exclamaron desde dentro y sin pensarlo se metió al auto, arrancando de inmediato.

Fue una noche definitivamente tensa.