04 | Apetito al objetivo
—♠︎—
—Pero es que ¿¡Cómo pudiste rechazar a Jk!? —su amiga le preguntó exaltada y EunJi rodó los ojos. Ambas se encontraban en el capó del auto de esta última.
Aún estaban en el lugar.
—Me besó. —Sook la miró con obviedad conociendo lo libertina que era su amiga— Sin mi consentimiento —recalcó— ¿Que querías que hiciera? —EunJi se encogió de hombros mirando la carrera que estaba a punto de empezar, trayendo al volante de uno de los vehículos a su recién cacheteado.
—¿Si sabes quien es Jk no? —EunJi rodó los ojos soltando el humo de su tercer cigarrillo de la noche.
—No me importa. —pronunció viendo la carrera comenzar y el humo de las llantas fluir.
—No te importa... —dijo pensativa— ¿¡No te importa!? Jk es el líder de este lugar, respetado por muchos y deseado por muchas —la otra chica soltó un bufido por lo exaltada que su amiga estaba— ¿Recuerdas a Lalisa? —inmediatamente su mejor amiga la miró interesada— Jimin me dijo que está loquita por Jk. Claro que ya se le metió entre sus sabanas, pero según Jimin está obsesionada con él. Y quizás esa podría ser tu oportunidad de darle en el clavo ¿No crees?
La chica de pronto se sintió interesada. Sí es verdad que desde hace unos años ella y Lalisa comenzaron a tener sus roces y quizás si será ésta su oportunidad de por fin darle donde le duela.
—Tienes razón —EunJi sonrió tirando la colilla del cigarrillo y se bajó del capó estirando sus piernas descubiertas por un short negro.
—Conozco esa sonrisa —Sook sonrió ladina y se emocionó. Esa parte de EunJi le gustaba.
—¿Dónde está ella? —preguntó con malicia. Mirando la carrera que traía a su ganador, obviamente Jk.
—Por allá —con su tono malvado apuntó con la mirada al grupo donde se encontraba Lalisa muy animada apoyando a su platónico amor.
Porque sí, EunJi se encargaría de que fuera platónico.
—Muy bien, la carrera ya va a terminar —dijo con emoción y su amiga asintió.
Cuando Jk quedó campeón nuevamente, una aglomeración se acercó a él gritando su apodo y eso le dio curiosidad. El chico usaba un apodo ¿Cuál será su nombre real? Luego de eso vio como el grupo de chicas se acercaron a él incluyendo Lalisa. Claro que, ya dispersa la multitud ella pudo ver como Lalisa jugaba con su dedo en el pecho del chico mientras le hablaba coqueta, él simplemente la miraba hasta que después de unas palabras de ella EunJi vio cómo le formó una sonrisa ladina con sus labios. Era hora de acercarse y romper esa burbuja.
—Ya vuelvo. —le dio las llaves del auto a su amiga y prosiguió— búscame en tres horas —Sook asintió sonriente viendo a su amiga caminar hasta el par.
EunJi sintió su sangre volverse dulce cuando el pelinegro desvió la mirada a ella ignorando totalmente a la castaña cuando le hablaba para llamar su atención.
—¡Vaya! Entonces si es verdad quien dicen que eres. —canturreó y se cruzó de brazos mirando al tonificado chico que no dudó ni un segundo en sonreírle coqueto y mirarla con esos ojos felinos dispuestos a atacar.
—Te lo dije. —respondió sonriente— ¿Vienes a decir que te equivocaste? —preguntó con un tono sensual mientras intentaba recomponerse para ir hacia esa escultural mujer que desde que llegó lo llenó de deseo.
—¿Qué me equivoqué en rechazarte? Mmm~ no lo creo —soltó con tono irónico mirándolo de pies a cabeza. El chico era asombrosamente guapo y ahora no se acercaría a él por sólo irritar a la delgada a su lado, también por más.
Estaba produciendo un increíble deseo en ella.
—¿Ah no? —logró separarse de Lalisa y se acercó a la chica de labios rojos mientras ella lo veía con desinterés.
—Jk... dijiste que nos iríamos a otro sitio — EunJi miró a Lalisa por encima del hombro del nombrado y luego lo miró a él con su ceja alzada esperando su respuesta. En cambio este rodó los ojos.
—Otro día. —respondió con su tono seco y la peliplateada no pudo evitar sonreír para recuperar su postura luego de que élla mirara fijamente. Dándose mutuamente una sonrisa cómplice— tengo un asunto pendiente —ese tono pícaro le quedaba de maravilla y EunJi estaba segura de que se lo quería ligar.
—Pero, no puedes hacerme esto. —mencionó cabreada y el pálido ya hastiado de su actitud volteó a verla.
—A ver Lalisa. —se acercó a ella hasta estar a sólo un metro de distancia— en esta vida yo no tengo quien me de órdenes, en un principio te fui claro... esa noche fue buena, pero ya, solo fue una noche... una aventura de una noche. —su voz irónica era lo mejor para EunJi quien apretó los labios intentando contener la risa, aunque era lo más odioso para Lalisa.
Sin decir nada, la castaña salió de ahí hecha furia, algo que EunJi disfrutó bastante, incluso cuando pasó a su lado y le chocó el hombro. Las miradas de ambos coquetos se conectaron dándose una sonrisa ladina.
—Cuando hay santo nuevo los viejos no hacen milagros. —dijo yéndose hasta la puerta del lado del copiloto del Audi negro del tonificado chico de cabello azabache.
Abrió la puerta sentándose en el asiento para luego encerrarse. Cuando Jk entró al mismo, quiso encenderlo pero no esperaba que la peliplateada sacara las llaves impidiéndole hacerlo. Él le dio una mirada inquisidora y ella le sonrió de lado para luego abalanzarse sobre él y tomarle el cuello con sus manos decoradas para besarlo.
Un beso fogoso y lleno de intensidad, de esos que le encantaban al pelinegro. Cuando sus lenguas se entrelazaron, Jk decidió que no quería esperar, la ansiaba demasiado. Era un deseo muy intenso, lo desesperaba las ganas de tenerla para él.
—Puede ser, sólo que... —EunJi no entendió a qué se refería cuando él interrumpio el beso— esta vez no hablamos de santos.
Ambos sonrieron de manera cómplice, EunJi sabía que lo deseaba y que lo tendría para ella; aunque Jk, por su parte también lo sabía.
『•••』
La puerta fue abierta por sus cuerpos mientras se devoraban en besos apasionados y excitantes. Con el pie el chico logró cerrar la misma y siguió guiándose hasta la sala.
La humedad de los besos era lo que se escuchaba, jadeos de ambas partes que se convertían en su música favorita. Un gruñido salió de Jk cuando la chica mordió su labio inferior mientras que con la mano le masajeó su entrepierna ya abultada por encima del pantalón.
En un ambiente caluroso ambos cedían al deseo carnal de otro, cuando la chaqueta de Jk fue sacada por la pálida curvilínea él suspiró sabiendo que comenzaba el juego. Tomando también las solapas de la chaqueta de ella la quitó de sus hombros para mostrarle esa camiseta blanca trasparentosa que le dejada ver de reflejo el brasier negro.
Las palabras no existían en el momento, simplemente los gemidos eran los deseados. Cuando ella quitó la camisa negra del chico se dio cuenta que él estaba más que bueno sin nada, y cuando tanteó su torso desnudo soltó un jadeo. Jk era demasiado sexy.
Los besos siguieron cuando Jk quitó su brasier, dejando ver unos pechos hermosos y de su gusto, redondos y erectos. Tomó a la chica de su espalda baja apegándola a él para sentir el contacto de sus pezones contra su pecho, sus besos descendieron hasta el cuello en donde dejó una mordida para mostrarle a la chica lo deseoso que estaba por tenerla ya mismo.
Los pasos de él la guiaron hasta su habitación, en donde sin medir la fuerza y velocidad la lanzó a la cama colocándose sobre ella.
—Mm~ eres tan ardiente, dominante y mala... como me gustan. —en un beso fogoso la tomó nuevamente, robándole un suspiro a la fémina— me encanta. —susurró en su oído. Ella sonrió complacida cerrando sus ojos para disfrutar del placer que estaba recibiendo de este excitante hombre.
Los besos de él fueron a su cuello, dándole el más placentero cosquilleo en su parte baja. Los delgados dedos de EunJi presionaron el cabello negro del chico y luego sus uñas decoradas de un color vino rasguñaron su espalda.
Minutos transcurrieron cuando se habían deshecho de todas las prendas, quedando así ambos desnudos entre las sábanas grises de esa amplia cama que estaba siendo cómplice de su calurosa aventura.
El pelinegro abrió las piernas de la chica y al separarse de los labios de ella se colocó de rodillas admirando esa magnífica mujer que se encontraba allí esperando por él y sólo para él. Las manos masculinas le masajearon todo el lateral del cuerpo ejercitado y hermoso que ella poseía, mientras la miraba mordiendo su labio inferior con seducción.
Ella se levantó un poco y con sus uñas rozó su abdomen, haciendo que él gruñera encantado con ello. Se estaba volviendo loco y quería penetrarla ya.
Los preservativos sobraban para él, era muy activo en cuanto el sexo pero siempre era precavido. Una envoltura plateada vio EunJi frente a ella cuando Jk la mostró entre sus dedos, lo abrió prosiguiendo a colocárselo bajo su mirada. Y sin perder tiempo masajeó con la punta de su miembro la entrada húmeda de ella.
Escuchó el primer gemido femenino por lo alto cuando se empezó a introducir en su intimidad, soltando un suspiro por lo estrecha que estaba. Y un gruñido de satisfacción salió de su garganta cuando la chica comenzó a lubricar mas de lo que imaginaba.
—Ah~ lubricas bastante niña mala. —su voz sensual y más profunda hizo que EunJi gimiera.
No podía responderle nada sin que soltara un gemido de por medio; así que rendida a él estiro su cuello, sintiendo prontamente los labios del chico apoderarse de éste.
Sus suaves estocadas comenzaron para dejar que se amoldara a su miembro, y cuando esto pasó el tiempo no midió la velocidad de las penetraciones que el chico arremetía contra su sexy cuerpo.
Ella gemía descontrolada mientras él besaba su cuello y lo mordía suave de tan excitado que estaba, cómo moría por dejar un buen chupetón que le recordara por varios días quién le dio la mejor follada de su vida.
Jk sintió su miembro doler cuando los gemidos de ella se volvieron más agudos en su oído, y gruñó dando unas últimas y fuertes estocadas a su cuerpo cansado cuando ambos alcanzaron ese punto límite.
Alcanzaron su orgasmo más rápido de lo esperado por haber jugado mucho antes del sexo. Y tras quedar sudados y satisfechos ambos sabían que había sido la mejor follada de sus vidas.
『•••』
Jk miraba la pared frente a él sin poder creerse todo lo que había pasado hace una hora, se encontraba sentado en la cama mirando a todos lados con incredulidad, riendo un poco por lo irónica que es la vida a veces.
Él fue testigo de como EunJi quedó totalmente cansada y satisfecha, lo sabía porque él también lo estaba.
Pero también fue testigo de cuando se estaba quedando dormido y la atrajo a su cuerpo para apretarla contra él. Lo que no esperaba era que ella se separara casi de inmediato y se levantara colocándose todas sus prendas. Lo último que le dijo lo dejo hecho piedra.
"—Lo siento, no duermo con mis amantes"
Luego de recordar todo y repetir toda la escena en su mente comenzó a reír y se dejó caer en la cama mientras miraba el techo pensativo con una sonrisa amplia y una mordida luego en su labio inferior.
—Es definitivamente una diablilla... Y la quiero para mi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro