Lily probablemente fue la muchacha más contenta cuándo recibió el enlace de aceptación por parte del lugar al que tanto quería pertenecer hace un tiempo atrás, era una buena alumna y para quién la educó toda la vida no fue una gran noticia porque sabía muy bien que aceptarían a Lily en un lugar tan importante.

Lily tenía todo preparado y únicamente hacía falta un "adiós" para quiénes tanto la apoyaron, sería complicado para la familia aceptar que Lily ya no era una niña pequeña pero deberían hacerlo si querían ver a la última cómo una muchacha de bien. Lily sonreía con felicidad viendo una fotografía familiar que inmediatamente guardó en la maleta.

Ver a la gente más relevante para ella sería un gran ánimo cuándo tuviera un agobio o un ataque de desesperación al no poder completar un ejercicio, de pequeña tenía un serio inconveniente para permanecer tranquila cuándo fuera el día de un examen. Ahora ya no era una niña y no recibiría ningún cariño ni apoyo por no lograr completar un trabajo así que si o sí tenía que aprender de la vida adulta.

Suspiró cuándo acabó con la última maleta y se dirigió con ella hacia la puerta del hogar para emprender el vuelo a Corea, ella aún vivía en Australia por lo que sería complicado tener la adaptación de un verdadero Coreano al país asiático. Se enteró de la forma en que hacían todo y cada costumbre importante para no recibir ninguna multa al hacerla de forma errónea.

En el fondo tenía miedo, porque acostumbró a cenar en familia y recibir a diario el apoyo de ella pero cómo ya lo había dicho debería tomar el comportamiento de una verdadera adulta, por último dirigió la mirada hacia todo el gentío que permanecía esperándola cada uno con una lágrima en la cara. Lily no pudo evitar llorar también cuándo miró directamente la cara de quién tanto amaba, su madre.

— Estaré bien mamá. — Comentó, dejando la maleta sobre el suelo para ir hacia la mayor y darle un cálido beso en la mejilla haciendo del ambiente algo más lindo. La madre de Lily aún seguía llorando pero por dentro estaba contenta al ver cómo su hija se convertía en lo quería ser.

Entonces cuándo todos lograron despedirse de Lily, la última marchó a la puerta con un ayudante que tomó cada maleta por ella y las subió a un auto haciendo una seña para indicarle que subiera atrás. Toda la familia de Lily salió para ver cómo ella agitó la mano en símbolo de despedida con una notoria lágrima cubriendo su cara pero una alegre sonrisa melancólica.

Ahora todo sería diferente para la muchacha que algún día lloraba por el examen de matemáticas, sería algo tan importante y que la llevaría hacia la vida profesional.

No tenía duda alguna de que esa fue la mejor decisión posible.

Luego de bajar del auto Lily se topó con el gran aeropuerto que la llevaría a Corea del sur, habían un montón de guardias vigilando que todo fuera de bien en mejor y eso aumentó la ansiedad de la muchacha quién entró con cautela para no llamar la atención. Claramente era alguien torpe porque caminando con lentitud llamaría más la atención del guardia.

Aún así, fuera cómo fuera ella fue hacia el avión que la llevaría a Corea sonriendo para Australia una última ocasión. Se veía cómo una loca que sonreía sin motivo alguno pero no podía no darle una despedida digna al país que fue su hogar por tanto tiempo hasta que fuera una muchacha casi adulta.

Miró hacia adelante y hacia atrás contemplando lo majestuoso que se veía al avión frente a alguien tan pequeña cómo ella, nunca creció tanto ya que así era en su familia quiénes no crecieron hasta más del metro setenta. Sin más tonterías fue hasta el avión para subir la escalera que la llevaría adentro de éste y con una ansiedad terrible miró a la azafata con dificultad.

— Tome asiento. — Escuchó por parte de la mujer joven que la atendió con una sonrisa en cara y la guió hasta su cómodo asiento, en el que estaría la mayor parte del día desde ahora ya. Lily se sonrojó cuándo recibió una manta y un paquete de lo que parecía ser algo dulce.

No podía negar que recibía una muy buena atención, muchísima para su gusto y costumbre que había sido siempre hacer las cosas por sí misma. Lo primero que enseñó su familia fue hacerlo todo uno propio y no esperar a que el otro haga algo que tuviera que ver con la satisfacción humana.

No almorzó ya que ella misma se preparó un plato de comida en casa antes de emprender el viaje, pero comió un montón de picoteo cada que la mujer se acercaba con una bandeja llena de distintos tipos de snacks. Ahora comía un paquete de frutos secos que recogió del carrito de comida y tenía un jugo natural en frente de ella esperando a ser bebido.

Hoy, un día tan esperado cómo éste acabaría en Corea del sur, un país maravilloso en el que completaría sus estudios así haciéndose una mujer hecha y derecha sin rodeo. Tenía miedo de lo que podía suceder y también de la discriminación que podía recibir cuándo se topara frente a frente con un auténtico Coreano pero tenía que mantener un carácter fuerte.

Así, cuándo pensó en todo lo que podía suceder con ella y la gente que conocería cayó en un sueño profundo, sintiendo manos ajenas que la hacían hacia atrás para acabar en una posición más cómoda y no tener dolor de espalda en cuánto despertara. Abrió los ojos por un momento viendo el hermoso paisaje que cubría las nubes del cielo con euforia.

Sonrió, y acabó dormida sobre el asiento por completo, plácidamente con una sonrisa de alegría en cara. El avión apagó las luces indicándole a sus pasajeros que era la hora de descansar con energía para el día de mañana, tan agotador pero emocionante.

Que alegría sería estar ahí de una buena vez.

¡Hola! Esta es una obra totalmente original y a la que le dio su inicio desde ya, cómo autora me gustaría ver respeto en comentarios. 💗

Quiero aclarar que la portada y banner en esta obra no están hechos por mí, ¡le doy las gracias a sanrio_studios y YoonieGhost por hacerla! Me llena de agradecimiento lo que hicieron por mí.