8. Pleitos de hermanos
Luna
"En pleitos de hermanos, no metas las manos"
-Refrán popular
«No le pasa que, cuando tiene una hermana mayor o menor, y se pone intensos, le dan ganas de abandonarlos en un desierto sin pasaje de vuelta.»
Bueno, así estaba yo en este momento deseando mandar a mi hermana al desierto, porque en China sería muy fácil volver a venir.
—No, no, no, tú no vas con nosotras. — le digo acercándome a ella un poco molesta.
— ¿Por qué no puedo ir con usted? Solo dame una razón para quedarme aquí sola y aburrida en la casa — me desafía sin quitarme la mirada de encima. Y camina hasta dónde está mi cuarto parado, agarrando su mano, pero él la quita de impulso. —Bueno, además, el guapetón de Hero va a ir con usted.
— ¡Hey! flaquita de porcelana quita tus manos de mi hermano y además nadie te invitó. —le contesta Rous jalándola de un brazo.
—Mira Lara, allá atrás en el patio hay una piscina y no va a estar sola y aburrida porque está Carly con John, sí. — le digo jalándola de un brazo y llevándola a la cocina, pero ella se aparta de mí de un jalón y vuelve a entrar a la sala gritando.
— ¡Pues no, no quiero estar con ellos y sus amigos falsos! quiero ir con ustedes — lo dice muy dispuesta a ir con nosotros.
Estaba a punto de responderle cuando de repente entraron por la puerta mis padres muertos de risa.
Ya valí, madre.
— ¡Hola, mami, papi! —dice Lara abrazándolos a los dos al mismo tiempo. — ¿Sabe? Mamá, Luna va a salir con sus amigas y Hero y no me quieren llevar. —le cuenta con una sonrisita mirándome a los ojos.
Quiero darle un solo jalón de pelo pero no puedo porque soy la menor y tengo que respetarla.
«Pero es que es muy metida y se lo merece».
Pude ver que mis padres me miraban con una cara de: por favor, llévatela, no la soportamos. No quise mirar a las chicas porque ya sabía su respuesta: un ¡no! Muy grande me gritaban con la mirada.
Cuando creí que nada más malo me podía salir hoy, suena una corneta de un carro a fuera de mi casa. Rous salta de alegría y no sé por qué, ni siquiera lo disimula. Todos voltearon a verla, y mi mamá enarcó una ceja de confusión al igual que mi papá.
— ¿Qué bicho te picó?—interroga Hero intentando averiguar su felicidad.
Ella ignora sus palabras, y se asoma por la ventana, voltea su cara para verme con una grande sonrisa en su rostro.
— ¡Ya, Cole llegó! Nos está esperando. ¿Vamos sí o no?—dice Rous pasando por el frente de mis padres, se despidió con solo la mirada, más atrás sale Star y Hero.
<<Claro, yo resuelvo esto sola, solita. >>
Conciencia. puedes estar callada un segundo, te he estado ignorando todo este tiempo. Pero veo que no paras de hablar y ya me tienes harta.
«Soy tu guía, es obvio que te tengo que dar consejo... Así como esto y responde antes de que te vuelvas a perder el hilo de la conversación.
—Ya voy, solo déjeme resolver esto, espéreme en la camioneta — le dije a Rous.
Después de que las chicas y Hero entraban en la camioneta, claro que después de tranquilizar mis ganas por matar a Rous y a Lara, tuve que buscar a mi mamá en la cocina. Estaba guardando unas cosas en los cajones, me daba la espalda. Caminé despacio para darle un cálido abrazo.
Ya habían pasado cinco minutos rogándole a mi mamá que Lara no puede ir con nosotras. Pero nada la convencía.
— ¿Por qué no, Lu, solo dime por qué Lara no puede ir con ustedes?— demanda mi mamá.
Suficiente tengo con Cole y Hero que se invitaron solos. Más Hero que Cole y de paso también me tengo que llevar a Lara, que es más chismosa y entrometida.
—Mamá, tú sabes que Lara es alborotada y de paso nunca se comporta bien, siempre anda dejando a uno en ridículo. — No suelo hacer puchero, porque eso son de niños.
Pero es que mi mamá no colabora.
—Lu, tú sabes que te quiero mucho. —coloca su mano en mis mejillas y comienza acariciarlo. —Pero es que Lara es muy chillona y a veces me saca de mis casillas. ¡Dios sabe que la quiero! pero por favor, llévatela. — ¿Me está rogando? No creo que ella nunca me estaría rogando. Estaba a punto de responderle, pero ella se me adelanta. — Y a lo que haga un berrinche o te deje en ridículo la mandas a la casa con uno de los muchachos. — la chillona de mi hermana ganó esta partida solo por esta vez.
«Solo por esta vez.»
Tuve que aceptar su oferta porque es mi madre. Me despedí con un beso y un abrazo.
Cuando llego a la camioneta, vi que Rous estaba molesta por haberme traído a Lara. Estábamos a manos, ella trajo dos y yo uno. Y eso no se vale, yo ni sabía que ellos también irían.
Hero ya me estaba esperando. Estaba recostado de la camioneta con la puerta abierta, así que fui muy delicada a la hora de empujar a Lara para que entrara primero al vehículo, haciendo que estallara la cara contra el asiento.
Jeje mi castigo apenas empieza.
Ella me chilló muy molesta y no le di importancia.
—Solo entra, no me gusta sentarme en el medio — le dije a Hero.
Cuando él entró, cerré la puerta. Rous abrió muy rápido el vidrio de la puerta del pasajero.
— ¿Luna que te pasa, no vas a ir?—me pregunta Rous un poco preocupada mirándome.
—Sí, voy, pero caminando. No pienso volver a irme con Cole en la camioneta. Esto se pasó de la raya, ¡no te lo perdono! —le di la espalda, y comencé a caminar lo más lejos de la camioneta.
<<Sí, yo y mi orgullo de oro >>
Rous me llamaba para que volviera y escuché que la puerta de la camioneta se abrió. Pensé que a lo mejor era Rous o Star, pero cuando me di la vuelta para reclamarle que no quería compañía, vi a mi catire caminar hacia mí con una enorme sonrisa.
—Yo voy contigo, no pienso dejarte que camines sola al bosque — me dice alcanzándome el paso.
—Es muy lindo de tu parte de verdad, pero solo quiero caminar para no escuchar a Lara hablar. Y no quiero ver a Rous. —Mi celular no deja de sonar, vi la pantalla y decía Rous. Solo la ignoré. —Ah, por cierto, mantente a un metro de mí, porque no quiero que me manches de nuevo.
Dios sabe que amó esa camisa, pero se pasó.
— ¿Sabes? debes contestarle la llamada, la vas a poner nerviosa. — Él sigue caminando a mi lado, no quise mirarlo porque sabía que estaba sonriendo. — Y lo siento, por lo de la camisa no era mi intensión, solo estaba busca...—y no termina las frases sino que se calla.
No entiendo por qué se detiene, lo miro y su cara mostraba que lo que me iba a decir era mejor que no lo supiera. No quiero esforzarlo a sacar la palabra, pero me gustaría saber que estaba buscando.
—No, ella sabe que no pasó a Cole. Ni con agua, ni con jugo. —Me llegan muchos mensajes de Rous y Star, pero los ignoro.
—Y, ¿por qué no pasas a Cole, si es un buen partido para mi hermanita Rous? — me dice dándome un golpecito en el brazo.
—Porque no vale, y por favor, vamos a caminar en silencio, ¿sí?—le contestó caminando un poco más rápido.
—Puedes caminar muy rápido si quieres, pero igual te voy alcanzar. —Me contesta alcanzándome, de repente me agarra la mano haciendo que parar por un momento.
Un mínimo tacto de él me produce que me pierda de este planeta y no hay explicación alguna de lo que me pasa cuando estoy con él. Si él supiera todo lo que yo siento por él, no estuviéramos en este tropiezo y caída del destino.
De manera que vuelvo a la tierra y él me está diciendo algo, pero no lo escucho porque no puedo dejar de mirar sus lindos hoyuelos que le salen cada vez que sonríe, o sus ojos verdosos que se iluminan cada vez que le pega el sol en la cara o cada vez que fruye el ceño cuando no le gusta algo.
— ¿Oye, me está escuchando? —me dice, chequeándome los dedos en la cara.
—Sí, sí, lo siento que me decías — le contestó volviendo en sí.
No sé por qué el destino me quiere jugar una pésima broma con las visiones que tuve, pero es que los dos no nacimos para estar juntos, somos diferente, él es popular y yo la loca que ve cosa.
—Te decía que no deberías ser más cerradas con las personas que te rodean, eres una chica muy increíble, crees que todo el mundo está en tu contra pero no, me gusta cómo eres así de rara y todo, pero deberías abrirte más.
Ya va, ¿qué dijo que? ¿Qué le gustó? Dios, lévame a otro sitio, no sé si creerle, pero es que me lo dice mirándome a los ojos y agarrándome la mano. Solo estamos los dos en medio del camino al bosque parados mirándonos. No sé qué decirle, pero sus palabras son bellas como él.
«¡Luna reacción!»
— ¿Te gustó? —suena más a susurro, pero son las únicas palabras que salen de mi boca.
—Sí, como mi otra hermanita menor. — Dios, ahora sí, dile a la Tierra que me trague y que me escupa en Londres.
Qué humillación, solo saco mi audífono del bolso con mi celular, coló música y sigo caminando rápido para perderlo.
Dios, tú sabes que lo amo y lo seguiré amando en secreto, pero no quiero que nadie se entere de lo de mi cuerpo. Ya apago un poco de la llama que siento por él a decirme que me quiere como su hermanita menor. Y no sé si vuelva a encenderse.
Todo el camino al bosque no me quitó los audífonos, caminaba más rápido para llegar al lugar hasta que vi la camioneta de Cole estacionada en la esquina, seguí caminando hasta que vi a las chicas.
Y yo pensando que solo por unos segundos valía la pena intentarlo.
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