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23. ¿Gemelas?

Luna (Horas actual)

"Lo que había entre ellos no era amor, era inmortalidad. "
-Milan Kundera.

Rous lleva horas discutiendo con Will.

Él solo quería visitarme en la noche, porque tiene que ir ayudar a su papá en el taller. Pero a Rous no le gusta mucho la idea de visitarme de noche, más bien le dice que la hora de visita es de mañana no de noche.

Y llevan todo este rato en ese plan.

<<¿Por qué tuve que quedarme con ella? Ah sí, porque es la única que podrá mantenerme muy lejos de Will.>>

Todavía no lo había perdonado del todo, yo sabía que lo que me había hecho no tenía perdón de Dios. Me aleje de ellos mientras discutían en la entrada y entre a la casa. Cole estaba sentado en el sillón con John y Hero estaban viendo película.

Me dirige a la cocina porque tenía hambre, mucha hambre. En el hospital dan comida que saben a vómito y no quise comer.

Me encontré a Star echando unos espaguetis en una olla de agua hirviendo, le dije a mis pies que se dirigieran a la nevera, que quería dulce. Rebusque y no vi nada, cerré la nevera de un portazo y Star me miro enarcando una ceja de por favor no lo pague con la nevera.

— ¡Tengo hambre, sí!—le contesto alzando mis manos en defensa, quiero comer dulce y no hay dulce. Rebusque en los cajones de arriba para ver si había cereales o galleta. Las primeras dos puerta no habían nada, cuando me dirige a la tercera. — ¡Bingo!—grite de alegría.

Había unas galletas de chocolate con chipas de chocolate. Me voltee para mirar a Star mientras me lleva una en la boca y la saboreaba como si fuera la gloria, ella me lanzo una mirada de desaprobación.

—Sabes que vamos a comer ahorita ¿Verdad?, y ya está comiendo dulce. —dice moviendo los espagueti con una cuchara de madera.

—Sí, pero era esto o morirme de hambre. —dije llevándome otra galleta a la boca.

Me senté en el mesón de la cocina, me limpies las manos con mi pantalón y me hice una coleta porque mi pelo me estaba estorbando cada vez que comía.

—Rous te va matar. —me dice apuntando con la misma cuchara que saco de la olla. Hice un gesto para que me viera que no me importaba y seguí comiendo mis galletas. —Un día vas a sufrir de azúcar, de tanto que come helado, galleta y otras cosa dulce. Y ni yo, y ni Rous vamos estar ahí apoyándote.

—Lo que no te mata te hace más fuerte. —alce una galleta para que la viera y ella movió su cabeza diciendo está mal de la cabeza, yo le sonreí.

Después escuchamos que Rous entro a la casa tirando la puerta del frente, creo que estaba hablando algo con Cole, escuchamos susurro. Pero no le di mucha importancia, salte de mesón con cuidado dirigiéndome a la nevera por un vaso de agua, las galletas me daban mucha sed.

Horas más tarde ya todos habíamos comido. Nos sentamos en la sala para ver película de terror, todos se negaron pero tuve que hacer puchero para que vieran la película. Rous se había acurrucado con Cole en el sillón pequeño, los dos se tapan con una sábana. Star y John estaba sentado juntos en el suelo entrelazando sus piernas y Hero estaba sentado del otro extremo del sillón grande y yo del otro. Cuando ya la película iba por la mitad escuchamos que tocaron la puerta, mire mi celular y ya eran las once y quince.

¿Quién podría ser a esta hora?

—Yo voy. —dije levantándome del sillón y agarrando mi celular, solo porque tenía un presentimiento.

Rous se volteo y me miro.

—Pregunta primero quién es, antes de abrir. No sabemos si es un lunático o un psicópata. —dice estirándose para agarra el tazón de palomitas que estaba del otro extremo de ella.

Ellas son las única que no se pregunta quien a esta hora, llamaría a la puerta.

—Yo sé. —dije volteando los ojos.

No soy una niña pequeña que necesita que la orienté.

Salí de la sala y me dirige a la puerta, pregunte quien era antes de abrir y la voz del otro lado me puso la piel de gallina. Abrí la puerta y salí unos centímetros.

— ¿Will? ¿Qué haces aquí?— fueron mis palabra cuando lo vi parado del otro lado de la puerta.

Me cruce de brazos porque hacia frio y estaba descalza, solo cargaba unos jeans y una franela rosada corta que me llegaba arriba del ombligo.

— ¿Podemos hablar?—me susurra para que nadie lo escuche, doy unos paso afuera dudando antes de cerrar la puerta le grito a Rous que es Lara y que necesita preguntarme algo, ella me dice que no me tarde mucho.

Cierro la puerta y me siento en unos de los sillones de madera que están afuera, el me sigue y se sienta a lado mío.

—Ahora, dime que quieres. —mi tono suena molesta pero es que estoy confundida.

Él se quita su suéter y me lo da para que me lo ponga. No lo acepto, sé qué hace mucho frio pero no pienso aceptar algo de él.

<<Si, hagámonos la durita hasta morir de hipotermia. Antes que usar algo de él.>>

— ¿Tú la viste?—pregunta él volviendo a darme el suéter.

¿A quién vi?

—Ah ¿qué te refieres?—alce mis manos y me las pase por los brazos para darme calor.

Mi bendito orgullo se fue al caño, a la final le quite el suéter y me lo coloque.

<<Al diablo de hacernos la durita, necesitamos vivir y no morir por una estupidez.>>

—A la chica.

Ya va, ¿él también vio la chica?

—Sí... Antes ¿Por qué?

¿Él me podría decir si ella es buena o mala?

—No te acerque más a ella. —me dice agarrándome las manos.

Lo mire, su expresión era de preocupación, no sabía decir si era por mí que la había visto antes o por ella.

— ¿Por qué no me puedo acerca a ella?— le exijo quitando mis manos de su manos. —Algo en ella se me hace familiar y no sé porque. —digo pasándome el dedo recordando donde la había visto antes.

—Es... tu hermana gemela. —me lo suelta.

— ¡¿Qué?!—Grito de lo sorprendida que estoy, después bajo mi voz. — ¡Perdón! pero ¿qué? ¿Te golpeaste la cabeza o qué? Dime que esto es una broma. —le miro sus ojos marrones claro y sé que me está diciendo la verdad. El nunca jugaría con algo así. Con razón se me así familiar su cara, su voz; todo. Pero mis padres nunca me dijeron esto antes. Me levanto y me pongo frente de él— ¿Está viva?—como pude preguntar algo así, una cosa como ella lo que hace no lo puede hacer una persona normal. Él me dice que no con la cabeza. — ¿Que quiera ella de mí?

—Eso lo estoy averiguando. — dice también levantándose, pasándose sus manos por el pelo. Se le ve preocupado, no me muevo si no que lo sigo mirando. — Llevo cinco días intentando averiguar que quiere de ti. Pero siempre juega con mi mente mandándome al principio de nuevo. —se me acerca. —Al principio creí que eras tú, cuando yo había llegado aquí. Una noche se apareció en mi cuarto, ella se me acerco y pensaba que era tú. Le dije: Luna ¿qué haces aquí?... Ella no me respondió y cuando se dio la vuelta para irse, me levante de la cama muy rápido. La agarra de un brazo y de la nada me quemo la mano, tan solo al tocarla, mira. —me enseño una quemadura en su palma.

Yo estaba asustada, ella se me aparecía en sueños, en visiones y en todos lados. Ahora como hare para quitármela de encima.

Al ver su mano recordé que cuando la toque también me había quemado, pero en la mañana cuando me desperté no había ninguna quemadura en mi mano.

— ¡Oh por Dios, Will! —le agarre la mano.

—Ella se llama lux. —dice él. —No deje que se te acerque. —escuchamos pasos, los dos nos volteamos y rogamos quien sea que no abriera la puerta todavía. Will se me acerco y de la nada me dio un beso en los labios, yo estaba tan sorprendida que no sabía qué hacer, que lo único que puede hacer fue quedarme inmóvil por el beso. Él me agarro la cara con sus dos manos para que no me alejara de él, cuando por fin lo intente. Se separó cuando escuchamos los pasos más cerca. —Te extraño. —me susurro pegando su frente con la mía y me volvió a besar. —Mañana vengo en la mañana. — sentí su mano dentro de mi bolsillo de pantalón y salió corriendo.

Yo me quede paralizada viendo por el lado donde Will había desaparecido.

— ¿Qué haces todavía afuera?—me pregunta Rous abriendo la puerta. Me voltee y pase de largo. — ¿Y esa chaqueta?—miércoles se me olvido dársela.

Me voltee y ni siquiera sabía lo que estaba diciendo cuando fingí estar molesta.

— ¡Lara, la tenía puesta! Y solo vino a restregármela. —dije y me voltee.

Ella entro y cerró la puerta. Yo me fui a la habitación a acostarme, no me quise cambiar de ropa. Me tumbe boca arriba y me puse a pensar, todavía no podría creer que Will me había dado un beso y yo se lo permitir.

Me agarro desprevenida y fuera de base.

Saque el papel que él me había metido en el bolsillo de mi pantalón. Eran un número telefónico y era su número telefónico, me acomode en la cama y deje que mis parpados se cerraran por sí solo. Hasta que sentir el peso del sueño caer encima de mí.

***

Todo mi santo día fue en salir de compra con Rous y Star, en mi defensa me obligaron a ir con ellas, necesitaban opiniones para algunos bikini y ropa de salir.

Yo solo quería dormir, estar metida en mi cama. Si yo estuviera en mi casa, no saldría por todo el verano, estuviera viendo series y películas en netflix, enrollada en mi dulce cama comiendo golosina como una cerda.

Todo esto de compra ropa me producía hambre y ellas no me iban a mantener.

<<Jejeje no me juzguen, nací para comer y moriré comiendo.>>

Rous siempre dice que la dejo en banca rota cuando salgo de compra con ella, porque pido muchos dulce. Creo que tiene razón, pero ellas saben que yo no tengo trabajo, ni medio en donde caer muerta.

En la mañana antes de salir de la casa llame a Will, le dije que no me fuera a visitar que no iba a estar. Me respondió al instante y quería saber si yo podía salir con él esta noche, le conteste que ya tenía toque de queda hasta la nueves.

Que era mejor para ningún día, ni siquiera lo había perdonado todavía.

Otra cosa que este confundiendo las cosas desde ayer, no quiera decir que ya lo he perdonado.

— ¡Oye! qué opina si te compramos este para ti. —dice Rous restregándome un bikini negro con lunares blanco. Hice una mueca de asco porque desteto los bikini y no me gusta la playa. —O este. —me enseña otro más escotado anaranjado.

Me levanto de la silla y me agarro una coleta en el pelo. Me acerco a ella y extiendo mis manos frente de ella.

—A...li...men...ta...meeee.—le digo pronunciando las palabras. Extendió mi mano frente de ella. Ella mueve su cabeza diciéndome que no. —Tu sabe que esto me da hambre y no me gusta salir de compra. — mi celular comienza a vibrar dentro de mi bolsillo, me lo saco.

Es un mensaje de Cristians, pongo los ojos blanco antes de volver a ver a Rous.

—No te voy a dar dinero hasta que te compre uno de esto. —pone frente de mi los dos bikini que ella había elegido.

Leo el mensaje de Cristians antes de responder.

Cristians: Te acabo de ver entrar en una tienda. ¿Qué tal si te invito un helado?

<<¿Quedarme con Rous a discutir de bikinis o salir con Will a comer helado?>>

Levanto mi mirada y Rous todavía tiene frente de mí extendiendo los bikinis. Le respondí rápido a Will.

Luna: Claro, espérame en los puestos de comida.

—Voy a dar una vuelta por ahí.

—Luna por favor no le vayas a quitar la comida a la gente. —Rous entrecerró sus ojos fijando su mirada en mí.

Me di media vuelta y salí de la tienda de ropa de traje de baños. Rous me grito miles de veces que me volviera pero no lo iba a hacer, ella sabía que entre discusiones de bikini ella iba salir perdiendo.

Quince minutos después vi a Will sentado en uno de los banquito que estaba cerca de los puestos de comida. Él llevaba puesto unos jeans negros, con una camiseta negra y una chaqueta negra. Ese chico aunque se vista de negro, todo le queda bien.

Parece un dios griego, esculpido por los mismos ángeles.

<<¡Luna Hill! Reacciona.>>

Antes de acercarme a él, me dije: Luna tienes que dejar la cosa en claro, no más beso inesperado y no más falsa alarma. Tu pobre corazoncito sufrió mucho ese día.

Me mire en una vidriera que reflejaba mi reflejo, me mire bien y mi pelo se veía espantoso con una coleta, me solté el moño. Acomode mi pelo suelto con las yemas de mis dedos. Me acomode el suéter rosa que traía puesto, con unos jeans blanco y una sandalia dorada. Y me acerque a él.

Él a verme se levantó del banco donde estaba sentado, se acercó a mi más rápido y pude ver que traía una pequeña cajita en su mano. Era blanca por completa y la cinta eran doradas. El me abrazo cuando llego hacia mí y no sabía si responder el abrazo o no.

<<No tenías que ser mala todo el tiempo, podía perdónalo.>>

Pero, él fuera hablado conmigo antes.

<<¡Pero nunca lo hizo!>>

Le respondí el abrazo de mala gana y después me separe de él.

—Sabe a qué vine ¿verdad?—le digo metiendo mis manos dentro del bolsillo del suéter.

Él me mira y suelta una risa, se ve lindo cuando sonríe pero no tanto como mi catire.

—Sigues siendo la misma Luna de siempre. —me dice sonriendo.

Sacando mi mano del suéter, entrelaza nuestros dedos y me guía sin mi permiso.

¿Pero qué le pasa a éste?

No lo suelto y no sé porque.

El me guía a un puesto de helado y pide de chocolate con lluvia de colores para mí. Y el pide para él uno de chicle con lluvia de chocolate.

— ¿Creía que se me había olvidado?—me dice cuando la chica nos da los helado.

No le contesto, él paga los helados y nos sentamos en una mesa que esta aparte de la multitud.

— ¿Sabes de que me acabo de enterar?—curioseo dándole una lamida a mi helado que se está derritiendo, el me pasa una servilleta para colocar en mi barquilla. La agarro y la envuelvo.

— ¿Que te hice venir hasta donde estaba yo sin hacer ningún esfuerzo? Tocando tu punto más débil. —sonrió porque es verdad.

—Eso se llama chantaje. —le contesto. Mi teléfono comienza a sonar y lo saco para ver quién es. Casi se me cae el helado al suelo cuando leí el nombre, era mi catire. No conteste si no que rechace la llamada. —Es Rous, no para de llamarme cada cinco segundos.

—Creo que le caigo mal. —señala estirando su mano hacia mi mejilla, rosando su dedos por la comisura de mi labios para limpiar con la yema de su índice el comienzo de mi labio.

— ¡Oye no invadas mi espacio personal!— le contesto un poco nerviosa mientras me echó para atrás. El celular vuelve a sonar y lo agarro por impulso.

— ¡¿Qué pasa?!—alzo mi voz y no sabía quién era del otro lado, porque no me moleste en leer el nombre.

¿Por qué me cuelga? — ¿qué? miro para ver quién me estaba llamando y casi me daba otro infarto. Era mi catire. — Te estoy viendo, esta con Cristians. —Will me mirada y me vuelve a pasar una servilleta.

No sé si responder, miro a mi derecha buscando a Hero y mi mirada se enfoca en los puestos de hamburguesa estaba el ahí parado junto con Anna Will. Ella se le veía que estaba pidiendo algo a un chico, mientras que Hero me lanza miradas de asesinato.

— ¡Ya te dije Rous, que estoy bien!—dije un poco molesta y no le di tiempo a responder a Hero.

Ahora no sabía qué hacer, no sabía si decirle a Will que nos fuéramos o quedarnos. Yo comencé a comer rápido porque estaba nerviosa y él lo noto.

—Oye ¿te vas a comer eso?—le preguntó señalando su helado, porque ya me había terminado el mío. El enarca una ceja de confusión.

— ¿Está nerviosa? Tu solo come demasiado cuando está nerviosa. —Me da su helado y como que algo llama su atención antes que yo pueda hablar. — ¡Mierda! mi hermana está aquí. —sigo su mirada y es Anna Will. ¿Ella es su hermana, cómo?—Tenemos que irnos. —él se levanta muy rápido, me agarro de la manos y nos fuimos del centro comercial.

Después que salimos huyendo del centro comercial, le dije que me dejara en la casa de las chicas. Ellas todavía no habían llegado así que me imagine que a lo mejor se habían encontrado a Cole o a John mientras que ellas compraban. Yo por mi parte subí y me di una larga ducha y después me cambien de ropa y me fui a dormir apague el celular.

No quería que nadie me llamara por ahora.

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