★★★★
Los labios de Hyungwon era lo más malditamente delicioso que había probado jamás.
Siseó contra su boca mientras seguía aprisionandolo contra la puerta, no pudo contenerse y terminó por clavar sus dientes en los carnosos labios de Hyungwon, arrancandole algo parecido a un gemido.
El delgado agarraba los mechones de su cabello, incitandolo a que siguiera besándolo.
Pero las inquietas manos de Wonho no querían quedarse en la espalda de Hyungwon, así que comenzaron a recorrerlo desvergonzadamente, empujando el delgado cuerpo contra su entrepierna.
Anhelaba más que nunca esa fricción.
Era un deseo totalmente incontrolable que pedía a gritos ser saciado con aquel delgado cuerpo que tenía entre sus brazos.
Sus lenguas jugaban un rol importante en esos momentos, eran las encargadas de emitir lujuria a través de sus bocas y provocar escalofríos en el contrario.
Así que sin cortar el intenso beso, Wonho dirigió a Hyungwon hacia el sofá de su sala, recostandose sobre él, con mucho cuidado de no aplastarlo.
El agitado Hyungwon flexionó sus piernas lentamente para darle espacio a Wonho, hasta que terminó por enrollarlas en el musculoso cuerpo.
El beso no iba a detenerse y el oxígeno parecía no ser importante en medio de la desesperación que ambos sentían sin motivo aparente.
Así que aprovechando su excitación y la posición en la que se encontraban, Wonho comenzó a simular suaves embestidas sobre Hyungwon quien no tardó en gemir al sentir la fricción aún por encima de la ropa.
Su beso se cortó y las miradas de ambos se dirigieron pervertidamente a su entrepierna, ambos jadeaban con su respiración entrecortada al ver sus cuerpos rozarse tan lenta y placenteramente sobre la ropa.
Wonho se apoyó con sus brazos, poniendo uno a cada lado de Hyungwon y decidió bajar drasticamente la velocidad de su roce, sin dejar de ver las partes bajas de Hyungwon.
Era tortuosa la lentitud, pero era jodidamente más excitante, tanto así que Hyungwon no pudo evitar cerrar los ojos y gemir.
Las manos de Hyungwon se posaron sobre el trasero de Wonho y lo empujó suavemente para que siguiera con el tortuoso movimiento.
Los suaves gemidos de Hyungwon eran acompañados por los siseos de Wonho y el sonido de las agujas de un viejo reloj que había en la sala.
Pero ya era insoportable el hecho de no sentirse como deberían, Wonho apartó su mirada de sus caderas y la posó en el blanco cuello de Hyungwon que había quedado al descubierto debido a la posición en la que se encontraba.
Entonces relamió sus labios, sintiendo un nuevo deseo incontrolable: quería marcar a Hyungwon con un chupetón enorme.
Su mirada estaba fija en aquel punto específico y casi podía sentir sus labios temblar de deseo, entonces comenzó a acercarse lentamente como una fiera a su presa.
Pero justo cuando estaba a un par de centímetros de llegar a su meta, Hyungwon acunó su cara e hizo que lo mirara fijamente.
— ¿Wonho? — susurró con un toque de preocupación en el rostro y al escucharlo, sintió como instantáneamente todo deseo extraño e incontrolable, se esfumaba de su cuerpo — ¿Estas bien? — Wonho frunció el ceño ante la pregunta y se levantó del cuerpo de Hyungwon, estaba pensativo — ¿Qué le pasa a tus ojos?
Wonho lo miró confundido.
— ¿Mis ojos? ¿Qué tienen? — frunció el ceño nuevamente y Hyungwon también se sentó en el sofá, examinandolo.
— Yo... — se restregó los ojos y sonrió — lo siento, seguro es tontería mía, debo cambiar mis lentes de contacto... Juraría que los vi totalmente grisáceos por unos momentos tus pupilas... — le señaló los ojos — parecían dilatadas, aunque bueno, supongo que fue por lo que pasó hace un momento... — se rió un poco avergonzado.
Fue entonces cuando Wonho se enteró de la situación en la que estaban y se levantó del sofá como un loco.
— Mierda... — se arregló la ropa — Hyungwon lo siento... Yo... No sé que pasó y... — Hyungwon se arregló la ropa tranquilamente y sonrió.
— Descuida, supongo que nos dejamos llevar... — se encogió de hombros, es todo... — sonrió tranquilo y suspiró — ¿Puedes... — se rascó el cuello con nerviosismo — prestarme el baño? Es decir... — se cubrió la entrepierna avergonzado y Wonho comprendió y asintió.
— Lo siento... — le señaló una puerta específica — es allí, si necesitas algo dímelo... — Hyungwon asintió tranquilo y se dirigió hacia la puerta en silencio.
Wonho suspiró frustrado y se sentó en el sofá donde recientemente había tenido un fogoso faje con el mejor amigo de su infancia.
— Mierda... — se pasó las manos por el cabello y fue cuando se dio cuenta que él también tenía un fuerte problema en los pantalones.
Se levantó y fue directamente a su habitación en el piso de arriba, tiró su mochila en la cama y sacó su libro.
Y olvidando totalmente el incidente de la mascota de Hyungwon, comenzó a dibujar en una página limpia.
Recordó las facciones de Hyungwon debajo de él y quizo dibujarlas, pero pensó en que eso se vería muy pervertido de su parte, así que simplemente comenzó a trazar un par de líneas que dejaban al descubierto un bonito dibujo con pocos detalles donde Hyungwon yacía acostado sobre su cama, durmiendo plácidamente con una de sus camisas puestas mientras un pajarito se asomaba por la ventana.
De nuevo puso una fecha equivocada aunque esta vez sólo se equivocó con un día de diferencia y sin darse cuenta de su error, cerró el libro para finalmente irse al baño a resolver su problema.
Y después de mucho rato de encargarse de su problema, darse una ducha y volver a vestirse, se encontró con un Hyungwon adormilado en el sofá.
— Mierda... Hyungwon lo siento, olvidé por completo que estabas aquí... — Hyungwon asintió con tranquilidad.
— No te preocupes, no quise irme sin despedirme... — sus pequeños ojitos estaban cerrándose solos — ¿puedo quedarme en tu sofá? Estoy muriendo de sueño...
Wonho lo miró comprensivo.
— Puedes dormir en mi cama si quieres... — susurró sintiendo un enorme deseo de retener a Hyungwon sin motivo alguno — quédate allí, por favor...
Hyungwon asintió adormilado y se puso de pie tambaleandose un poco.
— Entonces guíame... — Wonho asintió y un sentimiento de victoria lo invadió, era tan placentero que no podía dejar de sonreír, lo llevó a través de las escaleras, dejando que Hyungwon se apoyara en él, hasta finalmente llegar a su habitación — ¿vas a quedarte aquí también?
Y un nuevo fuerte deseo lo invadió.
No lo había pensado, pero ya que Hyungwon lo había mencionado, ahora quería quedarse en la misma cama que él.
— Si... — susurró con seguridad — ¿te molesta eso? — Hyungwon negó sonriente mientras se tomaba la confianza de cambiar su camisa por una de Wonho.
— Entonces espero no molestar mucho... — Wonho asintió con el sentimiento latente en su pecho, totalmente sonriente, pero frunció el ceño cuando Hyungwon soltó una risita leve casi dormido — creo que de verdad debo cambiar mis lentes pronto... — se quitó las lentillas y las puso en algún sitio — de nuevo estoy viendo tus ojos grisáceos...
Wonho lo miró confuso, pero no pudo preguntar nada porque Hyungwon casi al instante se quedó dormido.
Las cosas extrañas que estaban pasandole aumentaban en su lista y seguía sin entender el porqué o más bien, sin recordar.
Y cuando creyó que todas las cosas extrañas ya habían pasado y que todo volvería a la normalidad, al día siguiente se despertó como un loco sintiendo un horrible dolor en la frente, corfimando a los pocos segundos que se trataba de una nueva hemorragia nasal.
Se levantó con molestia al notar que su reloj apenas marcaba las seis de la mañana y que Hyungwon aún dormía plácidamente a su lado.
Entonces consiguió un poco de papel higiénico y se sentó en un pequeño sofá que tenía en su habitación, esperando que la hemorragia pasara finalmente.
Y luego se fijó en la imagen que tenía enfrente.
Una vez más uno de sus dibujos se volvió a hacer realidad.
Hyungwon estaba durmiendo tranquilamente, con su camiseta, en su cama.
Sacudió la cabeza porque consideró la situación una coincidencia que tenía similitud debido a que estaba muy adormilado y seguramente estaba soñando.
Su pequeña hemorragia se detuvo y el sueño lo volvió a vencer, entonces volvió a la cama dejando pasar por alto varios detalles.
Por ejemplo, el hecho de que abrazó a Hyungwon para quedarse dormido, que sus ojos se habían vuelto a poner grisáceos por un breve momento y que un pequeño pajarito estaba agonizando en su ventana.
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