Marcos empacó sus cosas para irnos. ¡Mierda!, hubiese hecho lo mismo antes de irme. De todas formas me servía como excusa para probar que tal se vería la ropa de Marcos en mí. ¿Adonde iremos? No lo sé, probablemente aún lugar muy lejos de aquí, un lugar donde nadie pueda encontrarnos y que seamos solo él, yo y las estrellas en el cielo.

-¿Eso es todo?

-Sí, de todas formas no tenía mucho en el apartamento -dijo Marcos haciendo una pequeña sonrisa cerrando la cajuela del auto

Marcos y yo nos subimos al auto y empezó a conducir. Él me comentó que en Calgary se podían encontrar varios trabajos que pagaban bien, además de que las viviendas arrendadas no eran costosas. 

-Ey Marcos, ¿Por qué no te fuíste a Calgary desde antes?

-Bueno, digamos que me costaba un poco dejar el hogar que mi madre y yo teníamos. Y bueno, ya sabes como acabó todo. Por otro lado tenía un trabajo mas o menos estable haciendo hamburguesas en McDonalds. Lastimosamente me despidieron porque un imbecil dejó el gas encendido e hizo que todo el local estallara. Desde entonces solo he podido conseguir trabajos de medio tiempo que no pagan muy bien.

-Que extraño, nunca me invitaste a comer al McDonalds

-Bueno, quería que bajaras unos cuantos kilos -en ese momento le pegué un codazo en el costado a Marcos -Auch, eso me dolió

-Pero tengo bastante fuerza por lo que veo

Los dos comenzamos a reír mientras escuchabamos "You're My Star" de Stereophonics. Después de un rato me quedé dormida, pensando en la que podría ser nuestra nueva vida por allá en Calgary, los amigos que haríamos, los trabajos que tendríamos he incluso los hijos que tendríamos. ¿Sería muy descabellado pensar en una vida perfecta? Podía ver nuestra vida en todos los colores posibles, como si de alguna u otra manera supiera que las cosas iban a terminar bien.

Después de un tiempo me levanté, no era mañana pero... tenía ganas de ir al baño. La luz de la luna alumbraba mi rostro y hacia que el despertarme fuera mas sencillo. Miré a un costado y Marcos no estaba. Probablemente había salido para comprar algo para comer o algo parecido. Decidí salir yo también del coche. Me sorprendí un poco cuando lo ví sentado en una de los bancos de un parque que quedaba justo debajo de un puente gigante con un lago debajo de él. Me acerqué poco a poco hacía él mientras rascaba las pupilas de mis ojos.

-Marcos, ¿Qué haces? Son las tres de la mañana -dije haciendo un bostezo

El se giró y me dirigió la mirada.

-Lo siento Ash, es que hoy se cumplen tres años desde que mi madre falleció. Yo solía mirar las estrellas con ella -tomé asiento mientras Marcos seguía hablando -me gusta pensar que una de ellas es mi madre, observandonos. ¿Qué pensará de mi ahora? Desempleado y sin dinero

-Ey -dije poniendo mi mano encima del brazo de Marcos -no seas tan duro contigo mismo -con mucha suavidad puse mi cabeza encima del hombro de él -estoy segura, que ella está muy orgullosa de tí

Marcos suspiró.

-Eso también me gustaría pensar.