Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3.

—Ve —dice Riley empujándome para que salga del coche ya que se estaba formando una fila detrás suyo—. Vengo por ti a las cinco —dice antes de arrancar.

Oh, vaya mierda. Empiezo a caminar hacia el edificio cada vez menos entusiasmada con la idea de ir a un centro de apoyo.

Estaba tan ensimismada en mis pensamientos que casi no noté que estaba en el suelo.

— ¡Mierda! No te he visto. ¿Estás bien?

—Este... sí —digo pestañeando repetidas veces, intentando aclarar mis pensamientos. Alzo la vista y me encuentro con un chico pelirrojo con los ojos muy abiertos que me mira desde su silla de ruedas. Me levanto.

—De verdad lo siento —dice impulsándose para empezar a andar—. ¿No te has quebrado nada?

—Lo dudo —digo poniéndome a su lado—. Yo... ¿A dónde te diriges?

El chico está rojo —cerca del color de su cabello— y no me mira, probablemente por la vergüenza.

—A aquel edificio —dice señalando el edificio donde era centro de apoyo.

—Gracioso, igual yo. Soy Jess, por cierto.

—Amos —dice estrechándome la mano.

Cuando llegamos al edificio Amos hace una mueca.

—Creo que aquí nos separamos —dice señalando a un ascensor. Levanto una ceja—. Si quieres tener una buena primera impresión recomiendo usar las escaleras. Lo mejor es evitar el ascensor a menos que realmente lo necesites. Y ya me ves —dice señalando a sus piernas.

—Ah. Vale —digo. Comienzo a bajar las escaleras y llego a una estancia amplia llena de chicos charlando entre ellos, de los cuales la mayoría se veía normal, salvo unas chicas con pierna ortopédica o sillas de ruedas. De hecho, probablemente deben pensar lo mismo de mí, el que parezco normal. Nadie siquiera pensaría que tengo Leucemia.

En el centro de la sala hay un círculo de sillas, donde hay chicos sentados, conversando. Las sillas se empiezan a llenar y cuando veo que la mayoría está sentada me apresuro a hacer lo mismo. Al final termino entre dos chicas, de las cuales ninguna parece muy entusiasmada en hablar conmigo. Al final, la que está sentada a mi izquierda parece compadecerse de mí, ya que luego de ajustar su tanque de oxígeno se gira para mirarme.

—Hola —dice—. ¿Cómo te llamas?

—Jess —respondo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro