Capitulo 10. [Maratón 1/5]
—Gira por aquí —indicó Josh. Asentí y giré—. ¿Tienes los sprays?
— ¿Qué?
—Para hacer el graffiti, duh.
—La bolsa azul.
Se dio vuelta y rebuscó en los asientos traseros la dichosa bolsa azul mientras lo miraba por el retrovisor.
Sacó una bolsa, me la mostró y asentí. La abrió y metió la cabeza.
—Aquí están. Hay... Azul, negro, rojo, verde, rosa, morado y naranjo.
— ¿No ves, querido amigo? Yo siempre ando un paso por delante.
Bufó.
— ¡Mira el camino! —chilló tomando rápidamente el volante y girando bruscamente hacia la izquierda— ¡Dios mío, Jess, casi nos matas! Si no fuera por mi increíble agilidad y súper belleza estaríamos muertos.
— ¿Súper belleza? —dije al fin calmándome del susto, poniendo las manos en el volante— ¿que tiene que ver tu "super belleza" —remarqué las comillas con mis dedos mientras me miraba ofendido— con girar un volante?
—No lo sé, pero de todas formas influye.
Puse los ojos en blanco.
—Gira a la derecha aquí, después del semáforo.
Seguí las indicaciones de Josh y llegamos a una calle sin salida.
— ¿Seguro de que es aquí? —dije extrañada—. Es una calle sin salida —lo miré. Él estaba tranquilo, en silencio y tan guapo como siem... ¡Concéntrate Jess!
—Si, es aquí —dijo al fin. Abrió la puerta de copiloto y se bajo de un salto. Rodeó el auto por la parte delantera y abrió la puerta del piloto y tendió una mano—. Baje, madame.
— ¿Desde cuando eres tan caballeroso? —me reí y me baje afirmándome de su cara.
— ¡Ah, mi cara! ¡Arruinas mi belleza! —me miró enfurecido— ¡El momento era perfecto y súper romántico y tu lo arruinaste! ¡Eres mala! —se cruzó de brazos y subió su labio inferior, como un niño pequeño a punto de hacer un berrinche.
Lo ignoré y le quité la bolsa de sus manos.
—Vamos, ¿donde queda?
—Por aquí, chica cruel —empezó a caminar sin dirigirme una palabra, con la barbilla en alto.
—Por Dios, no seas inmaduro.
—Oh, lo siento chica perfecta. No sabía que era malo ver Go Diego Go, los Backyardigans y Bob Esponja.
—No puedo creer que realmente estés enojado por eso. Lo siento, ¿si? ¿Me perdonas? Porfis, porfis, porfis —me puse de rodillas y junté mis manos— pooorfis...
—Okay, okay. Pero quiero algo a cambio.
Me levanté rápidamente.
— ¿Si? ¿Que cosa?
Se llevó un dedo a la barbilla y "pensó" (va con comillas porque dudo que pueda hacerlo) unos segundos.
—Te perdonaré si a cambio me das un beso.
¿Un beso? ¿Es en serio?
Sonreí. Puede que me haya conquistado, pero se la haré difícil.
— ¿Un beso? ¿Nada mas?
—Nada más.
Me encogí de hombros, me acerqué a él y le deposité un pequeño beso... En la mejilla.
— ¡Hey! Era acá —levantó los labios y se los señaló con un dedo.
—No lo habías dicho. Dijiste "un beso".
— ¡Pero estaba claro lo que me refería!
—Pues... Deberías haber especificado mejor —le saqué la lengua.
Se metió por un callejón y después de caminar un rato señaló una pared de ladrillos.
— ¿Lo hacemos aquí?
—Mira mejor, tontita. ¿Cabes por ahí?
Me acerqué para mirar mejor y vi que no era una pared de ladrillos, sino dos, con un espacio de 20 centímetros aproximadamente entre ellas.
—Supongo.
Me puse de lado y empecé a avanzar rápidamente entre las dos paredes —que después descubrí que eran casas. Al terminar salí y vi que era una especie de condominio.
—No sé si lo recuerdas, pero venimos a hacer un graffiti, no a... Lo que pienses que vamos a hacer.
Me miró e hico una seña para que lo siguiera.
—Me encanta que seas tan hablador —dije sarcástica.
Lo seguí en silencio, pasamos por una cancha de fútbol y llegamos a un callejón con una pared blanca (las demás eran de ladrillo).
—De pequeño vivía aquí, usábamos esta pared cuando jugábamos fútbol y...
— ¿Lo vamos a hacer aquí?
—Solo si quieres...
— ¡Va a quedar muy bonito! —di saltitos sin poder evitarlo.
Ví a Josh voltear hacia los dos lados antes de pedirme algunos sprays. Pues claro, esto no era legal según tenía entendido.
Le pasé unos sprays y destapé el de color verde mientras Josh destapaba el azul.
No sabía como hacer graffitis, así que me limité a imitar sus movimientos.
Lo agitó e hice lo mismo. Apretó el cosito por donde saldría la pintura e hice lo mismo.
Empecé a llenar la pared de colores y al empezar a manejar mejor el spray empecé a poner corazones por todas partes.
Empezamos a reírnos y usar de todos los sprays haciendo cosas raras sin forma.
Josh se alejó de la pared, seguramente para ver como nos estaba quedando o simplemente para buscar algo en el auto y yo, sin tomarle importancia seguí haciendo cosas raras en la pared que alguna vez fue blanca.
Al sentir algo húmedo en mi cuello miré hacia arriba para ver si estaba lloviendo. Al ver que estaba sin una sola nube me giré y vi a Josh con una sonrisa traviesa y un spray en mano.
Me toqué el pelo y al sentir que chorreaba lo miré.
— ¡¿Qué es esto?! —chillé.
—Creí que a tu pelo le faltaba algo de color, así que al ver estos sprays me fue inevitable.
Fruncí el ceño e intenté quitarme lo mas que pude la pintura del pelo.
Se dio vuelta y siguió haciendo su trabajo con el spray.
Lo miré. Que linda camisa blanca. Sería una pena que se ensuciara...
Levanté el spray y apreté el cosito que hacia que saliera la pintura, dirigiendo la pintura hacia su blanca y limpia camisa.
Pegó un salto y se dio media vuelta, haciendo que llenara de pintura la parte frontera de su camisa ya que no había dejado de apretar el spray.
Me miró ofendido y empezó a manchar mi camisa de pintura.
Y así empezó nuestra guerra de pintura.
— ¡Tregua! —grité cuando ya me había cansado de la maldita guerra.
— ¿Tregua?
— ¡Si, tregua!
Me miró levantando una ceja.
—Solo si me das algo dejaré de llenarte de pintura.
— ¿Ah, si? ¿Qué?
Ya me imaginaba que quería, pero de todas formad le pregunté.
—Un beso...
... Y sigue con lo mismo...
—... Aquí —dijo señalándose los labios.
Rodé los ojos. Solo era un beso ¿verdad? Solo un tonto e insignificante beso.
Me acerqué a el y le deposité un pequeño beso en los labios, pero el fue mas rápido, me agarró de la cintura, y continuó besándome.
No hice nada por frenar el beso, pero tampoco le seguí; simplemente me quedé como estatua.
Vamos, Jess. Te quedan poco meses, o quizás dias de vida. ¿Que pasó con eso de arriesgarse?
Haciéndole caso a mi conciencia le seguí el beso a Josh, sintiendo como sonreía contra mis labios.
Agarré sus cabellos entre mis dedos, profundizando más el beso.
Me separé de él y me miró con una sonrisa traviesa.
—Y al principio no querías ni siquiera uno cortito... —se burló.
—Cállate estúpido.
Miré nuestra obra de arte y miré la bolsa que había quedado en el suelo, vacía.
Excepto por...
—No hemos usado el negro —dijo leyéndome el pensamiento.
—Me di cuenta.
Lo agarré y escribí al centro "Jess y Josh".
— ¿Por qué escribes nuestros nombres?
Y yo que pensaba que diría algo romántico...
—Por si alguien quiere robarse el crédito de lo que hicimos.
—Pero así la policía nos atrapará antes.
—Existen millones de Joshes y Jessies en Washington.
—Como sea.
Nos quedamos viendo la pared llena de colores. Generalmente los graffitis no son lindos, pero hay que admitir que este había quedado muy lindo. Se veían formas abstractas y "dibujos" que habíamos hecho.
— ¡Quedó precioso! —chillé emocionada—. Cuando tengas hijos los traerás aquí ¿no es así? Y les hablarás de tu amiga loca muerta —me reí—. Pero tienes que hablar cosas buenas de mi, eh —lo miré levantando una ceja y él me abrazó por la cintura mientras mirábamos nuestro mural.
— ¿Crees que esta cosa sea tóxica? —dijo rompiendo el silencio mientras señalaba una lata vacía.
— ¿Por qué?
—Porque creo que en la guerra de pintura tragué un poco —rió.
—Pues... Esperemos que no lo sea —dije encogiéndome de hombros.
***
— ¡Estoy tan emocionada! Digo, ¡mira esto, Abby! En mucho menos de un mes cumplí estos puntos —dije señalando la lista.
Ya había tachado tres de los doce puntos que tenía:
5. Hacer un graffiti en una pared
9. Aprender a surfear
12. Entrar junto a mi mejor amiga a un laberinto y hacer una carrera de quien sale primero que él
— ¿No deberías tachar también hacer una "guerra de pintura"? Según lo que entendí, haciendo el graffiti hicieron una, ¿no?
—Era con sprays, no cuenta. Además tengo pensado hacer paintball.
—Estupendo. Podríamos ir tu, yo, Josh y Chad —dijo emocionada.
Chad Jensen, actual novio de Abby.
—Genial —dije sonriendo. La verdad es que Chad me agradaba y hacia una linda pareja con Abby, así que no me molestaría que el fuera al paintball con nosotros.
El teléfono de Abby comenzó a sonar.
—Un momento —dijo sacando su teléfono de su bolso—. ¿Chad?... Si... No... Tendría que ve... No, no, yo... ¡Claro!... ¿Ahora?... Si, si... Claro, amor... No, yo te quiero más... No yo... Cuelga tu... No, tu... Tu... Cuelga tu... Cuelga tu...
— ¡Cuelga y punto! —chillé sin resistirme.
Hizo una mueca.
—Okay, bye. ¡Te quiero! —colgó—. ¿Era necesario?
— ¡Claro que si! ¡Son insoportables!
Ne sacó la lengua.
— ¿Te importa que vaya a casa de Chad? Nos vemos luego, lo juro.
—Okay, okay, ve con Chad, tu amor y vuelen juntos en un unicornio por el arco iris hasta llegar a Narnia —puse los ojos en blanco—. Hasta mañana fea.
—Nos vemos rara.
Se despidió, dejó un billete para pagar su parte y vi como salía de Walters. Pedí la cuenta, pagué y me dirigí a la salida.
Pero había alguien esperándome. Mierda.
La que estaba en la puerta de Walters era la pesadilla que había visto ayer y que al parecer si me había reconocido, pero había hecho que yo pensara que no. Era la persona con la que había intentado no toparme desde que me gradué.
—Hola, Betty la fea. ¿Me recuerdas? —me dedicó una sonrisa burlona.
—Brooke —dije con desprecio, escupiendo el nombre.
Sonrió con superioridad.
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¡Hola!
¡Primer capitulo del maratón! YEY :3
De nuevo pocas palabras, sorry.
Pero... Lo voy a compensar con este maratón y JURO empezar a subir mas seguido *se pone una mano en el corazón*
Bueno, eso.
Bye
Editado.
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