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O38 | pasado

Capítulo XXXVIII. El camino de la venganza y sus consecuencias.

Flashbacks !

Buenos Aires, Argentina || 05 de mayo de 2019 [Capítulo 27].

diego's pov

El ambiente estaba tenso a pesar de que no nos encontrábamos en un lugar oscuro o cerrado, de hecho, era todo lo contrario. El verde del parque se extendía a nuestro alrededor mientras que el viento un poco frío nos envolvía.

A mi lado, la figura con la que había estado conversando durante las últimas semanas permanecía inmóvil, con la cabeza inclinada.

—Tengo que terminar —dijo despacio. Asentí, sin atreverme a mirarlo directamente a los ojos.

—¿Cuántos son? —indagué con curiosidad.

Un silencio pesado cayó entre nosotros. Levantó la cabeza lentamente observando los pequeños detalles a su alrededor como si buscara una respuesta en ellos.

—Siete —habló como si nada, dejándome helado.

—¿Vas a matar a siete personas...?

—Voy a matar a siete asesinos —corrigió—. No importa si recibían órdenes o no, ellos mataron a personas que no merecían morir.

—Vos haces lo mismo —musité.

—Las personas a las que maté arruinaron familias enteras, ellos lo merecían.

—No es cierto. Nadie, por muy malo que sea merece la muerte —discutí.

Sus ojos oscuros vieron los míos, intimidándome de inmediato.

—¿Qué querés decir con eso? —frunció el ceño.

Tragué saliva nervioso y decidí no volver a hablar.

—¿Y Kiara? —preguntó segundos después.

—No sé, ella se ha estado alejando de mí últimamente.

—Dijiste que eran amigos.

—Creo que desconfía de mí...

Negó con la cabeza y me preparé mentalmente, ya sabía lo que diría.

—No podés dejar pasar cosas así —su voz se volvió más dura—. ¿Recordás cuál era tu misión? —asentí.

—Lo intenté —me defendí.

—Intentaste —rió de forma irónica—. No me sirve que intentés, Diego.

Suspiré cansadamente antes de hablar nuevamente.

—Hace un rato fui al hospital... hablé con ella y ya sabe acerca de vos.

—En algún momento se iba a enterar —dijo despreocupado—. El siguiente paso es quitar a Carlos del camino.

—¿También vas a matarlo?

—Claro que no —sonrió—. Mataré a sus aliados y así nada podrá defenderlo, estoy seguro de que cuando no tengan más amenazas ellos lo acusarán con la policía... y en caso de que no lo hagan por su cuenta vos deberás ayudarlos ¿queda claro?

Asentí sabiendo que no tendría otra opción.

—¿Qué va a pasar con ella? —pregunté con temor—. ¿Vas a lastimarla?

Escuché un suspiro de su parte, ya sabía que hacer preguntas era arriesgado, pero necesitaba saber que no le iba a hacer algo malo.

—Si tu pregunta es que si la voy a matar... no, jamás podría hacerlo —hizo una pausa—. Y si llego a lastimarla, es porque es necesario hacerlo.

—¿Necesario? ¿Por qué? —insistí.

—A veces es mejor que no sepas algunas cosas, recordá que te elegí a vos para que me ayudaras a que ella llegara hasta este punto —se giró a verme—. Ni se te ocurra hacer alguna boludez, porque las consecuencias serán grandes para vos.

Apreté mi mano en un puño conteniendo las ganas de salir corriendo de ahí, tenía miedo de lo que pudiera pasarle.

Solo espero que no la lastime...

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Buenos Aires, Argentina || 04 de junio de 2019 [Capítulos 36-37]
diego's pov

Los recuerdos del encuentro con Víctor seguían dándome vueltas en la cabeza mientras caminaba hacia la casa de Kiara. Había una línea muy fina que no quería cruzar, pero ya estaba demasiado involucrado.

Cuando llegué a su casa estaba entreabierta, algo que no era normal. Me acerqué con cautela y justo cuando estaba a punto de entrar, escuché voces adentro.

Rápidamente me escondí y escuché atentamente.

Ya estaba ahí.

El miedo y la desesperación en sus voces eran inconfundibles. Los gritos, los golpes, el sonido de algo rompiéndose. Todo eso me llenó de terror.

Dijo que la lastimaría siempre que fuera necesario, ¿por qué era necesario? ¿Qué es lo que quiere exactamente?

Muchas preguntas, pocas respuestas.

Me quedé allí, inmóvil, mientras escuchaba el caos desarrollarse. Sabía que tenía que actuar, pero sabía que si lo hacía él acabaría con todo lo que me importaba. Finalmente, cuando el silencio cayó sobre la casa, esperé unos minutos más antes de atreverme a entrar.

Dentro, encontré la escena que había temido, Iván y Kiara, inconscientes y heridos. Víctor ya no estaba.

Saqué mi teléfono con manos temblorosas y llamé a una ambulancia. También llamé a los padres de Kiara y a la mamá de Iván, tal como él me había ordenado.

Hice lo que él me pidió, y en el fondo no podía dejar de sentir que la había traicionado de la peor manera.

Fin del flashback !

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Miercoles 5 junio, 2019. [Actualidad]

diego's pov

El aire en la habitación estaba cargado de tensión, y cada vez que miraba a Kiara, podía ver cómo las piezas de su mundo se desmoronaban. Su mirada, que antes estaba llena de confusión y miedo. Era un reflejo de lo que yo sentía.

—Kiara... —comencé, buscando las palabras adecuadas. Jugué con mis manos nervioso, no podía formular alguna oración coherente en ese momento. 

Entonces, decidí ser honesto. La verdad siempre fue mi mejor opción, aunque fuera dolorosa.

—Yo siempre estuve involucrado en todo ésto —comencé—. Cuando Víctor me encontró... me dijo que necesitaba mi ayuda para que tú lo encontraras a él. Al principio, no sabía qué quería exactamente. Solo sabía una cosa, quería hacer que Carlos terminara en la cárcel.

Ella me miró con sorpresa, como si el aire se le escapara de los pulmones.

—¿Qué estás...? —su voz temblaba. Iván a su lado estaba igual de confundido—. ¿Por qué...?

—Porque él me amenazó. Dijo que si no lo hacía, me haría daño. Me obligó a acercarme a ti, a ser tu amigo, a ganar tu confianza —bajé la mirada, sintiendo el peso de mis acciones—. Pero nunca descubrí lo quería.

Un silencio pesado se instaló entre nosotros, y podía ver cómo su mente procesaba la información. Su expresión era una mezcla de rabia y decepción.

—Lo único que me dejó claro es que quiere vengarse de Carlos.

La angustia en sus ojos de me afectaba de maneras que no podía comprender. Estaba al borde, y la verdad era más de lo que ella podía soportar. Pero necesitaba saberlo.

—Si quiere vengarse de Carlos ¿Por qué está detrás de mí y de mi familia? ¿¡Qué relación tiene con todo esto!?

—Kiara, no lo sé —admití—. Ya te dije, me buscó para que estuvieras involucrada en todo esto, gracias a vos y a Iván él está en prisión, luego me dijo que necesitaba completar su trabajo, no entiendo de qué clase de trabajo me habló, pero tiene que ver con ustedes —suspiré—. Y no está solo, parece que alguien le da órdenes.

—¿Quiénes es? ¿Qué quiere? —sus ojos brillaban con la intensidad de la desesperación.

—Eso es lo que necesito averiguar. —La miré a los ojos—. Pero no quiero que te involucres. Es peligroso.

—¿Oh, en serio? ¿Peligroso? No me digas, Diego —se acercó bruscamente e Iván la detuvo.

—Vos... —el pelinegro habló por primera vez, pero no terminó la oración. Sus ojos furiosos me miraban como si quisiera asesinarme de todas las maneras posibles.

—Prometo arreglarlo —dije antes de salir corriendo del lugar. Sin darle tiempo para decir algo más.

Tenía que hacer algo antes de que fuera demasiado tarde.

Necesitaba encontrar el escondite de Víctor, descubrir por qué la familia de Kiara estaba involucrada en su plan de venganza y, si tenía suerte, evitar que lastimara a alguien más.

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Viernes 7 junio, 2019.

Narrador omnisciente.

Victor acariciaba distraídamente el pelaje suave de Molly, el gato blanco que se había convertido en su única compañía en esa enorme y fría casa. Los ojos azules del animal lo miraban con indiferencia, pero había algo en esa criatura que le brindaba un extraño consuelo. Sabía que no era realmente suyo, sino de la mujer que lo había criado, pero era lo más cercano a un hogar que había tenido desde aquel fatídico día.

Sus pensamientos lo llevaron de vuelta a todos los eventos que lo habían arrastrado hasta ese momento.

La venganza.

Todo lo que había hecho, los sacrificios, los errores. Se había convencido de que todo era necesario. Su padre, su madre, e incluso su hermano Iván, todos habían sido parte de la causa de su sufrimiento. Y ahora, después de tantos años, estaba aquí, en el centro de su propia guerra.

Pero aún así, no podía evadir el sentimiento de arrepentimiento que se colaba en los rincones de su mente. Luego de haber atacado a su hermano, a quien no veía desde hace años, todo comenzó a sentirse diferente.

Mientras Molly ronroneaba en su regazo, Víctor cerró los ojos. Los recuerdos comenzaron a golpearlo con más fuerza de lo habitual. Las imágenes del accidente que lo había separado de su familia se volvían borrosas, pero algunas escenas, especialmente el dolor que lo había seguido desde entonces, estaban grabadas en su memoria para siempre.

"—Tus padres... no van a volver por vos —le dijo aquel hombre con una frialdad inquietante.

—¿Mi mamá? ¿Papá? —preguntó con voz temblorosa, las lágrimas ya estaban nublando su vista—. ¿Iván?

El hombre no respondió al instante. Se limitó a mirarlo con aparente lástima.

—No los verás de nuevo... —respondió finalmente."

El niño rompió en llanto, incapaz de procesar lo que estaba sucediendo. La pérdida de sus padres y de su hermano, a quienes amaba tanto, lo destrozaba por dentro.

Quería volver a casa, pero en su corazón, y luego de escuchar las palabras de aquel hombre sabía que ya no existía tal cosa como "casa".

Lo llevaron a una habitación oscura, y allí pasó los días siguientes. El hombre le ofrecía comida, pero Víctor no podía comer. Se negaba a hacer cualquier cosa. Lo único que hacía era llorar, encerrado en su propio dolor.

En las tardes, una niña pequeña, que apenas balbuceaba algunas palabras, lo acompañaba. No le agradaba, y la evitaba lo más que podía.

Los días pasaban, y Víctor seguía encerrado en ese mundo gris, incapaz de comprender por qué había sido abandonado. Una noche, el hombre volvió a la habitación, su rostro más serio que de costumbre.

"—Hablé con tus padres como lo prometí pero... —dijo, mirando al suelo—. No quieren verte".

Esa fue la estocada final. El pequeño Víctor se sintió devastado, roto en mil pedazos.

Y así, sin más, aceptó su destino.

Se iría con esos desconocidos que le habían salvado la vida, aunque sentía que ya no tenía ninguna razón para vivir.

Ese fue el día en que Víctor dejó de ser el niño que solía ser, y comenzó a convertirse en lo que era ahora.

pero qué pasó jaja

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