O13 | vibras
Capítulo XIII. Descubrimiento y nuevas pistas.
Jueves 28 marzo, 2019.
❛ kiara's pov ❜
—¿Entonces, qué era eso tan importante que debías mostrarme? —abrí la puerta encontrándome con la figura de Diego del otro lado.
—Shh —miró sobre mi hombro asegurándose de que no hubiera nadie escuchándonos.
Lo dejé entrar y cerré la puerta.
—¿Estás sola? —negué con la cabeza—. Lo suponía.
Sin dejarme decir algo más, me tomó del brazo y me llevó escaleras arriba.
—¿Cuál es tu pieza? —señalé con el dedo la puerta blanca de la derecha.
La imagen de mis hermanos jugando en mi computadora nos tomó por sorpresa a ambos; los mellizos giraron su cabeza al mismo tiempo para observar quién había ingresado a la habitación, con sus ojos azules nos escanearon de arriba a abajo, pero mientras Lucas regresó su vista a la pantalla despreocupado, Cassie frunció el ceño.
—¿Kie? ¿Quién es ese? —se levantó de la silla y caminó hasta nosotros, tuvo que subir un poco la cabeza para ver a Diego.
—Se dice hola, maleducada —la regañé—. Él es Diego. Diego, ellos son Lucas y Cassie —los presenté.
—Hola —saludó el pelinegro con su típico tono alegre.
—Bueno, ya se conocieron —me ubiqué al lado de la puerta—. Ahora largo.
Lucas me miró con el entrecejo levemente fruncido y un puchero en sus labios.
—No, ni se te ocurra —amenacé.
—¡Por favor, Kie! —suplicó juntando las palmas de sus manos y yo negué con la cabeza.
—Podés jugar en tu pieza, deja de romper las pelotas.
—No vamos a dejarlos solos —Cassie nos señaló.
—No vamos a hacer nada malo —la tranquilicé.
—¿Entonces por qué debemos irnos? —Lucas la apoyó.
—Porque me molesta su presencia —bromeé—. Si se van puedo convencer a mamá de pedir pizza para la cena —levanté las cejas mientras sonreía.
—¡Chau! —Lucas estaba a punto de salir de la habitación pero Cassie estiró su remera trayéndolo de vuelta.
—Te está manipulando —le dijo en un susurro, pero alcancé a escucharlo.
—Estoy negociando —corregí—. Además, es mi pieza. Yo mando acá.
—No voy a irme —mi hermana miró a Diego con recelo.
Tomé aire y lo expulsé lentamente.
—Vamos —tomé a cada uno de la mano y los llevé afuera, cerrando la puerta detrás de mí—. ¿Qué les pasa? —Lucas se encogió de hombros entonces mi vista pasó a mi hermanita—. ¿A vos qué te pasa? Estás siendo muy grosera.
—Es la primera vez que un chico entra a tu habitación —me recordó.
—Solo vamos a hacer un trabajo de la escuela —usé como excusa.
—Sí, como no —murmuró.
—¿Quién te crees ahora, mi mamá? —indagué levantando una ceja.
Lucas miraba la escena entretenido.
—No me gusta ese chico, me da malas vibras —se cruzó de brazos.
—Sí, hasta el vecino rarito me cae mejor —intervino el ojiazul.
—Eso es porque no conocen a Diego... espera, tampoco conocen a Iván —fruncí el ceño y los miré confundida.
—Claro que conocemos a Iván, es re buena onda —Cassie sonrió—. Nos deja jugar con Coco.
¿Iván había estado hablando con mis hermanos y nunca me di cuenta?
—Entonces te cae bien solo por Coco —respondí pasando por alto lo anterior.
—No es cierto —mintió.
—Sí, lo es —discutí.
—Que no.
—Largo —señalé su habitación y ambos se encaminaron a esta totalmente ofendidos.
—Los vamos a estar vigilando —me apuntaron antes de cerrar la puerta.
Suspiré antes de volver a mi pieza, Diego estaba a un lado del marco de la puerta.
—Son re lindos tus hermanitos —sonrió con diversión.
—Son un dolor de cabeza.
—Solo se preocupan por vos —los defendió.
—¿Escuchaste lo que dijeron? A Cassie le das malas vibras —cerré por completo la puerta antes de ir a sentarme en la silla del escritorio.
—También escuché que Iván les agrada más.
—Eso es porque no te conocen —repetí lo que había dicho antes—. ¿Entonces?
Luego de pasear su vista por toda mi habitación, Diego caminó a paso lento hacia donde yo me encontraba. Su mano derecha tomó el borde de su buzo y lo levantó, dejando ver la carpeta negra que ocultaba debajo del mismo.
La palabra "clasificado" en la portada me hizo preguntarme de inmediato cómo la había conseguido.
—Lo tomé prestado, pero debo devolverlo antes de que mi viejo se dé cuenta —habló, respondiendo mis dudas.
Apoyó su mano en el respaldo de la silla y acercó su rostro al mío.
—Es una investigación que decidieron abandonar —susurró mientras extendía la carpeta.
—¿De qué se trata? —pregunté de la misma forma, mis ojos llenos de curiosidad estudiaban los detalles y mis dedos tocaron la lisa portada.
Diego se sentó en el borde de mi cama y respiró profundamente antes de comenzar a hablar.
—El año pasado algunos miembros del cuerpo de investigación de la policía pensaron que la G.E.A. estaba involucrada en negocios sucios: lavado de dinero, secuestros, narcotráfico, etcétera.
Mi ceño se frunció a medida que hablaba.
—¿Y qué pasó? ¿Por qué cancelaron la investigación? —me atreví a preguntar.
—Porque Carlos Buhajeruk, el papá de tu mejor amiguito Iván y, por si lo olvidaste, presidente de la G.E.A., dijo en el tribunal que eso era nada más que un intento de sabotaje para dejar mal el nombre de la empresa.
—¿Y realmente lo fue?
—Al parecer —jugó con los anillos plateados que decoraban sus dedos—. Cuando los agentes confirmaron que todas las pruebas que tenían en contra de la G.E.A. eran totalmente falsas, desistieron.
Evité interrumpirlo para que continuara.
—Esa vez mi papá me dijo que no creía en nada de lo que decían, y que incluso podía asegurar que se trató de un soborno para que los agentes cancelaran la investigación y se mantuviera intacta la reputación de la empresa. Eso fue en ese entonces, ya que después terminó confiando en todo lo que habían dicho.
Aturdida por la sobrecarga de información, me concentré en mirar lo que contenía la carpeta.
Analicé cuidadosamente los expedientes policiales que registraron los movimientos "extraños" de la empresa; había fotos de sus socios asistiendo a reuniones en lugares clandestinos, indicios de que tenían relaciones con representantes de algunas bandas dedicadas al secuestro y a la extorsión, y hasta un registro de una llamada telefónica sospechosa que tuvo el presidente de la G.E.A., alias, el papá de Iván.
Observé las fotos de los en ese entonces sospechosos llevándome una sorpresa. Si quitamos a Carlos Buhajeruk, los únicos sospechosos que aparecen son los cuatro accionistas que han muerto por homicidio.
Ah, no, había una foto más.
—¿Quién es él? —pregunté observando a Diego.
—Se llama Leandro Carrera, es el vicepresidente comercial y el cofundador de la G.E.A. —explicó.
Comencé a unir puntos en mi cabeza al recordar los asesinatos.
¿Y si al asesino aún le quedan dos víctimas?
Tal vez se trata de alguien que busca mantener limpio el nombre de la empresa para que nadie sepa de sus "negocios sucios".
Tal vez Carlos o Leandro sean su siguiente blanco. Ahora mismo con toda la situación de la compañía deben estar en el ojo público y eso no les favorece en nada.
Oh, no.
Carlos es el papá de Iván, lo que significa que su vida corre riesgo en estos momentos.
Quizás él deba saber esto.
—Kiara, ¿estás bien? —asentí—. ¿Qué haces?
—¿Te molesta si le tomo una foto a esto?
—No, pero sabes que es enteramente confidencial, si mi viejo se entera va a asesinarme.
Asentí levemente y tomé fotos de lo que había leído.
maratón 1 / 4
kami subió su fic de rodri
(pd: vayan a leerlo si les gustan
los fics de carre - macadeil )
y le dije que cuando lo
publicara yo haría maratón
entonces acá estamos
este cap deja muchas
cosas que decir, si tienen
alguna duda pueden
dejarla aquí☝️🤓
¿qué les va pareciendo
el fic hasta ahora?
¿tienen alguna sugerencia?
¿algo que les gustaría que
cambiara?
eso es todo, espero disfruten
de este mini maratón, chau
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