1.
Ji-a
Es la segunda o tercera vez que leo la carta de mis manos, no podía entender el significado de esta pues lo que decía era bastante inquietante y daba bastante miedo. Además, ¿Quién era el chico frente mío?
— ¿Se puede saber quien eres? –Le pregunto.
Un joven de tez blanca con un rostro bastante peculiar. Lo que mas me llamó la atención fue el lunar en la parte inferior de sus labios, pues estaba ubicado en el mismo lugar que el mio. Y sus ojos, los mismos ojos que veo cada mañana en el espejo de mi habitación. Un marrón oscuro intenso que reflejan mucho sentimiento. Igual que los míos.
— Me llamo Kim TaeHyung. Soy tu hermano mellizo.
¿Que?
Mis ojos no podían abrirse más de la sorpresa. ¿Mi hermano biológico acaso?
— No me queda mucho tiempo.
Su rostro mostraba mucha angustia, pero no podía descifrar muy bien sus expresiones faciales posteriores. Parecía que estaba ocultando algo o como si estuviera preocupado por algo.
— Por favor, búscalo – No pude contestar ya que se fue corriendo desde donde había venido.
No podía mentirme a mi misma. Estaba asustada.
— Debe ser una broma de mal gusto, si, debe ser eso.
Arrugué la carta y la puse en mi bolsillo de la chaqueta. Emprendí de nuevo mi camino a casa mientras cargaba las bolsas de la compra. Cosas que mi querida madre me había pedido para hacer la cena.
Ella trabaja todo el día, una empresa de Seul donde dirigen los mejores establecimientos de bolsos y accesorios del país. Se podría decir que vivía una vida de lujos. Mi padre es jefe de policía. ¿Pero realmente yo era feliz?
Tenía amigos, estudiaba en una de las mejores universidad y tenia todo lo que deseaba.
Pero.
¿Por qué mi corazón no esta complet0?
— Has llegado Ji-a
— Si
—¿Por qué has tardado tanto?
— Me he encontrado a una vieja amiga del instituto. ¿recuerdas a Hana?
No era del todo mentira. En la tienda me la había encontrado, hacia como dos años que no nos habíamos visto, aunque hablásemos casi diariamente por mensajes de texto, no era como los viejos tiempo.
Se había ido a estudiar al extranjero, ya que tenia un novio inglés que vino de intercambio el último año de instituto. Se enamoraron locamente, hizo el mayor esfuerzo que había echo en todo el instituto para poder sacar la nota y entrar a la universidad de Inglaterra. Junto a James.
— ¡Oh si! ¿Ha vuelto de vacaciones?
— La verdad es que no... —Susurre. —James y ella lo han dejado, y se ha transferido a una universidad de aquí. Esta bastante dolida, pero lo va a superar. Hemos quedado mañana para ir a comer.
— No me digas, pobrecita.
Suspire y de nuevo me viene a la cabeza la carta que ese misterioso chico me había dejado.
— Oye mamá.
Ella se dio media vuelta para mirarme y una sonrisa sale de su boca.
— ¿Cómo fallecieron mis padres biológicos?
Mi pregunta parece haberla sorprendido un poco, se acerca un poco más a mi y pasa su mano por mi pelo.
—¿Porqué me preguntas por ellos de repente? Nunca lo habías echo.
— La verdad es que no lo sé. De camino a casas me he puesto a pensar un poco y, ya sabes, soy bastante curiosa en muchas cosas.
— Uhm — Se puso seria por un momento — Por lo que yo se, murieron de un accidente de coche. Ella estaba embarazada de ti, le debía faltar un mes para darte a luz, por ello es que debes ser prematura. Recuerdo que estuviste unas dos semanas en la incubadora.
— Vaya...
Ahí se acabo la conversación, pues mi padre aparece dentro de la cocina. Nos da una sonrisa a ambas y me da un beso en la cabeza.
— ¿Cómo estas princesa? — Me pregunta mientras el se sirve un vaso de café. Parece que tiene turno de noche, ya que siempre que le toca, se pone a beber bebidas con cafeína.
— Bien, bastante cansada. Esta semana en clases ha sido agotador. Muchos trabajos que hacer para el final del semestre.
— Lo harás bien, eres muy inteligente hija.
La conversación se base en cosas cotidianas como temas del trabajo de papá y como resolvía todo tipo de problemas. Estafas, robos, peleas... Nada interesante que a mi me podría parecer. Una cena tranquila como otra cualquiera y como cada noche, cosas aburridas que hacer.
Mi vida era así, simple y aburrida.
Al día siguiente me desperté mas pronto de lo normal. El reloj de mi mesita marcaba las ocho y siete minutos. Solté un bufido y me propuse hacer un poco de ejercicio por las calles de mi ciudad, que aunque estaba haciendo frío, no me importaba en absoluto.
Me vestí con un conjunto adecuado para deporte, unas mallas moradas y un sujetador de manga larga del mismo color. Unas zapatillas de deporte y mi chaqueta negra, obviamente de deporte.
La verdad es que mi armario era todo de marca, no había ninguna prenda que dijeras que no era de marca. Siendo sincera no me desagrada, pero la obsesión de mi madre por destacar del resto era realmente asqueroso. Siempre arreglada, pintada y siempre bien vestida. Y como, no, su hija debía seguir su ejemplo.
— Buenos días.
Mi madre se encontraba sentada en la barra de la cocina son su capuchino en la mano. Vestida con su típico vestido negro ajustado hasta las rodillas y mocasines negros.
— Buenos días hija ¿Vas a correr?
Asentí como respuesta mientras también me servía dentro de mi termo un poco de café americano. Ninguna de las dos dijo algo más, por lo que me decidí a salir de casa y emprender mi carrera hasta que mis piernas pudieran aguantar.
El deporte era una cosa que me fascinaba demasiado, me desahogaba y hacía que toda mi energía negativa se esfumara de mi cuerpo. Últimamente me estaba sintiendo como si todo lo que estaba haciendo terminara mal. Encima de la conversación que tuve anoche con ese tal Kim TaeHyung.
Kim TaeHyung...
¿Por qué se fue sin darme ninguna otra explicación?
¿Por qué me dijo que le quedaba poco tiempo?
No entiendo nada.
La mañana transcurrió bastante tranquila. Al llegar a casa mi madre ya se había ido al trabajo y mi padre se encontraba durmiendo, sus ronquidos delataban que estaba agotado. Así que yo me dispuse a organizar cosas de la universidad. Separando las asignaturas y colocando en cada carpeta los apuntes para los próximos trabajos que tenia que hacer.
No me di cuenta de la hora hasta que mi estomago pedía por comida, el reloj marcaba las 12:45.
— Oh no, voy a llegar tarde.
Me vestí con algo sutil. Unos pantalones vaqueros de mezclilla junto con un jersey de cuello alto blanco, encima me puse mi cárdigan beige a conjunto con las botines del mismo color. No me apetecía ir demasiado arreglada.
— ¡Hana! — Llame a mi amiga que ya estaba sentada en una de las mesas que había del restaurante. — Siento llegar tarde, me he puesto a estudiar y se me ha ido el tiempo.
— Vaya, Ji-a. Tu no cambias —Una leve risa sale de su boca y yo repito lo mismo. — ¿Cuándo vas a disfrutar un poco de la vida?
Me encojo de hombros y me senté en frente suya.
— Ya sabes que a mis padres les gusta que saque buenas notas... — Ella suspiró — ¿Qué pasa?
— Ya sabes lo que pienso de tus padres, no terminan de darme buena espina.
Hana siempre ha sido una chica que conecta mucho con las energías. Según ella, lo que el alrededor le trasmite pasa una cosa u otra.
— Hana me asustas cada vez que dices eso, en el instituto casi me creas un trauma
Ella hace una mueca y quiere decirme algo más, pero es interrumpida por la camarera.
— Hola ¿Ya les han tomado nota?
Nosotras negamos con la cabeza, dándonos cuenta que ni siquiera nos han traído la carta de la comida.
— No tenemos el menú — Comento. La camarera se disculpa y nos trae un par.
— Si quieren puedo tomarles la bebida mientras vosotras decidís.
— Si, gracias. Para mi podrías ponerme una Coca-Cola — Dice Hana
— Y para mi una agua natural.
La camarera toma las bebidas y se marcha.
— Entonces Ji-a, necesito desahogarme. ¿Sabias que el desgraciado me engaño? Encima no con cualquiera, sino con la que mejor me llevaba de la universidad y roomie. Es decir, no lo entiendo. ¿Qué cosa he echo mal para que me engañen?
— Simplemente es que el es un capullo y no sabe diferenciar lo que es bueno y lo que es malo.
— Sera eso... —Susurra y cierra los ojos por un momento — ¡Ji-a!
Me sobresalto por ese grito repentino pero ella saca un papelito de su bolsillo.
— Un chico llamado Kim TaeHyung me ha dado esto, y me ha dicho que te lo entregue.
¿Cómo sabe que somos amigas?
Recibo el papel y lo desplieg0 para leer tres palabras, un nombre.
Jung Hoseok.
— ¿Pasa algo? — Me pregunta mi amiga, ya que mi cara de asombro y a la vez miedo, la estaban preocupando.
— Creo que necesito un poco de aire Hana...
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