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— Yo... quiero el cambio de salón, no me siento seguro de poder con ese salón —
Eso dije, no sé si fue convincente, espero que sí. Ya habíamos terminado la reunión, justo a la una, comeriamos acá en la cafetería del colegio todos los profesores, bueno, los que querían.
— Ay pero que tierno — dijo Jimin acercándose a mí
— ¿Qué cosa? — pregunté viendo a mi alrededor
— El profesor Jung te estuvo apoyando en todo, se ve que le caíste muy bien — dijo guiñándome el ojo
— No creo lo mismo — dije sonriendo, algo cohibido en realidad
Era cierto, el profesor Jung decía sí a cualquier cosa que decía, era tierno de cierto modo. Estaba sentándome para comer cuando vi a algunos alumnos correr, eso me sorprendió.
— Es normal, es un colegio público, los alumnos o profesores pueden estar aquí hasta las nueve y media de la noche — dijo Jimin sentándose a mi lado
— No lo sabía... — dije para ver como Hoseok llegó con una bandeja grande
— Para todos — dijo dejando la bandeja al frente mío — a comer —
— ¡A comer! — exclamó Jimin dándome un codazo
El almuerzo también fue agradable, todos los profesores lo eran, unos más que otros, lo único malo era que Jimin era muy molestoso, se había vuelto obvio lo que quería hacer.
— Creo que le gustas —
— Llevas diciendo eso por más de cinco minutos Jimin — dije intentando aguantarlo
— Pero es cierto... —
— ¿Sabes qué?, iré a mojarme la cara, tú puedes ir avanzando, también quiero orinar — dije viendo como arrugó la nariz
— Bueno de todas formas iba a salir con Yoongi apenas pise fuera del colegio, ¡Nos vemos mañana! — exclamó para salir corriendo
Yo me adentré al baño para hacer mis necesidades y al salir del cubículo me encontré con ese chico.
— Profesor... —
— Recuerdo haber dicho que no quería verte... — dije viendo como suspiró
— No dijo eso — dijo riéndose suavemente
— Ve a tu casa niño — dije para intentar pasar por su lado pero de inmediato fui agarrado de la cintura, como esa vez
— Profesor recuerde que tengo una foto suya... —
— ¿¡Qué es lo que quieres!? — exclamé empujándolo — ¿Quieres acaso un acoston?, ¿Eso quieres? — pregunté acercándome a él — vamos dilo, si lo dices te lo doy, pero solo si terminas con esto de una vez — dije viéndolo fijamente
— Bien... demelo — dijo acercándose a mí
Con rapidez me agarró del brazo y me llevó a un cubículo, dejé mi bolso caer, empecé a sentir sus manos bajar y subir por todo mi cuerpo, no quería esto, quería terminarlo rápido, lo empujé, sin dejar de verlo me bajé el pantalón.
— Hazlo también — dije viendo como él sonrío
— Claro que lo haré — dijo bajándose el pantalón negro de colegio que tenía, dejándome ver de inmediato su pene erguido — muestreme ese culo que tiene profesor — dijo bajando su vista, sacando también un condón, tenía todo esto planeado por lo que veo
— Terminemos con esto — dije viendo como sonreía para sentarse en la tapa del baño, con cuidado me acerqué a él y me senté encima, siento como se introducía en mí — ay... hummm — gemí dejándome caer suavemente, no me moví, se sentía tan bien dentro
— Profesor me aprieta mucho... — lo escuché decir mientras pasaba sus manos por mi pecho de forma lenta y torturosa
— Shhh... — dije alzándome un poco para volver a dejarme caer — oh... — gemí sintiendo como me empezaba a lubricar, mi interior se preparaba para esto
— Oh mierda, sí, así muevase — gruñó él agarrándome fuerte de las caderas
— Hummm — gemia retorciéndome de placer mientras una y otra vez me sentaba sobre él — ahg... — gemí sintiendo que me iba a venir — que rico... humm — gemí alzando mi pierna para poder moverme más rápido
— Sí, muy rico, demasiado — gruñó contra mi odio — mierda esto es tan bueno, siento que me derrito —
— A-ahg, no, no puedo más — gemí sintiendo como las embestidas eran más profundas — pa-para, no-o —
— Sí, si puede, aguante, mierda claro que puede aguantar — gruñó agarrándome más fuerte de la cintura
El sonido de nuestras pieles chocar era muy notoria, lo único que podía controlar eran mis gemidos, pero sentía que no por mucho, porque poco a poco sin que me de cuenta mi voz se hacia más fuerte.
— Date la vuelta — demandó, yo rápidamente me puse de pie y me di vuelta, sin esperar mucho abrí mis piernas para sentarme encima de él
— Humm — gemí agarrándome de sus hombros — no-no te muevas tan rápido, es-espera — gemí sintiendo como me alzaba
— No pida eso cuando me está apretando tanto, no puedo resistirme a eso — gruñó para empezar a moverse
— ¡Ahg!, ¡No!, ¡No!, ¡Es-espera! — gemí poniendo mis ojos en blanco por el placer
— Mierda, su interior — gruñó empezando a besar mi cuello — no, no puedo permitir que se vaya, no sin antes probarlo, mierda... —
— Pa-para — gemí sintiendo como me iba a venir pronto, muy pronto — no, no puedo para... ¡Ahg! — gemí mientras me venía, pero él no paraba, no parecía no planear hacerlo
Estuvimos durante un buen rato dentro de ese bendito cubículo, de tanto venirme ya había perdido la cordura, ahora solo pedía más mientras sentía los hilos de saliva descenderde mis labios.
— ¡Ah!, ¡Hum!, ¡Mierda sí! — gemí sin dejar de saltar — ¡No pares!, ¡No pares!, ¡Dios!, ¡Es tan bueno!, ¡No pares! — gemí abrazándolo
— Humm, sí, es tan bueno, no voy a parar hasta quedar satisfecho — gruñó jalándome del cabello para besarme — pero no creo quedar satisfecho solo con este encuentro — dijo contra mi boca
Los sonidos húmedos y las pieles chocando eran notorias, nuestras feromonas ocupaban todo el lugar, mi interior no dejaba de recibirlo gustosamente, sentía como algo caliente ingresaba a mí, como tocaba cada pared de mi interior, haciéndome delirar.
— ¡Mierda me vengo! — gruñó movimiendose más rápido
— ¡Ahg!, ¡Sí!, ¡Sí!, ¡Más!, ¡Más fuerte!, ¡Ahí! — gemí sintiendo como daba contra un punto delicioso dentro mío — oh mierda no... ¡Uhg! — gemí viniéndome, él salió de mí antes de que se forme el nudo dentro mío, tenía condón , pero igual no lo iba a dejar formar su nudo en mí, era peligroso
— Sí... — dijo él suspirando mientras hacía su cabeza para atrás, estaba sudado mucho, seguro yo igual
— Creo que esta es la última vez... — dije poniéndome de pie con dificultad para buscar mi pantalón y ponérmelo, quería irme ahora que mi conciencia había vuelto
— ¿Enserió quiere eso? — preguntó viéndome fijamente, quería tentarme
— Me voy — dije saliendo del baño, antes de ceder a su locura
Al salir me di cuenta de lo tarde que era, eran las cuatro, había estado dos horas en ese cubículo, dios esto es demasiado. Pero no le tomé importancia y subí a mi taxi, tenía mucho que hacer en casa.
— Me sigue doliendo — dije agarrando mis caderas — no estoy acostumbrado a este ritmo de vida... menos mal que no va haber más —
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