Capítulo 44
Los deseos del alma
Ryan había vuelto a su cuarto para terminar de arreglar su look, poniéndose perfume en su cuello y desodorante en parte de su cuerpo.
Se miro en el espejo una y otra vez para chequear que todo esté en orden. Quería estar bien presentable en el momento que fuera a buscar a su amada. Su corazón latía a mil por horas, estaba tan emocionado por aquel momento. Aún no podía sacarse de mente la última vez que se vieron en aquella plaza y se besaron bajo ese árbol. Parecía y sentía un completo adolescente enamorado.
Miró su ojos y recordó lo idiota que fue en haber elegido a Brendon antes que a ella en esos momentos. Pero igualmente algo fuerte dentro de su corazón le hacía ver y sentir cosas que jamás había experimentado.
Brendon fue una mala decisión, este ya no era el mismo que el anhelaba. Ahora era un completo cretino pero no le había costado nada olvidarlo y enfocarse en su nueva vida, la que quería comenzar con ella.
Debía traerla de vuelta, convencerla. Ya tenía trabajo y el dinero suficiente que pudo ahorrar para conseguir una casa y alquilar.
Debía ser una casa espaciosa para que ella y sus hijos se sintieran a gusto y obviamente le gustaría vivir cerca de la casa de su hermano. Rezaba internamente que todo lo que deseaba en lo más profundo de su corazón se cumpliera.
Sus hijos no eran una molestia, todo al contrario, le gustaban los niños y así no se sentirian solos en la casa que fueran a vivir.
Cerró sus ojos conteniendo aquella alegría. Por las que su mente le dijera y lo confundiera con pensamientos impuros él presentía que en lo más profundo de su corazón ella aún lo seguía amando con todo su corazón. Esa era toda su fuerza de voluntad, la que lo impulsará a hacer todo lo imposible.
Siempre dicen que no hay más nada más fuerte que la fortaleza del amor, Ryan se sentía así. Lleno de entusiasmo y potencia.Estaba enamorado, eso sin dudas.
Salió de la habitación directo a buscar a Leto, en su mano llevaba aquel papel que decía donde era la dirección de su hogar.
Lo encontró de casualidad por unos de los pasillos de dicha mansión.
-¡Oye Jared! -el susodicho se dio media vuelta y volteo a verlo- necesito de tu ayuda.
Jared se cruzó de brazos con una media sonrisa.
-por supuesto... Dime lo que necesitas saber. -contestó mirando al castaño su nuevo look- te ayudaré en lo que esté a mi alcance.
-necesito que me lleves a esta dirección -señalo aquel papel que este le había alcanzado- no conozco mucho este país y no quisiera perderme.
-estas en lo cierto. -se limito de decir- Bueno, yo estaré ocupado en el día de hoy pero sabes que... -se quedo pensativo hasta que recordó- Mi chófer te llevará a ese lugar, tu no te preocupes.
-tal vez pueda ir con Garrett... -dijo casi dudoso- No lo sé...
-no lo creo jeje -se encogió de hombros y luego agregó- estará muy ocupado
-¿Porque lo dices? -enarco una ceja el castaño, un poco curioso-
-mira hacia atrás... -le apunto con su dedo indice, señalandole detrás a su espalda-
En efecto, Garrett venía acompañado abrazando y conversando animadamente con Michelle como una pareja enamorada.
Venían platicando sobre los nombres que le pondrían al supuesto bebé que venía en camino y sobre el cuarto que tendría para el solo en la mansión junto con la decoración y los juguetes para adornar el lugar.
-si es nena ¿Te parece llamarla Katy Børns? Y si es nene ¿Billie Børns? -pregunto curioso Garrett a su chica que ya se acurrucaba en su cintura abrazándolo aún más-
-me parece perfecto amor -contestó con una ligera sonrisa mientras lo admiraba-
Ross sonreía de ver aquella escena y la felicidad que los rodeaba e igual Leto, ambos muy orgullosos de esa nueva pareja que se había formado.
Jared tosió para llamar la atención de los tórtolos enamorados y ambos se pusieron muy sonrojados.
Garrett agachó la mirada apenado y rasco su nuca de los nervios que sentía.
-Oye que no te de pena Garrett, te quedaste con el mejor premio -miro a la chica y le guiño un ojo- los felicito, ojalá sean muy felices.
-Lo mismo digo -contesto Ryan con una inmensa alegría por su ex pareja- pórtate bien esta vez jeje
-Si, le conviene portarse bien -sugirió Leto con una sonrisa traviesa, se acerco a Borns y le susurro en su oído- que si me entero que la haces sufrir me encargaré yo mismo de darte una paliza jajaja y obvio, ahí si te la robó -le guiño un ojo-
Garrett abrió sus ojos tan grande y la abrazo con más fuerzas.
-en tus sueños Jared, búscate tu chica jajaja -contesto celoso Garrett tomando aun mas fuerte del hombro de la muchacha-
-¡Ay amor! -volteo a ver a su novio Garrett- Nunca pensé que fueras tan celoso...
-eso no es nada jaja -se entrometió Ryan- es más posesivo, tóxico y peor que los guardabosques
-jajaja -rió por el comentario del castaño y añadió a su dicho un poco ofendido- ¿De qué lado estás Ry? Defiendeme por favor -suplico con su mirada-
Todos rieron en ese momento, era un buen momento agradable sin tensiones de por medio.
-amor, supongo que vamos a esperar a Ryan así vamos todos juntos ¿no? -pregunto Michelle mirando a su novio abrazada a él-
-si, así es hermosa... -dijo mirándola con una sonrisa tierna, le pellizco su mejilla para captar su imagen dulce de la mujer que amaba- Después de que Ryan pueda lograr conseguir convencer a su chica, nos volvemos todos juntos...
-Cierto, debo apresurarme... -el castaño se acordó de lo que tenía que hacer- Voy a buscar un abrigo por las dudas... -corrió en dirección opuesta a ellos disparado para su habitación- En seguida salgo Jared, dile al chófer. -vocifero de a lo lejos-
-te estará esperando afuera y no te preocupes, ya le di las mismas indicaciones que a tí. -le dijo Leto alzando su voz para que Ross escuchará-
-Gracias, en serio -contesto de igual manera-
-¡Ya ve niño enamorado! -le dijo en voz alta-
Ryan se adelantó a ellos dejando a Børns, Leto y a Michelle detrás mirando como éste desaparecía por los pasillos.
-hermosa -miro a Michelle- ¿Porque no vas preparando las valijas y tus cosas mientras tanto? -le propuso- Tenemos mucho que hacer en casa.
-lo sé... Ya voy -ella se le acercó y le plantó un tierno beso en sus labios antes de irse- te amo cariño -le susurró leve-
-y yo a ti -le contesto de igual manera con la mirada puesta en ella-
Cuando se fue dejó a los dos amigos a solas.
-vaya que es verdad cuando dices que NO pierdes el tiempo jajaja -rió tontamente Jared- ya me imagino en algunos años cuando vaya a visitarte a la mansión Børns lleno de niños y niñas recorreteando por tus jardines jajaja
-jaja que chistoso -dijo irónico-
Jared suspiró y se puso serio en ese momento.
-¡oye! hablando en serio... -capto la atención de Garrett que en ese mismo momentos ambos se pusieron serios- Michelle me contó sobre lo sucedido con Elizabeth... ¿estás seguro que estarán bien? Me preocupa.
-creo también reforzare la mansión por seguridad... -menciono el heredero de la mansión Borns- No creo que quiera acercarse ya que su principal objetivo es Ryan, no nosotros.
-¿Que tiene con ese chico? -pregunto confundido- O sea, es tan bueno y cool... ¿Le hizo algo muy malo? -inquirió saber más sobre el asunto-
Garrett agachó su mirada al suelo.
-nuestras fortunas están ligadas por herencia y Ryan es heredero y parte de ellas... ¿Te acuerdas de Robert? -le cuestionó-
Jared enarco una ceja pensando en su amigo e imaginando que tenía que ver él en todo este embrollo. A lo mencionado antes Garrett agrego...
-Bueno, Robert es primo de Ryan y su padre Nick es quien heredará la fortuna de sus padres, osea los abuelos maternos de Ryan... -alego Garrett y prosiguió su relato- Porque no saben de la existencia de Ry... Cuando lo sepan tendrán que dividir todo aquello que le pertenecía a su madre y compartirlo. -se encogió de hombros y dijo- Y agrégale que Ryan tendría que manejar junto a Robert parte de las empresas Pattinson, que justamente Elizabeth también maneja con su familia y yo también, pero en una pequeña parte.
-aun sigo sin entender cuál es el problema de hacer reconocer la herencia a Ryan. -contesto Jared queriendo saber un poco más- Le pertenece quieran o no.
-a mi no me molesta compartirlo pero Elizabeth está loca y odiaría ser menos rica que ahora. -cerro sus ojos recordando lo peligrosa que podía ser la rubia- Suficiente tiene con que no va a tener nada de mi fortuna. Debe estar muy enojada planeando alguna estrategia.
-deberíamos advertirle a Ross. -sugirió el chico de ojos azules-
Garrett negó.
-eso es imposible... -espeto serio- Si lo hago me va a matar porque no se lo dije antes y va a sospechar de lo obvio... -agacho la mirada totalmente arrepentido por todo lo mal que le había causado a Ross culpa de Z Berg- No quiero involucrarme más en ese asunto. Déjalo que el chico va a recuperar su chica y sea feliz, mientras más alejado este de esa fortuna, está a salvo.
-bueno, en eso tienes razón. -miro el pasillo por donde hace unos momentos Ryan se había ido-
-deberías de casarte con Elizabeth así se deja de jodearnos la vida... -hablo Garrett recordando las palabras de la rubia- Es a ti a quien ama.
-jajaja ¿estás de bromas? -enarco una ceja un poco divertido- A ver si me mata la loca o me envenena con alguna sustancia rara, seguro hará eso para obtener mis cosas... -rio graciosamente, haciendo reír también a su amigo por su respuesta- No gracias, para aguantar locas, me quedo soltero, no estoy tan apurado como parece.
-tu jamás tuviste problemas con las mujeres. -mencionó Garrett recordando que su amigo era todo un galán para las mujeres que él conoció-
-no siempre fue así pero bueno -se encogió de hombros al recordar a Michelle, la única mujer que lo había ignorado- tu encárgate de hacer feliz a esa increíble mujer que sino lo haré yo y eso no te agradará jeje
-jajaja sobre mi cadáver Leto -le codeo su cintura con una sonrisa malvada y traviesa-
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Ryan había conseguido su abrigo y cerró aquella habitación.
Camino unos pasos y fue detenido por un agarre en su brazo, al darse la vuelta vio a Michelle con el semblante más serio de lo normal.
-¿Pasó algo Mich? -pregunto un poco confundido-
-no, pero hay algo que debo decirte... -menciono la chica- Algo de suma importancia.
-¿De qué trata? ¿Es malo? -inquirió saber mas el castaño-
Ella agachó la mirada y algunas lágrimas comenzaron a caer por sus pómulos. El embarazo la dejaba muy susceptible.
-Le conté a Angy sobre aquella vez del trío -los ojos de Ryan se abrieron totalmente- y aún no me lo perdono.
-¿Porque le contaste eso? -la tomo de sus hombros desesperado y exaltado por aquella confesión- Dios, jamás me va a perdonar por eso.
-es que fue una estrategia mía para que se aleje de ti y te dejará en paz así tú y Garrett... -negó varias veces con su cabeza- Bueno, ya no importa... Todo fue mi culpa del porque ella está aquí y por eso... -sus ojos sollozaban de lo arrepentida que estaba-
-ustedes dos... -murmuro Ross, conteniéndose de no decirle algo malo o demás-
-se que eso la destruyó internamente, sufrió mucho -agacho la mirada evitando mirarle, tenía miedo de ver la reacción del castaño enfurecido con ella-
-ya está... -suspiro rendido pensando en lo que tendría que decir o explicar esa situación- Cálmate ehhh... -la sacudió para que dejase de llorar- Ya se lo has dicho... Pero tiene más valides si yo se lo digo... -comento un poco mas irritado- Ojalá Dios me perdone por lo que hicimos ese día.
-estamos muy arrepentidos, lo sentimos mucho Ry... -contesto la muchacha con el semblante triste-
-no te preocupes, yo la convenceré y traeré conmigo... -alegó el chico con los ojos color avellanas- Pero no llores, ella también tiene un increíble corazón y lo entenderá. -apoyo su mano sobre su hombro y trato de hacerle entender que Ángeles no era mala persona-
-de seguro debe odiarme... -dijo ella entre dientes-
-yo tendría que odiarlos pero no, todo se perdona y se supera en esta vida. -atribuyo el castaño-El odio no sirve y solo crea más distanciamientos y nos hace malignos. El odio quema por dentro y te mata más lentamente a tu alma.
-¡Woow! -exalto la chica- ¿De dónde sacas tan increíbles palabras? Jajaja -rio de la nada dejando a Ross más confundido que nunca, como cambiaba su humor a cada rato, a su mente vino el embarazo por el cual estaba atravesando- como decía ella eres increíble y muy inteligente Ry... -apoyo su mano sobre su hombro en señal de apoyo y contención- En serio, te deseo mucha suerte y ojalá la encuentres.
-Gracias Michelle, tu también cuida de Garrett... -la miro y le sonrió- Es un chico que necesita mucha compresión y amor, tenele paciencia.
-¿Más de lo que lo tuve? Jajaja -pregunto ofendida con una sonrisa- no creo soportar tanta paciencia dentro mío.
-jajaja adiós Mich... -saludo de a lo lejos con su abrigo en manos, luego pensó- Garrett ahora me quedo más tranquilo que no estamos más juntos pero te dejo en muy buenas manos... Les deseo toda la felicidad y bendiciones del mundo. Ya quiero conocer a su futuro bebé, seguro serán increíbles padres, de eso no hay dudas.
El chófer lo esperaba en la puerta con una mano en alto haciéndole señas. Lo esperaba para trasladarlo hasta su próximo destino. Cada vez Ryan estaba más cerca de conseguir su felicidad al lado de la chica que amaba.
El viaje era largo y placentero para cualquiera que viajará en un auto último modelo, pero para Ryan la ansiedad lo estaba matando por dentro. No veía la hora de llegar y poner los pies sobre la tierra. De vez en cuando platicaba temas de la vida con el chófer para pasar el tiempo más rápido
Los paisajes eran hermoso, digno para volver en otra ocasión. Pensó siquiera ir a vacacionar el año siguiente a las platas de Cancún si ella estuviera con él y sus niños. Ya amaba la idea en su mente.
Trabajaría más a gusto y por suerte tenía a Wentz de supervisor que podía estar ahí en este pequeño viaje. Había arreglado con él, anteriormente a salir a México y decirle que lo reporte como enfermo por esos días de ausencia laboral. No quería ser despedido, no ahora que necesitaba aquel trabajo más que nunca.
Se salvó de tener buenos amigos como Dan Keyes y Wentz que lo salvaron y apoyaron en toda esta locura que estaba emprendiendo.
El sol estaba cayendo sobre el horizonte en la ciudad. Respiró profundo con su corazón latiendo por mil por horas y con el pulso muy acelerado.
¿Que le diría apenas la vea? ¿Que diría ella? Lo extrañaba.
"¿Te has enamorado de Garrett?"
"Yo... Yo me enamoré de ti"
Recordar aquel momento le dio tanta nostalgia que algunas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos avellanas. Estaba muy sensible últimamente y todo era así en su vida.
Aquel doloroso recuerdo se había clavado en su mente. Su voz ronca y baja al decirlo de esa manera la había estrujar su corazón y el momento de su rechazo.
Se sentía un idiota... ¿Porque la rechazo? Debía decirle "Yo también siento lo mismo por ti, te amo y gracias".
Negó admirando el paisaje sobre la ventanilla del vehículo.
-no pude ser tan idiota en ese momento -pensó con el corazón dolido, luego hablo- disculpe chófer ¿Falta mucho para llegar? -pregunto un poco curioso e impaciente-
-aun falta un poco más, no se impaciente. -menciono el chófer mirando a Ross por el espejo retrovisor-
-ok, gracias. -solamente dijo, regresando a lo suyo-
Miro por la ventana de nuevo y relajo su cuerpo en el asiento trasero del auto.
En cada momento no podía dejar de pensarla y hasta cuándo acarició su rostro aquel día que durmió en su habitación a escondidas.
Todos aquellos recuerdos, fueran malos o buenos, no los olvidaba. Ahora lidiaba con los pensamientos dentro de su mente...
-si me hubiera quedado con Brendon en aquella ocasión ¿Que hubiera sido de su vida? ¿Con quién hubiera estado en pareja? Dios, tanta espera ya me da coraje pensar que alguien más la puede tener... Soy un idiota, soy un idiota... El peor de todos.
Una hora y media más había pasado, parecía que el vehículo jamás llegaría a su destino, abrió sus ojos cuando se detuvo en un pequeño barrio. Ahora se encontraba con un paisaje diferente... el día ya era de noche y la luna resplandecía a todo volumen.
-Chófer ¿Ya llegamos? -inquirió saber el castaño asomándose al conductor-
-hasta aquí te puedo alcanzar... -contesto, miro hacia atrás y le apunto el lugar el cual debía dirigirse- La casa queda en esa dirección y no se me permite pasar porque es calle de contramano...
-bueno, es cuestión de caminar unos metros, no se preocupe. -dijo Ross mirando aquel camino, no le preocupaba tanto ir caminando hasta allí, por suerte tenía piernas y pies y podía caminar-
- yo esperaré aquí por cualquier cosa y lo vigilare en todo momento por cuestión de seguridad. -contesto el chófer acomodando sus anteojos-
-gracias, muchísimas gracias... -hizo una reverencia después de bajarse del vehículo- En serio.
-no hace falta, solo hago bien mi trabajo. -hablo la persona que lo había traído hasta allí-
Ryan sonrió de par en par y caminó con pasos apresurados hacia su destino. La luz de luna le ayudara a alumbrar todo a su paso y admirar el barrio donde ella vivía.
Llego hasta su casa y noto algunas luces encendidas en su interior.
Golpeó calmadamente una vez y luego de no obtener respuesta intento otra vez. Al rato la voz grave masculina se hace notar desde el interior de la vivienda.
Aquella puerta se abrió y se dejó ver la figura de un hombre. Sus rasgos eran casi parecidos a su amada por lo que sacó una conclusión rápida que podría ser su padre o algún hermano más mayor del que ya conoció.
-Hola si... -hablo el señor- ¿A quien buscas? -imploro respuesta rápida-
El castaño se puso nervioso de por sí, quería creer que estaba en el lugar correcto.
-disculpe la hora señor... -miro su reloj de mano, levanto su vista y se enfoco en él- Busco por casualidad a Ángeles... ¿Ella se encuentra?
-¿Tú eres alguna clase de "amigo" o compañero de trabajo? -menciono aquella persona con la ceja en alto-
Ryan asintió mintiéndole al señor.
-ella no se encuentra en estos momentos -hecho un vistazo rápido hacía afuera- tendrás que venir en otra ocasión.
-¿Pero vive aquí con sus hijos? -inquirió el castaño-
-si, pero no están. -contesto asintiendo con su cabeza- Salieron y no se a qué hora vuelven.
-uhh que mal... -bufo rendido- Bueno, si no hay de otra... -dijo resignado-
-si quieres puedo dejarle tu recado... -le propuso el señor queriendo saber las intenciones o del porque buscaba a su hija-
-no, está bien... No hace falta -contesto un poco avergonzado- Tomaré un poco de aire por el barrio y la esperaré afuera. -le señalo el barrio- No sé preocupe.
-adiós -fue lo último que menciono aquel hombre-
El señor cerró aquella puerta y Ryan sintió una pequeña brisa de frío que hizo temblarle los huesos. Por suerte traía su abrigo y se lo puso.
-Dios eres cruel conmigo... ¿Tan malo fui en esta vida para hacerme sufrir de esta manera? -respiro profundo y exhalo su oxígeno- bueno, tendré que esperar a que regrese... Ya estoy jugado hasta las manos... No me iré de aquí hasta no verla, no me importa si tengo que hacer una huelga de hambre por ella en su jardín -pensó en su interior-
La panza comenzó a sonarle y hacer un rugido. Hablando de hambre ya se había impacientado tanto y ahora tenía un apetito voraz.
Volvió al auto junto con el chófer y condujeron a comprar algo de comida para ambos. Aunque el chófer se negaba en todo momento no pudo resistirse a la amabilidad del castaño de querer compartir aquel momento de cenar con alguien aunque fuera un completo desconocido.
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Ángeles volvía pasadas las 23 hs acompañada de sus hijos y su madre. Había salido del hospital donde estaba internada y por cuestiones de salud y chequeos se demoraron más de la cuenta al pasar por un restaurante y comer en familia.
Su madre había acabado de enterar que su hija sería madre soltera de nuevo y mucho no quería hablar del tema. Su semblante era serio, más de lo normal pero como su hija salia apenas del hospital no quería hacerle más problemas de lo que ya tenía.
En cambio ella y sus hijos estaban felices, uno más que el otro.
Shamara, su hija más pequeña estaba tan feliz de tener hermanitos más pequeños del que pudiera cuidar y por el otro, Miguel estaba callado pero ayudando a su madre con sus bolsos, ahora sería el hermano mayor de mellizos, doble problema pensó.
Ella por su lado veía a su madre muy seria pero no quería preguntar, esa cara ya se la conocía y sabía la clase de regaño que tendría más adelante.
No quería pensar en ello, porque seguramente se pondría a llorar más de la cuenta, estaba muy sensible por el embarazo doble y cualquier situación de estress le afectaba.
Llegaron a su hogar y cerraron la puerta. Se encontraron con su padre sentado en el sofá viendo el fútbol por televisión.
-papa llegamos -menciono la muchacha-
-¡Abuelo! -exaltó la niña- ¡¡¿Sabes mamá va a tener mellizos?!! ¡¡Esto es emocionante!! -comento tan alegre que no se había percatado de que la noticia de por si era problemática-
-¿Que? ¿Están bromeando niños? -contesto no creyendo del todo aquella noticia- No jodan con ese tema. Suficiente tenemos para sostenernos nosotros con la poca plata que tenemos... No podemos alimentar 2 bocas más... -miro a su esposa y vio su cara, al que no mentía, se dio cuenta que la noticia era verdad- Angy luego vamos a hablar de ese tema.
-pero papá... -contesto ella, ya temía del regaño que recibiría-
-luego... -le resto importancia al asunto, sólo quería ver el partido de fútbol en la televisión- Vayan a comer algo ahora niños... De seguro deben tener hambre.
-ya cenamos durante el camino no te preocupes -se entrometió con el semblante serio su madre-
El padre se relajo aún más y volvió a lo suyo. Luego recordó lo que tenía que decirle a su hija.
-ah Angy, un muchacho te estaba buscando para algo... -dijo enfocado mirando el programa que estaba viendo-
Ella enarco una ceja.
-¿A mí? -se señalo así misma, él padre asintió- ¿Estás bromeando? ¿Y que quería? ¿No te dijo? -le pregunto-
Él negó .
-no quiso darme los detalles ni tampoco le pregunté tanto... -dijo su padre sin mirarla- Se veía un poco diferente a los nativos de aquí... -trato de recordar al castaño pero no sabía como definirlo-
-ahhh -alargo la chica- ¿Cómo era exactamente? -pregunto acercándose a su padre-
De pronto la hija menor de la chica se entromete en la conversación.
-¿mamá tiene nuevo novio? -pregunto sin querer-
-Sham cállate... -la reto con su mirada- Yo no tengo novio y además -le recrimino a todos los presentes- ¿Quién quisiera estar en pareja con una mamá de 4 hijos? No jodas ¿Si? -se cruzo de brazos mas que enojada-
-Si aún no los tuviste a los mellizos, así que solo cuéntanos a nosotros -se entrometió su hijo mayor-
-ya déjenme en paz. -se aparto de ellos y camino en dirección contraria, directo a su habitación-
-¿El papá de los mellizos es el señor ese lindo de ojos color avellanas y pelo castaño? A ver cómo se llamaba...-mencionaba la niña menor- ¿El hombre que escribía libros?
-Solo escribió un libro y no voy a decir más. -contesto enfadada- Buenas noches a todos.
-ya se enojó mamá... -miro de reojo Miguel al ver que se había ido- Que extraña es..
-es por el embarazo, tenganle paciencia -contesto a todo su abuela-
-después que nazcan todo volverá a la normalidad... -se encogió de hombros- Y tú madre no estará tan loca... -rió por lo bajo-
El azote de la puerta de su habitación se pudo oír hasta el living donde estaban sus padres y sus hijos.
Ella se adentro y se tiró cuidadosamente sobre la cama con lágrimas en los ojos. El solo escuchar su nombre o hablarán de él la ponía en extrema sensibilidad.
Sollozo y trato de contenerse, no quería seguir llorando y más cuando juro olvidarse de él. Pero tenía en su vientre algo más mágico que los unía y por momentos lo extrañaba más de la cuenta.
-mi amor... Cuidaré de tus hijos sin importar que... -acarició su vientre, su pequeño bulto- Ahora ellos nos unirán para siempre... -se recostó de costado con la luz de la luna enfocarle la cara- Quisiera saber que estarás haciendo... Si pudieras ver esta hermosa luna a todo su resplandor y admirarla como yo la hago.
"Amar a alguien con tanta intensidad es doloroso cuando ya no es parte de tu vida"
Cerró sus ojos pensando en el castaño, no había ni un solo día que no dejará de hacerlo.
No podía ocultar que lo amaba desde la primera vez que lo vio.
No era alguien de clase o que llamará la atención pero con solo verlo solo le bastó para admirar su belleza y adorarlo.
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Ryan se había cansado de esperar e intento ir hasta aquel hogar una vez más.
Llego hasta el jardín pequeño y escucho las voces de sus hijos riéndose junto la voz de una mujer adulta. No era la de su amada, intuyo que podría ser su madre. Más nervios lo consumían.
Rezo internamente a todos los santos que todo saliera bien. Respiró hondo y golpeó la puerta de nuevo.
Esta fue abierta por un chico de aproximadamente unos 15 años, era el hijo mayor de Ángeles, ya lo había conocido de vista en otra ocasión junto a su tío Alejandro.
La hija menor Shamara, a la cual si reconocía estaba detrás de él y estaba por ir a buscar a su madre.
-esperen niños... -los detuvo con sus palabras-
-Siii -le prestó demasiada atención la niña pequeña-
-busco a su madre, como ya saben... -alegó el castaño- Puedes llamarla sin decirle que soy yo ¿Por favor? -suplico Ross a los menores-
El chico enarco una ceja.
-¿De qué tienes miedo hombre? -le preguntó sin importarle mucho el asunto- Da igual, mamá te va a mandar a la chingada... -se dio media vuelta dispuesto a irse- Shami avísale.
El chico se fue sin darle tanta importancia al castaño y se metió en su hogar.
-enseguida la llamo, espera aquí -menciono la niña muy entusiasmada, sin lugar a dudas, aquella sorpresa sorprendería a su madre-
Ryan se giró de espalda a mirar la oscuridad y luna en ese momento.
-Hey moon please forget to fall down. Hey moon don't you go down -susurro leve apreciando la luna llena-
De pronto escucho unos pasos acercarse lentamente y murmureos.
-¿Es ese sujeto extraño? ¿Quién es? ¿No te dijo? -escucho sus palabras ser mencionadas, su corazón latía a mil por horas, era cuestión de segundos-
-no sé mamá, dice que te conoce y quiere verte. -musitó la niña en voz baja-
-que raro... -contesto ella-
...
Shamara llevo a su madre a las arrastras por el pasillo tomando de su brazo hasta la entrada principal de la casa, todo estaba siendo muy precipitado y todo por alguien que ella desconocía. Pero al parecer ese sujeto la conocía. Trataba mentalmente de pensar quién podría ser y porque la buscaba con tanta importancia.
Su hija no quiso abrir la puerta y se quedó detrás de ella con una sonrisa en la cara.
Ella se atrevió a abrirla sin esperarse de la sorpresa o el infarto que le daría segundos más adelante.
Su rostro se congelo al ver a Ryan Ross parado frente a su hogar, a su puerta con una sonrisa y la luz de la luna resplandecerle su bello rostro en aquella noche.
Su reacción fue rápida y sorpresiva.
-Angy yo... -fue lo único que pronunció él hasta que ella fue más rápida y tras su dicho cerro la puerta aferrándose a ella, y cerrando con cerrojo para que no entrara a la vivienda-
-¡Angy! ¡por favor ábreme! -imploró el castaño alzando su voz y golpeando su puerta- ¡Quiero hablar contigo!
Ella aún permanecía consternada sin poder creer lo que sus ojos veían. Rápidamente la amenaza de su ex pareja se grabo en su mente como aquel día que la agredió.
-No Ry... -decía asustada con el corazón en la boca, pensando que su ex estaría cerca liquidaría al castaño sin tener piedad- Vete... no quiero verte por favor
Shamara miraba a su madre y sólo se acerco a ella a abrazarla con fuerzas.
-¿Porque me pides eso? -mencionó desde el otro lado- Ya estoy aquí... no pienso volver.
-No vete. -negó ladeando su cabeza- podrán hacerte daño
-¿Quienes van a hacerme daño Ángeles? -pregunto sorprendido-
Ella no supo qué decirle puesto que las palabras estaban atoradas con una angustia dentro de su garganta.
-si lo dices por Fabían, tu ex... -ella abrió los ojos impresionada por sus dichos- él ya esta preso. Jamás volverá a molestarte... ni a ti, a mi y a tus nenes...
Ella no podía creer lo que acababa de escuchar, ¿su ex novio preso? ¿porque jamás se entero? ¿porque su hermano jamás se lo menciono a pesar de estar en contacto telefónicamente?
-Créeme... todo estará bien. -contesto Ross con su voz quebrada y ronca-
Sus lágrimas se aglomeraron de golpe, su corazón no podía dejar de bombear con tanta potencia... ya comenzaba a sentirse mal y a descomponerse hasta sentir la voz del castaño decir algo que la dejaría en shock.
-Ángeles... te amo... -soltó de repente deteniendo su mundo y su sentir- lo siento por todo... tuve que atravesar miles de obstáculos para estar aquí y decírtelo. -escucho un silencio y luego agrego- Te amo, me haces falta en mi vida... te necesito tanto. ¿puedes escucharme aún?
-Sólo vete Ry... -solo supo decirle entre lágrimas, aun no podía creerle lo que le acababa de decir-
Se aparto de aquella puerta escuchando la voz del castaño detrás de ella.
-Angy ábreme, por favor... -dijo con su voz apenas audible, parecía que las fuerzas se le estaban yendo- te haré nada...
Camino unos pasos y se sentó en el sillón a tomar algo fresco, su presión había bajado y la preocupación de sus hijos en ella era notable.
-¿Mamá estas bien? ¿Necesitas algo? -pregunto muy preocupado Miguel, el quien era mas preocupado por la salud de su madre, estaba mas al pendiente y al cuidado de ella-
Ella asintió y se vio obligada a recibir la ayuda de su hija también, quien era la más atenta y compañera.
Sus lágrimas no podían dejar de cesar, con un pañuelo trato de limpiar los restos de sus sollozos.
-Má ¿cuál es el problema? -dijo la niña tocando su brazo y abrazándola después- pensé que lo amabas.
Ella aun con sus pocas fuerzas le pudo contestar.
-Ahora no lo entiendes porque eres una niña, ya comprenderás. -contesto la chica con la voz quebrada y en llanto, aun estaba muy sensible y consternada-
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-¿hija que hace ese pobre hombre ahí?
Ella despertó gracias a la voz de su padre, él estaba parado mirando a través de la ventana algo que le había llamado su atención. No sabía de qué trataba, puesto que se había repuesto de una ligera siesta en la medianoche, miro la hora y ya eran pasadas las 1:46 hs de la madrugada.
-¿de qué hablas papá? -camino dificultosamente hasta él y se poso a su lado para mirar también a lo que se referiría-
-de eso -señalo con su dedo-
y ahí lo vio a él, el amor de su vida recostado sobre el pasto del jardín delantero mirando fijamente la luna y enfocado en eso con su semblante triste.
-Ryan... -susurro leve llevando su mano a su boca, estaba sorprendida, ¿que hacía él allí?-
Su padre se giro y la miro a los ojos posando su mano sobre sus hombros.
- hija ¿él es el padre de esos niños del cual estas embarazada? -pregunto serio su padre mirándola a los ojos-
Ella asintió.
-y entonces ¿cuál es el problema? -le cuestionó- ¿viene de los Estados Unidos? -ella asintió sin decir mas- ¡Ay hija! -la tomo de su hombro y la hizo mirar por el ventanal- míralo... él vino hasta aquí por ti... -ella abrió los ojos- no lo conozco pero tiene el buen aura de ser un buen tipo -ella agacho la mirada al suelo apenada, porque ciertamente Ryan era así- ¿Porque no platicas con él? verás que no te arrepentirás de nada -ella levanto su vista para verlo y pudo notar una ligera sonrisa y un guiño de su parte, dándole ánimos- Si lo dejas ir ahora, quien sabe si volverá... te arrepentirás toda tu vida cariño, tu familia de igual manera te apoyará ¿si? -le sonrió- Inténtalo, no pierdes nada con eso.
-Ok papá, gracias -sólo pudo decirle y fingir una sonrisa-
Busco un abrigo y se lo puso, quería tapar su vientre para que el castaño no se diera cuenta de su embarazo.
Antes de abrir aquella puerta que lo separaba del amor de su vida, respiro hondo y salió sin más, dejando a su familia adentro.
Camino tranquilamente por el jardín viendo al castaño si se había percatado de su presencia o no. Tal parecía que no, así que se aproximó aún más.
-Ry... -murmuro casi dudosa de sus palabras, aun no podía creer que él estaba allí-
Él la vio y rápidamente se recompuso poniéndose de pie... quedaron cara a cara. Como él era mucho mas alto que ella sólo la miro, aprecio su rostro bajo la luz de la luna, cómplice de su confesión.
-Ángeles... lo siento por todo... -musitó el castaño con el dolor en su alma- estoy arrepentido de todo lo que te hice sufrir pero ahora es diferente... -luego le susurro en voz baja- quiero estar contigo siempre... déjame por favor..
Ella apoyo su cabeza sobre su pecho sin decir una palabra, sabía de que hablaba Ross y era del encuentro con Michelle y Borns meses atrás. Por dentro le reconfortaba escucharlo y le dolía a la vez. Algunas de sus lágrimas no se hicieron esperar.
Él le levanto el rostro e hizo mirarle.
-no quieres verme ¿porque tienes pareja? -pregunto Ryan y aunque la pregunta le dolía mas que saber la respuesta, necesitaba internamente saberla-
Ella negó ladeando su cabeza en señal de negación.
-Entonces ¿me odias? -volvió a cuestioarle-
Ella volvió a negarle, siquiera por su mente podía odiarlo.
-¿aún me amas? -mencionó, con su corazón latiendo fuerte contra su pecho-
Ella asintió pero no podía modular palabra, todo era muy repentino y abrupto. Él también sonrió y con su pulgar limpio las lágrimas restante que caían por su rostro.
-Yo también te amo mi amor, no llores por favor -admitió con una ligera sonrisa y sus ojos admirarle-
él se acerco a ella y besó su frente con mucho cariño para luego abrazarla.
-no te das una idea de todo lo que te he extrañado ni las adversidades por las que tuve que pasar para poder estar aquí contigo -le dijo mientras se aferraba fuerte a ella apreciando ese momento-
-Ryan lo siento, yo no lo sabía... -contesto la chica un poco mas calmada y se aparto de él para limpiar sus lágrimas con su puño- soy una tonta.
-ya esta... -se acerco más a ella y le tocó con su dedo índice su nariz para llamar su atención- estoy aquí contigo amor.
Ella volvió a abrazarlo y reconfortándose en él. Sintió su alma volver a su cuerpo y un alivio.
-¿me darías la increíble oportunidad de besarte? -pregunto tiernamente, hace mucho que no la veía, ya se había contenido bastante de probar sus labios-
-Si, hazlo por favor -susurro la chica-
Él se acerco más a su rostro y poso sus dos manos alrededor de su mejillas sonrojadas, vio que cerro sus ojos e hizo lo mismo. Lentamente se fundieron los dos en un tierno beso dejándose llevar por el amor que se tenían.
-¡MAMÁ! -escucharon unas voces llamar a la chica al unisono-
Ryan se separo de ella, su corazón no dejaba de latir fuerte y su rubor era prominente. Los niños se le acercaron y la niña lo saludo. El hijo mas grande quedo unos pasos atrás de su madre mirando al castaño de mala gana, si, él era celoso como su tío y quería mucho a su mamá.
-niños.. ¿que hacen aquí? -pregunto retándole con la mirada, debía de calmar su sonrojo- deberían de estar durmiendo... ya es tarde. -dijo ofendida-
-Es que no podíamos dormir y más viendo que tú estas levantada jeje -se justifico la niña- ¿cuando le dirás sobre los mellis? -pregunto sin querer haciendo que el castaño le prestará demasiada atención-
Ryan frunció su ceño ante lo dicho por la menor y se acercó hasta ellas.
-¿Los mellis? -pregunto no creyendo lo que acababa de escuchar-
Ella se volteo a ver a sus hijos y mas, con su mirada retando a su hija.
-Vayan a casa y a dormir... -recriminó-
Los chicos automáticamente se adentraron en la vivienda dejando a los dos adultos hablar a solas.
-¿Ángeles estas embarazada? -inquirió saber el castaño-
Ella mordió su labio inferior, el camino mas largo del cual tuvo que recorrer se ponía a su fin con la verdad. Sin más asintió.
Ryan se quedó perplejo sin poder reaccionar.
-han pasado varios meses... ¡woow! -se quedo sorprendido- ¿y sabes de quién es el padre? -se le había escapado esa pregunta-
Ella sonrió y toco su vientre, levanto su blusa y su abrigo un poco mostrándole su pancita. Tomó la mano de Ryan y la apoyó contra su barriga.
-¿Puedes sentirlo Ry? -pregunto mirando aquel roce-
Ryan se quedo congelado en ese momento apreciando ese momento, se sentía especial, único ese momento. Muchas emociones encontradas podía sentir dentro de su ser.
-Gracias por esto -unas lágrimas se notaron en su blanquecino rostro, cerro sus ojos- estoy tan feliz por esta sorpresa...
Ella lo admiro, Ryan aún no soltaba aquella mano de su vientre y eso le reconfortaba aun más.
-Te amo Ry... -susurro ella, apartando su mano y abrazándolo por la cintura- esta es la bendición mas grande que podemos tener... -su pancita hacía contacto con el cuerpo del castaño, este cerro sus ojos sintiendo ese lazo especial que los uniría de aquí en más, ahora le daban mas razones a su vidas para amarse, él la rodeo con sus manos-
Ambos se quedaron abrazados un buen tiempo. Hasta que sintió una voz llamar la atención de ambos.
-Disculpe señor Ross, es demasiado tarde ¿que hará? -pregunto el chófer que lo había traído hasta allí- tengo aviso que tengo que volver.
-Yo sin ella no me vuelvo de acá, lo siento -contesto seguro de sus palabras, este sin más se fue dejándolo con su amada novia-
Luego sus padres salieron de la casa y se quedaron viendo como su hija estaba abrazada a ese muchacho mirándolo con una sonrisa.
-Hija ¿porque no lo invitas a pasar? -sugirió su padre admirando la escena, abrazado a su esposa, la mamá de Ángeles- Mañana verán lo que podrán hacer... es demasiado tarde para que estén afuera.
Ella volteo y se quedo en shock, su padre la estaba apoyando en su nueva decisión y parecía que el castaño le caía demasiado bien.
-Bien... gracias papá... -dijo mirando a sus padres, luego volteo a ver a Ryan que estaba a su lado, este también la miro- ¿Ry quieres pasar a casa? De seguro estarás muy cansado.
-Para nada, aun resisto un poco más... -mencionó él haciéndose el fuerte- aparte no pensaba irme sin ti ni mis bebes... -sonrió guiñándole un ojo- son lo que mas amo en esta vida... Gracias, en serio.
Ella volteo de lado, un poco vergonzosa.
-Pensé que huirías con la noticia, estaba aterrada. -comento con el hilo de tristeza-
-Siempre quise formar una familia... -contesto él mirando la luz de la luna- ahora seremos tus niños, los nuestros y nosotros... -con su dedo pellizco su mejilla- ya quiero regresar a Los Estados Unidos e ir a vivir juntos.
-Tienes todo planeado ¿no? -le contesto con una sonrisa-
él toco su pancita y la acaricio con demasiada ternura mientras con su mano libre besaba sus labios.
-No todo... -dijo entre besos- pero me encanta la idea.
Ambos se adentraron a la casa uno abrazado al otro, sin importarles la vergüenza ni nada. Se amaban y se habían encontrado luego de meses de no verse. Ryan se sentía aceptado por parte de sus suegros y con la hija menor de ella, aunque al mayor le costaba acercarse le daría su tiempo y espacio hasta que se acostumbre a él. Pronto tenían pensado volver a su ciudad, donde se habían conocido. Ross aún conservaba su trabajo allí y llevaría pronto a toda su nueva familia a nuevo hogar que elegirían, obviamente, todo cerca de la casa de su cuñado porque aunque en el fondo se llevaba mal con él, sabía que este era un pilar importante para ella y sus hijos.
La mejor noticia de su vida era haberse enterado que sería padre de dos niños, no dejo ni un minuto de despegarse de su lado sólo de pensar en esa idea y que pronto sería testigo del nacimiento de los bebés. Acariciaba su vientre anhelando esa idea. Más no podía amarla en ese momento y ella por igual a él, cada mirada, cada gesto y coqueteo frente a su familia, le hacía ver que Ryan era y siempre fue el mismo, el que ella conoció con la única diferencia que ahora suyo en cuerpo y alma.
-Continuará-
¡Holis! Felizmente pude terminar este capítulo. Con muchas ansias luego de mucho... aquí el final mas esperado de Ryan Ross y sus fanes que se comen las uñas.
He roto un récord en este fic y con todos los demás a mas de 7 mil palabras... !! Gracias por hacer todo esto posible y por apoyarme ;-) aunque sean unos pocos... sin dudas, no pueden perderse el epilogo - final de esta temporada...
¿Su personaje favorito hasta el momento y su personaje mas odiado?
¡Gracias por leer!
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