La tregua de Navidad
En esta navidad, donde la gente no puede reunirse con sus familiares, hay que recordar que no es la primera navidad de este tipo, en 1914, en plena Primera guerra mundial, los soldados y familias celebraron su primera navidad sin el contrario, a la espera de que terminara el horror, sin saber si no podrían regresar el día de mañana, inintencionalmente crearon un momento que será recordado por el resto de la eternidad.
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El frio golpeaba la cara ya de por la mañana a Pedro, un pastor alemán que, para enorgullecer a su padre, se alistó en el ejercito en un buen momento, a las puertas de la gran guerra, ya sabía donde se estaba metiendo, pero todos decían lo mismo "esta será una guerra tan rápida que en un par de semanas estará ganada". Recientemente, un par de días atrás, recibió una carta donde sus padres, hermano y abuelos le deseaban una feliz nochebuena, una carta agujereada por las balas, pues el mensajero fue acribillado por una bola de fuego en su ida a las trincheras.
Tristemente se leyó por enésima vez esa carta mientras que, palabra tras palabra, maldecía el momento en que decidió hacer caso a su padre de alistarse en el ejercito. Se levantó de la cama para tomar una taza de chocolate caliente que habían traído para esta ocasión, si se daba que en nochebuena estuvieran aún en las trincheras, cosa que al final pasó. Los soldados igualmente se levantaban para tomar su ración, esperaban que el calor del chocolate les quitara el frio del cuerpo, ni que decir que no había estufa o nada que se le pareciera para entrar en calor.
Durante todo el día no hubo ningún enfrentamiento, todo estuvo muy tranquilo, Pedro pensaba que el frio infernal les había dejado congelados y que por eso no se dignaron a luchar, ni siquiera dos minutos. Lo mas probable es que estuvieran más centrados, al igual que ellos, en encontrar algo con lo que mantenerse calientes o quitarse el frio del cuerpo.
Pero lo peor vino para la cena de navidad, sin el sol la temperatura descendió bastante y el poco calor que podían generar esos abrigos húmedos y mojados no era suficiente para evitar el frio. Todos en la trinchera se juntaron para cenar y tomar algo caliente, preparado unas horas antes de la hora de cenar mientras observaban la cálida comida.
Soldado: anímate chico, seguro para el cambio de año estaremos en casa.... bueno, mejor dejémoslo para las navidades del año que viene vale?
Pedro: en qué momento decidí meterme en el ejercito, más cuando sabía que algo así estaba por ocurrir.
Soldado: los altos oficiales se les ha otorgado un permiso especial para pasar la nochebuena con sus familiares, ya me gustaría estar en su lugar, en casita con mis padres, mis sobrinos...
Pedro: Paul, ya vale, deja de decirme eso, no tienes que recordarme que este año no podré estar con mis familiares y amigos.
Paul: pero por lo menos estas navidades no tienes que escuchar a tu padre recriminarte "no estas haciendo esto, o no estas haciendo esto otro, y por eso te voy a desheredar!"
El perro no pudo evitar soltar una carcajada ante la graciosa y nada acertada imitación de aquel oso a su padre, mientras conversaban los soldados se reunían en torno a la improvisada mesa y recibían sus raciones de comida.
Entre las risas, los intercambio de cotilleos, noticias y demás, se podían escuchar las trincheras inglesas como estaban cantando villancicos al son de las gaitas, el único instrumento que parecían tener a parte de alguna armónica.
Oficial: chicos! mirad quien ha venido
Una hermosa zorrita de pelaje naranja como el fuego apareció bien vestida y abrigada, limpia y con un perfume que contrastaba con el terrible olor de los soldados que no se limpiaban adecuadamente hizo su presencia en el lugar. Los soldados al verla intentaron dar su mejor imagen, que muy fácil no era, y saludaron amigablemente a la mujer.
Oficial: ella es Maite, una cantante muy famosa que ha venido a deleitarnos con su magnifica y maravillosa voz.
Maite: encantada.
Todos: hola Maite.
La mujer se puso cómoda en el lugar y comenzó a cantar villancicos junto con un soldado que le daba la música mediante una armónica, pero al terminar no solo recibió los aplausos de los soldados alemanes, sino que también de los británicos. Animada por ello, decidió seguir cantando mientras que poco a poco iba saliendo de ese estrecho y nada agradable lugar hasta situarse en mitad de ambas trucheras, mientras los franceses, británicos y alemanes escuchaban a la mujer cantar.
Oficial: Maite, regrese a salvo, podrían herirla!
Maite: no se preocupe oficial, Buenas noches ingleses!
Oficial escoces: Buenas noches señorita pero no somos ingleses sino escoceses.
Tanto los escoceses como la mujer y algunos alemanes rieron por la situación, en eso el oficial alemán se acercó donde la mujer para llevarla de vuelta cuando el que parecía ser un oficial escoces se acercó al lugar. La mujer regresó pero ambos oficiales se quedaron charlando a lo que el francés se le unió para saber qué era lo que sucedía.
Cada oficial regresó a su correspondiente trinchera y dio la noticia a sus tropas, se había "oficializado" el alto el fuego, una tregua por esa noche.
Curiosos, los soldados salieron y se reunieron con sus rivales, lejos de confiar en ellos pensando que era una treta, dudaban de comer y beber lo que los "enemigos" les querían compartir, y para estar seguro de que no había trampa, estos comieron primero y ofrecieron de nuevo.
Pedro fue de los últimos en salir, no estaba deseando ser suspendido por esto y que manchara su reputación para que el próximo año su padre se lo echara en cara. Pero la mirada de un joven dálmata le hizo dar ese paso, se le acercó y le ofreció chocolate.
Pedro: ten, un poco de chocolate, me ha costado mucho asique tiene que ser bueno.
Zack: g-gracias -tímidamente come un poco- humm, está buenísimo!
El cielo se llenó de luces de colores, haciendo el ambiente más agradable, ambos perros conectaron mucho, tanto que cada uno empezó a sentir cosas por el otro. Cantaron, rieron, comieron y bebieron felizmente por casi toda la noche, siendo la hora para descansar, los dos se fueron a la "habitación" de Pedro, no era cómodo el lugar, pero Zack resalto que era un agujero mucho mejor en donde meterse.
El calor que se daban mutuamente les hicieron pasar una mejor noche, ni el frio siquiera pudieron notar, ambos calentitos, bajo esas mantas y abrigos gruesos pudieron dormir plácidamente.
A la mañana siguiente, los oficiales enterraron a los soldados caídos, mientras unos hacían una misa por ese día, otros organizaron un partido de futbol, y pese a que 24 horas atrás eran enemigos, en ese partido el ambiente era más de amistad que de enemistad, divirtiéndose debido a las caídas de algunos, los tropiezos de otros y la mala puntería que el terreno hacia tener en los jugadores inexpertos.
Tras esos días, Pedro lo decidió, hizo que fuera "hecho" prisionero de los franceses y llevado a parís, Zack por el contrario alegó tener un problema de salud que le impedía seguir en el frente, así que el oficial, entendiendo lo que estaba pasando, intercambió al guardia que vigilaba a pedro por él, haciendo la estancia de los enamorados más llevadera.
Ninguno olvidarían esa noche, todos la recordarían por el resto de sus vidas, igual que recordarán siempre estas palabras "nos dijeron que para navidad estaríamos en casa, que cenaríamos en nochebuena en nuestras casas con nuestra familia, amigos, hijos y seres queridos, que la guerra habría terminado para navidad, y llegó la navidad...... y la guerra no se acabó....."
Datos históricos
La tregua se hizo en todo el frente occidental y algunas partes del oriental.
Muchos fueron acusados de rebelión por lo que las autoridades pertinentes relevaron a esos soldados y oficiales por otros que cumplieran ordenes.
Los gobiernos y la prensa ocultaron este hecho a la ciudadanía, esto (a opinion personal) debido a que era probable que la gente dejara sus esfuerzos de guerra a un lado y se negaran a luchar.
Existe un monumento a este hecho, que más de 100 años después, seguimos fascinados de como aquellos soldados dejaron a un lado sus diferencias y se unieron para celebrar la navidad. Viendo que ante todo eran humanos.
El COVID-19 nos ha cambiado estas fechas, pero hay que recordar que con anterioridad otros estuvieron en peores situaciones y que aún así, disfrutaron del momento.
Feliz Navidad a todos y espero os haya gustado esta increíble historia.
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