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Yoongi
Desperté en un lugar extraño, definitivamente ya no estaba en el territorio Min, el aroma es muy diferente por eso supe que ya no estaba en el territorio norte.
Me levanté tan rápido como pude eso provocó que sintiera como las heridas de mi espalda volvieran a reabrirse. Levante la mirada y vi las paredes pintadas de un color cobre y muy eliminada.
-¿Dónde estoy?- Murmuré.
Vi el reloj que reposaba en la pared y sus agujas marcaban las siete y media de la mañana. Así que pensé en levantarme para comenzar hacer mis quehaceres para que mis nuevos amos no se enojen.
Como pude me levanté y salí de la habitación, busqué por un rato la cocina hasta que la encontré, observé y no vi a nadie, comencé a familiarizarme con las cosas alrededor hasta que puede encontrar los utensilios para comenzar hacer el desayuno, hasta que escuche un grito.
-¿Tú quién eres y qué haces en esta casa? Eres un vagabundo que intenta robar- habló una señora ya de edad avanzada que se veía enojada pero también aterrorizada.
Por su manera de vestir pensé que era una de las personas dueñas de la casa, así que me hinque en forma de sumisión y pedí disculpas en voz baja, lo menos que quería era obtener un castigo.
-¡Un ladrón!- volvió a gritar.
Yo solo me limité a temblar bajo su grito y esperar la consecuencia de lo que había hecho mal.
Mis manos como ya estaban educadas comenzaron a temblar y no paraba de pedir perdón, de pronto vi cómo unos hombres entraron en la cocina y quisieron levantarme para sacarme de la habitación. Pero cuando comenzaban a querer golpearme, vi como entraron un señara y un señor que, por la vestimenta llamativa supe que eran los verdaderos dueños de la casa.
-Perdonenme- me tiré al suelo en súplica de perdón.
-Suéltalo- ordenó el hombre - Él es el nuevo miembro de la familia- dijo.
Yo subí mi mirada confundido y asustado por la nueva información. No comprendí porque había dicho eso, aún así tampoco pregunté.
-Ve y llama a Jimin- dijo la Señora.
Pero a aún si me quedé en la misma posición y seguía pidiendo perdón.
Jimin.
Cuando llegamos a casa, estaba demasiado cansado que no pude ir a ver dónde y cómo había llegado el alfa de la mansión Min, y mi sueño pudo más.
Estaba durmiendo plácidamente, cuando escuché unos gritos que provenían de la cocina. Dude en levantarme para ver qué estaba pasando hasta que recordé que los sirvientes no sabían de la existencia de alguien nuevo y por las condiciones en las que estaba lo confundiría con un ladrón.
Salí rápidamente de mi habitación y bajé las escaleras hasta la cocina. Mi madre y mi padre ya estaban controlando la situación y explicándole a nuestra cocinera Jiwo quien era el nuevo chico. Cuando entré a la cocina vi como Yoongi aún se mantenía de rodillas y balbuceaba algunas palabras.
-Hijo puedes llevarte a Yoongi a tu habitación por favor- Ordenó mi madre.
Me acerqué a él y lo ayudé a levantarse.
-Ven sígueme.
Durante el camino hasta mi habitación él no levantó la mirada y seguía susurrando la palabra "perdón"
Cuando entramos a la habitación él se tiró al suelo y dijo.
-Perdón. No sabía que no podía utilizar la cocina.
-No, no tienes que hacer eso-dije -Y no te preocupes no estás en problemas.
Libere un poco de mi feromona y pude ver cómo él se relajó y pudo subir la vista, hasta mirarme.
-¡Eres tú!- dijo muy asombrado.
-Me llamo Jimin, Park Jimin- me presenté y me senté junto a él
Él se giró hasta que quedamos cara a cara, y observé que tenía unos lindos ojos rasgados negros, aunque vi una cicatriz en su ojo derecho, que anteriormente no había visto.
-Perdón amo Jimin-dijo y volvió a agachar la mirada.
-Yo no soy tu Amo.
-Entonces a quién le tengo que ofrecer mi disculpa. Asumiré cualquier castigo que merezca por mi intrusión en la cocina, yo solo quería hacer el desayuno- dijo en voz baja.
-Nadie es tu dueño, ya no eres un esclavo. Nosotros te salvamos ya no le debes ninguna disculpa a nadie- me acerqué a él y traté de calmarlo con unas palmaditas, sabía que tenía herida la espalda así que evite tocar esa área. -¿Cual es tu nombre?- pregunté.
Ya sabía su nombre, aún así quise preguntar para entablar una conversación.
-Yoongi. Min Yoongi- escuché su voz más calmada.
-Bueno Yoongi, ven iremos a la cama para que descanses- dije, mientras extendí mi mano para ayudarlo a levantarse.
El dudó un poco en sostenerse para levantarse, aún así lo hizo. Pude observar que su piel era muy clara por esa razón los golpes era mucho más notorios, su ropa estaba sucia y manchada de sangre, más en la parte de atrás donde le habían dado los latigazos, pero también se podía observar cicatrices y quemaduras en susanos y resto de su cuerpo.
Verlo de esa manera me rompía más el corazón, cuanto dolor tuvo que soportar mientras estaba en esa casa, no entendía cómo pueden existir personas tan malas en este mundo y se enseñan con personas inocentes.
Cuando llegamos hasta la cama, me senté primero y luego él tomó asiento junto a mí, dude un poco hasta que agarré su mano, él se sorprendió y me miró y también lo vi, hicimos contacto visual y mi lobo parecía muy contento porque yo me sentí muy coibido ver sus ojos negros puestos sobre mí... mi corazón comenzó a latir tan fuerte que juraría que se saldría de mi pecho hasta que no pude sostener más mi mirada y me levanté tan repentinamente que incluso él se sorprendió.
-Llamaré al doctor para que te revise las heridas- dije. Estaba a punto de darme la vuelta, pero su agarré me detuvo.
-No es necesario, sanarán solas conforme el tiempo.
Su respuesta me molestó un poco, no permitiría que él siguiera sintiendo dolor de ninguna manera.
-Claro que no. Llamaré el doctor y le dirás exactamente dónde te duele- le dije con una voz firme
Él sonrió, una sonrisa muy linda demasiado que hizo que mis mejillas enrojecieran tan rápido, cuando se dio cuenta que lo estaba viendo. Él solo agachó su rostro de nuevo.
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