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Después de un largo camino finalmente habíamos llegado al territorio de los Min, observé el lugar era feo, gris y frío.

—Es como el castillo de los cuentos— dijo Doujin.

—Claro, pero el castillo del villano. Aunque pensándolo bien pueda que lo sean.

Una vez llegamos a la entrada de la mansión se abrieron las puertas de la casa.

—Buenas tardes. Bienvenidos sean a nuestra humilde casa— habló una mujer, al parecer era la señora Min con una sonrisa falsa.

Junto a ella estaban dos hombres por su apariencia ambos eran alfas uno podría ser el líder y el otro su hijo. 

—Gracias es un placer— respondió mi padre 

—Ellos son mi Hijo Min Suk, Mi alfa Min Seung y me presento soy Min Yunna— presentó la señora y ellos hicieron una reverencia. 

—Un gusto conocerlos— dijimos todos juntos. 

—Soy Park Hana, mi querido alfa Park DarkHo, mi pequeña hija Park Haneul, Mi hijo mayor Alfa Park Doujin y mi hijo Omega Park Jimin.— presento a mi madre. 

El alfa menor de la familia se acercó a mi madre y a mí y besó el dorso de nuestra mano, cosa que, para mí me pareció muy desagradable. 

—Mucho gusto. Pasen adelante, nuestros sirvientes subirán su equipaje— dijo el Alfa líder. 

Todos entramos a la casa y confirme lo que había pensado, era grotesca y fría. Y como había dicho mi hermano parecía que vivían en la edad media por la antigüedad de la decoración.

—Si gustan chicos puedes subir a sus habitaciones. Mientras hablamos los adultos.

Yo hice un gesto. ¡Ja! Nos habla como si fuéramos unos cachorros.

Aunque la mansión era grande, la nuestra era mucho más grande y llena de colores. Nuestra casa también estaba dentro de un bosque era muy iluminado y alrededor podía apreciarse toda esa vegetación verde. 

Mi hermano y yo subimos a la habitación que nos pertenece mientras estábamos en ese lugar, se nos había asignado una habitación para cada uno, pero decidimos compartir. No quería quedarme sólo en este lugar. 

—Apenas hemos llegado y ya me quiero ir— dije con un tono cansado.

—Lo sé, este lugar es muy aburrido y más si vamos a estar encerrados— dijo Doujin mientras revisaba su celular. 

Al menos él tiene con quién distraerse y hablar con su amado Omega. 

—Bueno, creo que iré a estirar las piernas. He estado sentado en el carro por mucho tiempo y no puedo quedarme sentado o acostado en la cama— dije y salí de mi habitación. 

Caminé por la mansión con la intención de no hacer ruido, no quería enfrentar preguntas como ¿Qué haces? O algo peor como la compañía de ese feo Alfa. 

Caminando y caminando escuché un leve melodía de piano, mis oídos se agudizaron para oír mejor de donde provenía esa música y al parecer viene del sótano. 

Baje cuidadosamente sin hacer ruido, seguí la melodía hasta que llegue a una puerta, mire su cerradura y está tenía un candado asegurándola, busqué alrededor algo que me sirviera para abrirla, pero no encontré nada que pudiera ayudarme.

Sin embargo, me quedé pegado a la puerta escuchando esas tonadas hermosas, dolorosas que emanaba de ese piano. Estaba tan concentrado que el sonido de mi celular hizo que regresará a la realidad.

—¿Papá? — contesté mi celular con un tono bajo, no quería que nadie me escuchara. 

—¡Hijo! ¿Dónde estás? No creo que a esta familia le guste que estés indagando en su casa sin su permiso, sal de donde estás que nosotros estás a punto de salir— habló mi padre también en un susurro. 

Pero mi duda no quería quedarse allí, quería saber quién tocaba el piano. También mi lobo estaba inquieto, aún así tuve que dejarlo y retirarme, pero sin duda alguna regresaría. 

Estaba tan distraído que no me di cuenta y me topé con mi madre, mi padre y los señores Min. ¡Mierda! Pensé mientras trataba de formular una excusa para salir de la situación.

—Jimin hijo ¿Se te ofrece algo?— pregunto la vieja Min. Mi lobo comenzó a sentirse enojado por alguna razón, que también provocaba en mi. 

Lo pensé —El baño— dije con una sonrisa más hipócrita que jamás había dado. 

—En tu habitación hay uno. 

¡Mil veces mierda! Pensé. 

—Doujin lo está usando y no salía, así que no tuve otra opción que salir en busca de uno— dije casi como si fuera verdad. 

—Oh ya— ella río— por allá hay uno— señaló la parte izquierda de la mansión. 

Yo solo hice una reverencia de agradecimiento y dije —Gracias. 

Mi padre hizo un gesto de negación y yo le sonreí. 

—Trae a Doujin cuando termines. Ya cenaremos—  dijo mi madre. 

Yo asentí y me fui al baño, me mire al espejo y le pregunté a mi lobo que le sucedía, porqué estaba actuando de esa manera. 

"Lo encontramos, está aquí…"  contestó mi lobo, que no estaba completamente seguro a lo que se refería. 

—¿Estás bien?— Escuché la voz de mi hermano que entraba al baño.

—Si… no—toque mi cabeza y fruncí mi ceño. 

Mi hermano al escucharme se acercó más a mi 

—¿Qué sucede?

—En mi recorrido por esta horrible casa. Escuché una melodía, la seguí hasta llegar al sótano, no pude detenerme hasta llegar a una habitación, estaba cerrada con candado. Pero eso no fue todo, hay una persona atrapada ahí y creo que está encadenado… 

—¿Lo viste?— preguntó más interesado. 

—No, no pude… pero desde entonces mi lobo está intranquilo, me quiere volver loco— dije 

—Tal Vez es una persona mala. Un ladrón por ejemplo, por eso lo tienen encerrado allí— trato de explicar. 

Pero yo negué. Algo me decía que no trataba de un ladrón como decía Doujin. 

—Debemos bajar, nos están esperando para cenar— dijo, 

Abrió la puerta y los dos salimos del baño y nos encaminamos al salón. Al llegar al comedor un olor a alcohol se impregnó en mis fosas nasales. Era un olor fuerte y asqueroso para mí. 

Cuando visualice la mesa, vi a ese tonto alfa. ¿Acaso había liberado sus feromonas para atraer mi atención? Eso jamás sucedería. 

Vi a mi madre y Rodeé los ojos, ella solo subió sus hombros y con una mirada me ordeno que me acercará. 

—Deberíamos sentarnos, ya está lista la comida— dijo la señora Min. 

Cuando todos estábamos sentados volvió hablar  la señora Min. 

—Hanna… ¿Te puedo llamar así?— pregunto a mamá.

Mi madre solo asintió con una sonrisa falsa, a ella no le gustaba que la llamen por su nombre, a menos que ella tuviera la suficiente confianza para hacerlo. 

—Me enteré que la fiesta de aniversario de su clan fue cancelada, por culpa de nuestro llamado. 

Mi madre suspiró y volvió a sonreír y respondió 

—Así es señora Min, tuvimos que posponer la fiesta hasta nuestro regreso. 

—¡Oh! Por favor, solo dime Yunna— mi madre asintió — Pero cuando regresen la luna ya habrá dejado su resplandor, me siento culpable— dijo con un falso gesto de tristeza — Está era la oportunidad de Jimin de conocer a su compañero. 

—Así es Yunna, pero esperaremos a la próxima— contestó mi madre.

—Creo que deberíamos ofrecernos para hacer la fiesta, después de todo la luna estará resplandeciente en nuestro territorio Y así nuestro querido Jimin experimentará su primera fiesta. 

Mi madre me miró y yo negué, es una idea descabellada nuestra fiesta no podía hacerse en otro territorio que no era el nuestro. 

Pero mi padre tomó la palabra y aceptó. Mi madre no se notaba nada contenta al igual que yo, mi pareja no podía pertenecer a esta manada ni en un millón de años. 

Doujin también estaba sorprendido y dijo —No podemos— todos giramos a verlo — No trajimos ropa adecuada.

—Eso no es un problema— hablo la señora Min —Con tu preciosa figura te quedará uno de mis vestidos y Suk le puede prestar uno de sus trajes a los chicos y tu esposo puede elegir uno de mi alfa. 

—Claro. Lo agradecemos— dijo mi madre que no se veía nada contenta, pero para promover la paz debería de aceptar. 

—Perfecto, verás que será una fiesta muy linda, ahora solo nos queda esperar mañana por la noche— dijo muy emocionada la señora Min. 

Una vez se acabó la cena, todos subimos a nuestras habitaciones. Pero mi lobo estaba muy ansioso que no dejaba que pegará el ojo. también estaba intranquilo, quería saber quién era el que tocaba el piano en el sótano y porque me dejó tan electrónico. 

Después de una charla convencí a Doujin de bajar al sótano. Ya habíamos llegado con éxito, nadie nos había seguido y nos había escuchado 

—Jimin esto es mala idea deberíamos regresar— habló bajito — Como tú hermano mayor te ordenó que regresemos.

Pero yo no estaba dispuesto a echarme para atrás cuando ya estábamos ahí. 

—No. Ya estamos aquí, cálmate. Nadie nos ha visto y ya es muy tarde para que alguien aún esté despierto. 

Cuando estábamos enfrente de la puerta donde provino la música, un olor fresco a tierra mojada penetró en mis fosas nasales era muy agradable para mi y para mi lobo que incluso me relajo 

Estábamos a punto de abrir cuando unos pasos nos alertaron de que alguien se acercaba. Mi hermano y yo corrimos a un mueble viejo que estaba cerca para ocultarnos detrás de ello. 

Vimos bajar a tres hombres, reconocimos a uno de ellos, fue el hombre que subió nuestras maletas. 

Uno de ellos abrió la puerta y claramente se escuchó como las cadenas sonaron, cuando ellos entraron Doujin y yo tratamos de acercarnos y para nuestra suerte habían dejado la puerta entreabierta.

Cuando estábamos ya cerca de la puerta por un momento no vimos nada más que las tres siluetas. Pero algo me llamaba y el olor a tierra mojada comenzó a desminuir y mi lobo comenzó a quejarse y me estaba poniendo alterado, pero trate de calmarlo.

—Creíste que nos habíamos olvidado de ti— habló el hombre muy autoritario —Arrodillate— ordenó. 

Y entonces vimos a un chico de tez blanca, su cabello era de un tono rubio largo, su ropa rota… estaba en un estado lamentable. Él obedeció las órdenes. 

—La señora Ordenos cuarenta latigazos— el cuerpo del chico comenzó a temblar. —Comienza a contar si te equivocas o te quedas callado comenzamos desde cero. 

El chico solo asintió, agarro más fuerte las cadenas que lo sostenían 

—Uno…— hablo, su voz era grave, pero suave. Su rostro se contrajo al tratar de callar sus gritos de dolor

La esencia que había percibido antes emanaba de él, me di cuenta porque su perfume comenzó a mezclarse con el olor de la sangre. 

Yo comencé a temblar de lo enojado que estaba mi lobo, no pude controlarlo ya que también esta molestó, aterrorizado. 

Doujin también compartía el mismo sentimiento ya que su ceño estaba profundamente fruncido y chasqueaba su lengua. 

Cuando el conteo llegó al número cuarenta, la espalda del hombre estaba sangrando y el derramaba lágrimas silenciosas. 

Cuando ya habían acabado uno de los hombres le quitó la capucha que cubría su rostro y para nuestra sorpresa era el Alfa Min Suk. 

—Maldito bastardo ¿creíste que te habías librado de mi? Por tu culpa mi madre se molestó conmigo y ahora pagarás por lo que hiciste— dijo. Y pateo la parte izquierda de su cuerpo.

Suk le arrebató el látigo al otro hombre que anteriormente había azotado al chico encadenado. 

Estaba harto de ver cómo lo golpeaban. Mi lobo y yo estábamos demasiado furiosos. Mi instinto hizo que me moviera en su ayuda, pero mi  hermano me detuvo. 

—Calmate. 

Estaba demasiado molesto que podía jurar que mi lobo me iba a poseer… lo único que puedo recordar es Doujin sostenerme fuertemente y sacarme de ese lugar.

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