Chapter 02
El alfa iba caminando por los pasillos del tercer piso con dirección a su despacho para realizar algunas llamadas, pero al llegar a las escaleras recordó la reunión que tenía planeada en la tarde. Por lo que se giró y volvió a la habitación. Ya cerca de la puerta comenzó a escuchar las voces de sus hijos.
—Claro —se escuchó la vos sarcástica de Taehyung.
—Taehyung —le regaño—. Lo que hiciste es muy grave, agradece que papa no se enteró.
¿Qué?
Acaso había algo que no sabía, sus propios hijos le estaban mintiendo. Algo molesto abrió la puerta sin tocar.
—¿Qué no me entere de qué? —exigió.
Taehyung, que en ese momento estaba ingiriendo agua, se comenzó a hogar. Solo los tosidos del omega se escuchaban.
—En este mismo momento exijo que me digan que me están escondiendo.
Jongun nunca había estado tan molesto.
—Papá —trato de intervenir Jimin.
—Tú te callas. Y bien Taehyung, algo que decir.
—Jimin, puedes irte. Yo me encargo —le pidió amablemente.
No muy seguro el Kim menor salió de la recámara de su hermano. Rezándole a todos sus dioses porque Taehyung saliera bien librado de esta.
—¿Y bien?
¿Qué hacer?
Esa era la pregunta.
Taehyung se debatía entre decir la verdad «a media más bien» o contar una mentira. Corriendo el riesgo de que su papá lo descubra y este perdido.
—Nada grave. Solo es Jimin haciendo escándalo sin importancia.
—¿Por?
—Tal vez porque —tomo aire para continuar, buscando valor para hablar—. Tuve sexo con un alfa ayer en la noche.
Al final confesó.
—¿Qué?
Jongun no podía creer lo que estaba escuchando.
—Si ya sabes. Tomar mucho alcohol, mientras estás enojado, no es una buena combinación, te lleva a hacer cosas estúpidas.
El alfa estaba que echaba humo por las orejas.
—No puedo creerlo, tú... en serio tú.
—Tranquilo papá no fue gran cosa.
—No fue gran cosa —se repitió a sí mismo. En un arrebato por la ira, planto una fuerte cachetada en el rostro de Tae—. ¿Qué no es nada dices? ¿Cómo pudiste? Irte a revolcar con un alfa cualquiera, acaso olvidaste quién eres y lo que representas.
¡Claro que no!
Él tenía muy claro todo, pero acaso era su culpa.
Primero lo alaban diciendo que es el mejor y al segundo le están diciendo que para poder seguir siendo el líder, debe casarse con un alfa que ellos escojan.
Acaso nadie piensa en él o en sus sentimientos. Acaso su opinión cuenta en algo.
—No papá, yo...
—¡Nada! Te estás comportando como una... una. Ni siquiera quiero terminar la frase.
Taehyung estaba al borde de las lágrimas, pero no se iba a dejar doblegar.
Kim Taehyung no llora por nadie.
—Sé que me equivoque, pero no es la gran cosa, solo es sexo.
—¡Taehyung! Conoces nuestras creencias. Un omega debe llegar virgen hasta su boda.
Era cierto, pero lo hecho, hecho estaba. No podía cambiar lo que pasó.
En esos momentos ya estaba resignado.
Jongun frotaba fuertemente su frente tratando de pensar en qué hacer con su hijo.
—Taehyung —lo llamó.
—Sí.
—Desde hoy no tendrás nada que ver con los negocios hasta nuevo aviso.
¿Qué?
¿Cómo?
¿Acaso escucho mal?
—Hoy has demostrado que no estás preparado para liderar —exhaló el aire que mantenía en sus pulmones—. Prepararé todo para que el lunes retomes tus clases de fotografía. Regresas a la universidad con Jimin.
—Pero...
—¡No! La decisión está tomada.
Y cuando Jongun, toma una decisión, no hay ser humano que lo haga cambiar.
—Si padre.
Si claro, puede irse mucho a la mierda. Le valía verga todo lo que su padre le había dicho. Él iba a seguir dentro, le gustara o no.
El domingo en la mañana se había levantado muy temprano para hacer sus rutinas de ejercicios. Luego de una larga ducha y un desayuno bien cargado, convocó a Seokjin, para que lo acompañara en su misión.
—Buenos días, me mando a buscar líder.
—Buenos días para ti también —con una servilleta se limpia los labios. —Prepara el auto, saldremos en 5 minutos.
—Disculpe contradecirlo líder, pero su padre dio órdenes explícitas de no dejarlo salir si no era con su consentimiento.
Así que el viejo quiere jugar sucio.
—Tú ve encendiendo el auto, yo me encargo de pedirle permiso a papá.
Acatando la orden dada, Jin salió por la puerta de la cocina rumbo al garaje subterráneo de la casa a por el coche.
—Ahora dónde estará el viejo.
Levantándose de la mesa, sube las escaleras hasta el despacho de su padre, pero antes de llegar aligera sus pasos y se pega a la puerta para escuchar dentro de la habitación.
Su padre hablaba con alguien por teléfono.
—Lo entiendo Minho, pero ya no será mi hijo el que se encargue, a partir de ahora todos los negocios lo trataras conmigo —hubo silencio—. De acuerdo no encontramos el martes en la noche junto a los muelles.
Al parecer la llamada se había terminado y los pasos se comenzaron a escuchar. Tae corrió todo el camino de vuelta a la planta principal.
—Así que Minho, ¡no!
Su padre de verdad quería sacarlo del negocio, hasta nuevo aviso.
Pero él era más astuto que una rata, Minho no era con el único que estaba tratando, tenía otros negocios debajo del tapete de los cuales su padre no estaba enterado.
Tomando su celular marco a un número no registrado, el cual fue contestado al segundo.
—Estaré ahí en cinco minutos, espérame con una copa de tu mejor vino.
Si más palabras, cuelga para dirigirse a la entrada principal donde se encuentra el automóvil esperándolo.
—Vámonos —dice al subir.
—¿Líder?
Seokjin lo miraba por el espejo retrovisor esperando una respuesta.
—Aish!, eres un grano culo lo sabías —intentó, pero seguía siendo ignorado—. Ya le pregunté y dijo que podía ir a donde quisiera.
—¿Cómo puedo confiar en su palabra?
—Llámalo si quieres —le restó importancia.
—De acuerdo.
De su bolsillo delantero Jin saca su teléfono y cuando está a punto de llamar este lo detiene.
—¡Vale, no lo llames! —dijo rápido y el otro se detuvo—. Era mentira, pero me conoces si no me llevas encontraré la forma de irme solo.
Los dos se miraron intensamente por varios segundos hasta que Seokjin, sacando las llaves, la introduce en el agujero para encender el auto. Y sin preguntar comienza a moverse fuera de la casa.
—Que conste que lo hago porque sé cómo eres, pero si el señor Kim pregunta es culpa tuya.
—Tranquilo, yo sé lo que tengo que hacer.
—¿Hacia dónde vamos?
—Solo diré dos palabras, «Bo» «Gum»
El alfa rodeo los ojos, solo a Taehyung se le ocurría relacionarse con tremendo... como decirlo, espécimen de persona.
El auto se detuvo frente a la puerta del casino. Vante decía el cartel sobre la puerta, era algo cómica la historia detrás del nombre.
"Vante" era su nombre de pila. Solo unos pocos lo conocían y uno de ellos era Bogum. Y él, como se dieron cuenta, decidió usarlo como nombre para el bar.
La noche en que Taehyung y Bogum se conocieron fue en ese mismo bar, por eso Gum lo compró y le cambió el nombre. El lugar era algo así como su zona segura. Siempre que trataban de negocios lo hacían dentro
—Kim Taehyung, dichosos los ojos.
Bogum lo esperaba sentado en su sillón presidencial, con una copa de vino en la mano.
—Gum cuanto tiempo.
—Digamos que una semana.
—Muy gracioso —sentándose a su lado—. ¿Qué tal va todo?
—Viento en popa. Cælum está viajando por todo el mundo.
Bogum se levantó dejando atrás a Tae, para dirigirse hasta el mini bar que se encontraba en el despacho y servir una copa de vino. Volviendo al sofá y entregándosela al castaño.
—¿Cuántos ya? —dándole un sorbo a su copa.
—Ayer me notificaron que, a las 16 horas, nuestro avión había aterrizado en las costas hawaianas. Así que son unos... 24.
—Eso suena estupendo.
—Todo es gracias a ti.
—Más bien gracias a Hobi. Sin él no existiría Cælum y nosotros no tendríamos trabajo.
—Tienes razón. Ahora sí, ¿por qué tanto afán de reunirnos? Creí que nuestra próxima reunión era dentro de dos semanas.
—Algo pasó en casa y papá se metió en la cabeza de que ya no forme parte del negocio.
—¿Qué? —casi escupe el vino que se estaba tomando.
—Ya se enteró de lo de Minho. Así que como comprenderás tendremos que tratar con más discreción a partir de ahora.
—Entiendo.
Pasaron varios minutos en un silencio algo incómodo. Gum ya no podía contenerse de preguntar.
—¿Qué?
Bogum no había dicho una sola palabra todavía, pero su cara lo decía todo.
—¿Es en serio?
—Amigo, tienes que decirme.
—¡Pero..!
—Tae.
—¡Vale! Me acosté con un alfa el viernes en la noche.
Todo quedo en silencio hasta que la estruendosa riza de Bogum fue escuchada.
—No puede ser, el gran Kim Taehyung fue desflorado.
La vergüenza no cavia en su cara la cual estaba toda roja. Oh, Tae sentía que estaba rodeado de idiotas.
—No te rías, no me hace gracia.
—A mí sí. ¿Cómo fue, te gustó, estaba bueno?
—¿Q—qué? ¿Cómo puedes preguntar eso?
—Vamos Tae, nos conocemos desde hace mucho, deberías tenerme confianza.
Decir que confiaba ciegamente en él sería mentira, pero si se podía confiar.
—La verdad es que no lo sé. Estaba demasiado borracho y no lo recuerdo.
Las risas cesaron dando lugar al silencio. Es que no era ninguna broma el hecho de pasar la noche con un alfa y ni siquiera recordarlo, además de que era la primera vez.
—Eso es muy serio. ¿No recuerdas nada de nada? —este negó—. Ni siquiera el haberte protegido.
El omega sintió un gran escalofrió cruzar su espalda al percatarse de ese detalle.
¿Qué pasaba si le había contagiado alguna enfermedad?
¿O sí quedaba en cinta?
—¡Hay no! —exclamo horrorizado.
—Deberías ir al médico —le aconsejo—. Si quieres yo puedo encargarme, conozco a alguien de confianza.
—Te lo agradecería —quería llorar—. Gum que pasa si, sí estoy. Mi padre va a matarme.
—Tranquilo nos ocuparemos de eso. Contactaré con Sonyung, es de confianza —se levantó para irse—. Ahora vuelvo.
Bogum tomo su teléfono para realizar la llamada, mientras Taehyung se perdía en sus pensamientos. Estaba muerto, ya tenía una pata aquí y otra en el panteón familiar.
De los nervios, sirvió su copa de vino hasta el borde y se la tomo de una sola vez, sintiendo como raspaba por su garganta. Rezaba porque estuviera equivocado. A los minutos Bogum regreso, pero su cara tenía algo que decir.
—¿Qué sucedió? Algo malo con tu amigo.
—No con él todo bien —pues si no era eso, ¿entonces?—. Tenemos un problema con Hoseok.
—¿Y ahora qué?
—TaeTae despierta, hay que ir a clases —dijo saltando en la cama como si fuera un niño—. ¡Es tu primer día! —gritó emocionado.
Lo peor para Taehyung mientras estaba estudiando eran los lunes de escuela. Y peor que los lunes era su hermano menor cuando venía a despertarlo. Es que no había mejor despertador que la vos chillona del rubio.
—¡Que si pesado, bájate ya! —gritó lanzándole una almohada.
—Uy, qué carácter, como que no te despertaste con el pie derecho hoy.
—Ven aquí, ya verás.
Tras la amenaza, Jimin se bajó deprisa y salió corriendo rumbo a la habitación de su padre, con un Taehyung muy cabreado y con baba seca en la boca, persiguiéndolo por los pasillos.
—¡Cuando te atrape verás!
—¡Ja!, no puedes atraparme. Eres una vaca lenta.
—¡Vaca! ¿Me llamaste vaca?
—Ahora aparte de vaca lenta, sordo.
—¡Jimin! —gritó en cólera.
Ese grito realmente asustó al rubio, quien apretó el paso y abriendo la puerta de su padre, salto a su cama despertándolo.
—¡Papá sálvame!
—¿Qué pasa? —pregunto asustado.
Al rubio no le dio tiempo de hablar, cuando sintió a su hermano saltar sobre él, estrangularlo sobre la cama.
—Te mataré.
Los dos estuvieron revelándose entre las sabanas frente a su padre.
El señor Kim no podía creer lo infantiles que siguen siendo sus hijos. Pero la verdad le daba algo de risa, ¿hace cuantos años que no los veía así? Alegres, comportándose como los hermanos normales lo hace.
—Basta —dijo calmado, pero siguió siendo ignorado—. Chicos, basta. ¡He dicho basta! —exigió esa vez.
Ambos hermanos se separaron en cuanto escucharon la vos de su padre.
—Alguno de los dos me puede explicar que es tan grava como para que se estén persiguiendo como dos locos por toda la casa.
—¡Empezó él! —dijeron al mismo tiempo mientras se señalaban mutuamente.
—Mentira, Jimin fue el que fue a despertarme.
—Era porque se le estaba haciendo tarde. Además, fue él quien empezó persiguiéndome para golpearme.
Las miradas retadoras no faltaron. Haciendo al señor Kim girar los ojos por la tonta discusión.
—Niños, por favor, maduren de una vez.
—¡Papá! —ambos.
—Es inútil discutir —se rindió, esos dos eran caso perdido—. Creo que se les hace tarde para la escuela —recalco viendo la hora—. Apresúrense, no es de un Kim la impuntualidad.
—Claro —ironizó el menor.
Después de salir, se dirigieron a sus respectivas habitaciones.
—No te demores enano —se burló Tae antes de subir las escaleras.
El camino no fue muy largo atravesando por las grandes escaleras. La habitación de Taehyung se encontraba en la tercera planta y la de Jimin en la segunda. Este se detiene antes de entrar en la suya para llamar a Taehyung antes de subir las escaleras.
—Tae —el nombrado se gira para verle—. Qué bueno que no soy Kim.
El comentario causó risas entre ambos, ya que el rubio aun siendo un Kim estaba registrado como Park.
—Tienes razón, qué suerte la tuya.
Taehyung continúo con su camino hacia su recámara. Al entrar le pone seguro, para después dirigirse al baño. Desde que fue marcado, cada vez que debe báñese, por precaución, lo pone para asegurarse de no ser descubierto.
Solo fue una ducha rápida, ya que se le estaba haciendo tarde, pero un poco de maquillaje nunca estaba demás. Con la ropa puesta y el parche para la marca, baja a la cocina de la casa por su desayuno. Al entrar al comedor ya está servido y listo para degustar. Diez minutos después está sentado en el asiento trasero del coche con Seokjin como chofer.
—¿Por qué demoraste tanto? —pregunta su hermano—. Tae eres peor que una chica.
—¿Qué? Como si tú no lo hicieras. Además, es mi primer día debo verme bien.
—Técnicamente no lo es. Estas en tercero de la carrera recuerdas.
—Y eso que importa.
Seokjin ya estaba cansado de la tonta discusión que llevaban los hermanos, así que decido ignorarlos y prender el auto para llevarlos a la escuela.
El señor Kim Jongun vestido traje, abrir las puertas de cierto restaurante donde tendría la reunión con Choi Minho. Sus pasos resonaban mientras se dirigía a la mesa, la cual para su sorpresa estaba ocupada por alguien más aparte de Minho que no conocía.
—Buenas noches, caballeros —saludo mientas se sentaba.
—Kim Jongun, que gusto verte en persona. Desde que Taehyung asumió no se te había visto el pelo —comento alegre—. Hablando de él ¿Qué ha pasado? ¿Por qué el cambio tan repentino?
—Si lo sé, me siento un poco oxidado —comentó entre risas—. Taehyung está castigado —Minho lo miro interrogante, bastante mayorcito estaba como para que lo castigaran, pero eso no era de su incumbencia—. Algo paso internamente en el cartel, él estará fuera del radar por un tiempo.
—No me quiero imaginar que habrá hecho la pequeña pesadilla, como para que lo hayas sacado de los negocios —tomando un sorbo de su vino continúo—. Bien a lo que vinimos.
—De acuerdo, te escucho.
—La mercancía en estos momentos está siendo transportada hacia los almacenes de Busan. Y su destino era transportarlo por medio de sus barcos hasta las costas de Kanazawa.
—¿Era, por qué lo dice como si ya no fuera así?
—Porque no lo es —Kim seguía sin comprender—. Taehyung lleva meces convenciéndome de cambiar las rutas. Según él, ya no son seguras, además de que los barcos son una pérdida de tiempo.
—Nuestra mercancía siempre ha sido transportada por barcos. ¿De qué estás hablando?
—Eso mismo dije yo, hasta que el primer cargamento vía avión dirigido por tu hijo, llego sin contra tiempo a su destino.
—¿Avión?
Minho rio divertido. El pequeño Kim había hecho de las suyas si contar con papá.
—Jongun al principio pensé que no, pero realmente no sabes nada de lo que estaba haciendo Taehyung. Estos cambios fueron realizados hace unos 5 meses.
—¿5 meses dices? —realmente no podía creer lo que estaba escuchando.
—Así es, desde hace 5 meces nuestra mercancía está siendo transportada vía avión por los aeropuertos de Seúl.
—Seúl, ¿cómo lo hacen?
—Eso, debes preguntárselo a tu hijo. Él es el que se encarga de esa parte.
Moviéndose a un lado, señala con su copa a la tercera persona que se encontraba en la mesa. Era joven, más o menos aparentaba la edad de Jimin. Cabello azabache, cuerpo tatuado apenas visible y una que otra perforación. Estaba sentado en una pose domínate, un alfa seguramente.
—En la última reunión que tuvimos me encargo encontrar a alguien de confianza que pudiera transportar la mercancía de forma ligera de los almacenes de Busan hasta Seúl.
—¿Es él? —pregunto escaneando, al contrario.
—Así es. Jeon Jungkook, un viejo amigo. Él y su pandilla se encargan de transportarla en motocicletas.
El joven desde que llegó no le había quitado los ojos de encima.
—No es que lo supiera ni nada parecido, pero por precaución traje todo lo que hemos estado haciendo hasta ahora. Cada transacción y encargo lo encontrarás dentro de esta carpeta.
Tomando la carpeta, ojea cada página detenidamente. Sintiendo en su nuca, la penetrante mirada del pelinegro y al levantar la vista se encuentra con sus ojos, tan negros como su cabello.
Pareciera que lo está estudiando.
—Es joven, crees que dará la talla.
—La dará, él y yo nos conocemos desde hace años, créeme cuando te digo que no hay nadie mejor para esto.
Jongun dejó de mirar a Choi para centrarse en Jeon, quería saber cuál sería su reacción. Y como si sus pensamientos fueran los mismos, el azabache se inclinó hacia delante para hablar.
—No sabía que para este negocio importaba mucho la edad que tengas.
—Realmente no la tiene. Solo quería saber si eras factible para mi negocio.
—Lo soy, me encargaré de demostrárselo —aseguró.
Jeon era de armas tomar y carácter fuerte.
—Ya veremos. Minho me llevaré esto y consultaré con Tae todos los detalles. Mañana a las ocho nos veremos en el muelle como acordamos. Tal vez podamos hacer uso de este muchacho.
—¿Qué dices Jeon, te apuntas? —pregunta Minho.
—Claro, porque no.
—Pues ya todo está dicho. Mañana nos vemos Jongun.
Se despiden con un saludo de manos.
Kim se dirige directo a su auto, y sus pensamientos lo ocupa cierto azabache que se le hace tan conocido que le asusta no saber por qué.
Al subir al coche, Namjoon lo está esperando con el motor encendido.
—¿A dónde señor?
—Nos vamos a casa. Nam, cuando lleguemos quiero que me averigües todo lo que puedas de un tal Jeon Jungkook.
—Como ordene, señor.
Mientras el auto se perdía por las calles de Seúl, el dúo de chicos que aún se encontraban en la mesa halaban sobre el omega Kim.
—¿Quién es ese tal Taehyung del que tanto hablaban? —pregunta Jeon—. Parece un gran personaje.
—Grande tiene las nalgas —cierto comentario desconcertó al otro—. Taehyung es el hijo mayor del señor Kim —Jeon le hizo expresión de que «Y eso que»—. Es omega Jungkook, el famoso líder Kim del que tanto se escucha por ahí y la mente maestra de todo esto, es un omega.
Ese dato desconcertó por unos momentos, pero luego sonrió. Era mejor de lo que pensaba.
—Así que omega, me gustaría conocerlo —soltó coqueto.
—Claro, si quieres que te corte los huevos.
—Tanto así.
—Peor —aseguro.
—Ahora tengo más ganas de conocerlo.
El martes en la mañana el omega Kim bajaba las escaleras a paso de tortuga y con cero ganas de ir a la escuela. No lo malinterpreten, él ama la fotografía, no por algo la estudió. Pero a estas alturas del partido se había convertido en un hobby, dejando en primer lugar el negocio.
Al bajar otro escalón sintió que le paso por delante un tsunami, uno de nombre Jimin. Al rubio se le había hecho tarde para la escuela, por eso había bajado corriendo. Pero se detuvo antes de seguir su camino para gritarle que corriera, o si no iban a llegar tarde nuevamente.
—¡Tae vamos! —y con eso siguió corriendo.
—Ya voy... ya voy.
Al llegar al comedor se sorprendió encontrar en la mesa a su padre, este que desde hacía un tiempo no se sentaba a desayunar con ellos.
—Padre —lo saludó—. ¿Qué tal amaneció?
—Muy bien. ¿Y ustedes
—Perfecto como siempre, no hay nada mejor que la escuela.
—¡Tae...! —
—¡Chim...! —respondió con el mismo tono.
—Ya niños no empiecen, si siguen así llegarán tarde, mejor apresúrense.
—Ya escuchaste Taehyung, muévete.
—Si claro.
—Taehyung —le llamo su padre—. Cuando regreses debo hablar de un tema contigo.
—De acuerdo. ¿Es muy urgente?
—No tranquilo, cuando vuelvas hablamos. Bueno, chicos no vemos en la tarde.
Jongun se levantó de la mesa y dejo un beso en la frente a cada uno, para después perderse por la puerta del corredor. Ambos hermanos terminaron de comer y se dirigieron al automóvil que los llevaría a la escuela.
Todo el recorrido fue en silencio, Jimin una que otra vez cataba las canciones que se acuchaban en la radio. Cuando aparcaron frente a la universidad, Taehyung no espero por su hermano y simplemente si dirigió a su facultad.
—Qué grosero, ¿no lo crees Jin—hyung?
—Así es señorito.
—Bueno, ya me voy. Nos vemos después hyung.
Por otra parte, Taehyung caminaba tranquilamente hacia su facultad. A primera hora tenía una clase de diseño gráfico y marketing, a la que no tenía muchas ganas de llegar. Ya estaba casi estaba en la entrada cuando su teléfono comenzó a sonar.
—¿Sí?
—¿Taehyung, recuerdas el problema?
—Claro, ¿qué sucedió?
—Pues está de camino.
—De camino, como así. ¿De camino a dónde?
—A la universidad.
Y por arte de magia el problema se presentó frente a él, vistiendo uno de sus raros overoles de girasoles y un gorro de pescador.
—Ya está aquí, hablamos después —y luego de un «Ok» colgó la llamada—. ¿Hoseok?
—Taehyung, al fin te encuentro. Tienes que ayudarme.
—¿Qué sucede, alguien te está acosando otra vez?
—No, nada de eso. Es algo con Cælum, metí la pata en grande.
Le susurro, para que nadie escuchara mientras miraba en todas direcciones.
—¿Cælum, que pasa con ella?
—Creo que deberíamos hablar en otra parte. Un lugar más seguro.
—Ahora estoy en clases y si falto mi padre lo descubriría, así que —se quedó pensando en una solución—. Tendremos que vernos en el laboratorio. Yo te llamo.
—De acuerdo, no lo olvides, es muy importante. Adiós.
Hoseok después de despedirse se perdió entre las personas que aún caminaban hacia sus salones y Taehyung se preguntaba hasta cuando iban a ser los problemas.
—Tae sigo creyendo que esto es una mala idea.
¿Dónde estaba nuestro escurridizo omega?
Pues se encontraba en el muelle donde se realizaría el intercambio. Se supone que debería estar llegado a su casa, pero al salir de la escuela despidió a Seokjin junto a Jimin y le dijo que se iría con un compañero por un trabajo de la escuela.
—Gum no sea gallina. Además, solo quiero supervisar que todo vaya en orden como yo lo planee.
Aunque su padre lo sacara, él no se arriesgaría que todo su trabajo se echara a perder.
—Si tu padre nos ve aquí, te va a matar y a mí de paso.
—¿Para qué viniste?
—No sé, tú dímelo. Fuiste tú el que me arrastro hasta aquí.
—Hay ya cállate, además no tenía opción. Te necesitaba para que me trajeras porque no tengo auto.
—Que conveniente.
—Silencio.
A lo lejos se podían ver al grupo de personas reunidas junto al muelle. Su padre ya estaba allí con Minho y otra persona que no supo identificar, además de los guardias de seguridad. ¿Por qué ese azabache se le hacía tan conocido? Trato de escuchar lo que estaban hablando, pero estaba demasiado lejos como para escucharlo.
—Demonios.
—Tae tengo hambre, ¿hasta cuándo estaremos aquí?
—No puede ser —se lamenta.
A veces el castaño podía ser peor que un niño.
—¿Tae...?
—Espérame aquí —le ordeno.
Escapando de su ruidoso amigo comenzó a acercarse a los demás.
—¿A dónde vas?
Fue lo último que escucho de Bogum. Escondiéndose por detrás de unos contenedores que había allí logro acercarse lo suficiente como para escucharlos.
—Aquí están como lo prometí jefe Kim.
—Si bien hecho.
Al parecer el misterioso azabache era la persona que le había pedido a Minho conseguir para transportar la mercancía ligera.
—Te lo dije Jongun, Jeon era el mejor para el trabajo.
—Ya lo vi, siento haber dudado de tus capacidades.
—No se preocupe, a mí me gusta romper sus expectativas.
Wow, ¿quién era él?, nadie en su sano juicio le hablaría así a su padre.
Para su sorpresa su padre solo sonrió divertido y palmeo su espalda juguetonamente.
—Me agradas.
Lo siguiente no lo escucho ya que no le interesaba, el intercambio ya estaba hecho. Así que estaba ya pensando en regresar a casa, cuando las cosas se alteraron.
—Señor Kim...señor Kim puede escucharme.
Jongun rápidamente reaccionó y activo el comunicador en su oreja derecha mientras sus acompañantes se colocaban atentos.
—Aquí Kim, ¿cuál es la situación?
—Señor tenemos problemas, se acercan por el norte tres camionetas blindadas de color negro y van hacia ustedes —la persona del otro lado no era más que el vigía. Era el encargado de monitorear los satélites y avisar del peligro—. Por la velocidad en que se mueven solo tienen cinco minutos.
—Es muy poco tiempo ¿por qué no avisaste antes?
—Lo siento señor, el radar no los había captado.
—Diablos —maldijo a todos los dioses que pasaron por su mente—. Prepárese rápido, dentro de cinco minutos tendremos visitas inesperadas. No sabemos con qué intenciones lo hacen, así que quiero a todos alertas, ¿entendido?
—Sí señor —acataron la orden.
Todos sacaron sus armas y comenzaron a buscar posiciones estratégicas por si se volvía un campo de tiro. Tanto Jungkook como Minho se acercaron al Kim.
—¿Sabes cuantos son? —se interesó el azabache.
—Tres camionetas.
—¿Sabes quienes puedan ser? —esta vez fue Minho.
—Ni idea.
Lo minutos pasaban y el ruido de los motores que se acercaban, cada vez se hacían más fuertes. Taehyung aun escindido detrás de los contenedores estaba que se comía las uñas, había hablado demasiado rápido. En este mundo, los negocios no se acaban hasta que se acaban. Ya que podían pasar cosas como esta.
Cuando los tres autos se detuvieron a unos metros de su padre, la persona que bajo de ellos Taehyung la conocía muy bien. G—dragon un sucio traficante de armas que se dedicaba a comercializar internacionalmente y que un día se había cruzado en su camino. Este había quedado fascinado por su nueva adquisición.
Ahora, Taehyung no entendía que hacia allí y por qué.
El famoso G—dragon con dos personas más se acercaba cautelosamente mientras los demás permanecían detrás de los autos esperando cualquier movimiento. Su padre junto a los otros dos que lo acompañaban también comenzaron a andar quedando los seis en un punto central.
—¿Quién eres? —pregunto su padre el primero.
—¿Dónde está Kim?
El hombre peli—rojo repleto de tatuajes ignoro completamente su pregunta y eso no le gustó mucho.
—Soy yo, ¿qué quieres?
—No.
Simplemente respondió. El hombre comenzó a inspeccionar todo a su alrededor buscando a su presa, mas no daba con ella. Taehyung que veía todo desde su escondite se preguntaba si lo estaba buscando a él.
—¡Ahh..! Maldita perra Kim, sal si no quieres que te encuentre.
Y eso fue todo.
Por mucho miedo que le tuviera a su padre nadie, escuchen bien, nadie lo menospreciaba... y menos le llamaba así delante de sus hombres. Sin saber en qué momento uno de los guardias que estaba más lejos sintió cuando se le era arrebatada el arma. Cuando se iba a mover choco con los ojos encendidos de su líder por lo que solo retrocedió y entrego su arma.
—De mí no se ríe nadie.
Y como una bestia feroz arremetió contra el visitante.
Hola, hola guys.
Nuestra historia está avanzando poquito a poco.
¿Qué os pareció el segundo capítulo?
Decidí subirlo tan rápido ya que el primero estuvo mucho tiempo publicado y los que ya lo leyeron puedan hacerlo un poco más.
¯\_( ͡❛ ͜ʖ ͡❛)_/¯
Y porque ya está terminado.
Por favor dejen sus comentarios, voten y denle mucho amor a la historia.
♥TAEKOOKLOVER♥
Los leo LysH_pe
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