El cachorro naranja se despertó lleno de ánimos y pensó en prepararle un desayuno a su nuevo amigo.

Subió las escaleras del sótano para encontrar al mayor hablando por teléfono, no quiso interrumpir, por lo que se limitó a quedarse escondido y escuchar la conversación.

Mikellino: Ya te dije que debo hacer algo... Bueno, es que es personal... Tal vez si... Déjame pensar... Bien, necesito que busques a alguien de confianza... Ok, pásame su número... Gracias... Nos vemos.

Mike.exe: ¿Quién era?

Preguntó saliendo de su escondite.

Mikellino: Spartor, me pidió salir, voy a ver si puedo dejar a alguien a cargo de ti.

Mike.exe: ¿Por qué no me dejas solo? De igual manera no pienso ir a ningún lado.

Mikellino: No confío en ti, y si alguien te ve van a matarte.

Mike.exe: ¿Y qué? No es como si te importara.

Mikellino: Eres mi juguete ¿Recuerdas? Y haré lo que quiera contigo.

Mike.exe: ... Está bien.

El resto de la mañana fue incómoda, Mikellino no paraba de estar en el celular y no le prestaba atención al cachorro, el cual no dejaba de preguntarse que sucedió para que volviera a ser así con él.

En la tarde se escuchó el timbre, cosa que asustó al menor y lo hizo esconderse atrás del sillón, no habían tenido visitas hasta ese momento, sin contar a Mike y Trolli.

Mikellino: Tranquilo, solo es una "amiga", le pedí que viniera para hablar de ti.

Mike.exe: ... ¿Va a hacerme daño?

Mikellino: Si te portas bien no te hará nada.

Mike.exe: Está bien.

Mikellino: Por ahora ve al sótano, no salgas hasta que te llame.

El exe fue al sótano, el cual era su habitación por ahora, se quedó frente a la puerta tratando de escuchar, pues tenía curiosidad.

Mientras tanto la fusión abrió la puerta viendo a una híbrido entre dragón y perro entrar a la casa como si fuera suya.

Mikellino: Así que tú eres Dálmata ¿Verdad?

Dálmata: Así es, un gusto, me dijiste que tenías un problema y me preguntaste si podías confiar en mí, tengo curiosidad ¿Qué es tan importante que necesite tanta discresión?

Mikellino: Antes de decirte debes saber que si los demás se enteran puedes provocar una guerra o al menos una disputa.

Dálmata: Soy buena guardando secretos, ¿Ya me dices o vas a dejarme con la intriga?

Mikellino: ¿Qué tanto conoces de los exes?

Dálmata: Por lo que me han dicho son seres peligrosos sin corazón, pero a mí me parecen sorprendentes ¿Es verdad que enfrentaste uno? ¿Cómo son?

Mikellino: De eso quiero hablarte, el exe que enfrenté se llama Mike.exe, es realmente persuasivo y astuto, tanto que confiar en él podría llevarte a tu muerte.

Dálmata: ¿A qué quieres llegar con esto?

Mikellino: ¡Ya puedes salir!

Esa era la señal para que saliera el exe, este apenas lo escuchó salió de su cuarto algo tímido, tenía miedo de que le fueran a hacer algo.

Mike.exe: Y-ya vine...

Dálmata: ¿Ese es...?

Mikellino: Te presento a Mike.exe.

Dálmata: Dijiste que era peligroso, pero se ve tan... Inofensivo.

Mikellino: Se podría decir que lo tengo disciplinado ¿No es así, Exe?

Mike.exe: S-si...

Cada vez que le hablaba de aquella manera recordaba todo lo que le hizo y temía sufrirlo de nuevo, sentía las lágrimas querer salir e intentaba frenarlas.

Dálmata: ¿Se encuentra bien? Se ve algo mal.

Se acercó haciendo retroceder al de capa roja.

Mikellino: No te acerques tanto.

Dálmata: Perdón, seguro lo asusté.

Mikellino: Ya quisieras, es un exe, no tiene sentimientos, si le muestras afecto aprovechará para matarte.

Dálmata: No te creo, míralo, se ve como un cachorrito indefenso.

Mikellino: Es una lástima que su apariencia no cuadre con sus acciones.

Dálmata: ¿Cuánto tiempo lleva aquí?

Mikellino: Un mes.

Dálmata: ¿Y cómo se supone que lo disciplinas?

El menor sollozó llamando la atención de ambos, no pudo evitar recordar todas sus malas experiencias, el de corona lo veía amenazante y la de alas con lástima.

Dálmata: ¿Estás bien?

Mike.exe: ...

Mikellino: Te hizo una pregunta, mínimo sé educado y mírala.

Mike.exe: P-perdón, si estoy bien...

Dálmata: No parece ser así, ¿Sucede algo?

Mike.exe: Estoy bien, no es nada.

Dálmata: ¿Estás seguro? Si tienes algún problema puedes decirme.

El pelinaranja miró de reojo al de cabellos negros, su rostro reflejaba seriedad y algo de enojo.

Mike.exe: Estoy bien, y si no lo estuviera no confiaría en ti para "contarte mis problemas y ponerme sentimental".

Contestó con un tono burlón en su voz.

Dálmata: Parece que necesita un poco de educación, no me contestaste que le haces para que te obedezca.

Mike.exe: Eso no te interesa, ni siquiera sé por qué estás aquí, solo estorbas.

Dálmata: Pues tú deberías dejar de lado tu orgullo, estoy tratando de ayu...

La chica vio varias señales que mostraba el cachorro, sus ojos tenían lágrimas queriendo salir, su mirada pedía ayuda, su expresión parecía forzada y las piernas le temblaban.

Mike.exe: ¿Por qué no continuas? ¿Me tienes miedo?

Mikellino: Suficiente, fue mala idea traerte, creí que podías ayudarme.

Dálmata: ¿Bromeas? Claro que quiero ayudar, las ganas que me dan de torturar a este exe, además de que será divertido examinarlo y estudiarlo.

A pesar de lo que decía, la joven no tenía intenciones de lastimar al pequeño, solo queria pasar más tiempo con él y saber que es lo que escondía el de corona.

Mikellino: Perfecto, te espero este viernes en la mañana, voy a estar todo el día ausente.

Dálmata: Aquí estaré, nos vemos.

Salió de la casa dejando solos a los perros.

Mikellino: Creo que mereces un castigo~

Mike.exe: N-no por favor.

Mikellino: No era pregunta, primero te haces el santo frente a ella para después gritarle, la escuchaste, necesitas educación.

Mike.exe: Perdóname, no lo volveré a hacer.

Mikellino: Si te perdono te acostumbrarás a cometer errores y eso no me conviene, y olvida lo de ser "amigos", entre tú y yo solo habrá odio.

Mike.exe: Te lo ruego, no me hagas nada, haré lo que quieras.

Mikellino: Tu palabra no es de fiar.

Ya no podía hacer nada, aquella noche y a partir de ese momento todo volvió a ser como antes, los insultos, golpes, gritos y reglas.

¿Qué fue lo que hizo mal?