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One-shot: Apuestas | Genderbend



El intrépido apostador repartía cartas a diestra y siniestra sin interés alguno y de la misma manera derrotaba todos sus compañeros, sin compasión ni miedo en sus dedos y en su mirar, no había nada mejor que una inocente batalla de póker a mitad de un receso, siquiera las increíbles suertes de su amiguita Naegi funcionaban en esta oportunidad, estaba cargado de determinación, y nada detendría su buena racha, ¡Estaba en llamas!

— ¿Pasó algo, Kirigiri-kun? No te ves tan confiado como hace unas rondas~ — Amenazaba el apostador con una sonrisa confiada en el rostro y un tono de voz juguetón.

— No es de mi interés demostrar alguna sensación diferente a certeza, mejor concéntrate en tu propio juego. — Espetó el detective, su rostro estaba serio y su determinación en alto.

— Pero Kirigiri-kun, esto es para divertirse un poco, aliviana esa cara.

— Maldita sea Yasuhiro, ya cállate de una maldita vez.

Era la ronda final entre Kirigiri y Celestino, ambos dispuestos a darlo todo, y así habían hecho por aquella media hora que llevaban jugando sin descanso, juegos nuevos y victorias para el talentoso apostador, el detective había jurado defender el honor de sus compañeros de clase frente a aquella derrota masiva, que había sucedido en primer lugar por culpa de Yamada, ella había traído a la mesa el tema de los juegos de póker, y sin entender bien la razón, terminaron así.

Los ojos atentos de sus compañeros apreciaban la infame batalla de cartas repartidas con destreza entre ambos participantes, y cada segundo le daba una emoción diferente al juego, tal era la tensión que las clases habían sido pausadas hasta darle un desenlace a esa brutal contienda de estrategia.

— ¿Preparado para perder? — Interrogó Celestino animado, no perdía esa maliciosa sonrisa del rostro y sus ojos brillaban con certeza.

— No me hagas reír Yasuhiro, esta vez seré yo el ganador.

— Eso has dicho las veces anteriores, y ya sabes bien cómo resultaron esas batallas. — Celestino no evitó bromear con sarcasmo, estaba seguro de sus cartas en mano, y no permitiría derrota alguna.

— Cállate de una maldita vez. ¡Mako! Toma mi hombro para la suerte. — Kirigiri exclamó de una manera disparatada pero sin perder el ceño fruncido y el vacío de su expresión.

— Pero Kirigiri-kun... No creo que dé suerte... — Naegi se escuchaba más que insegura con la propuesta, y no consideraba que fuese algo pertinente para la ocasión.

— No me importa, solo hazlo. — Dictó el detective con brusquedad, y no había manera de negarse a ello.

— Es muy bajo de tu parte que recurras a esa clase de supersticiones para ayudarte en tu juego. — Intervino Celestino ojeando nuevamente su baraja, sin perder la seguridad de ganar.

Kirigiri no respondió a ello y se concentró en que Naegi acatase a su pedido para "Brindarle suerte adicional".

Naegi no pudo hacer más que acceder y tomarle levemente por el hombro izquierdo y esperar a que obtuviese un buen resultado, su juego se veía prometedor a ojos de la joven suertuda.

— ¿Estás listo, Celestino?

— Más que nunca, Kirigiri-kun.

Al mismo tiempo revelaron sus barajas y el público no pudo hacer más que quedarse estupefacto, las miradas de todos y el vacío en el estómago que se formaba entre el tumulto de estudiantes se mezclaba con la boca abierta de Celestino, la ira y confusión en un extraño revoltijo y el silencio grupal por los acontecimientos del destino que acaecía de maneras inexplicables.

Tenían exactamente el mismo juego.

— ¡Es imposible, absolutamente! — Negó el apostador de una manera exagerada luego de deshacerse del juego en su mano en un arranque de ira amarga.

— ¿Qué pasa Yasuhiro, no lo esperabas? — El tono burlón en la voz de Kirigiri era ácido y dejaba un mal sabor de boca, siniestro y destartalante.

— ¡Lo sabías, no lo puedo creer!

— Muy bien, ha sido una gran partida, pero lastimosamente ha sido un fatídico empate. — Kirigiri le extendió la mano en son de paz, mientras mantenía la sonrisa propia de los labios de Celestino, que se había apoderado del rostro del detective.

Celestino negó el apretón de manos con disgusto y solamente bufó en desesperación, abandonó el círculo de estudiantes del espectáculo, y se sentó en su escritorio correspondiente, como si nada hubiese pasado, aunque con la eterna rabieta de perder una última batalla contra ese maldito animal detective...

A/N

Esto hace parte del especial por mi cumpleaños♥ 

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