Una linda canción de cuna se escuchaba por el invernadero, las rosas estaban en su máximo esplendor, el color rojo llenaba el lugar, algunos pétalos caían con gracia sobre el suelo fértil. La bella mujer se encontraba meciéndose de manera tranquila mientras acariciaba su enorme vientre, se sentía relajada le faltaban un par de semanas para dar a luz y ya estaba todo listo en la habitación del bebe. El cuarto hermético había desparecido, no se utilizo mas, la bestia no lo necesitaba, todo lo que él sentía al asesinar, no era nada comparado con lo que sentía al estar al lado de Denisse, ella es todo lo que esta bien en su mundo.

Y ahora lo seria su bebe, ese pequeño nacería sin saber que su padre es un monstruo, no quería aquello, el pequeño Vante tendría todo lo que no tuvo su hermano, una madre que lo amara y un padre que lo cuidara de todo mal y crecerá apreciando la verdadera belleza de las personas.

Denisse amaba a su esposo, amaba a su hijo en camino, amaba su vida actual, no quería saber de aquel cuarto que encontró aquella vez, de las palabras de auxilio que no atendió, del llanto que escucho ese día pidiendo que la sacara de ahí.

Ella en realidad no había visto nada, es por eso que el día que le llamaron para el trasplante lo rechazo, no quería pensar en que su esposo era un monstruo, no quería investigar el olor metálico en el cuerpo de Taehyung ese día.

Ella se mantendría ciega, para que él la amara como lo hace, si ese es el precio que tiene que pagar para conservar a Taehyung, seguiría sacrificando su vista para que la bestia no vuelva, para que su hijo no sufriera de aquello que atormento por tanto tiempo a su padre.

Tendrían su felices para siempre, de eso se encargaría la bella Denisse.