
Tertulia
Salí de la amenaza de aborto unos días después. Mi padre me dió sermones sobre aquella rosa, se lamentó por la muerte de Mauro, maldijo a su propia hermana, se disculpó por haberme dejado sola en esa fiesta, pero lo más importante, estuvo planificando la venganza. Irina representaba una amenaza gigante, ya que tenía el apoyo de la mafia rusa y coreana, y además, se pasó un comunicado por un precio elevado por mi cabeza. El primero en la lista que la queria, era Schenone. Vito lo odiaba tanto, que le mandó un mensaje si llegaba a tocarme, explotando uno de sus casinos al otro lado de la ciudad. Ese día le pregunté a mi padre, si no tenía miedo, pero él, me respondió con los ojos rojos.
– Lucy, esto es la mafia. ¿ Quién crees que soy?, Soy la maldita mafia. Soy el capo más temido, no por algo, Irina se ha tenido que aliar a toda esa escoria, y escúchame algo– se acercó a mi–, estamos vulnerables por ese bebé, pero créeme que haré pagar a Irina, al imbécil de Schenone, a Lombardi y a todos los que quisieron dañarte.
No sabía la ira contenida de mi padre, pero el tenía razón. Todos se habían unido con Irina, todos menos los italianos, específicamente los sicilianos, de dónde venía mi familia. Así que mi padre estuvo ocupado unos días planeando el contra ataque. Irina merecía pagar por lo que había hecho, y yo no podía salir porque era niña muerta. Me escondieron en una casa vieja que estaba ambientada en el siglo IXX. Ahí, mi padre se escondió unos días y duplicó su guardia. Le hizo frente a Irina y aniquiló varios de sus hombres.
– Esto es por mauro, y por haber metido en tu podrido laberinto, a mi tierna niña. – dijo mientras veía el vídeo de sus hombres con metralletas y bazucas, incendiando a los rusos atados que el había atrapado en sus propias casas–, ¿ sabes porqué el laberinto? Irina de niña tenía unos ratones de mascota, y yo las introduje en un laberinto de juguete que teníamos junto a unas serpientes. Me odio toda la niñez porque mis pitones se comieron a sus ratas. – su sonrisa se expandió al recordar aquel suceso.
– ¿Un niño tenía pitones de mascotas? – levanté la ceja. Y sentí un golpe en la barriga.
–¿ Te sientes bien? – me miró angustiado–, mi padre era el capo más temido del momento. No era precisamente un buen padre. Yo le pedí un perro– se encogió de hombros– , y yo obtuve dos pitones.
Lo enfrenté.
–¿ Porque nunca me dijiste que tenías una hermana? ¿ porqué...debo enterarme de tus mentiras y pagar por eso? – aquello lo dejó en su sitio – y sobre todo, quiero saber, ¿ porqué mataste al bebé de Irina?
Su pipa cayó de golpe y colocó sus manos en mis hombros. La angustia estaba en sus pupilas.
–¿ Ella te dijo esa mentira?, Cornelio era un bueno para nada, el la tiró por las escaleras y perdió el bebé– suspiró –, claro, ella no recuerda eso, solo recuerda que antes de que Cornelio la empujara, yo...también discutí con ella.
Eso me hizo dudar.
–¿ Qué quería Cornelio?
– ¿ Estás tonta?– alzó la voz, nunca me.habia hablado así. Le dolía ese recuerdo. – Cornelio envenenó la mente de Irina porque quería quedarse con todo. Yo lo sabía, así que lo asesine. Lo quite de nuestro camino.
– Y ella te odia por eso.
– Y yo a ella por querer matarte. Escúchame Lucy, está guerra será grande. Tu, eres la más vulnerable, así que nada de salir ni recibir rosas que extraños. ¿Cuando me vas a decir que hay en esa nota?
Lo miré. E... intenté lo que sabía me llevaría a algún problema.
–Necesito un guarda espaldas. Uno bueno. –ignoré su pregunta.
El alzó una ceja.
– Tuviste dos y ambos murieron. Necesitas dos guardaespaldas – se recostó en la pared.
Mire a mi padre por unos momentos. Era guapo. Su camisa negra se cernia a sus músculos. Y su rostro era angelical, aunque era un capo.
– Eso fue bajo. No es mi culpa que estén muertos – Leo....–¿ qué haremos ahora?
Mi padre iba a responderme cuando uno de los hombres de mi padre entró al cuarto. Tenía urgencia en su rostro. Así que el me.hizo salir. Iba a protestar pero la mirada fulminante me hizo hacer caso.
Me quedé en la puerta a escuchar.
– Las bajas de Irina son numerosas. Pero ella sabe del tesoro del caribe, no solo ella, sino... Marcelo Schenone.
–¡ Mierda! Seguro fue Lombardi, ese idiota le debe dinero a la sociedad, y seguro...¡ mierda! Ya me.robaron una parte de mi tesoro, son unos bastardos.
–Aun hay más. Parece que Schenone quiere negociar con usted.
–¿ Negociar? El está con Irina, es una trampa de mi hermana.
Hubo un silencio.
– El...le dejó un mensaje de voz.
« Vito Bonvertre, te habla Marcelo Schenone. Después de ver cómo masacraste a los rusos de Irina, y de saber que has iniciado una guerra a la sociedad, quisiera, reunirme contigo en son de paz. Hay algo que tienes que me interesa más. Y te lo diré claro: mi hijo, Mauricio tiene 20 años. Lo ofrezco para que se case con tu hija a quien conocí. La hermosa Lucy. Nuestra unión como . Familia acabaría con algunas asperezas y así , aminoremos otras, y reforcemos otras, si sabes a lo que me refiero. De hecho, te invito a una fiesta en mi mansión de la florida, lleva a Lucy. Los voy a escoltar para que nadie les haga daño. Tienes mi palabra de siciliano. Si no vas, me sentiré ofendido y me uniré a la guerra con Irina»
Me quedé petrificada al escuchar esa nota. Pero sabía que mi padre diría que no. Los Schenone eran tramposos, eran enemigos de mi padre. Además, ¿ casarme con el hijo de Schenone? ¡ Jamás!
–¡Maravillosa idea!– dijo mi padre.
–¿ Está seguro Don Vito?
– Claro. Schenone y yo somos enemigos. Y estoy seguro que quiere está unión para tener parte de mi tesoro. Eso no es un problema, yo quiero sus terrenos para sembrar cocaína y aparte, quiero tener más aliados para enfrentar a Irina y a Lombardi. Así que está unión, así pierda un poco del caribe, me beneficiaria más. Esperaremos a que Nazca el bebé de Lucy y la casaremos con aquel imbécil.
Yo corrí a mi cuarto. Me ví en el espejo. ¿ ahora mi amor era negociable? Seque mis lágrimas y tomé la nota que Leo me había enviado con el mensaje oculto.
« Iré por ti pronto»
–¡Debes darte prisa! – Pensé, dudando de todo. Leo me.habia traicionado, y me había enviado también está nota. No entendía nada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro