
El pacto ( Flashback)
Leo
«A veces, el amor es cruel. Amamos a quien nos hace daño. Y a pesar de las heridas, seguimos ahí, pero, ¿ vale la pena arriesgar todo por amor? Puto amor. Ya no sé si vuelva a amar»
Flashback de la escena anterior.
Masoquista. Esa palabra me definía perfecto. Estaba ahogado en un mar de venganza, celos, ira y...desesperación. Luego de mi reunión con los chicos fui a ver a Ana. No merecía que la salvara, no merecía mi compasión, y aún así, el recuerdo de lo que vivimos era un fantasma que me hostigaba por completo. Y esta vez se había metido con lo más preciado, mi hijo. Ana estaba en recuperación. Conectada a los cables que la mantenían con vida, a pesar de ser una escoria. Al pie de su cama, la Vi por unos segundos. Era hermosa, rubia, piel delicada y suave. Dormida no mataba una mosca. Mi debilidad hacia ella era...increíble. Y si, también estaba Lucy en mi corazón, y ahora más que me había dado un hijo. Estaba entre dos mujeres, dos amores, ¿ estaba mal quererlas a las dos?
Decidí irme para siempre de su vida pero justo intenté salir de ahí, Ana despertó.
– Leo...– dijo un poco adolorida.
– Aquí estoy. Aunque está vez te pasaste de la raya.
Me devolví y la miré...creo que mis ojos mostraban desprecio, o amor, no Losé.
–¿ Podrás perdonarme algún día? Te debo mucho.
– Me debes la vida Ana. Un hijo ya es suficiente, pero, ¿ dos? No tienes corazón.
Ella abrió los ojos y me miró. En sus ojos había arrepentimiento. Y tal vez, mi error era...creer en sus ojos.
– Puedo ayudarte a recuperarlo. – me dedicó una sonrisa muy vaga– el necesita a su madre, ¿ no?
– Pues si. Una madre que de verdad lo quiera, no como ...
– Ya deja de culparme por el pasado – el monitor empezó a sonar, alterado–, no puedo cambiar lo que hice, mi error siempre me va a perseguir. Pero tenía miedo, te amaba, y por eso sacrifiqué a nuestro hijo, ¡ por tí!
Aquellas palabras fueron como un hielo.
– Tu nunca me amaste, porque si lo hubieras hecho, no tu hubieras acostado con Lombardi. Y sabes bien que pude defenderte de el. Y, ¿ sacrificar a mi hijo por mi? ¡ ja! Ana por favor, eres la persona más egoísta que he conocido.
–¡ Si, lo hice por ti! – gritó mientras se incorporaba, gimiendo de dolor mientras el monitor sonaba más.
– ¡ Deja de mentir maldita sea! – la rabia se apoderó de mi – Yo si te amaba, yo iba a dejar todo por ti, por nuestro bebé, por todo, y decidiste mandar a la mierda todo, ¡ no quiero verte más después de esto porque ...– no pude terminar.
Los médicos entraron a la habitación y me miraron de tal forma que supe que tenía que salir. Ana estaba alterada y el monitor estaba loco, sonando. Salí, pensando que era una manipuladora. Sabía que tenía a Bruno pero mi hijo no nacido aún me dolía. Y mucho. Luego de unos minutos los médicos salieron de la habitación y me dijeron que tratara de no alterarla, así que respiré profundo y volví a enfrentarla.
– Puedo ayudarte a salvar a tu bebé. – dijo mientras estaba sentado en el mueble jugando un partido de Candy crush en el teléfono.
Levanté la mirada, y arqueando una ceja pregunté.
– Ni yo sé cómo hacerlo, después de lo que pasó con los Lombardi, ¿ Porqué tu si sabrías?
– Porque yo cuide a Bruno todo este tiempo. Se dónde lo tienen, y dónde estará. Joana lo quiere para ella, porque dice que es su derecho. El estará bien pero, estará mejor con su madre. Así que...– me miró fijamente, yo ya sabía la respuesta–, debes asesinar a Joana Lombardi Leo.
Me levanté de ahí.
– Es la única forma. Sino, siempre irá detrás de el, y lo sabes.
Yo no quería creer lo que ella acababa de decir. Pero tenía razón. Joana no iba a dar su brazo a torcer, y más aún si sabía que era mi hijo con otra mujer. Ella estaba obsesionada conmigo, y cualquier cosa que hiciera con otra, iba a intentar asesinarla. Ya lo había hecho, ya había enterrado a varias de las mujeres con las que yo había intimidado, todas menos Ana porque también estaba ligada a Leoncio y Gio.
Me detuve en la puerta de su habitación, apretando mis puños de la.impotencia.
–¿ Qué ofreces? – por mi hijo, iba a dar mi brazo a torcer.
– Protección. Solo eso, y te daré la ubicación de los Lombardi en sus madrigueras temporales.
Los Lombardi eran buenos ocultandose. Y eso lo había aprendido cuando estaba con ellos. Siempre buscaban sitios estratégicos y luego los incendiaba para buscar otros. Me.convenia ya que estaba en la lista de Lombardi, y aparte... así iba por Bruno.
No dije nada. Solo entré en la habitación y seguí con mi partida de Candy crush y Ana, supo que eso era afirmativo. Volvió a cerrar los ojos, hasta quedarse dormida.
«A veces, el amor es cruel. Amamos a quien nos hace daño. Y a pesar de las heridas, seguimos ahí, pero, ¿ vale la pena arriesgar todo por amor? Puto amor. Ya no sé si vuelva a amar»
–Leo Rizzo
¿ Están de acuerdo con Leo?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro