Veintidos
Freya.
El dolor de cabeza es abrumador, siento dolor en los tobillos y en las muñecas, mi boca esta seca y puedo sentir como esta cubierta con algo, abrir los ojos me duele, todo da vueltas y mi visión es borrosa.
Estaba dejándome caer de nuevo en los brazos del cansancio y del sueño que me pesaba, pero el llanto de Akim me hizo reaccionar.
Giré mi cabeza y moví mis manos tratando de soltarme, mi bebe estaba llorando, necesitaba encontrarlo, necesitaba salir de aquí y volver con mi esposo. Tengo un recuerdo difuso de lo que paso, estaba dándole pecho a mi pequeño cuando sentí un golpe en la nuca y recuerdo ver un poco una figura caminar hacia mí.
—Shh, Shh pequeño, ¿aun tienes hambre? —mis ojos por fin enfocaron para ver a una mujer que se acercaba a una especie de moisés —ya traje tu biberón.
Esa mujer sostenía a Akim, le dio una botella con formula para calmar su llanto, mi hijo debió estar muriendo de hambre porque la tomo con desespero, cuando ella se giró hacia mi sonrio.
—Por fin despiertas —se acerca a mi pero no le preste atención mi vista solo esta enfocada hacia mi pequeño en sus brazos —el hijo de mi Yoon esta bien, se que si le pasa algo se molestaría, además se parece tanto a él.
Su manera de hablar tenia un acento muy marcado, no era un ruso habitual, me moví un poco más, ella no importaba ahora, solo quería cargar a mi hijo. Cuando Akim me observo soltó el biberón y me extendió los brazos empezando a llorar, el corazón se me estaba encogiendo y mi ira crecía conforme ella lo alejaba de mí.
—No llores mi vida, esa mujer debe de pagar por lo que me hizo, una Vitello no puede quedarse de brazos cruzados cuando le arrebatan algo, y ella se llevó a tu padre.
¿Vitello?
Abrí los ojos en grande recordando ese apellido, el pakhan lo había mencionado una vez, ella es la aprometida de Yoon, la mujer que era hija de una célula italiana aquí en rusia, Yoon nunca me hablo de ella, pero yo investigue un poco al saber que se iba casar antes de hacerlo conmigo.
—¡Mama! —grito con mas fuerza Akim, era la primera vez que lo escuchaba llorar de esa manera y más llamarme tan claramente.
Me moví con mas fuerza de donde estaba atada, le arrancare el cuello a esa mujer, no me importa quien mierda sea, mi hijo me esta llamando y ella es el único impedimento.
La habitación se ilumino con la luz de una puerta abriéndose, sentí como una de mis manos se aflojo de las cuerdas que me sostenía, pude liberar una mano, pero me detuve al escuchar una voz masculina.
—¿Qué ocurre aquí?
—¿Podrías llevarte a esa perra de una vez de aquí? Esta alterando al pequeño con su presencia.
—¿Te quedaras con el bastardo? —se acerco a ella y le acaricio la cara, esta se alejo —cierto tu solo quieres a mi hermano.
—Cumplí con mi parte, ahora has la tuya y deshazte de esa basura.
se nos viene el final!!!
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