Freya.

Estaban hincadas desnudas afuera en la nieve, se podían ver desde la ventana de la habitación, yo solo observaba como un guardia las cuidaba de que no se movieran de su posición.

 Su labios ya eran morados al igual que su piel se estaba coloreando azul grisáceo. Quería sentir pena por ellas pero al recordar.

Pero las palabras perra, puta y zorra del jefe Venían a mi mente. Me negaron el almuerzo, pregunté por algo de ropa y me contestaban con insultos o me ignoraban.

Yoon les mostró mi dedo con el anillo, las abofeteo y con odio les dijo “conozcan su lugar”

Las saco de la casa y ahora las veo ahí casi congeladas.

—¿Lo siente ajustado señora Ivanov? —la modista me distrajo de las mucamas —puedo dejarlo más holgado si su vientre de siente incomodo.

Me observe con el vestido de lana hecho a la medida, ¿Cuándo hicieron todo esto y de donde tomaron mis medidas? Ya tenia un guardarropa completo en cuestión de una hora. Zapatos, leggins, camisones de maternidad, ropa interior, y mil cosas más, ahora me probaba lo que usaría en esa estúpida cena.

—¿El color debe ser este?

—El señor Ivanov fue muy especifico.

—Me veo algo pálida —el rosa claro nunca me habían gustado usarlo pues ya parecía una especie de fantasma con mi piel lechosa y cabello negro, lo único que hacen estos colores a mi favor es resaltar el color de mis ojos — Señora Pretov, ¿En que trabaja Yoon?

—Pensé que lo sabia —Saca un par de seguros de una cajita — es el hijo del pakhan.

Me quedé paralizada, no solo esta metido en la mafia rusa, la bratva. Es el maldito hijo del líder, pero ¿Cómo? Los zar, son muy meticulosos con su descendencia.

—Supongo que tiene que hablar con él, no conozco todo el tema, su posicion es ser el krysha.

El ejecutor.