Freya

—Puje señora Ivanov.

Mis gritos se podían escuchar por todo el centro comercial. No planeaba un parto así, aunque no es como si mi vida fuera muy normal en loa últimos meses.

Yoon me sostenía de la mano, ya que la ginecóloga me tenía de pie, mientras un par de enfermeras estaban al pendiente a la espera de mi bebé.

—Solo un poco más y su bebé estará aquí.

Sentía que mis piernas temblaban, Nana se mordía las uñas y los guardias estaban todos de espaldas hacia nosotros.

—Vamos cariño, mi mujer es alguien fuerte, no pasara nada si estoy contigo.

—Bien.

Puje una última vez y la sensación de dolor desapareció, escuche un llanto fuerte, observando como la doctora me mostraba a mi pequeño llorando con fuerza.

—Su hijo señores Ivanov.

Me lo entregó por un segundo en lo que Yoon me abrazaba por la cintura, mire la mano libre de mi esposo acariciar el rostro de nuestro hijo.

—Mi primogénito, Akim Ivanov bienvenido al mundo.

—Sostén a tu hijo, que me voy a desmayar.

Caí inconsciente al instante.

Yoon.

Mi esposa cayó inconsciente, la mirada que le dedique a la doctora fue suficiente para que empezará a temblar.

—Esta bien, ella esta bien, solo esta cansada, no perdió mucha sangre y la placenta salio completa, solo debemos limpiarla y estará bien.

Las enfermeras me quitaron a mi hijo para empezarlo a limpiar y cambiar, yo planeaba que mi hijo naciera en casa, pero al parecer será un hijo de puta como su padre.

—Felicidades Yoon, ya eres padre, ¿Cómo se siente?

—Jodido, el universo me da cosas que no merezco.

—No te pongas sentimental ahora, por cierto no te vayas a enojar…

No termino de decir la frase cuando mi teléfono comenzó a sonar, el pakhan me estaba llamando, casi quiero asesinar a Dimitri.

—¿Qué?

—¿En cuanto tiempo estas en tu casa? Iré a ver a mi nieto.