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Había llegado el momento de escuchar los dos temas que Naomi había preparado junto al equipo de Pietro. A pesar de los contratiempos, había logrado alcanzar el objetivo que le habían propuesto. Se sentía lista para ser evaluada y descubrir cuál era el estilo que la haría triunfar como cantante.
El equipo completo estaba preparado para escuchar cómo habían quedado los dos temas después de varios días de trabajo. El silencio reinaba cuando el productor tocó el botón de play. A los pocos segundos fueron transportados a un mundo mágico con la melodía que Naomi había escogido. El tono de su voz jugaba un papel importante, mientras en la canción se contaba cómo el tiempo ayudaba a dejar atrás el dolor para comenzar a explorar una nueva vida gracias a la buena voluntad de una persona. Siempre habría esperanza para salir adelante y alcanzar los sueños.
Pietro asentía conforme con lo que escuchaba. No se había equivocado. El estilo de la melodía era ideal para Naomi. Sin embargo, sabía que, antes de elegir, debía escuchar la otra opción para dar una respuesta más objetiva. Sin decir nada, hizo correr la nueva pista.
La melodía era muy diferente. El ritmo marcado era repetitivo y alegre. Motivaba a mover el cuerpo al compás de la canción. La voz de Naomi también había cambiado, pero aun así no perdía la esencia. En esta oportunidad hablaba de una persona que se había alejado, pero a pesar de esa distancia, todavía lo sentía cercano. Naomi se sonrió al darse cuenta de que la canción describía la sensación que la rodeaba al pensar en la pelea que había tenido con Gianluca. Él se había alejado, pero por alguna razón lo sentía unido a ella, lo que le daba la seguridad de que no podía abandonarlo. Podía ser gracias a la magia de la música que compartían, o también porque de verdad él le importaba. Por más que no pudiera corresponder a sus sentimientos, quería mantenerse cerca si él se lo permitía. Después de todo, Gianluca había pasado a ser alguien importante en su vida .
(música para animar la escena
(música para animar la escena)
LLos aplausos llegaron ni bien la canción finalizó, al igual que las felicitaciones por el perfecto trabajo realizado en equipo. Las dos versiones habían sido de agrado, por eso ahora había llegado el momento difícil de escoger. Naomi sabía que no importaba qué decisión se tomara, ella sería feliz de todas maneras porque estaría creando música.
—Ya tengo la respuesta que tanto esperan —Pietro habló luego de que todos se calmaran—. El tema que elijo para tu demo es el primero. No hay duda de que, cuando cantas, la magia que hay en ti florece y se despliega a tu alrededor. Te conectas directamente con nuestros corazones y nos das la oportunidad de expresar los sentimientos que tenemos reprimidos. No importa si es alegría, tristeza, enojo o rabia. Podemos liberarlos cantando junto contigo. Tienes un gran talento y debes aprovecharlo. Y estoy seguro de que aquí no hay alguien que opine diferente, ¿verdad? —Miró a sus colegas, que asentían conformes con lo que decía.
—¡Muchas gracias! —Naomi estaba muy emocionada por lo que había escuchado—. Veía tan lejano este día que todavía me cuesta creer que al fin llegué a producir dos temas.
—¡Y harás mucho más de ahora en adelante! —agregó Pietro con el mismo entusiasmo. —Nos pondremos a trabajar sin detenernos todos los días para que tengamos tu primer CD listo para la venta. Por eso, tenemos que elegir con cuidado las demás canciones que lo conformaran y, al estar en tu idioma, primero lo haremos así, y luego nos dedicaremos a pasarlo al italiano para que tengas un trabajo mucho más completo. Así que verás que estaremos muy ocupados de ahora en más. —Le sonrió conforme con el nuevo proyecto que comenzaba.
—¡Es genial! ¡Todo suena tan emocionante que quiero gritar de alegría!
—Y cuando comiences a recorrer los escenarios del mundo, será mucho mejor. ¡Te lo aseguro! —Pietro la abrazo con cariño, feliz por verla entusiasmada.
Naomi salió del estudio de grabación y fue hacia su siguiente trabajo. La agenda se había vuelto más apretada por los ensayos de la obra. Aun así, se concentraba en sus obligaciones y las disfrutaba. Le encantaba tener su mente ocupada y más haciendo lo que más ansiaba desde que había ido a vivir a Italia. Sin embargo, la emoción, como siempre, se iba esfumando de a poco a medida que sabía que tenía que presentarse en el canal de televisión. Había pasado otra semana sin noticias de Gianluca, y su estómago se tensionaba al pensar qué más tenía planeado Gianluca para hacerla sentir mal.
Cada vez faltaba menos para la gran final, por lo que los nervios entre los participantes estaban presentes en el tercer lunes del Show de las Estrellas. Sin embargo, a pesar de ser rivales en la competencia, la amistad era una cualidad que se destacaba. Se daban ánimos entre ellos a pesar de las diferencias que podía existir. Lo importante era dar lo mejor de uno mismo sin perjudicar al otro. Dante, Luca y Amadeo eran muy unidos, solo Gianluca se mantenía distante, sin ganas de entablar una relación. En ese momento los miraba desde lejos sin entender cómo era que existía una buena amistad entre ellos. No podía ser parte de un ambiente en el que había una competencia y un premio tan grande por ganar; además, era más común ver las traiciones que el compañerismo. Lo sabía mejor que nadie. Lo estaba experimentando en carne propia.
Mientras mantenía su mirada en ellos, vio pasar a Naomi por detrás, junto al staff. La siguió con la vista hasta que ingresó al escenario. No estaba seguro de lo que sentía por ella después de la verdad que había descubierto sobre la relación que había entre Antonello y Gioia. ¿Por qué había sido un secreto? Parecía que de verdad nadie confiaba en él, así como él no confiaba en los demás.
La trasmisión comenzó sin ningún retraso. Se habló sobre la obra en la cual Naomi iba a participar, para hacer publicidad y que así se animaran a conocerla luego de un pequeño resumen de la historia y algunos fragmentos de las canciones que interpretaría.
Marco también aprovechó a publicitar su nuevo sencillo que saldría a la venta en pocos días, pero, a diferencia de su compañera, no cantó ningún tema.
—Lisa, ¿también tienes alguna novedad? —Isabella inquirió ansiosa.
—Por el momento mis compañeros son los portadores de las buenas noticias —respondió con simpatía—. Tal vez más adelante traiga alguna novedad para compartir con ustedes.
—¡Estaremos ansiosos por saberlo, al igual que estamos expectantes por descubrir quién será el primer participante de esta noche!
—¿Nos adelantarás el nombre? —Marco preguntó curioso.
—Les diré que es uno de los participantes más esperados y que hasta el momento venía presentándose último —explicó—. Naomi, ¿puedes decir su nombre? —Puso su mirada en ella.
—Claro. —Mantuvo la compostura—. Es Gianluca Manna.
Con la formalidad que respondió, igual llamó la atención, pero nadie dijo algo al respecto.
—¡Estás en lo correcto! —la felicitó—. ¡Lo recibimos con un fuerte aplauso!
Naomi no le quitó la vista de encima cuando entró. El aura de Gianluca había cambiado. Se lo notaba más decaído, lo que provocó que sus nervios aumentaran, al igual que sus dudas por saber qué estaba pensando.
La voz de Marco la hizo volver a la realidad e invitó a que Gianluca hiciera una presentación de su tema, ya que la última vez no lo había hecho como correspondía.
Sin muchos ánimos, Gianluca contestó a su pregunta.
—La canción se llama Caída libre y esta vez la melodía será lenta pero cargada de sentimiento. Quiero describir qué se siente cuando uno cree que todo está perdido y la única salida es tirarse al vacío.
—Bastante fuerte, ¿no?
—Puede ser, pero mejor dejo que ustedes lo escuchen y saquen mejor sus conclusiones.
—Entonces, adelante. —Isabella lo invitó a prepararse mientras las luces se atenuaban y los reflectores se movían al ritmo de la melodía que había comenzado a sonar.
Naomi se concentró en buscar cualquier mensaje que estuviera oculto en la canción. Gianluca era muy bueno para eso, y era la única manera de comprobar que tan mal se sentía. Ni bien comenzó a cantar, comprobó que no se equivocaba, y un escalofrío le recorrió el cuerpo.
(canción para animar la escena)
Estoy a punto de caer al vacío, y no me importa.
Ya es tarde.
Quiero caer en un vuelo libre
y probar el sabor de la libertad.
Con cada nota que Gianluca cantaba, Naomi lo miraba preocupada. Percibía el dolor que había en su corazón. Se preguntaba ¿cuánto tiempo llevaba sufriendo? ¿Por qué había llegado a esa situación? Era consciente de que el rechazo provocaba mucho sufrimiento, pero no podía entender por qué se había cerrado tanto en no querer escucharla y menos en ver que ella intentaba ayudarlo.
En el momento en que Gianluca hizo referencia a que se quería lanzar al vacío, y movió sus brazos al ritmo intenso de la canción, demostró cuál era su verdadero sentir. Naomi sintió la necesidad de ir hasta él para sujetarlo de la mano e indicarle que no estaba solo. Se levantó de golpe con intención de gritarle que se detuviera, pero sus palabras quedaron en la nada por el nudo en su garganta.
Estoy listo para volar.
Caigo, caigo a la par del viento,
y dejo atrás todo mi dolor.
Estoy a punto de golpear el suelo
y es cuando te veo.
Estiras tus manos hacia mí,
pero no alcanzo a tomarla
¿De verdad puedes salvarme?
La angustia la invadió y sus ojos brillaron de tristeza, más al notar cómo Gianluca la miraba con dolor. Estaba pidiendo ayuda a su manera, como lo había hecho apenas se habían conocido. Había una pequeña luz de esperanza, pero todo dependía de lo fuerte que era para afrontar el problema. Tenía que dejar de lado el egocentrismo y reconocer que necesitaba ayuda.
La canción terminó y Naomi se dejó caer en su asiento, abatida y sin dejar de mirarlo mientras los aplausos se escuchaban de fondo. Lo notaba perdido y con inseguridad al moverse de manera inquieta. Gianluca no quería permanecer más tiempo sobre el escenario ante la mirada de todos, y mucho menos quería escuchar la devolución de Naomi, pero, como Isabella lo tenía agarrado, no podía escaparse. Tanto Lisa como Marco estaban sorprendidos por la reacción de su compañera. Querían saber qué le había sucedido, pero era mejor hacerlo después, con tranquilidad, ya que Isabella les solicitaba la devolución.
—Naomi, la última vez no pudimos escuchar tu opinión, te damos el primer turno para que nos cuentes qué te pareció el trabajo de Gian —Isabella la animó para que hablara.
—Esta noche pude notar que lograste transmitir el mensaje que buscabas dar con tu canción. Te luciste con la melodía y las palabras justas que dejaron al descubierto el sentimiento de dolor. Hasta diría que el personaje de la canción eres tú —se animó a decirle.
—No te confundas —la interrumpió al darse cuenta de su discurso—. Mis canciones no tienen un personaje en particular. Puede ser quien quiera.
—Es lo que la letra me provocó —se defendió, sin tener ganas de acabar con la conversación.
—Entonces, será que te encuentras perdida en la desesperación —se animó a contestarle, tampoco con ganas de salir perdiendo.
—Puede ser, porque la verdad ya no sé qué pensar de tus canciones —Naomi contestó determinante—. Últimamente hay mucho dolor en ellas y no me lo puedes negar. Será mejor que evalúes ese detalle.
—Si no causa baja en mi puntuación, no lo haré.
—Naomi, ¿vas a bajarle la nota? —Isabella le preguntó con curiosidad.
—No. Solo le aconsejo que trate de ver por qué tiene ganas de saltar al vacío —agregó levantando su nota.
Cuando el programa terminó, Naomi estaba lista para salir a buscar a Gianluca y continuar con la conversación que habían mantenido en pleno show. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, Marco la detuvo.
—¿Ocurrió algo entre ustedes? —preguntó con un ademán hacia donde Gianluca hablaba con el productor—. Parece que ahora se odian.
—La verdad, no sé cuál es su problema —dijo echando un vistazo hacia Gianluca. Esperaba que no se le escapara
—¿El amor se esfumó? —se animó a preguntarle, pero, al ver como Naomi volvía su mirada hacia él de manera seria, se arrepintió de haberlo hecho—. Parece ser que tengo razón. —Se rio nervioso antes de retirarse para dejarla tranquila.
—¿Lista para cambiarte y regresar a casa? —Elian se acercó a ella luego de verla sola.
—No. Primero tengo que hablar con Gianluca.
—No quiero ser malo, pero él no va a escucharte. Y lo sabes bien. Vas a terminar angustiada otra vez...
—Solo no quiero que cometa una locura —explicó mientras avanzaban, ya que Gianluca había desaparecido de su vista—. Él se expresa con la música y en esas estrofas están sus verdaderos sentimientos.
Al darse cuenta de que era imposible detenerla, Elian guardó silencio y dejó que fuera por Gianluca. No podía hacer otra cosa más que solo mirar y esperar que las cosas no se complicaran más de lo que ya lo estaban.
A lo lejos, Naomi divisó a Gianluca y aumentó sus pasos para que no se le escapara. Lo tomó del brazo, sin importarle que Isabella estuviera conversando con él.
Gianluca, al sentirse agarrado por alguien, se sorprendió y miró quién había sido. Cuando se dio cuenta de que era Naomi, su cara se transformó en enojo, como si hubiera visto algo horrible. Pero Naomi no se inmutó. Se mantuvo firme con el agarre.
—Hablemos, por favor —dijo por lo bajo, casi en súplicas.
—Si necesitan hablar, los dejo. —Isabella les sonrió a ambos con simpatía y se retiró.
Se notaba que Naomi tenía algo importante por decir. Sin embargo, Gianluca la miró de arriba abajo y la agarró de la mano para que lo soltara.
—No quiero saber más nada contigo, y menos de los planes que tienes con Gioia. Es mejor que dejes de buscarme, no vas a lograr que trabaje con ese viejo. —Gianluca avanzó a pasos apurados para descargar el enojo que lo invadía. Desde que Antonello le había contado por qué Gioia había planeado llevar a Naomi a Italia, no dejaba de creer que ella también había estado jugando un papel para engañarlo. El dolor que tenía no lo dejaba ver lo equivocado que estaba.
—Estás cometiendo un grave error. Déjame que te explique —le contestó frenando su paso.
—No vuelvas a buscarme. —La apartó del camino para dejarle en claro que de verdad la quería lejos de su vida.
Naomi apretó los dientes. Era tan doloroso descubrir que Gianluca había olvidado los buenos recuerdos que habían alcanzado a tener juntos y que los había transformado en sentimientos de enojo, traición y tristeza.
Angustiada, se dirigió a cambiarse sin dejar de preocuparse por Gianluca. No quería que arruinara su carrera por un corazón roto. Si bien ella era la culpable, deseaba encontrar una solución que lo hiciera salir del pozo donde se encontraba para que luchara por su sueño. Así como Gianluca le había dado fuerzas para seguir adelante cuando sintió que su mundo se venía abajo, era el momento de hacerlo con él.
Las estrofas de la canción volvían una y una vez a sonar en su mente. De verdad esperaba que Gianluca no cometiera una locura.
Durante la mañana del día siguiente, Naomi le escribió a Amelie. Tal vez, si hablaba con ella, pudiera acomodar sus ideas y encontrar una solución para que Gianluca reaccionara y dejara de tratarla mal. Sin embargo, a Amelie solo le importaba saber de su relación con Elian. Estaba al tanto de la confesión que Naomi había recibido de su parte, pero no entendía por qué su amiga se dedicaba a perder el tiempo en otras cosas y no a ser feliz con el chico que le gustaba.
—¿Ya le entregaste el regalo a Elian? —cuestionó.
—No, sino ya te hubieras enterado.
—¡¿Cómo puede ser que tardes tanto?! —comentó indignada—. Naomi, no pienses solamente en Gianluca. Elian también tiene sentimientos y no se debe estar sintiendo muy bien con tu larga espera.
—Lo sé. A veces noto cómo se pone molesto —opinó preocupada.
—¿Y te parece divertido?
—No.
—Entonces, ¡es mejor que lo hagas rápido! Quiero una buena noticia para el Circo y que no hagas sufrir a Elian.
Naomi solo le mandó una carita sonriente y el pulgar hacia arriba. De momento no sabía cuándo lo iba a hacer, ya que todo dependía del tiempo que le llevara arreglar el problema con Gianluca. Quería que la relación entre ellos estuviera bien para poder disfrutar mejor de una nueva etapa en su vida. No creía que fuera imposible lograrlo, por eso no se rendía. Quería ver feliz a los dos chicos que apreciaba, para no ser egoísta y solo darle alegría a uno, cuando ambos habían sido muy atentos con ella.
Mientras leía los mensajes de Amelie, acompañada de un café, escuchó que Elian bajaba las escaleras. Al verlo lo saludó y, sin quererlo, recordó las palabras de su amiga. Tal vez en ese saludo cálido que le dio ocultaba la incertidumbre que ella le provocaba al no darle una respuesta firme en cuanto a sus sentimientos. Cuando se hizo el silencio, se mordió el labio y pensó si era bueno preguntarle cómo se sentía. De esa manera, podía encontrar la valentía para no esconder más lo que su corazón guardaba.
—Te encuentras bien, ¿verdad?
—Claro, ¿por qué?
—Solo tenía curiosidad. —Soltó una risa nerviosa—. Porque, por ahí, con todo lo que está pasando, te sientes molesto.
—A decir verdad, me siento un poco extraño —respondió con lo que de verdad sentía —. Creo que la incertidumbre es normal cuando te das cuenta de que la chica que te gusta no deja de pensar en alguien llamado Gianluca. —Hizo una pausa—. A veces me pregunto si no estarás de verdad enamorada de él, y prefiero que seas sincera antes de seguir creyendo en un final diferente.
—Yo no estoy confundida...
—Entonces ¿me darías una respuesta? —Sintió ansiedad por descubrir lo que Naomi tenía por decir.
—Sí, pero... no puedo hacerlo ahora.
—¿Qué te detiene? —Elian no entendía por qué Naomi se tardaba en darle una respuesta. Sin embargo, el silencio con el que le respondió dejaba en claro que no estaba tan segura como lo había afirmado, y todavía no sentía el valor para confesar lo que guardaba en su corazón
—Olvida lo que te pregunté. No quiero molestarte —agregó al ver que solo lo miraba sin poder decir ni una palabra—. Voy a dar una vuelta.
Salió de la cocina a pasos apurados. A pesar de que no estaba enojado, no podía evitar sentirse angustiado.
—Elian, espera...—Trató de alcanzarlo, pero no lo logró—. ¡Qué tonta soy! —gritó molesta consigo mismo.
Otra vez estaba arruinando la relación con sus malas decisiones. Amelie tenía razón y era hora de dejar de pensar solo en el bienestar de Gianluca. Elian también merecía ser entendido y tratado bien. Pero ¿cómo podía lograrlo?
Prefirió encerrarse en el cuarto para concentrarse en encontrar una respuesta. Sobre la cama expandió todos sus cuadernos. Tal vez entre las canciones encontraría la respuesta que buscaba. Como en ellas expresaba sus sentimientos, seguro habría alguna que le ayudara a entender lo que estaba pensando. Parecía una locura, pero era la única manera que tenía para conectarse con la realidad y dejar en claro lo que realmente sentía cuando el amor tocaba la puerta de su corazón.
Giraba las hojas de cada cuaderno, desesperada por encontrar una pista, y los lanzaba con bronca al darse cuenta de que no estaba bien lo que estaba haciendo. ¿Cómo podía una canción solucionar sus problemas? Tenía que dejar de ser tan cerrada con sus sentimientos e ir de frente para hablar cara a cara con Elian y explicarle cuánto lo amaba y lo que deseaba compartir con él. Era lo más sensato. Las canciones solo eran excusas para encerrarse, ahora tenía que ser valiente y enfrentar la situación como debía hacerlo una chica de su edad.
El timbre de la casa la sacó de sus pensamientos y, después de acomodarse un poco, fue a abrir sin prestar atención a quién podía ser. Se confiaba de que Giuseppe estaría allí si había escuchado del otro lado cómo los cuadernos habían golpeado con fuerza contra la pared.
—¡Gianluca! —Naomi titubeó en hacerlo pasar. La sorpresa era grande, pero su corazón se alegró al ver que estaba dando un paso para mejor la relación, a tal punto de ir a su casa para hablar.
—La visita será corta —dijo serio y pasó hacia la sala. Naomi lo siguió. Se daba cuenta de que se mantenía en una posición defensiva y negativa.
—¿Puedo ayudarte en algo? —Se apretó las manos y tomó cierta distancia para no agobiarlo.
—¿Por qué me mentiste todo este tiempo? —Se giró para mirarla con enojo.
—No lo hice —negó con la cabeza.
—Lo hiciste, porque bien sabías que Gioia era mi tío abuelo y muy cercano a ti.
—Te equivocas. Me enteré hace poco, al igual que tú. Ni siquiera conocía lo que había pasado contigo.
—¿También me vas a engañar al decirme que no sabías del plan que tenía de usarte para llevarme a su empresa?
—Gianluca, escúchame, por favor —le suplicó al ver como negaba con la cabeza, desesperada por no entender lo que pasaba—. Es verdad que Gioia tiene un plan contigo, pero no es malo, solo quiere ayudarte a que recuperes tu verdadera esencia como cantante.
—¿Cómo hago para creerte? —La cuestionó, pero no esperó su respuesta—. La verdad, ya no sé quién miente y quién no. ¡Estoy cansado de no saber qué hacer con mi vida! Quieren que me mueva según sus deseos, pero nadie piensa en lo que en verdad siento o quiero hacer.
—Yo sí lo hago y me preocupo por ti a pesar de que me quieres lejos de tu vida.
—¡Es que me cansé! —Alzó su tono de voz—. Me siento tan perdido que ya no quiero saber nada de nadie.
Su mirada marcaba la desesperación al ver que no podía hacer más nada para ser feliz. Estaba hundido en un pozo del cual no sabía cómo salir. Solo quería hacer desaparecer todo aquello que le hiciera sentir dolor. Había perdido hasta la confianza en sí mismo.
—Gian, déjame ayudarte. —Naomi se acercó para contenerlo.
—No. Es mejor que nadie sepa más nada de mí.
—¡Más vale que no estés pensando en ninguna tontería! —Su rostro se empalideció al pensar que la canción que había cantado se haría realidad.
—Quiero que el sufrimiento desaparezca.
—Entiendo tu dolor, y que en parte soy culpable, pero tu vida no se puede apagar por algo que no sale bien. No cometas una locura... —Lo tomó de la mano con fuerza—. ¡Tienes mucho por hacer!
—¡Ya no! —gritó con odio e hizo fuerza para empujarla lejos.
Las piernas de Naomi se aflojaron, pero aun así se mantuvo firme para volver a tomarlo de la mano. Quería llegar a él con un abrazo que pudiera reconstruir su alma rota. Que sintiera la calidez que le daría la paz que necesitaba. Debía entender que no estaba solo y que había solución. Pero, antes de que pudiera contenerlo, la presión en el pecho de Gianluca se desbordó en un grito de frustración y decidió escapar. Su mente estaba muy confundida y no estaba seguro de lo que realmente ansiaba hacer.
En el momento en que atravesó la puerta, chocó contra Elian, que no logró decirle ni una palabra a pesar de la gran sorpresa que le dio verlo allí.
—¿Está todo bien? —preguntó dudoso al ver que Naomi también había corrido hasta la puerta sin tener la oportunidad de detenerlo.
—No. Tengo miedo de que Gianluca pierda el control y se haga daño.
—Gianluca está llamando la atención porque no obtiene lo que quiere.
—No es cierto. Está cegado por el dolor y no encuentra la salida. —explicó.
—¿Por qué insistes, Naomi? Deberías darte cuenta de que, si de verdad quisiera ayuda, la pediría.
—Tal vez no sabe hacerlo...
—Pierdes el tiempo. Lo sabes. Es mejor que cortes la relación con Gianluca. Solo te hará daño.
—Si le doy la espalda, nadie lo ayudará.
—Ya lo ayudaste demasiado. Es hora de que termines.
—Elian, por favor, no me pidas eso. Tanto él como tú son importantes para mí. No puedo abandonarlos si tienen un problema..., son mis amigos —respondió con un nudo en la garganta.
—Entonces, vas a tener que aprender el concepto de "amistad", porque lo tienes equivocado
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