Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

29

Naomi abrió grandes los ojos. No creía lo que había escuchado. ¿Elian estaba enamorado de ella? ¡No podía ser! Su corazón latió nervioso luego de la confesión.

Por mucho tiempo había creído que algo así no podía ocurrirle nunca. Si no había tenido el amor sincero de sus padres, menos iba a recibir un sentimiento tan fuerte por parte de otra persona. Sin embargo, se daba cuenta de que ella valía más de lo que había creído y estaba muy feliz de saberlo. Pero, a pesar de la confesión, no pudo decir nada. No sabía cómo hacerlo. No estaba preparada para una situación como esa. Jamás había enfrentado algo parecido y no estaba segura de qué palabras usar. ¿Tenía que agradecerle? ¿O era aceptar sus sentimientos? Y si no le respondía, ¿era igual a rechazarlo? Se mareó con las preguntas y por miedo de causar un mal entendido prefirió mantenerse callada. Según ella, era mejor quedarse abrazada a él para mostrarle que no le incomodaba lo que le había dicho, solo que no estaba preparada para responder a semejante confesión.

En la oscuridad, Elian se sonrió al darse cuenta de que no era fácil para Naomi. Sin embargo, no podía guardarlo más. Estaba enamorado y necesitaba que lo supiera sin importarle que ella tuviera sentimientos encontrados con Gianluca. Su silencio no lo incomodó. Cuando Naomi dejara de estar confundida, o comprendiera qué era el amor, seguro obtendría una respuesta.

Sin dejar de abrazarla, Elian se terminó relajando y se durmió. En cambio, Naomi no concilió el sueño hasta altas horas de la noche. Pensaba en la descripción que Elian le había hecho sobre el amor y lo comparaba con los sentimientos que sentía en los días que había trabajado junto con él en el Circo. Lo bien que se sentía, y lo mal que se ponía cuando no lo veía. Hasta el vacío en su estómago cuando le confesó que ella era su musa, y la agradable sensación cuando recibió su primer beso en la mejilla.

Una sonrisa de felicidad se le dibujó, lo que afirmaba que era un chico que le había atraído desde que lo conoció en sus primeras visitas al Circo, y más cuando tuvo la oportunidad de tratarlo personalmente. Elian no solo le parecía un chico lindo y agradable, sino que también tenía una personalidad fuerte. Además, era sincero y transparente con lo que le pasaba. Algo que sumaba puntos y le gustaba mucho de él.

Con el balance que hizo, se preguntó si realmente estaba enamorada de Elian, pero, antes de que pudiera afirmarlo, no pudo evitar pensar en Gianluca. Él también era un chico que con el tiempo se había convertido en alguien agradable y fue el primero en confesarle su amor. Al principio, había creído que lo había hecho para molestarla, pero luego comprobó que iba en serio. Gianluca también se preocupaba por ella y buscaba ayudarla, solo que no se sentía muy cómoda a su lado, sin estar segura de si se debía a que era cercano a Antonello, su peor enemigo, o porque no le atraía como una pareja y solo lo quería como un buen amigo.

Quiso lamentarse con un quejido, pero se contuvo para no despertar a Elian. No entendía cómo había quedado en medio de semejante situación. Tenía que elegir a uno de los dos, pero sin lastimar a nadie.

Una misión imposible, pensó.

A pesar de haber dormido en los brazos de Elian, esa noche no descansó bien y se levantó temprano. Una vez que se alistó, fue hasta la cocina y se preparó el desayuno. Tal vez algo rico pudiera distraerla. Se sentó a desayunar con una taza de té y miel, y, mientras esperaba que se enfriara, se puso a cortar en pedacitos una porción de torta. Algo que no funcionó para distraerse, solo llamar la atención de Elisa, que se había levantado lista para desayunar un café bien cargado.

—Buenos días, hija. ¿En qué piensas?

—En tantas cosas... Últimamente siento que mi cabeza piensa más de lo normal. —Dejó a un lado el tenedor.

—¿Puedo ayudarte con algo?

—No lo sé... Anoche intenté pedirle ayuda a Elian y terminé más confundida que antes.

—¿Puedo saber cuál fue el motivo? —Tomó asiento a su lado.

—Prefiero no decirlo para no incomodar a Elian.

—¿Incomodarlo? Viniendo de tu parte, no lo creo.

—Claro que sí, mamá. Anoche le hice hablar de un tema delicado..., muy delicado —resaltó—. Tendría que haberme quedado con la boca cerrada.

—Se habrá sentido seguro por contártelo. Se nota que es alguien a quien no le gusta guardar secretos.

—Pero cuando uno tiene que remover los recuerdos más tristes no es tan fácil —objetó.

—Si te lo contó es porque quiere ser transparente contigo, y eso hay que valorarlo mucho. —Se sonrió.

—¿Por qué estás tan segura? —preguntó a pesar de que conocía la respuesta.

—Porque entre ustedes dos veo algo muy especial —respondió divertida.

Naomi sintió que su cara comenzaba a delatar lo que Elian le había confesado, y sin dudarlo se puso de pie para salir de prisa y ocultar su vergüenza.

—¿Naomi?

Elisa se puso de pie para ir detrás de ella y entender qué le había ocurrido. Sin embargo, Naomi no llegó muy lejos. Ni bien quiso cruzar la puerta de la cocina, chocó contra Elian, que también se había levantado a desayunar. Levantó su vista para mirarlo, aunque sintió que se ponía más roja, y temió que su secreto fuera desvelado, por lo que decidió salir de prisa hacia las escaleras.

—¿Se encuentra bien? —Elian preguntó a Elisa. Tal vez le daba una respuesta más certera.

—Está un poco confundida, pero nada de qué preocuparse. —Le sonrió para dejarlo tranquilo—. Mejor desayunemos nosotros.

—Está bien —respondió Elian, imaginándose por donde venía la incomodidad de Naomi.

Como lo habían previsto, durante la mañana recibieron la llamada de Davide. Naomi tenía una entrevista para explicar cuál era la verdad sobre su salud y su vida amorosa.

Antes de llegar al canal, Naomi pasó por su rehabilitación. Estaba mucho mejor y se encontraba a poco de recibir el alta definitiva, cuando el terapeuta se enteró de su pronta entrevista. Al saber que se esforzaría más de lo normal, le dio más citas para no dejar el tratamiento, además de asegurarse de que su voz estuviera impecable para retomar el canto. Naomi aceptó sin gustarle mucho la idea y se preparó para ir al encuentro con Isabella.

Mientras se dirigía al camerino junto con Elian, un grito de alegría la paralizó. Isabella se acercaba a pasos apurados para recibirla con un fuerte abrazo de bienvenida.

—¡Naomi! ¡Qué bueno verte tan bien! ¡Cuánto me alegro! ¡Qué susto que nos diste! —Se apartó para mirarla a los ojos—. Gracias por aceptar la entrevista. Estoy segura de que muchos estarán igual de felices.

—También me alegro de volver. —Sonrió con sinceridad—. Espero dejar en claro lo que pasó, para no preocupar a nadie más.

—Claro que sí. Y te prometo que no te pondré más en aprietos. Ya tuviste bastantes problemas con Gianluca. Así que te pido mil disculpas, además de asegurarte que él también estaba invitado al show, pero lo rechazó para darte el espacio que necesitas para explicar lo ocurrido.

—Está bien. Yo también quiero alejarlo de mis problemas, ya demasiado le compliqué la vida con su abuelo.

—Seguro que pronto volverán a la normalidad y podrán disfrutar mejor de la carrera que están haciendo.

Naomi asintió e Isabella la volvió a saludar con un abrazo y la dejó libre para que se fuera a preparar.

En el camerino la vistieron con un vestido negro casual y corto, con un detalle transparente de encaje en la altura de los hombros. Era delicado, pero Naomi notaba que se veía mucho más delgada de lo normal. Sin embargo, su estilista le indicó que no era el tipo de vestido lo que la hacía ver así, sino que en realidad había perdido peso en el tiempo que estuvo en el hospital. Naomi quiso cambiar su atuendo, pero no la dejaron, ya que debía hacer publicidad a la casa que prestaba el vestido para el programa, por lo que esperaba no dar una imagen muy mala con su delgadez.

—Cuando te sientas mal, avisas —le indicó Elian.

—Sí. No te preocupes. Estoy más que decidida a hacerlo. Es hora de que conozcan a la verdadera Naomi. Ahora puedo contar la verdad sin tener dudas.

—¿Hablarás de tu pasado?

—Ya lo verás. —Se sonrió, segura de sus planes.

Al momento de la entrevista, Naomi entró al estudio a pasos firmes hasta donde Isabella la esperaba ansiosa por recibirla. Luego del cálido saludo de bienvenida, tomaron asiento, poniéndose cómodas para dar inicio a la entrevista. Toda la audiencia estaba expectante por descubrir qué había ocurrido durante los días en los que había estado desaparecida.

—Sabemos que te encuentras en un momento delicado y que debes guardar reposo para reponerte cuanto antes y volver a tu trabajo. Sin embargo, los rumores que se han esparcido te han obligado a venir y contarnos lo que realmente pasó. —Naomi asintió—. ¿Es cierto que te descompensaste y estuviste internada en la clínica en estado de coma? —Naomi volvió a asentir ante la mirada de sorpresa del público—. ¿Cuál fue la causa que te llevó a terminar en una situación tan delicada?

—Mi cuerpo explotó por no decir nada de lo que sentía o me pasaba, así que la mente me dijo basta después de soportar varios momentos de tensión.

—Algunos testigos afirman que, antes de que te descompensaras, te habías cruzado con Gianluca y Antonello, que discutían. ¿Quisiste separarlos? ¿Alguien te lastimó?

—No. No me lastimaron. —Prefirió negar ese detalle para no complicar nada—. Cuando quise separarlos me quedé inmóvil mientras los recuerdos de mi infancia venían uno tras otro..., lo que me hizo sentir mucho miedo.

—Tuvieron que ser recuerdos muy fuertes...

—Sí —contestó sin dudarlo—, aunque los tuve reprimidos por bastante tiempo como consecuencia de un accidente que tuve a los siete años. Por eso, cuando se desbloquearon, me tomaron por sorpresa y no los soporté.

—¿Cómo fue tu infancia?

—Horrible —no titubeó y despertó un rumor entre el público—. No tuve la suerte de crecer en una familia tranquila y mucho menos cariñosa. Por eso hoy tengo que trabajar mucho en mi autoestima para no verme afectada en las situaciones en las que no tengo salida. Por esa razón en la revista afirman que tuve un ataque de estrés, y hasta hay un pequeño apartado que dice que podría tratarse de un síntoma de histeria —dijo avergonzada.

—Tranquila, podemos afirmar que te ves bien.

—Estoy con un tratamiento de rehabilitación para recuperar mi voz. Ahora puedo escucharme bien, pero las cuerdas vocales todavía están tensas y no puedo cantar como me gustaría hacerlo.

Es más, te veo y me es imposible creer que hayas pasado por una situación tan delicada.

—A decir verdad, cuando desperté no tenía ganas de nada. Solo pensaba en renunciar y que el destino se encargara de hacer conmigo lo que quisiera. —Isabella abrió grandes sus ojos—. La angustia que sentía era terrible, y quería que me consumiera para no pensar más en el dolor que me traían los recuerdos y el haber perdido la voz.

—¿Qué fue lo que te hizo cambiar de opinión? —preguntó angustiada por saber la verdadera historia que había detrás de los rumores.

—El cariño que recibo de las personas que me acompañan día a día —respondió con una sonrisa.

—¿Podemos saber quiénes son?

—Claro. En ese grupo está mi mamá del corazón; mis amigos, que incluye a mi jefe; a Elian, que es quien me acompaña en este viaje, y, bueno..., Gianluca también —prefirió confesar, sin importar si estaba bien o mal decirlo antes las cámaras.

—¿Gianluca estaba en el momento en que despertaste? —se apuró a preguntar.

—No. Elian fue quien me recibió con un fuerte abrazo al verme despierta. —Se sonrojó levemente—. Y no quiero ser mala, pero me gustaría aclarar que él fue quien estuvo cerca de mí desde el principio. —Hizo una pausa para luego continuar—. A veces a la gente le gusta inventar historias para llamar la atención, pero yo no soy así.

—Entonces, en los primeros programas, cuando quería relacionarte con Gianluca, ¿la pasabas mal?

—Así es, solo que no podía decir nada para no ser descortés. Era mi primera vez en la televisión y tenía que cuidarme, pero luego me di cuenta de que no importaba lo que hiciera, saldría lastimada igual.

—Me habrás odiado —dijo angustiada.

—Seguro que tu intención no era hacerme daño, más bien, que me soltara delante de las cámaras. Así que no te preocupes, que nunca estuve enojada contigo.

—Entonces, ¿estás enojada con Angelo? ¿O la enfermera que entregó la última fotografía?

—En realidad, me siento desilusionada. Yo confiaba en ellos y me fallaron. Que yo tenga un encuentro con Gianluca no quiere decir que estemos en una relación.

—Sé que no debo preguntarte, pero... ¿estás segura de que no hay un interés entre ustedes dos?

Naomi se tomó un tiempo para responder. Estaba siendo demasiado sincera y no sabía qué tanto se enteraría Gianluca de la entrevista y cuánto lo podría ofender, pero estaba decidida a hablar y no callar más para que dejaran de inventar historias sobre su vida.

—Es verdad que mi trato con Gianluca es diferente a los demás chicos del programa, pero siento que necesita alguien que lo apoye en su carrera y que sea sincero con él mismo. Y aclaro que no lo hago para que gane el concurso —enseguida se atajó para no causar malentendidos—. Porque, gane o pierda, estoy segura de que aprenderá mucho y logrará sacar lo mejor de él.

—Pero él siente algo especial por ti, ¿o no?

_Es mejor que dejen de sacar conclusiones. Cuando en verdad pase algo, se enterarán y ahí podrán hablar todo lo que quieran. Mientras tanto, no, porque hacen daño.

—Haremos lo mejor para no molestarte. Ya queremos tenerte de vuelta en el programa y, por supuesto, que te presentes a cantar.

—Te agradezco por la comprensión. —Naomi le sonrió tranquila.

La entrevista se estiró unos minutos más. Isabella le consultó cómo sería su agenda y si ya sabía la fecha del estreno de la segunda parte del Show de las Estrellas. Naomi aportó la poca información que tenía, aclarando que por el momento sus actividades estaban suspendidas hasta que no se recuperara del todo. Igual estaría activa, creando nuevas canciones para que cuando volviera lo haría con muchas novedades.

Y antes de cerrar la entrevista, se animó a desafiar a Antonello, por supuesto, sin nombrarlo. Aseguró que pronto estaría de vuelta para demostrar su experiencia en el canto y ayudar a los nuevos cantantes a llegar a su meta. Nunca desaparecería, ya que no estaba en sus planes.

Cuando Naomi terminó de alistarse, buscó a Elian dentro del edificio. Le parecía extraño que no estuviera en la puerta del camerino como siempre lo hacía. Esperaba que no se hubiera molestado por las respuestas que dio cuando habló de Gianluca, ya que no había sido su intención.

—¡Al fin te encuentro! —exclamó cuando lo vio en la entrada del canal—. ¿Por qué saliste?

—Hacía bastante calor ahí dentro —mintió, ya que en realidad había preferido darle espacio esperándola afuera.

—Pero adentro hay aire acondicionado y aquí está más pesado.

—Para mí no, pero igual no importa —desvió el tema—. Lo que importa ahora es que estuviste genial. Hiciste muy bien en dejar en claro todo lo que pensabas. De esa manera, dejarán de molestarte.

—Espero no haber sido muy dura. Sentí que hoy estuve bastante seria y que dejé mi simpatía en casa.

—Tranquila. Es mejor que te muestres firme para que sepan qué tipo de persona eres. Y... gracias por el cumplido que recibí durante la entrevista.

—Es que de verdad me estas apoyando desde el primer día que nos conocimos. Y ahora que lo pienso mejor, me faltó decir cómo te bauticé de más chica.

—¿Tu héroe? —Naomi asintió—. ¡Mejor que no lo hayas dicho! Creo que lo más probable es que hubieran inventado otra historia de amor.

Naomi no respondió. Era cierto lo que decía, pero se preguntó si hubiera sido algo bueno o malo que le inventaran un romance con él. Tal vez de esa manera podía descubrir la verdad que ocultaba su corazón.

¿Elian o Gianluca? ¿A quién elegiría?

¿Y ustedes mis queridos lectores? 😊 ¿De qué lado estarían?  ¿Gian o Elian? ¿Tienen un favorito?🤭

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro