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22

Era viernes por la noche y la primera parte del programa del Show de las Estrellas estaba llegando a su fin. A pesar de la ausencia de Naomi, Elian se había presentado en el canal para realizar una reunión con los productores, que tomaron la decisión de hablar en el programa sobre la ausencia de Naomi. Le pidieron a Isabella que fuera concisa y no se fuera por las ramas con la explicación que diera, y que mucho menos mostrara cualquier gesto de preocupación o tristeza. Lo mismo se le advirtió a Lisa y a Marco, que habían quedado bastante afectados por lo sucedido.

Con los puntos marcados, la reunión terminó y cada uno fue a ocupar su lugar, incluido Elian, que se quedaría a ver el programa y, en especial, la actuación que Gianluca haría. No había vuelto a aparecer en el hospital; tal vez se había dedicado a trabajar en la canción que iba a presentar. Tenía la obligación de hacerla perfecta, más que nada por si quería pasar de ronda y, por supuesto, satisfacer a su abuelo.

Sin embargo, en la mente de Gianluca nada de lo dicho pasaba. Su única preocupación era Naomi. Temprano había llegado al canal para concentrarse en su trabajo. Leía una y otra vez cada línea de la canción que había elegido. Quería que su voz se escuchara perfecta, pero el nudo que tenía en la garganta le impedía alcanzar las notas altas, lo que aumentaba su enojo y su frustración.

Estaba encerrado en su camerino, repitiendo una y otra vez la estrofa, cuando sintió que la puerta se abría de golpe. Se puso de pie molesto al creer que se trataba de su abuelo, que venía a presionarlo como todas las noches, pero se dejó caer en el asiento al ver que Elian se asomaba.

—¿Qué quieres?

—Para ser sincero, no sé por qué hago esto, pero... esta noche hazlo bien. —Se apoyó contra la pared cruzado de brazos—. Dedícale esta noche a Naomi. Ella querría que hicieras una buena presentación, así que no la defraudes. Ella confía en ti. —Cerró los ojos, pensando si debía seguir hablando o no, pero, como Gianluca no le decía nada, prefirió continuar—: Una cosa más... —Le clavó la mirada—. Limpia su nombre y muestra que es tu verdadera musa. Fue muy humillante lo que hiciste la última vez. La dejaste mal vista delante de muchas personas.

—Sin embargo, aquella noche no mentí. Fui sincero y solo seguí el consejo que ella me dio —explicó con tristeza.

—¿Estás seguro? Para mí no hiciste caso —espetó molesto.

—¡Sí, lo hice! —Se puso de pie enojado—. Tú no sabes lo que yo tengo aquí dentro. —Se señaló el pecho con odio—. Aquella vez me expresé con la verdad. Esa voz horrible que escucharon habla de la bronca que tengo por no alcanzar lo que quiero. Todo me sale mal, y lo sabes bien —lo apuntó, sabiendo el secreto que ambos escondían—, y tienes que creerme cuando digo que Naomi es quien me inspira a ser como en verdad soy. Ella aleja los fantasmas que me torturan día a día y me hacen creer que no nací para ser cantante. Por esa misma razón hoy no puedo cantar. Mi voz se apagó y no volverá hasta que ella despierte, ¿entiendes?

—Te entiendo, pero no justifica que vayas a renunciar. —Se acercó hasta él—. Demuestra qué tanto te importa y cómo ella se convirtió en la musa que te ayudó a descubrir lo que en verdad quieres, y que no es la persona que te hizo perder las ganas de cantar. —Lo tomó de la mano para dejar caer sobre la palma la pequeña estrella de plata que había encontrado junto a Naomi—. Espero que esto te ayude a recordarlo.

—Yo sé bien lo que tengo que hacer. —Lo miró serio. No le gustaba que le dieran órdenes.

—Hagas lo que hagas, hazlo bien —le recalcó antes de irse.

Gianluca se quedó observando con atención la pequeña estrella que descansaba en su mano, mientras recordaba las palabras que Naomi le había dicho:

... canta con el corazón. No pienses en tu abuelo o en los problemas que tengas. Solo cree en la música y en quienes te escuchan...

Apretó fuerte su mano para encerrar a la estrella mientras se prometía cantar con su verdadero sentimiento. No podía fallar, si no, iba a fallarle a su musa, que ya había hecho mucho por él y era hora de devolverle el favor. No importaba si Naomi no podía escuchar la canción, se mantendría en el deseo de que cuando despertara se la cantaría a solas para demostrarle lo importante que era para su vida. Solo ella podía alegrar sus días y alejarlo de las inseguridades que solían atormentarlos.

Mientras Elian iba pensando sobre lo que había hablado con Gianluca, notó que alguien iba por detrás de él. Al girarse, se encontró con Antonello, que, con una mirada agresiva, comenzó a cuestionarlo:

—¿Otra vez intentas llenarle la cabeza a Gianluca con ideas estúpidas?

—En otro momento podría haber dicho que sí. Pero esta vez no es el caso. —Fue sincero.

—Claro, ahora te haces el santo. Pero ya le arruinaste una vez la vida y sé que no dudarías en hacerlo otra vez.

—Aquella vez fue culpable y merecía que todos lo supieran, pero usted decidió taparlo.

—¿Estás seguro de que no fuiste tú? ¡Después de todo, era tu novia!

—Estoy muy seguro... y que usted estuvo detrás. Ahora que vi lo que hizo con Naomi, no me quedan dudas.

—Lo que haga siempre será para defender a mi nieto.

—Mejor dedíquese a pensar en su retiro... Le hará muy bien.

—¡Maldito! —Furioso, se metió al camerino antes de tener que seguir aguantando a Elian. Quería asegurarse de que Gianluca estuviera bien para hacer su presentación. Sin embargo, su propio nieto lo esquivó. Salió de prisa antes de tener que escuchar las tonterías que le diría.

El programa inició con una Isabella más tranquila, sin perder el carisma, a pesar de no poder disimular su angustia al hablar sobre la ausencia de Naomi. Como se lo habían propuesto, dio pocos detalles sobre su salud y le dedicó un cálido saludo del público para que la buena energía llegara hasta ella y se recuperara por completo.

Los participantes se fueron presentando uno por uno, dando lo mejor para que el jurado los calificara con la mayor nota posible. Por única vez el resultado no se sabría hasta el final, para aumentar la expectativa de la audiencia, que se encontraban ansiosa por descubrir quiénes serían los afortunados que pasarían a la siguiente ronda. Había muchos favoritos, pero solo cuatro jóvenes iban a ser los que alcanzarían la meta.

El turno de Gianluca llegó e Isabella lo recibió con un sentido abrazo. Se imaginaba lo triste que se sentía por la situación que estaba viviendo. Gianluca no dejó que el abrazo lo quebrara y prefirió caminar hasta el centro del escenario para quitar la incómoda sensación que había en el aire. Isabella lo acompañó, sujetándolo por los hombros mientras explicaba la ansiedad que había por saber cómo se desenvolvería en el último show de la primera ronda.

Con sonrisas nerviosas, Gianluca mantenía la conversación, deseando que pronto empezara la canción para irse cuanto antes. Era difícil estar allí luego del desastre show anterior . Se sentía muy vulnerable y nervioso. Pero sabía que tenía que controlarse y solo dedicarse a cantar. No podía cometer otro desastre. La canción era un regalo para Naomi, por lo que no tenía que arruinarla. Tenía que dar lo mejor como cantante y demostrar que estaba preparado para ser uno digno, y sin la ayuda de su abuelo.

Cuando Lisa y Marco le dieron el pase para cantar, la melodía invadió el lugar. Gianluca se acomodó sobre el escenario y se preparó, mientras dejaba que las notas musicales recorrieran con libertad por el estudio. Cerró los ojos y se imaginó que su musa iba a su encuentro al son del piano, para envolverlo en un abrazo delicado y lleno de sentimiento. La cálida energía que recorrió su cuerpo, hizo florecer la magia que dormía dentro de su alma, y se liberó en una suave voz que interpretó las primeras líneas de la canción.

La melodía tenía un dejo de tristeza y desesperación, sin embargo, Gianluca cantaba concentrado en el significado de la canción. Con cada palabra, marcaba el dolor que le causaba tener lejos a su musa. La necesitaba cerca para liberarse y encontrar la luz que lo iba alejar de la oscuridad en la que se encontraba, por culpa de la soledad y la incertidumbre. Si la vida tenía que tener sentido para él, lo iba a encontrar en compañía de Naomi. Con su llegada había logrado encontrar la fuerza que necesitaba para soltarse de las cadenas que lo ataban a su abuelo. Por más que hubiera pedido ayuda para convertirse en un cantante reconocido, lo había hecho por la desesperación de tener la fama que no conseguía. Había usado la arrogancia y el dinero para lograrlo. Sin embargo, tuvo que cruzarse con la bondad y honestidad de Naomi para darse cuenta de que ese camino era el equivocado y, si de verdad quería reconocimiento, debía dejar de lado los atajos para dedicarse a luchar contra las adversidades que se le aparecieran en el camino.

Naomi le había dado sentido a su vida, al igual que a su carrera musical.

Almomento del estribillo, aumentó su fuerza para expresar con mayor dolor elmalestar que sentía por tenerla tan lejos, y en una situación delicada paraambos. En cada línea liberaba la angustia contenida, y lo desesperado queestaba por querer ver a su musa despierta, y compartir momentos especiales,donde la alegría fuera la única compañía. Su voz era potente y resaltaba másque las noches anteriores. Lisa y Marco no podían creer que Gianluca tuvieramucho más potencial para demostrar y que se hubiera recuperado tan rápidodespués del desastre. Al fin, parecía que cantaba con su verdadero ser, dejandoa la vista un talento sin igual que borraba los malos recuerdos.

🌟⭐🌟⭐🌟

Renuncio a mi y a la vida misma.

Nada me interesa.

Sin ti no logro salir de la oscuridad

y pierdo la energía.

Te necesito, ¡regresa a mí y sálvame!

Por siempre te amaré. Mi destino es vivir junto a ti.

Te abrazaré fuerte y no te abandonaré.

Tu eres mi musa y sin ti no puedo vivir.

🌟🌟🌟🌟


(Canción que sirvió de inspiración para esta escena)

El público lo aplaudió con mucha energía. Gianluca se sentía afligido, pero también satisfecho por haber demostrado lo importante que era Naomi para él y, por supuesto, por haber encantado con su música. Al sentir el interminable aplauso, y la buena energía que el público le brindaba, notó cómo la cálida sensación se mantenía para reconfortarlo y demostrarle que la música era una buena medicina que podía curarle las heridas que tenía.

Elian, que había estado atento a su comportamiento, también lo aplaudió por el buen trabajo realizado. Se había sentido identificado con cada línea de la canción y reconocía que, si Naomi no volvía en sí, él se consumiría en la oscuridad. Naomi también lo era todo para él y tampoco podía perderla.

A pedido del jurado, Gianluca levantó la vista y dio un paso hacia atrás, a esperar que los demás participantes se presentaran para conocer el resultado que habían obtenido. Una vez que todos se ubicaron en el escenario, Lisa nombró a tres chicos para recordarles el resultado que habían obtenido en cada una de sus presentaciones. Luego cerró la calificación con una nota final, pero no fue lo suficiente alta para darles el pase a la siguiente etapa, por lo que Marco los invitó a retirarse, sin antes darles palabras de aliento para que continuaran con su carrera, sin rendirse. Cabizbajos, los chicos se retiraron acompañados por el aplauso del público.

Quedaban cinco participantes, entre ellos, Gianluca, que no dejaba de estar nervioso. Si bien estaba el contrato de su abuelo, tenía bien en claro que no tenía mucha chance de pasar con las dos cruces que había acumulado. Miraba expectante hacia el jurado, dudoso por si quería saber la nota o no. Pero tenía que ser fuerte para afrontar la verdad, solo así podía descubrir qué había programado el destino para él.

—El tema que eligieron para esta noche ¿por qué lo hicieron? —Lisa quiso saber antes de dar la nota final—. Dieron una excelente presentación y demostraron el gran talento que poseen para hacer música. Pero, como bien saben, cantar es un arte que muy pocos pueden expresar de la manera correcta y, además, es tener un objetivo en particular que no sea solo ganar dinero. Así que los invito a que me contesten con sinceridad para que puedan obtener el punto extra que los llevará a la siguiente ronda.

En el orden como se habían presentado, los participantes fueron dando su opinión. Muchos sentían una pasión enorme por la música. Sus rostros se iluminaban cuando hablaban sobre el arte que hacían, y sus ojos brillaban de emoción al explicar que ansiaban llegar al público de manera especial a través de sus letras, para que se sintieran identificados y así pudieran vivir sus emociones a flor de piel. Lisa y Marco asentían mientras tomaban nota, curiosos por escucharlos y ansiosos por esperar que la verdadera respuesta apareciera.

Gianluca fue el último en responder, y llamó la atención cómo su ego había desaparecido con el correr de los programas. En el primer encuentro había dado una imagen segura de sí mismo, siendo capaz de llevarse el mundo por delante sin importarle nada. Tenía más que claro que llegaría al puesto número uno. Pero ahora su imagen era todo lo contrario. Se expresaba con humildad y tranquilo con sus expresiones.

—Muy bien, Gian —Marco lo felicitó—. Cantar para abrir los corazones y mostrarles que el mundo no es de color negro, sino que siempre hay una luz al final de camino, es una manera de aliviarlos y darle esperanza de que no están solos y que siempre podrán contar con alguien, o con algo que los ayude a cambiar. —Hizo una pausa—. El tema de esta noche ¿lo escribiste en algún momento particular de tu vida?

—Hace un tiempo lo escribí y sentí que hoy era la noche para presentarlo —dijo sincero—. Lo hice pensando en una persona en especial, que me hubiese gustado que esta noche estuviera aquí. Tal vez la hubiera ayudado a sentirse mejor.

—No faltarán oportunidades, Gian —habló Lisa para animarlo.

—Así es, porque tú, junto con Dante, Amadeo y Luca, ¡son los finalistas que pasaran a la segunda etapa de la competencia!

Marco aplaudió, acompañado por el público y sus colegas, el trabajo de los cuatros nominados que no habían esperado que la noticia fuera tan repentina, y se miraron perplejos y con risas nerviosas sin creer que habían sido los elegidos.

El único que no pudo expresar alegría fue Gianluca. En realidad, no estaba seguro de lo que sentía. Era extraño. Pensaba que su victoria estaba arreglada, y no que realmente se lo merecía. Con el desastre que había hecho la noche anterior, no había manera de entender cómo había pasado a la próxima ronda.

Cuando el programa terminó con el festejo de los ganadores, se quedó mirando la tabla de puntaje que todavía no había desaparecido de la pantalla principal. Estaba al límite con su nota y las dos cruces rojas señalaban con vergüenza su error. Soltó un suspiro y decidió retirarse.

—Gian. —La voz de Marco lo sacó de sus pensamientos. Se acercó a él para hablar tranquilo—. Quiero que sepas que lo que lograste esta noche fue por tu buen desempeño. Antonello no tuvo nada que ver con esto. De verdad tienes el talento que estamos buscando, por eso sigue adelante y mejora los puntos débiles que te hacen vacilar, para que, cuando te conviertas en una verdadera estrella, dejes a la vista tu gran talento. —Le palmeó el hombro para animarlo—. Continúa trabajando duro, que seguro lo conseguirás. —Le sonrió y se retiró sin esperar una respuesta.

Gianluca se sonrió. Era lo que necesitaba escuchar para quitarse los pensamientos negativos y creer en él mismo para tomar el coraje de hacerle frente a su abuelo y abandonarlo por una buena vez.

—Bien hecho. —Elian había esperado a que Marco se alejara para felicitarlo—. Naomi estará contenta por lo que lograste. —Le había parecido correcto dejar por un segundo la diferencia entre ellos.

—Tengo que confesar que, si no hubieras hablado conmigo, el resultado hubiera sido otro. —Le parecía raro expresar agradecimiento a Elian.

—Sabemos bien que la verdadera persona que logró esto fue Naomi. Es mejor que vayas a verla y se lo cuentes.

—Lo intentaré.

Gianluca se quedó pensativo después de que Elian se fuera. Él deseaba verla para darle la noticia, y más encontrarla despierta. Sin embargo, el saludo inesperado de su abuelo lo sobresaltó e hizo que las ganas de ir desaparecieran.

—¡Esto es grandioso! —Antonello festejó eufórico al saber que su plan había salido como lo esperaba—. Lo hiciste muy bien y es hora de mostrar cómo los Manna podemos seguir en el mundo de la música.

—Ahórrate las palabras —respondió cortante—. Esto lo estoy haciendo por mí, no por la familia.

—No puedes responder de esa manera al saber el sacrificio que hago por ti.

—¡Lo único que haces es complicarme la vida! En este preciso momento tengo ganas de mandar la música al diablo junto contigo.

—¿Otra vez me faltas el respeto? ¿Qué estás buscando, Gian? ¿Pase libre para juntarte con idiotas como lo son Gioia y su grupo de ineptos?

—El único idiota eres tú, que juegas sucio para ganar. Es hora de que entiendas que no seré más tu marioneta. ¡No te necesito!

—¿Que no me necesitas? ¡¿Te escuchas?! ¡Fuiste tú quien me pidió ayuda!

—Lo sé, y me arrepiento. Ahora sé que tú tampoco tienes fe en mí. Si la tuvieras, por lo menos me hubieras dado otro consejo que no fuera comprarme al jurado con dinero. Pero menos mal que hay personas que sí confían en mí y buscan ayudarme de verdad —respondió manteniéndose firme al recordar las palabras de Marco.

—¿Que no confío en ti? ¿¡Pero qué dices, Gianluca!?

—Estoy cansado de que uses tu dinero y tu fama para comprarte el mundo. El dúo nieto y abuelo se terminó. No te necesito más.    

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