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16

Los flashes invadieron el estudio de televisión con diferentes perspectivas para dejar plasmada la figura de Naomi. Angelo era tan detallista que hizo que la sesión no fuera rápida. Por eso, cuando llegaron a la casa, cenaron algo rápido, se ducharon y se metieron en la cama. Ninguno tardó en dormirse, a pesar de que se había formado una tormenta que descargaba fuertes relámpagos que parecían partir la tierra en dos.

Cuando amaneció, por suerte el cielo estaba completamente despejado con una temperatura agradable, y había quedado atrás el horrible clima. Elian, al ver que Naomi no se levantaba, fue a despertarla. Con miedo de asustarla, la llamó con suavidad, sin necesidad de insistir porque abrió los ojos al primer llamado.

—¿Es la hora? —preguntó con voz de dormida mientras se sentaba en la cama.

—Sí. Levántate tranquila, que tenemos tiempo.

El día en Nápoles pasó rapidísimo. Ni bien llegaron, a media mañana, se dirigieron al restaurante donde presenciaron el show de un hombre de cuarenta años que tenía una voz muy grave y potente. A Naomi le gustó mucho su registro y cómo se desenvolvió en el pequeño escenario. Por lo tanto, al llenar su planilla, lo describió con buenas observaciones.

Después de disfrutar de un rico almuerzo, Elian llevó a Naomi hasta un café, donde otra persona haría su presentación. También fue entretenido y su voz, junto con su personalidad simpática, hizo que el público se divirtiera con su soltura. Nápoles, ya que no habían tenido tanta suerte en los otros lugares. Era cuestión de seguir asistiendo a los shows.

Entusiasmada por tener información interesante para Gioia, se preparó para su próximo destino en una radio.

Cuando entraron al estudio, Naomi realizó una larga y animada entrevista, donde tuvo la oportunidad de cantar a capela varias estrofas de los temas que había interpretado en el Circo Clown. Su voz, como siempre, era transparente, cargada de pasión y, gracias a su talento, muchos se interesaron por conocer el Circo. Naomi los invitó sin dudar y aseguró que verían un show maravilloso.

Tras un día de mucha actividad, fueron al hotel a descansar. Elian estaba ansioso por tener una conversación profunda con Naomi, pero la veía tan somnolienta que prefirió dejar sus dudas sobre Gianluca para otro momento. De esa manera, llegaron a un nuevo día. Gracias al pedido de Naomi, tendrían todo el domingo para ser turistas. Recorrieron sus calles coloridas y transitadas, junto a los castillos antiguos, y, sobre todo, disfrutaron de la mejor pizza italiana.

Mientras paseaban, Naomi sentía que la observaban y la señalaban mucho. Era consciente de que debía acostumbrarse a que se estaba convirtiendo en alguien reconocida en el país, pero aun así le parecía llamativo y no dejaba de preguntarse qué era lo que les interesaba saber de ella.

Mientras tomaban un refresco en un pequeño bar, Elian señaló a dos chicas que tenían una revista en la mano y enseguida advirtió que Angelo ya habría sacado la entrevista. Cuando terminaron el aperitivo, salieron a buscar un kiosco para comprar un ejemplar y así curiosear cómo había quedado la nota.

Naomi le pidió a Elian que leyera la entrevista en voz alta. Escuchaba atenta, estando de acuerdo con cómo todo había sido explicado con detalles sutiles e información correcta. Nada estaba exagerado y en ningún momento Angelo había hablado sobre los problemas familiares o la timidez que había vivido en la niñez. Las fotos de ambas páginas también estaban editadas por manos expertas y la hacían ver reluciente. El trabajo había sido muy bueno, sin importar lo rápido que había mandado a editar toda la información.

—En verdad hicieron un buen trabajo. Me gusta —dijo animada.

—Mira, hay más páginas. Parece ser que se entusiasmó y no se contuvo en poner más información.

Al pie de la página había una pequeña flecha en color azul que tenía escrito "continúa". Elian giró la hoja para descubrir qué sorpresa había guardado, y su corazón se paralizó. Cuando vio la fotografía que habían publicado, un calor incómodo lo invadió al no saber cómo explicarle a Naomi lo que había sido expuesto.

—Creo que esta noche tendrás que dar muchas explicaciones cuando llegues al canal —advirtió mientras extendía la revista delante de su cara para que ella misma descubriera lo que Angelo había escrito.

—¡No lo puedo creer! —De manera brusca le quitó la revista. Ella y Gianluca aparecían tomados de la mano y se miraban a los ojos como dos enamorados—. ¡¿Cómo pudo hacerlo?! ¡Le dije que la borrara!

—Parece ser que no hizo caso.

—¡Dios mío! Encima la frase no ayuda a disimular. —Naomi sintió que se moría.

"Una simple mirada puede expresar el verdadero amor. Naomi Mattiussi y Gianluca Manna parecen tener una relación más que de compañeros. ¿Tendrán un romance? ¡En el próximo número ampliaremos con más detalles sobre la nueva pareja del año!".

En poco tiempo el viaje tranquilo se convirtió en un dolor de estómago para Naomi. Estaba muy nerviosa. Sabía que, una vez que llegara al canal, nadie pasaría por alto la noticia que corría por toda Italia. Ahora entendía qué era lo que había llamado la atención de las personas. Su relación con Gianluca volvía a ser noticia, y esta vez para peor, al inventar un amorío que no existía.

Ni bien Naomi puso el pie dentro del estudio, fue invadida por los reporteros que buscaban tener la primicia y, por supuesto, las explicaciones para aclarar el rumor que se había esparcido. No respondió a ninguna pregunta, solamente quería alejarse de allí lo más rápido posible. No entendía de qué manera había terminado metida en semejante problema.

Avanzó con toda su fuerza y llegó hasta el camerino, donde se encerró junto a Elian. Mientras la preparaban, los comentarios no cesaban y hacían que sus nervios se acrecentaran. No sabía cómo iba a ser capaz de desenvolverse en el programa, además de no estar segura de qué cosas estaría pensando Gianluca. ¿Estaría contento? ¿O no le importaba en lo absoluto?

La respuesta no se hizo esperar mucho. Mientras se dirigía al escenario, Gianluca le regaló una sonrisa alegre. Sin embargo, por detrás, Antonello lo seguía con una mirada de odio, que se clavó en los ojos de Naomi, y le hizo un gesto con la mano para advertirle que terminara con todo el escándalo.

—Ni les prestes atención. Concéntrate en lo tuyo y en aclarar la confusión que se armó. Si lo haces en vivo, ya no habrá dudas —aconsejó Elian al verla tan perdida.

—Pero no puedo armar un escándalo en el programa. Pensaran que busco atención y más al meterme con Gianluca.

—Entonces hablemos antes de que el programa comience. Pidamos que por favor no se toque el tema. Supongo que nos entenderán.

Al aceptar la idea, Naomi lo acompañó hasta la oficina del director, pero la propuesta no fue aceptada. Querían usar el romance para atrapar más al público al creer que una historia de amor causaría más impacto entre la gente y aumentaría el rating del programa. Naomi sintió que el mundo se le venía abajo.

El show comenzó con un público expectante, en especial, Isabella. Se encontraba emocionada al descubrir que su teoría sobre el romance entre Gianluca y Naomi comenzaba a tomar forma.

—¿Realmente Gianluca obtuvo tu corazón? —preguntó una vez que terminó la pequeña introducción y mostraban las fotos de la revista.

—No. Es muy pronto para llegar a una conclusión —respondió manteniendo la calma—. De verdad que somos colegas y nada más.

—¡La foto es tan especial que no lo puedes negar, Naomi! —exclamó con una sonrisa—. Además, la primera vez que se vieron, el amor flotaba entre ustedes dos.

—Por favor, no hablemos de esto. ¿Por qué mejor no escuchamos a nuestro primer participante? —intentó desviar el tema.

—Lo haremos cuando me des más detalles —dijo con picardía.

—Nada más estábamos hablando de un tema delicado, y Gianluca me tomó de la mano... Nada especial. Cualquier otra persona lo habría hecho.

—No puedes justificarte de esa manera cuando a simple vista se puede apreciar que hay una conexión especial entre ustedes dos. ¡Esta foto es maravillosa!

—Por favor, entiendan que somos colegas...

—Entonces contéstame esta pregunta.

—¿Cuál? —preguntó con miedo.

—¿Qué siente? —Hizo una pausa, sin saber que decir y no empeorar la situación.

—Parece que alguien se pone muy nerviosa con el amor —comentó Lisa entre risas al ver la reacción que Naomi tenía.

—Tal vez se le haga más fácil expresarlo con una canción—bromeó Marco.

—Dinos una palabra, aunque sea. Vamos, Naomi, ¡no nos dejes con la intriga! —insistió Isabella.

—Es que no puedo describir a una persona en una palabra. —Sentía que cada vez su cara se ponía más roja.

—¡Mejor todavía!

—¿Podemos dejarlo para después? —pidió.

—Bueno, por esta vez no vamos a presionarla si no quiere hablar. Habrá más noches donde veremos el avance de esta relación. —Isabella le regaló una sonrisa al público al ver que Naomi no cedería.

—Si no, más fácil, Isabella. Todavía nos queda preguntarle al segundo protagonista de esta historia —propuso Lisa entusiasmada.

—Es cierto. Que, para alegría de muchos, ¡será nuestro primer participante de la noche! —expresó con diversión—. ¿Lo recibimos con un fuerte aplauso? —invitó mirando hacia donde Gianluca avanzaba con pasos elegantes y con una sonrisa impecable al encuentro con Isabella.

—¡Buenas noches! —saludó cordialmente a todos, alzando su mano.

—¡Cuanta felicidad que irradias, Gian! ¿Por algo en especial?

—Estoy feliz de estar aquí y representar a mi familia. No hay nada más —explicó tranquilo.

—¿Bromeas? —Isabella no le creía—. ¿Acaso tu corazón no salta de alegría por ese nuevo amor que encontró?

—Es mejor que dejemos ese tipo de preguntas para más adelante.

—Bueno, como veo que ninguno quiere hablar, tendré que invitarlos a mi programa para que aclaren esta situación y nos confirmen su romance. —Isabella no se rendiría fácilmente.

—¿Qué traes esta noche, Gian? —preguntó Lisa con mucha curiosidad.

—Un tema que escribí hace unos años y siento que hoy es el momento de darlo a conocer, especialmente por el revuelo que se armó con la fotografía. La situación viene perfecta para entender qué está pasando entre nosotros dos. —Lanzó una mirada rápida hacia Naomi.

—Interesante, ¿no? —Marco lo miró, curioso por escucharlo, y Lisa asintió.

—Cuando quieras, puedes comenzar. —Isabella lo invitó a acomodarse en el centro del escenario para su tercera presentación.

Naomi cerró los ojos para prestarle más atención a lo que cantaría. Iba a aprovechar la oportunidad para olvidarse de la realidad por un momento y así concentrarse en su trabajo.

La voz de Gianluca había mejorado mucho más desde la última vez. La energía que transmitía la canción la hizo sonreír. La letra le parecía muy divertida y Gianluca tenía el carisma necesario para convertirla en una linda poesía. Una nube de cálidos sentimientos la rodearon por completo, y la cámara captó el momento justo en el que se sonreía de manera soñadora. En su mente creaba las escenas que describía la canción.

En cada estrofa, Gianluca dejaba en claro la ansiedad que sentía su corazón por descubrir la respuesta a la declaración de amor. Sabía que Naomi estaba nerviosa por los rumores que corrían, pero quería que olvidara el malestar para regalarle una pizca de felicidad y que así disfrutara del amor que él podía darle.

A medida que cantaba, no dejaba de mirarla. Ella lo tenía hechizado, y solo podía cantar si estaba cerca de él.

Tantola expresión placentera de Naomi como la de Gianluca aumentaron la curiosidaddel público por querer descubrir si de verdad ambos se estaban enamorando y poralguna extraña razón no querían aceptarlo

(Melodía para la canción de Gianluca)

Quisiera que me regales una de tus sonrisas

y me digas con sinceridad cuánto me amas.

Cada día sueño que estaremos juntos, pero

temo que solo sea un juego de mi mente.

Mi corazón se muere por tenerte,

y no sé si tu deseas lo mismo.

Dame seguridad, y regálame una señal

que calme los ansiosos latidos de mi corazón.

Desde su lugar, Antonello observaba molesto la exposición de su nieto. No lo entendía y mucho menos podía aceptar que se tomara la molestia de arriesgar su carrera involucrándose con gente mediocre. Su rabia aumentó más al ver la expresión de Naomi. Creía que estaba usando a Gianluca para alcanzar la fama de manera más rápida.

Naomi no se percataba nada de lo que sucedía a su alrededor, estaba atrapada por la melodía. No había dudas de que Gianluca tenía la esencia que Gioia estaba buscando. Por más que estuviera cantando para comunicarse con ella y pedirle una respuesta con los rumores que corrían, no podía negar que estaba haciendo un buen trabajo. Por eso decidió ser la primera en colocar el círculo verde para aprobar su actuación, muy satisfecha. Los aplausos resonaron en todo el estudio y se apagaron de a poco para darle paso a la devolución del jurado.

—Tienes mi aprobación, Gianluca. —Lisa fue la encargada de hablar—. Tu canción me pareció simpática al igual que tus movimientos sobre el escenario. Nada más tengo que advertirte algo por si las dudas —Hizo una pausa para mantener el suspenso—. Espero que siempre cantes de esa manera divertida y no sea únicamente porque estás enamorado. A veces esa emoción desaparece de golpe y te puede afectar.

—Descuida, sé muy bien que siempre estaré acompañado por mi musa y, mientras ella esté cerca, cantaré con la misma pasión. —Sonrió seguro de sus palabras.

—Cuidado con lo que dices —volvió a advertir—, las musas son peligrosas.

Gianluca asintió y se retiró del escenario conforme con su trabajo. No importaba qué le dijeran, él se sentía muy bien al ver que Naomi había percibido el mensaje de la canción; estaba tranquilo de que tal vez algún día tendría su corazón.

Detrás del escenario Antonello lo esperaba de brazos cruzados e impaciente por dejarle en claro todo lo que pensaba acerca de ese romance de novela que se estaba inventando. Gianluca hizo oídos sordos y continuó con su camino, pero Antonello no tenía pensado rendirse, por lo que decidió seguirlo a los gritos para que recapacitara de una buena vez.

Cuando el programa terminó, Naomi se despidió de sus compañeros. A pesar de haber dejado en claro sus pensamientos, sabía que no podía relajarse por completo. Los medios siempre iban a encontrar la manera de seguir la historia de amor, por lo que era mejor irse del canal antes de que tuviera que enfrentarse a más preguntas o, peor todavía, la presencia de Antonello.

Después de cambiarse, salió rápido a buscar a Elian, ya que no había ido por ella. Al tomar el camino del escenario, lo distinguió entre las personas del staff. Sin embargo, no estaba hablando con ninguna de ellas, más bien parecía perdido entre sus pensamientos.

Elian no se había percatado de que Naomi estaba delante de él. En su pecho sentía un malestar que no podía expresar con palabras. Era una mezcla de enojo y de tristeza a causa de la seguridad que Gianluca mostraba en la relación hacia Naomi, que todavía no era real. Apretaba los dientes para ahogar la angustia por sentirse excluido.

—¿Estás bien? —preguntó extrañada al notarle una mirada triste.

—No. No lo estoy —respondió con la verdad—. Pero no te preocupes, ya se me pasará. —Comenzó a caminar.

—¿Seguro? ¿Te duele algo? ¿Estás cansado por el viaje? —Intentaba sacarle información. Sin embargo, Elian negó con su cabeza—. ¿Puedo ayudarte con algo?

—Hay una cosa que puedes hacer. —Se frenó para mirarla a los ojos.

—Dime, no habrá ningún problema. —Le sonrió para que le hablara con confianza.

En el momento en el que Elian iba a responder, la voz de Antonello resonó en el pasillo e hizo sobresaltar a Naomi.

—¡Mattiussi! —volvió a llamarla para que se diera la vuelta—, tengo una nueva advertencia para ti, porque parece que no aprendes nada. —Se paró delante de ella con una mirada furiosa—. Si de verdad quieres ser famosa, no lo hagas de manera tan vulgar. Crear un romance con mi nieto fue lo peor que pudiste hacer. ¿Quién te dio la idea? ¿Tu "mánager"? —Miró despectivamente a Elian.

—Está equivocado... —Naomi sintió que se ahogaba.

—No lo estoy. Intentas seducir a Gianluca con tu personalidad sumisa para tenerlo entre tus manos, pero él ya está advertido de que ni se le ocurra caer en la trampa. Al principio quisiste hundirlo, ¿y ahora? ¿Repentinamente cambiaste de opinión? —hablaba rápido y en voz alta para intimidar Naomi, que no sabía qué más responder.

—Quien inventó el rumor fue el fotógrafo de la revista. Nosotros no tenemos nada que ver. —Elian saltó a la defensa al imaginarse porqué Naomi había quedado sin habla—. Vaya por él y grítele de la misma forma.

—No te creo —respondió y luego volvió a dirigirse a Naomi—. La gente como tú siempre hace lo mismo para ascender escalones. Como todavía no te llamó ningún sello discográfico para darte una oferta, quieres hacerlo de la manera más fácil, pero no te funcionará. —La sujetó del brazo con fuerza y la zamarreó—. Date cuenta de que siempre te moverás en el mismo círculo porque eres realmente pésima con lo que haces. Donde el rumor se extienda más, se te acabará la carrera... Tenlo por seguro.

La soltó de manera brusca y se retiró a pasos apresurados.

—¿Naomi? —Elian la llamó al ver que seguía sin reaccionar. Había quedado apoyada contra la pared. Su mirada estaba perdida en los recuerdos de su infancia—. ¡Naomi! —la llamó más fuerte cuando lágrimas cayeron por su rostro. Se abrazaba a sí misma para intentar calmar el dolor que le daba pensar que de verdad era una inútil—. ¿Me escuchas?

Naomi lo escuchaba, pero las palabras no le salían. Se deslizó por la pared y quedó sentada con la cabeza escondida entre sus brazos, y comenzó a llorar por la impotencia que sentía, tanto por la amenaza de Antonello como por su forma de ser. Se sentía confundida y no estaba segura de continuar trabajando para el canal. Lo mejor era alejarse para evitar más problemas, ya que no había una noche que estuviera tranquila y no quería que el miedo formara parte de su vida.

—¿Qué sucede? —La voz de Gianluca resonó en el pasillo, y se acercó apurado luego de que personal del canal le avisara del escándalo que había armado su abuelo.

—¡No te acerques! —Elian le advirtió alzando la voz—. Si tu mugrienta familia no se creyera el centro del mundo, ella no estaría llorando. No vengas a hacerte el que no sabe nada, porque estás bien metido con tu abuelo. Buscas hacerte el bueno para engañarla y así lastimarla.

—Estás hablando tonterías. —Gianluca no le hizo caso y se acercó igual a Naomi.

—¡No dejaré que otra vez lastimes a alguien! —Elian lo apartó con un golpe en la mano cuando intentó tocarla.

—¡Cálmate! —Clavó su mirada en la de Elian—. Deja de buscar pelea y preocuparte por ayudarla.

—Estaba haciéndolo hasta que llegaste. —Apoyó sus manos en los hombros de Naomi—. ¿Me escuchas Naomi? Regresemos a casa. Todo estará bien.

Naomi negó con la cabeza, no quería moverse de ahí. Elian hizo el intento de levantarla. Cuando quedó de pie, mantuvo la vista gacha, tratando de aguantar el llanto.

—No hagas caso a lo que te haya dicho mi abuelo. Son todas mentiras de él. —Con delicadeza hizo que la mirara—. Si estás mal, yo también lo estaré...

—Vete, Gianluca, deja el teatro para otro momento. —Elian lo miró desafiante.

—¡Basta! No quiero que peleen entre ustedes. —Naomi intervino angustiada—. Elian, deja a Gianluca tranquilo. El problema es su abuelo...

—¿Lo sigues defendiendo? —preguntó consternado.

—No... —negó desesperada con la cabeza—. Por favor, regresemos a casa y terminemos con esto.

—Está bien. —Elian aceptó la idea con dolor.

Gianluca se quedó observando cómo Naomi se retiraba. Había querido acompañarla hasta que se sintiera mejor, pero, si no quería causar problemas con Elian, debía mantenerse quieto y dejar que todo fluyera. Además, necesitaba arreglar las cosas con su abuelo para que dejara de molestarla. Naomi no estaba haciendo nada malo. Si los rumores se habían expandido, no era su culpa, sino la de él mismo, que buscaba tener su atención para que entendiera que sus sentimientos eran verdaderos Sin embargo, el mal carácter de su abuelo había arruinado su fantasía y parecía ser que también los ánimos de Naomi, que quedaron esparcidos por el suelo.

Llovía de manera torrencial, con viento y relámpagos, cuando salieron del canal a tomar un taxi. Al regresar Naomi se dio un baño y comió muy poco de la cena. Cuando llegó el momento de acostarse, la angustia que tenía en el pecho era tan grande que no podía mantenerla guardada, y le hizo olvidar lo bien que la había pasado durante el fin de semana. Elian era la persona más cercana con quien podía hablar. Aunque lo dudó. Lo veía tan serio que le preocupaba la reacción que tendría cuando le contara sobre su problema. Sin embargo, trató de no pensarlo mucho y cruzó de habitación. Era hora de hacer caso a los consejos que le daban sobre abrirse a los demás.

Entró sin golpear y se encontró con que Elian estaba sentado al lado del escritorio, tratando de concentrarse en su trabajo.

—Elian... —Se acercó a pasos lentos para no cambiar de idea.

—¿Qué pasa? —Levantó la vista.

—Quiero... decirte algo. —A pesar de tener ganas de expresar sus problemas, las palabras se le atoraban en la garganta.

—Dime. —La voz de Elian era cortante, pero lo hacía para que fuera más directa, al ver que dudaba mucho. Sin embargo, provocó que Naomi se arrepintiera de lo que iba hacer.

—Quiero regresar —murmuró por lo bajo, cambiando su discurso.

—Perdón, no te escuché bien. —Se puso de pie

—Quiero regresar... al Circo —volvió a repetir agachando su mirada. No había otra solución mejor que eso. Si regresaba a su zona de confort, seguramente se sentiría mejor—. ¡Por favor! —suplicó alzando la voz al notar que Elian se había quedado en silencio.

—No... no lo hagas—pidió mientras apretaba los puños para contener la impotencia que le causaba saber que el pedido de Naomi surgía por los maltratos que recibía por parte de Antonello.

—¡Por favor! No quiero estar más aquí. Quiero regresar al Circo y quedarme con la vida tranquila que tenía. Por favor... —estalló en llanto. Le dolía que Elian no se diera cuenta de que el trabajo se le hacía insostenible. Deseaba que estuviera de su lado y le diera la oportunidad de escapar de la horrible situación en la que se encontraba. Se había arriesgado a cumplir un contrato con el que no estaba de acuerdo, sin imaginarse que, por haberse expresado con la verdad, había caído en un pozo sin salida.

—¿En verdad quieres dejarlo todo por una persona que se cree dueño del mundo? —la interrumpió y Naomi asintió entre sollozos—. ¿Por qué solamente crees en las palabras de Antonello

—De verdad lo siento... Yo no sé qué hacer. —Naomi lloraba sin control.

—Si me dieras una oportunidad de entender esos sentimientos que reprimes, podría ayudarte a enfrentar a Antonello y a cualquiera que buscara lastimarte. Tienes mucho por dar, Naomi. Cosas muy positivas. No les des el gusto de abandonar.

—Yo no tengo nada bueno. —Al salir su voz, sintió un fuerte ardor en la garganta.

—Claro que lo tienes. Solo aleja los pensamientos negativos y piensa en todo lo que has logrado hasta ahora. Tu corazón es noble, actúas sin maldad y siempre piensas en el bienestar de los demás. Por eso también debes confiar en ti misma, en el don que tienes con la música.

—No es verdad. ¡Yo solo traigo problemas! —Negó con la cabeza y retrocedió para regresar a su cuarto. Se arrepentía de haberle pedido ayuda a Elian. Había creído que la iba a entender y que pronto estarían de vuelta en el Circo.

—Naomi, escaparte no te dará soluciones. —La siguió, sintiendo cómo aumentaban los latidos de su corazón.

—Por favor, déjame. —No quería escucharlo más. Siempre se iba a esconder para no sufrir. Era la mejor solución que conocía.

—¡Lo haría si fuera más fácil no preocuparme por ti! —gritó por culpa de la decepción.

Cuando Naomi escuchó la contestación de Elian, su llanto se hizo más fuerte. Su inseguridad había arruinado la pequeña amistad que había nacido entre ellos. Se sentía egoísta por haber pensado solo en ella, sin darse cuenta de que sus acciones estaban afectando el ánimo de Elian. No sabía cómo solucionar el problema que había causado. Estaba segura de que las disculpas no serían suficientes. La única solución que veía era salir corriendo de allí, pero también era darle la razón una vez más. Aún no entendía cómo los hechos del pasado la seguían torturando. Cada día dudaba más de su creencia, dándose cuenta de que jamás podría enfrentarse a los problemas. Por más que deseaba con todo su corazón ser feliz y más fuerte, ya no sabía cómo lograrlo. Las veces que lo había intentado volvían a lastimarla sin razón. No podía dejar de llorar, menos al ver que su peor pesadilla se había hecho realidad. La convivencia se estaba viniendo abajo y no quería que Elian se alejara. Era su pilar, aunque no se lo dijera. Si él se iba, nunca más sanaría la herida.

Elian tampoco se sintió bien. Por segunda vez volvía a lastimar a la persona que más apreciaba en el mundo. Tendría que haberse dado cuenta de que Naomi no se comportaba así por capricho. Sin embargo, había arruinado su felicidad al romper una promesa en miles de pedazos.

La había hecho llorar y no tenía perdón.

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