|Capítulo 2|
Steven llegó a su habitación, dejando caer su mochila al suelo y colgando sus llaves a un costado de la puerta. Caminó a paso lento, dejándose caer sobre la cama. Tomó su teléfono móvil, revisando si tenía algún mensaje o llamada de su padre, pero no había nada.
No sabía si era decepción o resignación, pero fuese lo que fuese, sentía que él no era importante para su padre. Desde hacia varios días que prácticamente no se hablaban por los distintos horarios que tenían en sus vidas.
Suspiró derrotado. Se dirigió hasta donde había dejado su mochila, sacando su cuaderno de Genética, para luego hurgar en los bolsillos de su chaqueta que aun no se quitaba. Tomó entre sus manos el paquete blanco y lo observó por un momento. A lo mejor Adam tenia razón, no las necesitaba, pero si no lo hacía, no alcanzaría a estudiar todas las materias...Mas aún cuando tenía tres exámenes esa semana. Dejó aquellos medicamentos sobre la mesita de luz, se incorporó y quitó su chaqueta, para luego dirigirse al guardaropa y sacar una musculosa negra y un pantalón de tela del mismo tono, y así cambiarse de ropa.
Ya con ropa cómoda, se dirigió a su escritorio y encendió la lámpara que había sobre la mesa. A pesar de que aún faltaban algunas horas para anochecer, los cálidos rayos anaranjados no alcanzaban alumbrar su lugar de estudio. Se sentó y abrió su cuaderno, para luego abrir uno de los gabinetes de su escritorio y sacar una hoja en blanco. Comenzó a trazar un mapa conceptual, para así estudiar de mejor manera, a la vez que leía las notas de su cuaderno. En ese momento de mayor concentración, su teléfono móvil comenzó a sonar; arrugó el ceño a la vez que se giraba en la silla y tomaba su teléfono; sin ver quién llamaba, contestó.
—Hola—contestó de forma distraída.
—Hola Steven—dijo una voz femenina del otro lado.
Mcfadden al escucharla la voz, dejó de escribir y levantó su mirada aun con el ceño fruncido.
—¿Qué quieres Michelle?, estoy ocupado ahora—respondió de forma fría.
—Pensé que podríamos hablar, ya sabes, arreglar las cosas...
—¡No!—Se levantó de forma brusca—¿Acaso se te olvida?, lo de nosotros siempre fue sexo, solo eso, Michelle. Tu decidiste terminarlo por que...según tus palabras, no te sentías cómoda. Y bien, respeto tu decisión. Ya no hay vuelta atrás.
—Steven, tengo sentimientos verdaderos hacia ti te...
—Sentimientos—rió de forma fría—¡Por favor! Nadie te creería algo así. ¿Sabes lo que hablan de ti, el mundo varonill?—nada se escuchó del otro lado, salvo la respiración de ella—Me lo supuse—sonrió
—Eres un idiota, Mcfadden.
—Entonces no me llames, cariño—ironizo y colgó la llamada.
Arrojó su teléfono a la cama y suspiró. Michelle siempre le arruinaba sus momentos de estudios. Arrugó el ceño y se dirigió a la mesita de luz, abrió el cajón y sacó una de las píldoras que Ivanov le había entregado. La observó por un momento, analizando si debía o no seguir con aquello, hasta que se la llevo a la boca, dirigiéndose al baño para tomar un poco de agua. Ya al tragarla, se dirigió a su escritorio y siguió leyendo y creando su mapa conceptual; aún quedaba mucho por estudiar, lo bueno es que la noche recién comenzaba.
A la mañana siguiente sentía todo su cuerpo adolorido, levanto su cabeza percatándose que se había dormido sobre el escritorio, su cuaderno y mapa esparcidos por la mesa. Y solo ocupando sus brazos como almohada. Se enderezo poco a poco, masajeo su cuello arrugando el ceño, busco su celular con la mirada , al encontrarlo, se levanto de la silla y lo tomó. Visualizó la hora y pudo percatarse que eran las seis y cuarto de la mañana y con aquello suspiró aliviado. Solo se había dormido una hora. Ordenó rápidamente su cuarto, para luego sacar ropa limpia y dirigirse rápidamente al baño.
Los pasillos de su estancia estaban silenciosos, y agradeció que aún todos estuvieran durmiendo. Entro al baño y se deshizo de su ropa rápidamente, dejo que el agua caliente callera por su cuello y seguir su recorrido por su espalda. Se masajeo un poco el cuello, para así bajar el dolor por haberse dormido sobre su escritorio. Estuvo varios minutos, hasta que, giró y terminó de ducharse por completo.
(...)
Aun tenía tiempo de sentarse en su lugar favorito del *Balliol College, era en una banca cercano a uno de los árboles, en donde podía observar a todos quiénes transitaban por el lugar, puso sus lentes de sol para disimular sus ojeras y sus manos se escondieron en los bolsillos de su abrigo negro. Estuvo por algunos minutos observando el extenso jardín, hasta que una chica, se sienta a su lado.
Mcfadden giró su cabeza y arrugo levemente el ceño, nunca la había visto antes. Su piel era blanca, cabello negro y ojos azules, los cuales eran muy llamativos. Ella llevaba el uniforme que Oxford exigía para ocasiones importantes. La chica lo observó por unos segundos, para luego rápidamente desviarla a sus pies, a la vez que movía nerviosamente una de sus piernas.
—¿Novata?—preguntó él con voz ligeramente mas ronca de lo normal. La chica lo observó confundida—Lo digo por tu vestimenta.
—Oh, si—asintió ella un poco avergonzada —hoy es la ceremonia de matriculación.
—Tranquila, la ceremonia solo es eso. —se encogió de hombros— La universidad de Oxford le gusta dar este tipo de bienvenidas, para así, asegurarse que siempre seremos parte de esta institución—dijo recordando las palabras del decano el año anterior.
—Oh—la chica desvió su mirada y se percató que varios de sus compañeros iban camino a dicha ceremonia. Se levanto de su asiento, no sin antes hablar—Gracias—dijo ella con una pequeña sonrisa.
—Tu...—indicándole el delgado cinto negro de su cuello—haz una rosa, el decano es muy prolijo para eso.
La chica arrugó el ceño y vió que su cinto aun no lo amarraba como corresponde. Trató de hacerlo pero sus manos estaban temblorosas producto del nerviosismo y Steven lo notó.
—Si quieres puedo ayudarte—dijo levantándose y dirigiéndose a ella, pero ella negó con su mirada perdida en el suelo.
—Puedo sola, gracias—respondió despidiéndose con sus mejillas ligeramente sonrojadas.
Steven la observó correr tras sus compañeros, para luego ser abrazada por una castaña, a la vez que le susurraba algo al oído, para luego reír y recibir un golpe en el hombro por parte de la pelinegra.
Mcfadden enarco una ceja, para luego sacar de su bolsillo su teléfono móvil, al ver la hora. Se apresuró en ir a clases. Corrió por los jardines, hasta su lugar de destino, esquivando algunos alumnos que se encontraban caminando a paso lento por el lugar. Al llegar, el profesor recién hacía entrada junto a sus compañeros. Sonrió por un momento a la vez que trataba de tranquilizar su respiración. Caminó con paso lento, entrando a la clase y fijando su mirada en su lugar favorito para sentarse, pero ya estaba ocupado. Arrugo el ceño al ver de quién se trataba. Había olvidado por completo que ese día tendría clases con ella. Paso por su lado y Michelle lo tomo del brazo, pero él de un solo movimiento, lo apartó de sus manos y siguió caminando hasta la última fila junto a Adam.
—¿Aún quiere volver?—preguntó Adam con su mirada fija en su amigo, quién se sentaba a su lado. Byrne había presenciado todo.
—Anoche me llamo, se lo deje en claro pero... Creo que no fue suficiente—arrugó el ceño a la vez que apoyaba su mentón sobre sus brazos.
—Oh cierto—dijo Adam buscando en su mochila para entregarle una bolsa de papel café. Steven lo observo extrañado—No te ví en el desayuno—aclaró guiñándole un ojo.
—Gracias—murmuró abriendo la pequeña bolsa y ver que dentro había un sandwich de queso y jamón, el cual comenzó a comer cada vez que el profesor les daba la espalda para escribir en el pizarrón algunas palabras claves.
La clase comenzó sin contratiempos y Mcfadden al momento de escuchar hablar al profesor levantó su cabeza y se concentró en la clase. Fisiología era una de sus favoritas, aprender sobre las funciones vitales de un organismo sano.
El ser el primero de las clases le gustaba, todo lo que fuera reconocimiento por sus logros, lo hacia feliz y por ello, sus relaciones de pareja debían de tener ese componente. Si, Steven Mcfadden buscaba admiración mas que afecto. Pero la mayoría de las chicas sucumbían ante él, confundiéndose o creyendo que tarde o temprano les daría amor, cariño; siendo que desde un principio les deja en claro que solo sería diversión y satisfacción.
Al término, Adam y Steven salieron de clase de forma rápida para llegar a tiempo a la siguiente. Caminaron a la vez que saludaban a algunos conocidos por los pasillos, hasta que llegaron al final y pudieron ver que varios estudiantes rodeaban el tablero de anuncios.
—De seguro son la fechas de los exámenes trimestrales—habló Adam observando desde lejos—No entiendo por que tanto alboroto.
—¿Bromeas?—inquirió Ivanov quién salía entre el tumulto de estudiantes, acercándose a ellos y chocando sus puños en forma de saludo—La fiesta de nuestra facultad ya tiene fecha.
—¿En serio?—inquirió sorprendido Byrne a la vez que los tres comenzaban a caminar hacia su próxima clase.—¿Cuándo es?
—En dos semanas—respondió el chico de ascendencia Rusa—¿Han visto a las novatas que llegaron?
—Son...sexys, muy sexys—dijo Adam asintiendo—¿Qué opinas Steven?—preguntó observando a su amigo
—Son lindas—asintió recordando a la chica de pelo negro—pero..., no lo sé, creo que se avergüenzan demasiado cuando uno les habla.
—¿Avergonzarse?—inquirió extrañado observando a su amigo para luego fijar su mirada en unas chicas de primer año, que le sonreían de forma seductora—No lo creo.
Steven al ver aquello, rodó los ojos y negó lentamente, a la vez que Ivanov los observaba divertido.
—Bueno, no todas las chicas son así—aclaró Steven—hay algunas sexys y... lindas sí, pero con una personalidad que difiere de lo que se ve físicamente.
—Pero que profundidad, Mcfadden—dijo Ivanov—en el buen sentido de la palabra—aclaró al ver los rostro de Adam y Steven con miradas de doble sentido, para luego reír.
—Espera—dijo Adam cuando las risas se apagaron. Se detuvo de forma abrupta y observó a su amigo sorprendido, quién lo observaba a una corta distancia—¡Conociste a una novata!—exclamó Byrne
—¿Qué?—inquirió con tono sorprendido William Ivanov—¿Es cierto?
—Oigan... Lo preguntan como si fuera un logro o algo así—Arrugo el ceño, a la vez que comenzaba a caminar—Si—confirmó—y mas que conocer a la novata, solo la estaba tranquilizando. Hoy es la ceremonia de matriculación—les recordó.
—¿Cómo se llama?, ¿Es guapa?—preguntó Adam levantando y bajando sus cejas de forma rápida.
—Ya les dije—respondió con voz cansina—solo la tranquilice, ni siquiera le pregunte su nombre—se encogió de hombros.
—Bueno, de seguro la vuelves a ver—habló Ivanov—entonces...¿Tu y Michelle?—Mcfadden lo observó sin comprender—Bueno, ya sabes...
—Para nada, Ivanov—aclaró rápidamente—,Puedes hacer con ella lo que quieras—respondió con tono frío.
Los tres chicos caminaron hasta la siguiente clase, a la vez que bromeaban entre ellos y se empujaban para luego reír estrepitosamente, provocando que algunos profesores de mayor edad, los observasen de forma reprobatoria con el ceño muy fruncido, lo cual causaba muchas mas risas en los tres alumnos de medicina.
Al llegar a su clase, se percataron que el profesor aun no llegaba, permanecieron de pie observando los jardines y a algunos alumnos de otras carreras que se encontraban en los jardines estudiando. Steven por su parte, pensaba que a pesar de todo, aún tenía amigos que hacían que su vida no fuera tan solitaria como lo era en las vacaciones.
Nota
Balliol College es como una residencia en donde los alumnos duermen, comen , se preparan para los examenes y hacen vida social . La universidad de Oxford, tienen en total 38 College y el Balliol es uno de ellos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro