El día de la final de la Cuppers había llegado, y Steven estaba mucho mas nervioso que de costumbre. Desde aquel acontecimiento con las anfetaminas, sentía que lo observaban por cualquier cosa que hiciera y eso lo tenía nervioso y algo sobrexaltado. Trató de relajarse cerrando los ojos por un momento y soltando el aire que había retenido en sus pulmones, él no era de estar nervioso, pero ahora que era capitán del equipo de rugby, sentía la necesidad de hacerlo perfecto.

Abrió los ojos y pudo ver que sus amigos y su novia lo observaban preocupados. Steven los observó y arrugó el ceño sin comprender el por qué de sus miradas.

—¿Qué?—espetó para luego beber un poco de su jugo de naranja sin quitar su mirada de ellos.

—¿Estas bien?—murmuró Samantha.

—Claro, ¿Por qué no lo estaría?

—¿Y lo preguntas?—habló Ivanov soltando una risa irónica.

—Si quieres puedes retirarte, Ivanov.

Desde que habían tenido la pequeña discusión, la relación entre Steven y William había quedado algo fragmentada. Y es que el rubio nunca era de disculparse, jamás lo había hecho. Para él el hacerlo requería que toda su dignidad se fuera al suelo, y eso no estaba en la mente de McFadden.

—No lo haré. Lo sabes.—mordió una de sus tostadas con brusquedad, sin dejar de observar a su amigo.

—Como quieras. Y para su información—dijo acercándose a Adam y Samantha a la vez que Ivanov lo hacía levemente-No he consumido nada.—agregó en voz baja.

McFadden se levantó de su puesto, tomó su pequeño bolso y se retiró del comedor no sin antes besar los labios de Samantha. Caminó hasta la salida entre las atetas miradas de algunos estudiantes y una que otra exclamación del tipo: «Suerte McFadden», «La copa es nuestra», «Nos vemos en el partido».

Siguió su camino con su cabeza en alto y una pequeña sonrisa arrogante. Amaba la atención que tenía de sus pares y por qué no, de sus profesores también. Aquello le demostraba que él era importante y el mejor, aunque su padre bien poco le importase y a la mujer que le dio la vida, le valía nada lo que sucediese con él. Arrugó el ceño ante el recuerdo de su progenitor y progenitora, no sabía por qué ellos habían invadido su mente.
Movió su cabeza de lado a lado para que los recuerdos se disiparan, su mente volvió a conectarse con lo que sucedía a su alrededor y pudo percatarse que había llegado al lugar donde se llevaría a cabo el partido.

Visualizó las gradas las cuales poco a poco comenzaban a llenarse de público. Caminó hasta los vestidores y pudo percatarse que ya todos se encontraban ahí.

—¡Buenos días equipo!—dijo a la vez que caminaba hasta su casillero y dejaba caer su bolso al suelo.

—¡Buenos días capitán!—respondieron al unísono.

Steven sacó rápidamente su pantalón y jersey de la selección de rugby quedando solo con la camiseta y pantalón corto. Dobló todo aquello, para luego abrir su bolso y sacar sus zapatillas que utilizaría en el partido, junto a su protección bucal. Guardó todo y cambió su calzado. Ya listo, observó a su equipo por un momento en el cual las miradas poco a poco se posaban ante él.

—Hoy es el gran día equipo-comenzó hablar el rubio—hoy no se permiten errores, ni improvisaciones-dijo observando a nadie en particular—Hemos entrenado durante todos este tiempo para este día, y no permitiré que lo echen a perder. ¿Entendido?

—¡Si capitán!

—Debemos hacer reconocimiento de cancha, y aprovecharemos de calentar. ¡Andando!

Los dos equipos estaban preparados para comenzar, el cielo estaba nublado y el viento soplaba a ratos con intensidad. El clima ya no era tan cálido, ya que el otoño estaba en su máxima expresión, esperando que el invierno arribara. Los dos equipos solo esperaban que el arbitro hiciera sonar el silbato y el partido diera comienzo.

El silbato sonó y el equipo de Cambridge quién tenía el balón, comenzó el juego. Steven observaba como uno de sus compañeros corría hacia el balón, tomándolo en el aire y comenzando a correr. Rápidamente uno de los rivales, desesperado por alcanzarlo e impedir que sumara puntos de forma tan rápida, causo una falta. El silbato no se hizo esperar y todos los jugadores dejaron de correr. Steven se acercó con otros compañeros de su equipo a la ve que el árbitro se posaba a un costado de la cancha junto al equipo rival para realizar el *scrum. McFadden se situó al centro de su equipo, todos se abrazaron y flexionaron las rodillas, dejando solo a la vista sus espaldas. Comenzaron hacer fuerza para que el equipo rival no pudiera alcanzar el balón a la vez que Steven con una de sus piernas trataba de tocar el balón hacía atrás, hasta lograrlo.

El juego se reanudó y todos volvieron a sus posiciones. Esta vez Oxford tenía el balón y Steven realizo el lanzamiento en el line out. Mcfadden observo como el balón siguió el trayecto hasta sumar otro punto. El juego siguió su curso sin ningún problema, en el transcurso de los minuto, Oxford ya comenzaba a sumar puntos para su equipo. Steven observaba a su equipo quienes daban todo de si para que la copa fuera de ellos.

El balón cayó en sus manos y comenzó a correr rápidamente, pero fue alcanzado por uno de los jugadores de Cambridge quien lo derribó, junto a un pequeño grito de McFadden. Steven sintió como si le estuvieran desgarrando el músculo de su pierna izquierda desde su muslo hasta poco antes de llegar a la rodilla. El jugador que lo había tacleado no se percató de ello, hasta que dejó a McFadden para que se levantará lo cual no hizo y solo apretaba los dientes y el ceño. El arbitro detuvo el juego y corrió hasta el rubio, percatándose del desgarro en la pierna izquierda. Hizo una seña y permitió que los paramédicos del equipo de Steven, le dieran los primeros auxilios.

—En una escala del uno al diez, ¿Cuál es tu nivel de dolor?-preguntó uno de los auxiliares médicos mientras que el otro sacaba una vendas para darle un poco de frío al músculo.

—Ocho...—respondió cerrando los ojos y arrugando el ceño.

—Con la venda, sentirás un poco de frío en la zona. —Steven solo asintió, aun con el ceño fruncido y la mandíbula apretada.

—¿Puedes levantarte?-preguntó el segundo auxiliar médico.

—Eso creo...

Steven trató de incorporarse con ayuda de los médicos pero al pisar su pierna se resintió y cojeo, siendo tomado por uno de los hombres por la cintura. Uno de ellos pidió ayuda para llevar a Steven hasta las bancas.

—¡Mierda!—exclamó al ver que un carrito tipo golf llegaba hacia ellos. Steven se sentó con un poco de ayuda en la parte trasera junto a uno de los médicos y el otro en el asiento de copiloto—justo ahora—murmuró.

Poco antes de llegar a las bancas, visualizo a sus amigo y a Samantha quienes lo observaban con semblante preocupado. Steven desde la distancia movió sus labios pronunciando desgarro con lo cuál Adam y William lo observaron resignado.

(...)

Para satisfacción de Steven su equipo había ganado la Cuppers, habían conseguido aquella preciada copa y que con tanto esfuerzo habían logrado obtener. Lastima que para el rubio, no pudo estar en la totalidad del partido, ni mucho menos celebrar como le habría gustado.

—Cambia la cara, McFadden. Piensa que el desgarro fue por una buena causa—Dijo Markus quién se encontraba junto a Steven en el bar The White Horse. El local era uno de los bares mas populares de Oxford, tanto así, que a sido ocupado para películas y series de televisión.

Steven lo observó como si hubiera dicho algo estúpido. Lo observó por varios segundos sin decir palabra alguna, se cruzó de brazos y ladeó un poco su cabeza ante lo cual, Markus sonrió con nerviosismo. No tenía una amistad cercana con McFadden, pero ya sabía leer algunas señales corporales del rubio.

—¿Crees que el estar aquí en el bar, en este sofá con la pierna recostada, es celebrar?—espetó.

Markus lo analizó por un momento y bebió de su cerveza para luego decir:

—Si tienes razón. —asintió con semblante pensativo —pero como dije, fue por una buena causa. Además -abrazó por la cintura a Rose quién llegaba hasta donde se encontraban ellos. Se sentó en las piernas de Phelps y Steven solo hizo una pequeña mueca. —Ya estamos cerca de los exámenes finales, tampoco es que no tengas tiempo de recuperarte del desgarro. -Agregó para luego besar la mejilla de Rose quien sonrió.

Markus y Rose tan solo llevaban dos días de haber formalizado la relación y con ello, las muestras de afecto aumentaron un poco mas, llegando a ser demasiado dulce par cierto rubio, quién solo imploraba al universo nunca ser ese tipo de hombre junto a Samantha. Steven desvió su mirada de aquella escena y la fijo en la barra. Estaba llena y desde el lugar donde él se encontraba, no podía ver a Samantha. Bufó y arrugó el ceño tratando de incorporarse pero una mano se poso en su hombro y lo detuvo.

—¿A dónde crees que vas?

—Iba por ti, estabas tardando demasiado.

Samantha sonrió y se sentó junto a Steven. Le acarició la mejilla y acercó su rostro para luego besarlo. El rubio correspondió el besó de forma tranquila, pero también dejando en claro que él era quién llevaba la relación.

Poco a poco sus rostros se fueron distanciando pero sus ojos permanecían cerrados, como si ninguno de los dos quisiera despertar de un sueño. Steven fue el primero en abrirlos, observo a Samantha quién comenzaba abrir sus ojos de forma lenta. Ella le sonrió y él le devolvió el gesto con una sonrisa de suficiencia.

—Ya dejen de observarse así, ¡Que asco!—exclamó Adam entre risas junto a Ivanov y una mujer.

Steven arrugó el ceño y lentamente giró su cabeza en dirección a su amigo. Fijó su mirada en Byrne y luego la desvío a la mujer junto a Adam y William. La observó detenidamente, provocando cierta incomodidad en ella. McFadden volvió a observar a Byrne y enarcó una ceja en señal que le explicase sobre la mujer.

—¿Quien es tu amiga, Byrne?—preguntó Markus al percatarse que Adam traía acompañante.

—Ella es Andrea—respondió con una media sonrisa-Andrea Garfield.

—Hola—saludó la castaña levantando una de sus manos en señal de saludo-un gusto conocerlos.

—Ahora comprendo muchas cosas, Byrne—hablo Ivanov sonriendo y provocando que Adam, extrañamente se pusiera nervioso.

Steven observó a su amigo de forma inquisitiva, nunca se ponía nervioso cuando uno de ellos molestaba a Adam con alguna de sus conquistas. Pero ahora que lo recordaba, Byrne nunca presentaba a sus conquistas, ni menos en un lugar público como ese. Mcfadden se acomodó en su lugar y un media sonrisa apareció en su rostro.

—Me alegro que tengas a alguien por quién preocuparte, Byrne.

—¿Qué?

—Sabes a lo que me refiero.—levantó ambas cejas.

Adam se tensó y trató de disimular su nerviosismo bebiendo de su cerveza. Samantha junto a Rose y Markus observaban la escena expectantes; mientras que Ivanov hablaba con Andrea quienes no se percataban de lo que estaba sucediendo a su alrededor.

—Es una amiga—respondió sentándose frente a Steven, el rubio mantenía una sonrisa de suficiencia—es solo una amiga...

—Supongo que estarás perdiendo tus encantos.—dijo a la vez que bebía de su cerveza y acariciaba de forma distraída la mano de Samantha, quién se encontraba a su lado-tu no tienes amigas...

—Cierto, pero creo que ella es distinta—sus dedos comenzaron a jugar con el borde de su botella de cerveza—, tanto que estudia en Cambridge.

—¡Por Dios!, fraternizas con el enemigo—exclamó Markus en tono teatral.

Samantha y Rose lo observaron con reproche, mientras que Steven solo reía al ver a su amigo avergonzado por la situación.

—Andrea no es como todos los demás estudiantes de Cambridge.

—Y la defiende—dijo Markus observando a los demás sonriendo.

—Tendrás las vacaciones para salir de la zona de amigos. Por que, claramente estás dentro.—dijo Steven observando fijamente a su amigo.

Steven pocas veces se equivocaba, mas aún cuando se trataba de sus amigos. Adam le atraía la chica, tanto así qué había decidido presentarla ante ellos. Ahora si Byrne quería ir mas allá con ella, debía de jugársela por completo.

Nota:
Scrum: Es un medio de reiniciar el juego despues de una falta. . El scrum sirve para concentrar a todos los forwards y las mitades del scrum en un lugar del campo.

(Fuente: https://passport.worldrugby.org/?page=beginners&p=12 )