|Capítulo 1|
Steven se sentía cansado, la noche anterior había tenido una "pequeña" discusión con la que hasta ese entonces era su pareja, pero ya le daba igual, de todas formas aquella "relación" no tenía futuro. Sus parpados le pesaban, después de aquel acontecimiento, tuvo que reanudar su informe. Si ella no le hubiera comenzado a reprochar, él habría terminado mucho antes su informe, y así habría tenido tiempo para dormir y no estaría bostezando ni haciendo un esfuerzo por no dormirse en clases del señor Akinnon.
Apoyó su cabeza sobre su puño izquierdo, a la vez que sus ojos se cerraban lentamente, pero el codazo de su compañero hizo que se sobre saltara. Lo observó con el ceño fruncido para luego suspirar y murmurar un gracias.
La clase seguía su curso, el señor Akinnon mostraba una proyección a la clase de....Algo sobre fracturas o contusiones. Steven sinceramente ya no tenia idea de lo que se estaba hablando a esas alturas. Observó la hora en el reloj de pared, solo faltaban cinco minutos, y luego tendría dos horas de descanso, los cuales los aprovecharía para dormir.
El señor Akinnon apagó la proyección y fijo su mirada en el reloj. Buscó en su bolso y comenzó a llamar uno por uno a sus alumnos, estaba entregando los resultados del examen que habían tenido hace ya casi tres semanas y para el cual, Mcfaddden había leído lo suficiente.
-Mcfadden -lo llamo el profesor.
Steven rápidamente levantó su cabeza. Fijó su mirada en su profesor quién lo observaba sin expresión alguna. Caminó hasta la mesa del hombre mayor y tomó la hoja de aquel exámen; al ver la calificación, sintió como si toda preocupación se disipara rápidamente.
-Lo felicito señor Mcfadden. Obtuvo la calificación mas alta.
-Gracias señor -respondió él con una pequeña sonrisa.
Giró sobre su eje y caminó con orgullo hacia su puesto. Se dejó caer en la silla al mismo tiempo en que su compañero y amigo Adam Byrne, le quitaba la hoja y leía rápidamente el examen de su amigo.
-¡Mierda Mcfadden!, eres una puta maquina -exclamó Byrne en voz baja -En serio, ya dime ¿Cuál es tu secreto?
-Estudiar Byrne, estudiar. -respondió con tono somnoliento, a la vez que reprimía un bostezo.
-No mientas -le recriminó en tono de broma fijando su mirada en él -tu no estudias, lees.
-¿Cuál es la diferencia? -inquirió enarcando una ceja, pero consiguiendo una mueca por su semblante cansado -es igual ¿no?
-La diferencia, amigo mío -comenzó a decir Adam, a la vez que todos salían de la sala y solo algunos oían al profesor decir próxima clase, habrá un pequeño examen. - es que tus lecturas traen beneficios. En cambio las mías solo me ayudan con lo justo -arrugo el ceño al recordar su calificación en el examen -En verdad, no entiendo al profesor. Pide que describes una cosa, pero luego te dice que esta mal. Yo creo que me odia.
Steven lo observo extrañado. Su amigo muchas veces exageraba las cosas, el año que llevaban conociéndose, Byrne trataba de hacerse la víctima con los profesores para asi conseguir mejores calificaciones. La mayoría de las veces le resultaba y cuando no, exageraba diciendo que lo odiaban.
-Deberías estudiar a conciencia y no mientras observas a las chicas en la biblioteca, Byrne-respondió Steven tomando su mochila y saliendo de la sala que ya estaba vacía.
-No es mi culpa que este año llegasen chicas guapas-Sonrió y le guiño un ojo a un grupo de chica que se encontraban conversando en el pasillo.-No es por nada, pero deberías descansar-agregó observando a su amigo. Su rostro estaba mucho mas pálido de lo habitual, ojeras marcadas y mirada prácticamente perdida-Te ves horrible
-¿Eso crees?-ironizó Steven observando de forma seria, para luego poner sus lentes de sol negros-Iré a dormir a la sala de primeros auxilios.
-¿A la sala de primeros auxilios?, esa sala siempre esta...
-Cerrada, pero tiene una trampa para abrirla. Creo que eso lo sabes, es allí donde follas con tus conquistas, ¿No?-sonrió de lado. Al ver el semblante de sorpresa de su amigo , agregó-Si, ya se que es allí a donde vas, cuando te pierdes una o dos clases
-Solo...No se lo comentes a nadie, Steven.-Respondió Adam con tono preocupado-Nadie mas lo sabe-agregó alzando sus cejas
-Tu secreto esta a salvo conmigo-le guiñó un ojo-ahora si me disculpas... Ire a dormir durante estas dos horas de descanso-dijo caminando en dirección opuesta a su amigo, pero se detuvo de forma abrupta-¡Adam!, casi lo olvido. Ni se te ocurra ir a follar durante estas dos horas. En serio necesito descansar-agregó con tono de advertencia hacia su amigo, quien solo lo observaba con el ceño fruncido y asintió.
(...)
Aquellas dos horas de descanso habían sido suficiente para volver a tener su mente mas activa. Salió de la sala de primeros auxilios y se dirigió a la cafetería. Necesitaba urgente un café para despertar por completo. Al llegar, pidió un café expresso sin azúcar pagó y comenzó a caminar observando su teléfono móvil, sin prestar mayor atención por donde caminaba, hasta que choco con una persona, derramando un poco de café al suelo y quemándose la mano levemente.
-¡Mierda!-exclamó él guardando rápidamente su teléfono móvil en el bolsillo de su chaqueta para tomar su café con aquella mano y sacudir su mano accidentada.
-¿Estas bien?, disculpa. No te vi, iba escribiendo un mensaje de texto...
-No esta bien, yo de igual manera iba distraído-Sonrió de lado hacia la chica de cabello pelirrojo-Disculpa, debo irme.
Steven camino a paso apresurado. Tan solo quedaban diez minutos para que comenzara su última clase del día. Diez minutos en los cuales se demoraba en llegar desde la cafetería a la sala designada para aquella clase. Al llegar, Adam se encontraba conversando con una de sus compañeras de clase. Steven se apoyo sobre la fría pared de concreto y bebió de su café observando por las ventanas del corredor los jardines de la facultad de Medicina.
El profesor de Genética llegaba de forma apresurada. Hizo entrar a todos los alumnos, para luego cerrar la puerta del pequeño auditorium.
Steven se dirigió a uno de los puestos del medio, lugar que siempre escogía, ya que tenía mejor acústica. Dejo su bolso a un lado de su puesto y visualizo que Adam se había sentado en los últimos puestos de arriba junto a la chica de hace un momento. Mcfadden rodo los ojos y volvió a fijar su mirada hacia el profesor.
-Disculpa Mcfadden, ¿Puedo sentarme aquí?
Steven fijó su mirada en quién le hablaba. Era Zoey Anderson, compañera de generación y una de las mejores estudiantes, después de él. El rubio asintió ante la pregunta y volvió a fijar su mirada en el profesor, no sin antes, sacar de su mochila su cuaderno y lápiz.
La clase comenzó sin mayores preámbulos. Steven escuchaba atentamente, sin percatarse que su compañera lo observaba de vez en cuando. Eran miradas fugaces que denotaban curiosidad por él y por su cuaderno en blanco.
-¿No tomas apuntes?-susurró Anderson acercándose un poco a él-Genética es importante.
Pero Steven solo levantó su mano derecha en señal de que se callara y lo dejase escuchar. Cuando el profesor se detuvo por un momento para tomar un poco de agua de su botella, Steven habló sin desviar su mirada del frente.
-Por si no lo habías notado, Anderson. Lo que dijo el señor Harrington, fue un recordatorio de la clase pasada. -respondió con semblante serio-deberías aprender como se desenvuelven los profesores en sus clases.
-¿Para qué?, yo estudio medicina no pedagogía.
-Si, esta claro. Pero de esa forma no harías preguntas estúpidas.
La chica lo observo ofendida, arrugo el ceño y fijo su mirada hacia el profesor quién comenzaba a explicar las imágenes proyectadas. Steven sonrió de forma altanera y volvió su completa atención a su última clase del día.
Como lo había dicho Anderson, la asignatura de Genética era importante como todas las demás asignaturas, obviamente. Pero para Mcfadden aquella era la mas aburrida a su gusto, aunque no por ello, dejaba de prestar atención.
Bebió por completo de su café y dejo su vaso a un costado de sus pies. Siguió tomando apuntes y haciendo pequeños esquemas que le ayudaban a comprender de mejor manera el tema hablado. Destaco algunas palabras claves y siguió escribiendo sin dejar de observar a la proyección que se estaba explicando.
El término de la clase llegó de forma rápida y Steven comenzó a guardar sus cosas de forma rápida. Se colgó la mochila sobre un hombro y tomo su vaso de café para arrojarlo al basurero de la entrada, pero antes de que pudiera salir del lugar, Adam lo detuvo.
-¡Steven!¿ No ibas a esperarme?-preguntó el rubio con tono sorprendido.
-¿Para qué?, si estabas en buenas manos-respondió con falsa inocencia para luego reír. Comenzó a caminar junto a Adam.
-¿Buenas manos?-arrugó el ceño-es linda si, pero para nada de agradable
-Como si eso te importara a la hora de tener sexo-respondió entre risas-Además...-se detuvieron por un momento y Mcfadden comenzó a buscar con la mirada a la chica con la cual estuvo Adam, hasta que la visualizó-Es atractiva y...Si la quieres solo para satisfacerte, no esta mal-respondió para luego fijar su mirada en su amigo, quién le devolvió la mirada con una media sonrisa.
-Tienes razón.
Los dos comenzaron a caminar, hablando de todo y nada. Hasta que por segunda vez hicieron que Steven se detuviera.
-¡Mcfadden!-un chico de cabello castaño y ojos verdes corría hacia él.
-Y ahora que...-murmuro él a la vez que Adam reprimía una risa. Los dos se detuvieron y giraron para ver de quién se trataba.
-Ivanov-respondió con voz cansina.
William Ivanov compañero de generación de Adam y Steven. Un chico de cabello castaño y ojos verdes. Físicamente corpulento que atemorizaba algunas personas, pero que tenía una mirada cálida.
-Byrne-alzó las cejas el castaño en forma de saludo y volvió su mirada a Steven-Tengo lo que me pediste, Mcfadden-agregó acercándose un poco mas a Steven y bajando el tono de voz.
-Ah, eso. Humm...-observó que Ivanov sacaba un pequeño paquete blanco y de lo entregaba de forma discreta. Steven lo tomo y lo guardo rápidamente en su bolsillo-No te preocupes por él-respondió refiriéndose a Adam, a quién el castaño observaba con desconfianza.
-Adam ya lo sabe.
-Ho, en ese caso hazle probar-le guiñó un ojo-van dos de regalo-respondió apuntando con su dedo hacia el bolsillo de Steven, para luego alejarse de ellos.
Los dos amigos siguieron su camino hasta la salida de la Universidad y siguieron caminando hasta un parque cercano. Steven se sentó en una de las bancas del lugar y saco aquel paquete blanco de su bolsillo. Examinó el contenido, y contabilizó la cantidad de tabletas, para luego sacar dos y entregárselas a Adam.
-Son para ti-respondió Steven tendiendo su mano hacia su amigo.
-¿Aun sigues utilizándolas?-inquirió su amigo con el ceño fruncido-¿Sabes que si abusas de esto...
-Se las consecuencias-respondió rápidamente él-Pero sin ellas, difícilmente podría estudiar, Adam.
-Hey, te diré algo-Adam tomo a su amigo por los hombros y lo observo con semblante serio-Tu sin ellas, seguirías siendo el mejor de la generación. Steven, tuviste la calificación mas alta, ¡Por Dios!-sonrió-No necesitas dejar de dormir, para alcanzar tus metas.
-Es que no necesito ser el mejor de la generación, Adam-arrugó el ceño-DEBO ser el mejor alumno, que haya pisado Oxford.
-Tu padre ya esta orgulloso de ti-argumentó Adam
-No seguiré hablando de este tema contigo. Debo irme Byrne-fijó su mirada en una de las manos de su amigo, quien mantenía las dos tabletas en una de sus manos-Guárdalas, no son para nada de económicas.
-Te las aceptaré, solo por que debo estudiar para los tres exámenes de esta semana.
Steven rodó los ojos y negó con la cabeza. Se levantó de la banca y estrecho su mano con la de su amigo, murmurando nos vemos mañana. Caminó con sus manos entre sus bolsillos, no sin antes poner sus audífonos en sus oídos para luego poner play a la lista de reproducción de su teléfono móvil.
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