🔹Capítulo 4🔹
Junji iba en moto por la autopista. Pudo haber cogido también el auto pero dependiendo de su humor a veces cogía la moto. Además, a las chicas en la universidad siempre les gusta verlo en la moto. Por comentarios que le hacen llegar, es más sexy así.
Él disfrutaba los días de primavera porque el aire era muy fresco y bueno para la piel. En la autopista se deleitaba viendo los hermosos árboles de cerezos que vestían las calles.
Siempre le gustaron esos árboles. Su madre lo llevaba cuando pequeño a jugar al parque y le contaba cuentos divertidos sobre árboles de cerezos mágicos que albergaban hadas de la felicidad.
Junji sabía que eran puras chorradas, pero en esa época, esas estupideces y la cálida sonrisa de su madre lo hicieron inmensamente feliz.
Unos metros más atrás, Jisoo iba en el auto de su madre. Aunque le pidió muchas veces que le dejara manejarlo, la señora Min estaba reacia a la idea porque le preocupaba que tuviera un accidente con el aire o algo asi. Ella era demasiado exagerada.
Pero en este caso, vamos a darle un aplauso a la señora Min, porque si hubiera dejado a su hija conducir, ella que cuando se concentra en algo no hay quien haga que se distraiga, la afortunada pelicastaña no hubiera podido apreciar los hermosos árboles de cerezo a su alrededor y mucho menos, fijarse en el joven de pelo largo que andaba en moto más adelante.
¡Otro aplauso para la señora Min!, porque si ella no hubiera lanzado un comentario despectivo sobre aquel joven que no sabía lo que hacía sobre un trasto tan peligroso, Jisoo no le hubiera prestado tanta atención como le presto, ignorando los árboles de cerezos a su paso.
El semáforo estaba en rojo cuando la moto de Junji se detuvo y por consiguiente, el auto de la señora Min. Uno al lado del otro. Junji con su trasto peligroso, al lado del asiento del copiloto donde se encontraba Jisoo.
La señora Min lo miró con desprecio a punto de decir una palabrota. Aunque ella nunca era de decir ninguna mala palabra porque era una respetada letrista y mujer muy fina.
En cambio su hija no tuvo la misma reacción. Para ella fue imposible no quedarse embelesada por el precioso cabello del joven que sobresalía del casco, por el hermoso e imponente estilo de la moto y sobre todo del chico que de perfil era tan bello como un modelo.
Todo de él la sorprendió, pero su corazón dio un tirón cuando de repente, sus miradas se encontraron. Chocaron. Hicieron corto circuito.
Los ojos de Jisoo claros como avellanas y los penetrantes de Junji, se habían conectado gracias a la señora Min.
……….
El semáforo, ajeno a tal momento cambió de color en un instante y la madre de Jisoo continuó su camino mientras buscaba una respuesta de apoyo de parte de su hija ante sus últimas palabras.
Ciertamente, Jisoo, nunca las escuchó.
Se quedó en silencio mientras más árboles de cerezos ocupaban su paisaje y, su corazón, daba tumbos como loco.
Lo único que pudo hacer en ese momento fue sonreír.
Junji por otra parte, también había recibido un extraño impacto. Cuando su mirada conectó con la de la chica sintió algo en su interior que le resultaba familiar. Sabía lo que había sentido. El apetito sexual había renacido de nuevo.
…………
El auto de la señora Min se detuvo finalmente a unas cuadras de la entrada del campus universitario de Seúl. Cerca había un estacionamiento y se dispuso a dejar ahí su auto para acompañar a su hija a su destino.
A estas alturas, Jisoo no podía hacer más que suplicar que la dejara entrar sola. Claramente sin ninguna respuesta favorable. Sabía que su madre la acompañaría, si fuera por ella, incluso a los baños del instituto.
Cuando su madre sacó el bolso del asiento trasero del automóvil y se retocó el pintalabios, supo que había que darse por vencida.
Aunque eso le preocupaba, no era nada comparado con la extraña sensación que había sentido cuando vio a aquel chico de la motocicleta.
Seguro así era cuando le gusta alguien a otra persona. Cuando sabes que el destino te está poniendo a la persona indicada en tu camino.
Su sonrisa sobresalió un momento pero se esfumó porque sabía que posiblemente nunca lo volvería a ver.
Pero se equivocaba.
Unos minutos después, antes de que ella cruzara la puerta del campus con su madre, sintió el motor de una moto a lo lejos y como un animal que espera cualquier señal de un cazador, ella giró la cabeza hasta encontrar con su mirada al mismo joven que le había hecho latir su corazón.
Sus miradas volvieron a encontrarse y ella supo que era el destino.
Él también la miró y supo que se convertiría en su presa.
***
Uuuuy, recién salidito del horno para ustedes. Por fin estos pendejos van a conocerse. Ahora si está madre se pondrá buena. Es así!
Espero que les guste el capítulo y que todas las Junjibisais o como se escriba. No sé :/
Saludis desde Cuba donde la conexión hace que suba esta verg. a las 3 horas :'D.
Los AMO💜
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