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XXXII: Envidia

(N/t: Recuerden que la salud emocional es algo sumamente importante, algunas personas no le toman la importancia que merece pero siempre busquen ayuda de un experto)

Lys entro tras la azabache al gran castillo, el aroma a madera vieja mezclado con el pino inundo sus fosas nasales, la nostalgia la invadió, había extrañado tanto estar ahí, una de sus mejores experiencias fue dar clases en ese colegio, adoraba ver la cara de los menores llenas de emoción cada que aprendían un nuevo hechizo.

-Iré a hablar con la directora - informo la Black - ¿Vienes o te quedaras a recorrer el castillo?

-Quiero dar una vuelta, lo extrañe...

-Está bien, te busco una vez que termine.

Ambas se sonrieron y Zib desapareció de la vista de la rubia.

Lyssane veía todo a su alrededor, estaba tal y como recordaba, incluso se veía más grande probablemente debido a la falta de alumnos ya que estaban de vacaciones, recorría los pasillos de forma lenta hasta que salió.

La brisa fresca le golpeo el rostro junto con los cálidos rayos del sol, el césped se movía con lentitud, se detuvo cuando llego a la orilla del lago Negro.

El sonido de chapoteo llamo toda su atención y pudo ver como algunas sirenas jugaban entre ellas, se quitó los tacones para sentarse y meter los pies al lago.

Disfrutaba de todo eso se sentía demasiado relajada.

-Pensamos que no volverías - una voz algo chillona la saco de su trance -...teníamos muchos meses sin verte, solo desapareciste sin despedirte.

-Hola - bajo la mirada, el rostro de la semi mujer no era hermoso como las describían en los cuentos muggles, pero a pesar de eso, si las trataban bien eran amables -... yo tampoco creí volver.

-¿Cómo has estado?

-Bien ¿y ustedes? Me sorprende verlas afuera del agua.

-El día estaba hermoso y aprovechamos a salir ahora que no están los alumnos - soltó un suspiro y otras sirenas se acercaron a saludarla, cuando daba clases Lys solía pasar un gran rato en el lago negro para pensar en las noches y gracias a eso logro tener una relación amistosa con ellas -... estaba el rumor que perdiste la memoria ¿Fue cierto?

-Pasaron cosas muy difíciles en estos meses y entre eso si perdí la memoria - explico, una sirena recargo la cabeza en sus piernas, Lys jugaba con su cabello peinándolo formando una trenza despeinada -...pero tuve mucha ayuda para recobrarlos.

-Me alegro ¿Volverás a Hogwarts?

-No lo creo, tienen un nuevo maestro que da la asignatura que yo brindaba, dudo que pueda volver tan fácil.

Se había escrito con la directora McGonagall hace unos días y le informo del nuevo maestro, no se molestó ya que era comprensible que buscaran un remplazo pues los menores no se podían quedar sin alguien que los guiara.

-Es una lástima, eran tan buena maestra y amable, todos te extrañamos - la sirena se alejó -, por cierto ¿qué le paso a tu varita? Esa no es la tuya...

Señalo el pedazo de madera que sobresalía del bolso de Delacour.

-La perdí y desarme a alguien - saco la varita mostrándosela -...no es tan buena, extraño mucho la mía, pero al menos es funcionarle.

-La tuya se adaptaba bien a ti porque tenía cabello de veela - tomo la varita de Lys para verla -...esta no tiene nada de especial que pueda acaparar todo tu potencial.

-Es algo difícil de usar, los hechizos no salen bien, pensaba comprar otra, pero será sin ningún cabello de veela, el mío no funciona porque solo soy cuarta parte.

Soltó un suspiro de tristeza, la sirena sonrió entregándole la varita y sin decir más llevo las manos hasta su húmedo cabello y arranco un largo mechón de color rojizo con destellos dorados.

-No es un cabello de veela, pero el pelo de sirena es un muy buen núcleo.

Le extendió el cabello, Lys pareció dudarlo, pero lo tomo era extraño que una criatura como ella regalara algún pelo con esa facilidad.

-Gracias, enserio.

-siempre fuiste amable con nosotras e inclusive nos traías bocadillos del castillo es lo mínimo que puedo hacer por ti - una mueca que parecía ser una sonrisa se formó en su rostro -...por cierto, Lys, sé que eres veela y puedes ver a veces al futuro, pero toma este consejo en cuenta, no todas las personas en las que confías son buenas...

-¿A qué te refieres?

-No te puedo decir más, pero tenlo en cuenta -se alejó junto con las demás sirenas -. Cuídate, Lyssie.

La rubia iba a preguntar por más, pero una voz a sus espaldas se hizo presente.

-¡¿Lys?!

Giro el rostro para toparse con una mujer rubia con el cabello corto y un pequeño vientre abultado

-¡Hannah!

Lys rápidamente se levantó y sin detenerse a ponerse los zapatos se acercó a ella.

-¡Merlín! ¡Cuánto tiempo!

Ambas mujeres se unieron en un cálido abrazo.

-¿Cómo has estado? Neville me conto que estas embarazada...

Hannah rompió el abrazo para alejarse unos centímetros y acariciar cariñosamente su vientre.

-Sí, tengo cuatro meses, casi cinco de embarazo - sonrió dulcemente -...últimamente he estado enferma por lo mismo del embarazo mi cuerpo se debilito, pero de ahí en fuera todo está bien.

-Me alegro tanto -dijo honestamente, mientras sacaba un pedazo de pergamino de su bolso para guardar el brillante cabello -... ¿Ya saben que será?

-Al parecer es niña -agrego emocionada - ¿Tú cómo has estado? Leí en el profeta que tu hermano, junto con los gemelos Weasley y Malfoy fueron arrestados y lego liberados ¿han estado bien?

-He estado bien -se encogió de hombros -...fue un error, una demanda injusta, pero al final se demostró la verdad.

-Me alegro tanto... ¿Y estas con George? Recuerdo que antes que pasara tu accidente tenían esa extraña relación...solo sexo ¿no?

Lys sonrió recordando cómo es que habían iniciado su pelirrojo y ella, al inicio solo lo vio como alguien con quien divertirse, un deseo carnal ya que realmente no estaba interesada en una relación o algo parecido...

¿Quién diría que unos meses después terminaría completamente enamorada de George Weasley?

-Somos novios...

-Me alegro tanto, recuerdo cuando estaban esos horribles rumores que decían que estaba enamorado de esa mujer -hizo una pequeña mueca al mencionarla, Lys sabía que se refería a Zib -, me entere que estuvo en coma y, al parecer despertó justo el día de la audiencia... sin duda, la Black siempre sabe cómo llamar la atención.

Y ahí estaba otra vez, ese tono que la mayoría de personas usaban cuando hablaban de algún Black, Lys no lo entendía, ellos eran buenas personas...

¿Por qué la gente parecía despreciarlos con facilidad?

-Sí, no sabes lo feliz que fui cuando mi mejor amiga despertó del coma - el rostro de Hannah se volvió más serio al escuchar esas palabras -...y bueno, Zib es demasiado importante en la sociedad mágica, tan solo es jefa del departamento de aurores y también una de las mejores brujas o creo que incluso la mejor de nuestra edad, mucho mejor que tú y que yo, así que es normal que el Profeta hable de ella.

-Bueno, es normal que se digan de esos méritos, pero estoy segura que solo dicen que hizo eso por la familia a la que pertenece ¿Sin ellos qué es? -soltó un suspiro -, sería una simple chica como cualquiera de nosotras, pero ella siempre anda con ese gesto y voz arrogante llena de ego como si fuera la reina del mundo, Lys, no te dejes cegar por el dinero que tienen, los Black desechan a las personas cuando ya no les sirven, al final de cuentas siempre fueron unos mortifagos...

Lys soltó una risa cargada de ironía, al fin entendía un poco...ciertamente lo sabía, la mayoría de mujeres siempre competían entre ellas algo que le resultaba sumamente estúpido, pero era eso, Hannah sentía envidia de Zibelth, no sabía si era por la familia a la que pertenecía, por sus logros o simplemente por la seguridad que tanto la caracterizaba, pero al final de cuentas envidia.

-Hannah - llamo la veela - ¿Sabes algo? Las mujeres no deberíamos de competir entre nosotras, al contrario, deberíamos de apoyarnos, ninguna es más ni menos que la otra - la embarazada la miro con la ceja alzada -, y tus comentarios solo me dan a entender la envidia que le tienes a Zibelth, es injusto que infravalores todos sus logros diciendo que es por su apellido cuando se ha esforzado demasiado...

-¡¿Qué?! ¡Yo no le tengo envid....!

-Agradece que estas embarazada - Lys la interrumpió con una voz que resultaba algo amenazante -, porque si no lo estuvieras ya te hubiera golpeado, aunque ciertamente considero que agarrarse a golpes es lo más bajo que existe lo haría por defender a mi amiga o a su familia, así que mide tus palabras cuando hables de ellos, no sé porque y mucho menos me interesan tus motivos para esa envidia que tienes, pero mantén la lengua corta, los Black son unas excelentes personas y Zibelth es la mujer más adorable y dulce que podrás conocer - escupió viéndola con el mentón alzado y los ojos siempre brillantes estaban oscuros reflejando el enojo contenido-, Hannah, tú y yo seremos amigas pero no voy a permitir que hables de ella de esa manera.

Abbott estaba completamente sin palabras, Lys se caracterizaba por ser siempre amable, pero en esos momentos era otra mujer que resultaba demasiado amenazante reflejando su verdadera naturaleza de veela.

-Todo el mundo habla así de ella, no sé porque te molestas, no soy ni la primera ni la última que lo hace.

Trato de defenderse.

-Pues a quien escuche que hable de esa forma de ellos le diré los mismo ¿entendido? Es estúpido que hablen de alguien sin tomarse el tiempo de conocerlo.

-¡Lys! ¡Hannah!

Ambas mujeres voltearon para toparse con Longbottom que venía en compañía de la azabache.

Hannah le lanzo una gélida mirada a la veela para ir hacia su prometido que la recibió con un abrazo, Zib se acercó a su amiga.

-¿Qué tienes? Pareces molesta - le toco el entrecejo con la yema del dedo índice -, si sigues de esa manera se te pondrá una cara de anciana.

-Solo...platique de algunos temas con Hannah, nada importante - Lys la vio, sus ojos grises brillaban con intensidad, a pesar de ser una mujer de veintiséis años a veces Zibelth parecía una niña llena de curiosidad, la rubia llevo las manos hasta las mejillas de la más baja para apretarlas con fuerza - ¿Te he dicho que eres adorable?

-Ay -se quejó con voz gangosa -...soy demasiado adorable, todo el mundo lo sabe...estas muy cariñosa ¿Ya aceptas que estas enamorada de mí? - Lys la soltó mientras reía -...agradezco tu buen gusto, pero soy una mujer casada - enseño el anillo en su mano izquierda -...aunque si quieres puedes ser mi amante, pero Fred no se puede enterar porque nuestro amor es prohibido.

-Bien - asintió con la cabeza -...acepto mantener nuestro romance en las sombras.

Ambas se rieron por sus bromas, Lys se daba cuenta de algo el haber conocido a George trajo consigo muchas cosas demasiado buenas como personas que la querían y una excelente amiga que la complementaba a la perfección.

Definitivamente, George Weasley llego para cambiar todo el concepto que tenia de una vida feliz, ese pelirrojo era un gran estallido de fuegos artificiales en la penumbra de la noche, iluminando por donde pasara.




✹✹✹






Después de salir de Ollivander's, Lys camino a Sortilegios Weasley repitiendo las palabras en su cabeza una y otra vez para recordarlas y no trabarse cuando las tuviera que decir, no era tan difícil, pero temía de la reacción del pelirrojo.

Entro a la colorida tienda escuchando el tintineo de la campanilla, un rubio muy parecido a ella se hizo presente dándole la bienvenida.

-Hola hermana preciosa - saludo con una sonrisa divertida - ¿Y ese milagro que nos honras con tu visita?

-No te voy a dar dinero - negó con la cabeza.

-Por eso me cae mejor tu novio, le digo que es el gemelo más guapo y me da un galeón - hizo un puchero -, deberías de aprender de él.

-¿Alimentas el ego de George a cambio de dinero?

-Solo le digo lo que quiere escuchar y me da dinero -se encogió de hombros -, quien diría que los londinenses serían tan fáciles.

-Hablando de él ¿Lo has visto? Necesito hablar con él.

-Señorita Delacour - Louis hablo con un tono de voz serio -, no sé si el señor Weasley la pueda recibir sin una cita.

-Louis, déjame verlo -se quejó la rubia -...es mi novio no necesito una cita para verlo.

-Claro que sí, el señor Weasley es una persona muy ocupada...

Siguió en su papel de buen empleado.

-Louis - la ronca voz del hombre que Lys buscaba se hizo presente - ¿Qué hacen? Hola, Lys - le lanzo una sonrisa coqueta a su rubia.

-Le decía a la señorita Delacour que no puede hablar contigo sin una cita...

-George, dile que pare con eso.

Pido Lys viendo al pelirrojo que sonreía.

-Louis tiene razón, Señorita Delacour, soy un hombre muy ocupado -siguió el juego -...necesita una cita para hablar conmigo.

-Te traje paste de zanahoria ¿Quieres que se lo dé al chico de la tienda de enfrente? -pregunto con la ceja enarcada mientras mostraba los dos paquetes que llevaba en la mano-, es guapo...tal vez quiera comerlo conmigo.

-¿Qué? -los dos rubios soltaron una risa al ver la reacción de George - ¡Definitivamente no! ¿Qué haces viendo a ese flacucho? ¡Yo soy más guapo que él! ¿Qué no me has visto mujer?

-¿Entonces?

-Vamos - la tomo de la muñeca para hacerla caminar -...antes de que te vayas con ese tarado.

-Toma - Lys le dejo uno de los paquetes a Louis para seguir a George que caminaba rápidamente a la bodega llevándola con él.

La pareja entro a la bodega, el pelirrojo cerró la puerta mientras ella caminaba al escritorio.

-¿Estas enojada conmigo?

George la siguió, Lys se sentó en la silla tras el escritorio mientras el sobre el escritorio.

-¿Qué? No estaba enojada contigo, Georgie - dejo el paste sobre el escritorio a lado d George - ¿Por qué piensas eso?

-Me estabas evitando en la mañana, ni siquiera desayunamos juntos y apenas me has besado - respondió con un gesto como si fuera un niño pequeño recién regañado -...Lys...

-No estaba enojada contigo - tomo su mano para dejar un cariñoso beso sobre el dorso -, no tenía motivos para estar enojada, perdón por hacer que pensaras eso.

-Pensé que te incomodo lo que te dije anoche - confeso con las mejillas rojas -, tal vez fue muy rápido, no debí preguntártelo así, Lyssie, enserio lo sien...

-George - Lys lo interrumpió viéndolo con una pequeña sonría -, estuve pensando en eso, yo- George la miraba con curiosidad esperando la respuesta -...realmente te amo, lo hago demasiado tanto que creo que eres el amor de mi vida -confeso viéndolo a los ojos, el corazón del pelirrojo se detuvo por unos segundos ante sus palabras -, eres el hombre que siempre quise en mi vida, contigo he aprendió lo que realmente es amar a una persona y nunca quiero lastimarte - hizo una pausa para tomar una bocanada de aire -, y me encantaría casarme contigo - George abrió los labios dispuesto a decir algo pero ella no lo dejo continuar -...pero tengo miedo ¿sí? Después de lo de Cormac, las bodas y todo lo que tenga que ver con ellas me atemoriza, no es algo que puedo superar tan fácilmente.

-Lyssane, no quiero presionarte, enserio, no debí preguntar tan pronto, apenas estábamos iniciando una relación y yo la cague.

Los ojos avellanos de George reflejaban toda la culpa que sentía en esos momentos, lo que menos quería era obligar a su novia a algo que ella no quería o que le asustaba.

-Déjame terminar de hablar - pidió -, si me gustaría casarme contigo, pero no en estos momentos, George...quiero primero sanar emocionalmente por completo -explico poniéndose de pie para acercarse a él -, me gustaría hacerlo más adelante, he decidido tomar terapia, buscare un psicólogo en el mundo muggle para superar todos los traumas, después de eso, si decides esperarme me gustaría casarme contigo, George...

Él sonrió para poner ambas manos en su mandíbula atrayéndola.

-Lyssane, te espere durante tantos años, te puedo esperar más - rozo sus labios con suavidad -, eres la mujer de mi vida sería un estúpido si no te espero, y nada me alegraría más que hacerlo cuando estés completamente segura.

George definitivamente era demasiado comprensible, Lys amaba la relación que tenía con George, estaba llena de confianza y comunicación por parte de ambos, y ella se sentía libre con él, todo fluía tan natural que podía decirle como se sentía sin esperar un rechazo o malas palabras.

Si es que existía el hombre perfecto, definitivamente era George Weasley.

-Te amo mucho, George - lo beso de manera corta pero cariñosa -...gracias por entender, mi cielo.

Él solo asintió para atrapar sus labios en un toque más largo y suave, los labios se movían de forma acompasada, las finas y pequeñas manos de Lys se aferraban al gran pecho de Lys, mientras el pelirrojo bajo las suyas hasta la cadera de su novia para apegarla más a él y tener un mayor contacto.

La rubia le mordió el labio inferior, él soltó un jadeo dejando que la pequeña lengua se colara dentro de su boca para dar inicio a una guerra pasional.

Lys sonreía entre el beso sintiendo como las grandes manos del pelirrojo terminaban sobre su trasero para acariciarlo con fuerza, amaba esos momentos en los que podían pasar de ser una pareja romántica a ser una pareja pasional en menos de un minuto.

Amaba todas las facetas de George.

La veela bajo la mano de forma lenta hasta terminar sobre la entre pierna de George, podía sentir como se endurecía bajo su toque, el pelirrojo soltó un gruñido contra sus labios.

-Ya te estas poniendo duro, Georgie -musito contra los suaves labios del chico sin dejar de acariciar su erección encima del jean oscuro que usaba -... con solo unos cuantos besos y mira cómo te tengo.

-Lys, eres un sueño, cualquiera que te tuviera entre sus brazos tendría una erección todo el tiempo - se separó para besarle la mandíbula bajando lentamente -, aparte que este maldito vestido te hace lucir demasiado sexy y acabo de sentir que llevas una braga tan pequeña que se pierde en medio de tu culo, no sabes cómo me estoy controlando para no quitártela de una vez.

-Eres un pervertido -desabrocho la hebilla del cinturón para sacarlo con facilidad -, siempre estás pensando en sexo.

-Solo cuando se trata de ti - hizo una marca roja en la pálida piel de su novia -...por mi te haría el amor a todas horas y en cada momento.

Lys soltó un jadeo disfrutando de los labios de George, se alejó unos centímetros del más alto con el cinturón en las manos.

-mmm... ¿Qué haces, Lyssie? -Ella solo le sonrió, y George no supo ni como pero cuando se dio cuenta tenía las manos atadas detrás de la espalda con su propio cinturón- ¿Qué? Rubia, desátame.

-Te ves lindo amarrado - acaricio su labio inferior con el dedo pulgar -, eres como un pequeño borreguito asustado.

-No me das miedo, Lys, eres tan dulce que no me harías daño.

La sonrisa de la rubia se hacía más grande, llevo las manos al pantalón del chico para desabrocharlo.

-Álzate - ordeno con voz demandante -...George- llamo Lys al darse cuenta que no lo hacía -, se buen niño y solo hazlo.

-Lys, estamos en la bodega del trabajo, nos van a descubrir.

-¿Y? - la mirada jade estaba oscura por el deseo que sentía - ¿Acaso tienes miedo, niño llorón?

-Ya quisieras.

Se alzó de inmediato y Lys pudo bajarle el pantalón junto con el bóxer liberando su masculina que se encontraba demasiado erecta.

Ella no dijo nada para poner la mano en la base, subiéndola y bajándola con tranquilidad, George veía todos sus movimientos sin hacer ningún ruido, el placer era grande, pero sabía que ninguno puso algún hechizo silenciador o antialohomora así que Verity o Louis los escucharían.

-¿Cuánto resistirás sin hacer ningún ruido, my chéri? - Lys retiro la mano de la longitud de su novio, que apretaba la mandíbula escucharla hablar en francés era un gran estímulo sexual para el pelirrojo -, no pondré ningún hechizo si nos descubren será tu culpa.

Lys se llevó la mano hasta la boca, y viendo fijamente a los ojos de su novio, paso la lengua sobre la palma para llenarla de saliva.

La respiración del pelirrojo estaba errática, sentía como su miembro palpitaba, cada movimiento de la veela era lento resultando sensual.

-Estás jugando sucio, Lys.

-Son tus juegos favoritos, Georgie.

Atrapo la erección nuevamente para subir y bajar la mano, ahora era más fácil ya que la saliva ayudaba a que resbalara con facilidad. George cerro los ojos disfrutando de la pequeña mano que le brindaba una gran satisfacción.

Lys siguió con las caricias, disfrutando de ver los gestos de su pelirrojo, algunas veces tensaba la mandíbula y echaba la cabeza hacia atrás dejando ver la vena del cuello que ya la tenía marcada por retener sus gemidos.

Se ayudó con la otra mano para atrapar los testículos, jugaba con ellos sin llegar a lastimarlo, el Weasley abríos los ojos, no se notaba ni el color porque sus pupilas estaban completamente dilatadas.

-Tus manos se sienten tan bien, Lyssane.

Susurro lo suficiente audible para que ella escuchara.

La roba se hinco frente a él sin dejar las caricias, tomo el gran pene para guiarlo a sus labios y dar un lengüetazo sobre el glande, George se mordió el labio inferior con fuerza, era una placentera tortura.

Paso la lengua por toda la base, dejándolo completamente húmedo para bajar los labios hasta los testículos para introducirlos.

-Mierda - murmuraba distintas maldiciones, su cuerpo se tensaba y destensaba ante cada toque.

Jugo un rato con los testículos en la boca masturbando a su novio, le gustaba sentir como se movía y escuchar sus pequeños murmuras.

Volvió la boca a la base para besarla y chuparla hasta llegar al glande para introducirlo de forma lenta, su lengua se entretuvo en la uretra donde hacia presión, George se estremecía ante eso, quería soltarse y hacer que Lys lo comiera todo, pero lo había amarrado bien resultándole imposible.

-Lys...mételo.

Pidió con voz ronca, hablando lo más bajo posible.

-¿Qué quieres que haga, Georgie? - alzo la mirada conectándola con la de él -...pídemelo.

-Lyssie - murmuraba al borde de la súplica -...por favor preciosa, mete mi pene en tu linda boquita - Lys sonreía escuchándolo -, sabes que me vuelves loco cuando lo haces, mi erección necesita de tu ayuda.

Volvió a meter el miembro palpitante a su boca, dejando que entrara un poco más de la mitad, lo que sobro lo acaricio con la mano, George se sentía completamente en el punto de éxtasis, estaba seguro que si moría en esos momentos lo haría feliz, Lyssane era la única mujer que sabía satisfacerlo de esa manera.

Delacour movía la cabeza de arriba abajo, algunas veces el glande golpeo su úvula, pero trato de ignorar las ganas de vomitar para hacerlo con más velocidad y fuerza, George se estremecía ante eso arqueando la espalda y apretando los dientes con tanta fuerza que estaba seguro que podrían romperse en cualquier momento.

La pequeña lengua pasaba por el glande para detenerse en la punta y golpear el orificio uretral acariciando los testículos con la mano y algunas veces llevando los dedos hasta la zona perianal para dejar círculos invisibles.

George no pudo contenerse más cuando sintió un cosquilleo en el abdomen bajo y a los poco segundos sentía liberarse en la boca de su novia.

-¡Maldita sea!

Gruño cuando culmino, Lys trato de tragar lo más que pudo, una hilaza de semen quedo recorriendo su barbilla.

El sabio de George era delicioso, algo salado pero dulce al mismo tiempo, nunca se cansaba de él.

-Perdiste, hiciste ruido - informo Lys poniéndose de pie - te tendré que castigar.

-Eres una maldita - murmuro con una sonrisa, una fina capa de sudor lo cubría y respiraba de forma agitada -, eres muy mala conmigo.

-Como si no te gustara - se limpió la barbilla con el dedo para llevar el semen a sus labios -, como me fascinas, Georgie.

-Tú sabes mucho mejor.

Lys sonrió, y se acercó a desatarlo ya que escuchaban como Verity y Louis lo llamaban, probablemente tenían demasiada gente y no se daban abasto, ya que Fred estaba en la otra sucursal junto con Zibelth y los bebés.

-Creo que el deber te llama.

Lys termino de limpiarse, George se acomodó la ropa junto con el cinturón y dejo un casto beso sobre los labios de la rubia.

-Te amo.

-Te amo más.

La vio por última vez, su rostro era tan tierno y dulce que quien no la conociera no la creerá capaz de hacer algo como lo que hizo algunos minutos.

George salió de la bodega dejando a Lys sola, para ir con Louis que tenía varios clientes, una sonrisa enorme estaba en su rostro.

A pesar que Lys de alguna forma lo había rechazado, se sentía feliz ya que existía la posibilidad de que en un tiempo se casaran e independientemente de eso ella lo amaba, estaba bien con una relación de novios.

Siguió con sus responsabilidades en la tienda sin darse cuenta que alguien más lo veía a los lejos con una mirada de odio.




Cuando las personas escuchan la palabra amor se relaciona con algo hermoso, con algo como lo que tenían Lys y George o Fred y Zibelth, o simplemente el amor de hermanos como el de los gemelos Weasley o el de los hermanos Delacour.

Pero, existe una delgada línea entre el amor y la obsesión que resulta demasiado enfermiza para algunas personas que incluso no les importaría matar por tener a la persona que ellos quieren.







(N/t: ¡Holaa! ¿Cómo están?

Recuerden que la salud mental es lo más importante, nunca descuiden ese aspecto sin importar la opinión de los demás.

¿Ya les he dicho cuánto me encantan la aportada que me hace -sxrcqstic- ? Son simplemente preciosas 🥺❤️

En otras noticias, me emociona mucho contarles que Sempiterno está siendo traducida oficialmente al inglés por 90sbrooklyn, así que les agradeceria mucho si la recomendaran para que llegue a más gente.

Bueno, eso es todo, nos leemos, las tqm❤️)

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