XXX: La muñeca y la comadreja.
Zibelth tarareaba una dulce canción dándole de comer a George Sirius que estaba entre sus brazos, mientras veía como Regulus John se entretenía con el móvil que estaba en la cuna, los pequeños animales de colores captaban toda su atención.
Estaba encantada con los dos niños y en tan solo esas horas se dio cuenta que el pequeño azabache tenía el mismo carácter hiperactivo de su padre incluso eran igual de ruidosos por otro lado, George Sirius era un bebé más tranquilo apenas lloraba y siempre estaba viendo todo con curiosidad, sin duda eran la mezcla perfecta entre Fred y Zibelth.
—¿Ya se durmieron? — la voz de la rubia se hizo presente — ¿Quieres que te ayude en algo?
—George esta por dormirse — respondió viendo como el bebé parpadeaba con sueño y dejaba de succionar el biberón con tanta vehemencia —...Reggie esta entretenido con los animales del móvil — explico dándole la vuelta para sonreírle —...no te preocupes, terminare de dormirlos ya están cayendo rendidos.
—Fueron días muy cansados, pero estoy segura que si por ellos fueran seguirían más tiempo despiertos para seguir jugando contigo — sonrió viendo a Regulus se chupaba la mano —...no se han querido separar de ti.
—A partir de ahora estaré todo el día con ellos —dejo el biberón a un lado al ver al bebé dormido para acostarlo en la cuna y arroparlo —...hasta que vuelva al trabajo.
Sonrió viendo toda la paz que reflejaba el pequeño pelirrojo, pequeñas pecas salpicaban sobre las pálidas mejillas y el puente de la nariz, también tenía un lunar idéntico al de ella, sin duda eran más parecidos de lo que esperaba; estaba cien por ciento segura que los genes Weasley ganarían y los bebés serian idénticos a Fred, pero resulto todo lo contrario.
—¿Cuándo vuelves al trabajo?
Lys saco dos juegos de ropa y pañales para dejarlo sobre uno de los muebles frente a las cunas donde los cambiaban, ya era costumbre dejar la ropa elegida la noche anterior.
—El cuatro de septiembre — beso la frente de su hijo para ir a la cuna del pelinegro —...trabajare medio día, de nueve de la mañana a una de la tarde y por el momento solo será trabajo de oficina y atender asuntos del departamento de Aurores.
—Suena bien, aun te queda más de un mes para descansar y estar con los impostores.
—Así es — le sonrió tomando a Reggie en brazos —...por cierto, muchas gracias.
—Te prometí que los iba a cuidar — se encogió de hombro guiñándole el ojo de forma traviesa.
—Sí. Pero, también gracias —tomo el biberón que estaba lleno de leche para acercárselo a su hijo —, diste tu parte veela por mí, Lys, muchas gracias, enserio.
—No tienes porque agradecer, sabes que lo haría sin pensaron sabiendo que estarías bien.
Zib apretó su mano para sonreírle.
—Pero también yo tengo que agradecerte — Lys la vio con los ojos llenos de brillo —, adoptaste a Louis y no permitiste que Pierre lo llevara con él.
—No tienes nada que agradecer — veía como el menor succionaba el biberón mientras las veía fijamente —...Fred y yo queremos mucho a Louis, a pesar de conocerlo tan poco tiempo, sabemos que es un buen niño y no merece estar con Pierre o en una casa hogar — explico —. Te prometo que Louis- Philippe estará bien con nosotros, le daremos una buena vida y trataremos de ser buenos padres para él.
—Es que enserio Zib, desde que te conocí siempre me has ayudado de una u otra manera...
Lys no entendía como es que varias personas, en su mayoría mujeres, del mundo mágico criticaban tanto a Zibelth Black, muchas veces escucho como la llamaban zorra o incluso puta solo por besarse con el que ahora es su esposo en vía publica o por tener demostraciones de afecto, también como decían que era una mujer detestable y arrogante por el simple hecho de pertenecer a la familia Black, si tan solo se tomaran unos minutos para conocerla se darían cuenta de lo equivocados que estaban.
—Lys, desde que te conocí supe que seriamos amigas — Zib le sonrió con esa arrogancia que tanto la caracterizaban —, de hecho, me sorprende que tú que ves el futuro no me viste venir — negó con diversión —. Y las amigas, eso hacen ¿no? Apoyarse siempre.
Definitivamente, Zibelth y Lys se volvieron en mejores amigas en tan poco tiempo, incluso se podría decir que la una para la otra eran la hermana que no nunca tuvieron.
—Sí, tienes razón.
—Entonces no hay nada que agradec...
Las palabras quedaron en el aire cuando notaron que cierto pelirrojo entro a la habitación.
—Hola — Lys lo saludo mientras Zib desviaba el rostro, la rubia le lanzo una mirada de complicidad a la azabache y agrego —: bueno, me imagino que George ya ha de estar en la habitación...entonces los dejo solos, nos vemos.
Lyssane se despidió de la Black y paso a lado de Fred para murmurarle
—: Estas muerto, Frederick — salió de ahí para verlos por última vez —, no se les olvide el hechizo silenciador no quiero escuchar cuando empiecen a coger.
Sin más se fue de ahí dejando a Zibelth completamente sonrojada, Fred sonrió viendo los movimientos de su esposa, le resultaba demasiado adorable verla dándole de comer a su hijo menor, le dio un vistazo a su primogénito que dormía plácidamente.
Zibelth se negaba a voltearlo a ver, termino de darle de comer a Regulus para acomodarlo contra su hombre y palmearle la espalada sacándole el aire, estuvo unos minutos así y reviso su pañal para ver que estuviera limpio y de esa forma comenzar a arrullarlo para tratar de dormirlo, pero el pequeño parecía algo incómodo ya que se movía mucho.
Fred se dio cuenta de eso y se acercó a su esposa.
—Le gusta que alcen un poco más su cabeza para dormir — agrego Fred tomando el biberón vacío —, creo que se siente más cómodo así.
—¿Así? — Zib trato de acomodar a Regulus como decía Fred, pero resulto mal porque empezó a llorar — ¿Qué? ¿Por qué llora? ¿Lo lastime?
Volteo a ver a su esposo con el rostro lleno de preocupación, Fred soltó una pequeña risa al verla, se veía demasiado tierna, ella siempre sabía qué hacer y ahora parecía completamente asustada.
—Lo alzaste mucho — el pelirrojo mayor dejo el biberón en el mueble frente a él para acercarse y parase tras ella —, es de esta manera — Fred paso las manos por el cuerpo de la mujer para acomodar sus brazos y al niño—, le gusta de esa manera —el bebé comenzó a calmar su llanto al estar en la posición que le gustaba y sentir como su madre se movía con suavidad meciéndolo —, ahora solo arrúllalo, le gusta la canción de cuna que te cantaba tu madre cuando eras bebé.
Él no se alejó ningún centímetro de su esposa, estaban tan cerca que el cabello tan negro como la noche le golpeaba el rostro y podía oler el aroma a frambuesa y frutos rojos.
—¿Cómo lo sabes?
Fred pensó que se alegaría, pero por el contrario se apegó un poco más a él.
—Ella me conto que eras muy parecida a George Sirius, que era raro que lloraras, pero siempre que lo hacías tenía esa canción con la que te calmabas de inmediato — murmuro contra su oído —, creo que va algo así: como me apena el verte llorar...
Fred tarareo contra el oído de su esposa con voz ronca, la azabache sonrió disfrutando de la calidez del pelirrojo, disfrutaba mucho de estar entre sus brazos a pesar de seguir molesta con él.
—Toma mi mano, siéntela — Tarareo para su hijo que ya había dejado de llorar para verla fijamente —, yo te protejo de cualquier cosa, no llores más aquí estoy — Fred recargo la barbilla en el hombro de la Black, amaba escuchar su voz, era tan suave y aterciopelada que lo relajaba demasiado, siempre que la escuchaba lo hacía sentir mejor, Zib era como su dosis de droga, una droga que lo llenaba de vida —...fuerte te ves, pequeño estas — el menor de los Black-Weasley soltaba grandes carcajes escuchando la voz de su madre—, quiero abrazarte, te protegeré...
La azabache siguió cantándole y arrullándolo por varios minutos hasta que él cayo rendido en sus brazos, Fred seguía en la misma posición sin despegarse ni un centímetro de la más baja.
—Te dije que le gustaba — beso la piel bajo el oído —, siempre cae rendido con esa.
—Sigo molesta contigo —se separó de su esposo para ir con a la cuna —...ni creas que te perdonare tan fácil.
—Anir —soltó un suspiro viéndola —...por favor.
—Los trataste de forma horrible — arropo al niño y beso su frente para verlo durante unos segundos revisando que respirara bien, por otro lado, George Sirius dormía sin ninguna interrupción —...te dije que los cuidaras, no que los despreciaras.
—Ya sé que cometí muchos errores, pero he hecho de todo para remediarlos — le explico siguiéndola, Zib apago la luz para salir de la habitación —...Anir, hasta los niños ya me disculparon, no puedes estar molesta contigo.
Fred cerró la puerta, la azabache se giró para verlo con la ceja enarcada y un mohín en los labios.
—¿Cómo sabes que te perdonaron? ¿A caso te lo dijeron? Que yo recuerde ellos aún no hablan, Frederick.
—Pero les gusta estar conmigo, pasamos mucho tiempo juntos —explico tratando de calmarla —, por favor, Anir, acabas de despertar, quiero recuperar el tiempo que no hemos estado juntos y ser una familia como teníamos planeado.
—Es que enserio te pasaste esta vez — la pareja caminaba por el pasillo —...no entiendo como tuviste corazón para tratarlos de esa manera, son solo unos bebés que han sido inocentes de todo...
—Anirak, sé que lo que hice fue demasiado estúpido...pero sabes que muchas veces no se reaccionar como debería, más que enojado con ellos lo estaba conmigo mismo, si me hubiera cuidado más tú no habrías terminado en coma...
—Lo que me paso no fue tu culpa y lo sabes — se detuvieron frente a una puerta de fina madera y toco dos veces, cuando escucho el pase ambos entraron —...Hey, pensé que ya estarías durmiendo.
El rubio le sonrió viéndola entrar.
—Apenas me iba a acostar a dormir — explico sentándose en la cama, ya tenía puesta el pijama —...me bañe antes de hacerlo.
— ¿Cómo te sientes, enano? — Fred se recargo de la pared mientras la mujer se sentaba al lado del menor— ¿Estas bien con todo lo que paso?
— Estoy bien —hablo viendo a ambos —, me siento bien con todo lo que paso, realmente no quería volver con Pierre, la vida con él no es fácil, nunca me dejo vivir como yo quería, todo estaba lleno de reglas y castigos.
— Cielo — tomo la mano de Louis de forma cariñosa —...sé que a lo mejor sea difícil acostumbrarte a esta nueva vida, pero quiero que sepas que trataremos de ser buenos padre...bueno tampoco te digo que no tienes que tratar como tus padres, pero...
Fred y Louis se rieron al ver que Zibelth parecía nerviosa.
—Lo que quiere decir Anir, es que cuentas con nosotros para todo, quizá no sea tan fácil que nos veas como tus figuras paternas ya que tenemos la misma edad que tu hermana e incluso somos menores que Lyssandre — explico Fred acercándose a ellos —, pero, siempre que tengas alguna duda, necesites un consejo o simplemente quieras hablar estaremos para ti, Louis.
—Exacto, lo que él dijo — Zib le hizo un espacio a Fred para que también se sentara a lado de ella, el pelirrojo aprovecho para rodearle la cintura con un brazo, ella solo se sonrojo, no lo iba a negar, Fred la ponía demasiado nerviosa, a pesar de estar tantos años juntos se sentía de nuevo como la adolescente que se enamoró de Fred hace ocho años—, también, tennos las confianza de decirnos cualquier cosa ya sea buena o mala, o algo que te moleste te prometo que trataremos de solucionar todo hablando...no tienes que temer porque te vayamos a castigar o recibir un regaño injusto, nosotros queremos guiarte y hacer de ti un hombre de bien — Louis les sonrió enternecido, sin duda ellos eran muy buenos padres —, sabes que te queremos demasiado, Louis y estamos felices que aceptaras que nosotros te adoptáramos.
—Yo también los quiero demasiado...Gracias por adoptarme, enserio.
—No tienes nada que agradecer, enano.
Fred le sonrió, Zib lo atrajo hacia ella para abrazarlo con fuerza y besar su cabello. El pelirrojo solo reía viendo la escena ya que su esposa solía ser muy cariñosa y Louis se ponía rojo con facilidad ya que no estaba acostumbrado a tantas muestras de afecto.
—Bueno, es hora de que duermas — la pareja se levantó para dejar que el rubio se acostara —...mañana no hay nada importante que hacer, así que duerme hasta que quieras, cielo.
—Sí, está bien.
Louis entro a la cama y Zib se acercó para arroparlo.
—Descansa, y ya sabes, por cualquier cosa nos puedes hablar — Fred despeino su cabello —, que descanses.
—Descansa y sueña lindo — Zib beso cariñosamente su frente —, te queremos.
—Y yo a ustedes.
Ambos le dieron una última mirada para apagar la luz y salir de ahí, dejando que Louis- Philippe descansara.
—Planeábamos tener solo dos hijos, y ahora tenemos tres — Fred cerró la puerta de la habitación —, iré a ver que todas las puertas estén cerradas y que los hechizos estén bien puestos.
—De acuerdo — Zib se dio la vuelta para caminar a la habitación principal —, te preparare un juego de sabanas y almohadas para que duermas en una de las habitaciones de huéspedes...
—¡Anir, no! — suplico el Weasley, Anir solo le guiño el ojo para entrar a la habitación —...maldita sea.
La azabache solito una pequeña risa cerrando la puerta tras ella escuchando como su esposo bajaba las escaleras.
Su corazón latía con fuerza y su sonrisa se hizo más grande al distinguir lo que había en la cama, varias cajas con barras de chocolate de Honeydukes, su favorito desde hace años.
Sin duda, Fred se habría escapado para ir por él.
Las palabras de Lys rezumbaron en su cabeza, ciertamente Fred estaba tratando de compensar las cosas y todos cometían errores, quizá debía de dejar de estar molesta con él.
Soltó un suspiro y con ayuda de magia arreglo la habitación, puso los chocolates sobre el mueble junto a la cama, tomo dos barras y del closet saco una de sus pijamas, tomaría un baño para pensar mejor en lo que haría.
Entro al baño, todo seguía exactamente igual, sus jabones, cremas, sales de baño y demás cosas estaban ahí solo que ahora a un lado, junto al lavamanos estaban dos pequeñas tinas plegables con patitos de hules a un lado y un banco, que seguramente pertenecían a los bebés, sonrió al ver que Fred mantenía todo ordenado por colores como a ella le gustaba.
Dejo el pijama sobre la pequeña repisa al igual que los chocolates en lo que la bañera se llenaba para comenzar a desvestirse, dejo los zapatos a un lado y quedo en ropa interior, paso los dedos lentamente sobre su vientre sobre la cicatriz que había quedado por la cesárea, apenas era legible, definitivamente Draco y Tanith hicieron lo mejor para que su cuerpo quedara igual que antes, de hecho, de no ser por la pequeña cicatriz nadie diría que dio a luz a dos niños.
Quedo completamente desnuda para sentir el agua y entrar a la bañera, estaba tan caliente como le gustaba, recogió su cabello en una cebolla despedida y se dispuso a relajarse poniendo sales y jabón en el agua causando que se hiciera demasiada espuma, con un hechizo hizo que los chocolates flotaran hasta ella.
Al probar el primer bocado se sintió en la gloria, el sabor era delicioso y estar esos meses sin probar chocolate fue lo peor del mundo.
No sabía con qué estar agradecida por esa segunda oportunidad, realmente no podía quejarse de nada, tenía un buen trabajo con el cual siempre soñó, una familia amorosa y dos, bueno, ahora tres hermosos hijos...y estaba casada con el amor de su vida y él la amaba con demasiada intensidad. Definitivamente, algo muy bueno debió de haber hecho en su vida anterior para ser premiada así.
Abrió los ojos al escuchar la puerta del baño abrirse, se topó con su esposo que acababa de entrar, él le sonrió para tomar el pequeño banco y ponerlo junto a la bañera sentándose ahí.
—¿Lo estas disfrutando?
La mirada de Fred recorrió su rostro para bajar lentamente por su cuello y detenerse en el inicio de los pechos que eran cubiertos por la espuma.
—Demasiado —distinguió la mirada del pelirrojo y negó con la cabeza — ¿En qué habitación dormirás?
—Anir —musito —, no me hagas eso —ella solo le sonrió de forma burlona y él supo que solo lo estaba molestando —...por cierto...
—¿Qué paso?
—¿Peleaste con mi mamá hace rato?
La azabache lo vio con la ceja alzada, estaba segura que él no estaba presente cuando discutió con Molly.
—¿Por qué lo dices?
—Louis me dijo que te vio hablar con mi madre, que parecía que estaban peleando — explico con tranquilidad —, y en toda la cena me di cuenta que tenías los ojos irritados como si hubieras llorado y mamá te lanzaba malas miradas.
—No fue nada importante, Fred —desvió la mirada, no quería que Fred se molestara con Molly, odiaba cuando él pelea por su culpa —...solo un mal entendido.
—Un mal entendido que te hizo llorar, dime que paso, Anir.
Pidió tomando su mano, ella soltó un suspiro.
—Draco y Tanith me revisaron hoy, y me dijeron que no puedo amamantar a los bebés — trato de evitar tocar el tema de la matriz —, ya que mi cuerpo no produce leche por lo que era recomendable que les diera esa fórmula muggle — esperaba que su suegra no hubiera escuchado todo lo demás que hablaron —, tu mamá escucho la conversación y cuando salí de la habitación me dijo que estaba mal que les diera la formula a los bebés...
—Pero ellos han tomado eso desde que nacieron, nunca tomaron leche materna ¿por qué estaría mal?
Fred se mordió el labio inferior viendo el rostro de su esposa, se notaba que le dolía decir eso.
—Eso le dije, que lo sanadores recomendaban eso, ella me dijo que debía de esforzarme por darles pecho, y no es que no quiera darles, Fred, te juro que mi cuerpo no produce leche, no sale nada — la voz de la mujer se cortó, realmente odiaba no poder vivir la etapa de la lactancia, quería estar vivir todo eso y se odiaba a si misma por no darles lo que necesitaban a sus hijos, el pelirrojo apretó su mano tratando de brindarle consuelo —. Trate de explicárselo, me dijo que seguro era por cuestiones estéticas que yo no quería amamantarlos y se lo volví a explicar, entendió más o menos, pero me dijo que buscara una nodriza porque no servía para alimentar a mis propios hijos... Fred, quiero ser una buena madre para nuestros hijos — las lágrimas escaparon de las lagunas grises que tenía por ojos —, pero hay cosas que yo no puedo controlar.
Fred se levantó del banco para acercarse a ella y secar las lágrimas de la azabache con sus dedos.
—Muñeca, no llores — pidió acariciando su pálida piel —, odio verte llorar. Siento que mi madre te haya dicho, sabes que a veces algo pesada y anticuada con su pensamiento, y no por eso estoy tratando de justificarla porque ella no debería de entrometerse con las decisiones respecto a nuestros hijos, me molesta que te dijera esos comentarios, y hablare con ella para que no los vuelva a hacer. Te prometo que no voy a dejar que te trate de esa manera.
—No quiero que pelees con ella, Fred.
—Anir, hablare con ella y si no lo quiere entender —soltó un suspiro, conociendo a su madre sería difícil hacerla cambiar de razón, siempre quería que fueran las cosas como ella quería —...le pondré un alto ¿de acuerdo? Es mi madre, pero tú eres mi esposa y así como tú te pusiste tantas veces en contra de tu abuela o incluso en contra de Sirius cuando nos quiso hacer terminar, yo también lo hare, no permitiré que nadie te trate mal o te haga llorar y mucho menos alguien de mi familia —ella asintió ante sus palabras —. ahora quita esa cara triste ¿quieres? No eres una mala madre, mi amor, todo lo contrario, has hecho todo lo posible por ellos. Al contrario de ti, yo he sido un mal padre.
—Creo que todos cometemos errores y ninguno tenía un manual de cómo ser un buen padre... ¿Te parece iniciar de cero? — Fred la miro con una pequeña sonrisa —...pero esta vez juntos, tratar de ser una buena familia.
—Mientras sea contigo iniciaría las veces que quiera —se inclinó para acercarse a sus labios —...te amo demasiado, mi preciosa Anir.
—Te amo mucho más, Freddie.
Ambos se sonrieron para unirse en un cariñoso beso, estaba cargado de sentimientos y se demostraban lo mucho que se necesitaban el uno al otro, definitivamente ninguno podía vivir sin el otro.
Fred se separó para dejar un pequeño beso sobre los labios de su esposa.
—¿Te quieres bañar? — ella jugaba con el botón de en medio de su camisa —...cabemos los dos.
Él asintió, la bañera era lo suficiente grande para dos personas, Zib soltó el botón y él se paró recto para quitarse la ropa ante la mirada de su mujer que sonreía viéndolo.
Dejo a un lado el chocolate para tomar el shampo, se soltó el cabello para lavarse el cabello en lo que Fred terminaba de entrar.
Fred se sentó frente a ella completamente desnudo, nunca se cansaría de ver los movimientos de su esposa, se acercó un poco más para quedar en medio de sus piernas.
—Eres tan hermosa — acaricio sus clavículas con la punta de los dedos —, te extrañe demasiado, Anir.
Tomo la regadera de mano para ayudarla a enjuagar su cabello.
—Tenía miedo de morir —confeso la azabache dejando que Fred le lavara el cabello —, de no ver a nuestros hijos... pero creo que los que más me asustaba era saber que no estarías a mi lado, cuando desperté, sé que sonara un poco egoísta por los niños, pero quería verte antes que, a nadie, que me dijeras que todo estaba bien y que nada de eso era un sueño, que realmente de alguna extraña manera estábamos juntos de nuevo y que nuestros hijos estaban completamente bien.
—Es algo contradictorio, porque el día que nacieron nuestros hijos se supone que debería de ser el más feliz y el mejor para un padre, pero para mí fue el peor día de mi vida — termino con su cabello y dejo la regadera a un lado —, el verte inconsciente y llena de sangre fue lo peor, estaba seguro que estabas muerta, era como ver mi peor miedo y no se trataba de un Bogart era la realidad...cuando Draco dijo que estabas en coma la esperanza volvió, lo único que ansiaba era el momento que despertaras, no me importaba nada más, solo quería ver tus hermosos otra vez y escuchar tu voz diciendo mi nombre o cuánto me amas, fueron los peores meses de mi vida... sin ti no sé cómo continuar, eres lo que guía mi camino y mi destino siempre inicia y termina contigo.
Anirak lo tomo por los hombros para chocar sus labios contra lo de él, Fred respondió de inmediato a sus besos mientras sus manos bajaban lentamente recorriendo su silueta y tocando cada parte de su piel tratando de comprobar que era cierto que ella de nuevo estaba entre sus brazos y no se trataba de ningún sueño lucido.
Las finas manos de la Black serpentearon por sus hombros hasta llegar a su nuca donde despeino el corto cabello pelirrojo pegándose más a él y profundizando el beso, amabas lenguas se movían con vehemencia al igual que los labios.
Las manos del pelirrojo terminaron sobre los pechos de sus esposas para acariciarlos con demasiada ternura, al contrario de otras veces que siempre eran bruscos ahora se estaban tomando el tiempo para recorrerse como si fuera otra vez su primera vez juntos.
Anir soltó un jadeo sobre sus labios cuando pellizco uno de sus sensibles pezones.
—¿Vamos a la cama? —pregunto Fred contra sus labios sintiendo como su miembro comenzaba a despertar —...estaremos más cómodos ahí que aquí.
—Sí, vamos.
Fred se separó de ella, la azabache soltó su nuca para dejarlo salir de la bañera, la mujer se puso de pie dispuesta a tomar una de las toallas para secarse, pero sin esperarlo en la cargo aun estando mojados.
—Nos vamos a caer, Freddie.
—¿No confías en que pueda llevarte hasta la cama sin tirarte?
La miro con la ceja enarcada y con una expresión de diversión.
—Confió demasiado en ti, pero si me tiras tu culo pagara las consecuencias.
Bromeo rodeando la cadera de su marido con las piernas, él la sostuvo bien y sin importarles mojar el baño y habitación salieron de ahí para ir a la cama.
—Aunque no lo creas, extrañe tus venganzas en contra de mi culo, Black.
—Como si no las disfrutaras.
—Sucia mujer pervertida.
La dejo sobre la cama para ponerse a horcajadas sobre ella.
—Tú me volviste así.
—Claro, échame la culpa.
Le sonrió para inclinarse y besarle el cuello, ella suspiro al sentir la húmeda lengua del pelirrojo acariciando toda su piel mojada.
Fred pasaba las manos tocando cada centímetro de su piel, no quería ser brusco porque sentía que con cualquier cosa la lastimaría, recorrió con los labios sus clavícula para bajar lentamente por en medio de sus pechos los cuales beso, lamio y mordió dejando marcas rojas que pronto pasarían a ser moradas, se entretuvo con los pezones succionándolos hasta dejarlos completamente rojos, Anir tomo la varita de su esposo para lanzar un hechizo no verbal contra la puerta y evitar así que alguien escuchara lo que estaban haciendo.
Bajo por el vientre de su esposa dejando varios besos y deteniéndose en la cicatriz, apenas y se veía, acaricio el relieve con suavidad.
—¿Se ve muy fea? —pregunto alzando su peso con los brazos para verlo —...Draco y Tanith hicieron lo mejor que pudieron para que volviera a la normalidad, solo que la cicatriz no desaparecerá por completo.
—Estas más hermosa que antes — dejo pequeños besos sobre la cicatriz —, nunca entenderé porque eres tan insegura respecto a estas cosas, incluso con las pequeñas marcas que tienes en el trasero, apenas y se ven, pero siempre te molestas cuando me detengo a verlas.
—Se ven feas...
—A mí me gustan...desde la primera vez que te vi desnuda te lo dije, eres jodidamente hermosa, Anir, me encanta cada pequeña parte de ti, nunca me cansare de repetírtelo.
—No puedes ser romántico mientras estamos por coger.
—¿Quieres que te insulte mientras te la meto?
—Por favor.
—Babosa —puso los ojos en blanco para bajar lentamente.
—Babosa me la pones.
Fred soltó una risa escandalosa para detenerse sobre los pliegues de Anir.
—En eso tienes razón, estas muy húmeda.
Se inclinó para comenzar a besar los labios vaginales, podía distinguir el sabor agridulce por los fluidos que se diferenciaban del agua con facilidad. Ella arquea la espalda gimiendo el nombre del hombre entre sus piernas, llevo la mano a la centelleante mata pelirrojo para acariciarlo y empujarlo contra su humedad esperando por más.
Fred sonrió y abrió los labios para succionar y llegar hasta el clítoris hinchado, jugando con la lengua y mordiéndolo en el proceso, se sentía en a gloria, había extrañado tanto el sabe de su esposa y él estar entre sus piernas que justo ahora no cabía de la felicidad.
Movía el pequeño botón en forma circular y daba lengüetazos, llevo los dedos hasta su entrada para penetrarla sin previo aviso, Anirak apretó los muslos contra los lados de la cabeza de su esposo, estaba más sensible que nunca, quizá se debía a tanto tiempo sin utilizar el cuerpo, ahora sentía todo al doble, los dedos de Fred eran muy largo llevándola a un punto de éxtasis que la mareaba.
Fred siguió estimulándola con más intensidad, le gustaba sentir como se retorcía bajo ella, alzo la mano libre para acariciar el pecho libre ya que el otro era estimulado por la azabache que pasaba los dedos sobre su pezón para pellizcarlo, Fred sabía lo que le gustaba a su esposa así que apretó el seno izquierdo para amasarlo con fuerza.
Las puntas de los dedos de Fred golpearon contra el punto G y succiono al mismo tiempo el clítoris y en menos de un segundo, Anirak se contrajo contra sus dedos siendo golpeada por un fuerte orgasmo, el pelirrojo encantado saco los dedos para saborear todos los fluidos que salían de la vagina de su amada.
Quito la mano del cabello del Weasley para dejarse caer en la cama con la respiración agitada, una fina capa de sudor cubría todo su cuerpo.
Fred se alzó y ella pudo distinguir como se relamía los labios viéndola fijamente, algo que resulto demasiado sexy.
—¿Quieres que me ponga condón?
Pregunto acariciando su propia erección, no sabía si Draco le había recetado algún anticonceptivo y él no había tomado la poción.
—No...hoy quiero que lo hagas así, mañana me preocupare por lo demás.
Él asintió para tomar la pantorrilla derecha y alzar la pierna de su esposa hasta su hombro guiando la erección hasta su entrada.
—Te amo tanto —musito entrando por completo en un solo golpe —, te sientes tan bien, muñeca.
—Te amo más, comadreja.
Jadeo sintiendo como la pelvis de Fred chocaba contra ella, al inicio le dolió el tamaño de su esposo, pero a los pocos minutos todo se transformó en placer.
El pelirrojo se inclinó para atrapar sus labios sin dejar de penetrarla, ambos sonreían entre besos y se musitaban lo mucho que se amaban entre otras palabras dulces.
Fred por fin se sentía completo, otra vez tenia a la mujer que tanto amaba y que tan loco lo volvió entre sus brazos.
Cuando era joven nunca se imaginó que a sus veintiséis años estaría casado con una mujer tan sensual como lo era Zibelth Anirak Black- Weasley y mucho menos que formaría una familia con ella, sin duda no cambiara nada y daría todo lo que fuera por estar con ella por toda la eternidad.
(N/t: ¡Hola! ¿Cómo están?
Como verán tendrán que esperar para saber la respuesta de Lys, JAJA, tal vez mañana o tal vez pasado, así que hagan sus apuestas🤑🤑
Muchas querían saber cómo le iba a Fred después de todas sus estupideces, pero al final de cuentas Anir a pesar de tener un carácter fuerte siempre ha sido una mujer demasiado comprensible con Fred y es por eso que su relación ha durado tanto.
También, tanto Libídine como Sempiterno tienen nuevas portadas, ambas fueron hechas por -sxrcqstic- , me encantaron demasiado, tqm❤️
Bueno, nos leemos, las tqm✨)
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