George sonrió al ver a la rubia durmiendo tranquilamente sobre la cama, estaba acostada bocabajo, su pálida piel tenia pequeñas marcas rojas mientras una fina sábana blanca la cubría de la cadera hacia abajo, dejo un húmedo beso sobre el hombro desnudo para salir de la cama sin hacer ruido, se colocó el bóxer y salió de la habitación.
La suite era demasiado grande y cómoda, con tranquilidad fue a la cocina para prepararse un poco de té e iniciar con el desayuno, de esa forma cuando Lyssane despertara ya estaría todo listo, últimamente se daba cuenta que estaba demasiado delicada del estómago por lo que decidió prepararle algo ligero.
En la encimera distinguió un sobre que tenía su nombre con una caligrafía desordenada, sin pensarlo lo tomo para abrir y sacar un pedazo de pergamino, se trataba de una carta, por lo que inicio a leer su contenido:
"George:
¿Cómo están? Espero se la estén pasando muy bien y divirtiéndose.
Harry recogió la carta que enviaste a la casa, Zib y yo no nos estamos quedando ahí.
Fuimos de paseo a las Vegas y la estábamos pasando muy bien, pero Zibelth se comenzó a sentir muy mal por lo que tuvimos que regresar de inmediato, ahora estamos en Grimmauld Place, Sirius y Laetitia se encargaran de cuidarla mientras yo trabajo, Draco ya vino a verla y a pesar de todo, sigue bien, solo fue una falsa alarma.
También Louis está aquí, así que dile a Lys que no se preocupe por él.
Las ventas en Sortilegios Weasley van bien, Ron se está encargando de la sucursal en Hogsmeade.
En fin, cuídense mucho y diviértanse.
Ni se les ocurra regresar antes de lo planeado, no le cuentes a Lys que Zib se puso mal o te hará regresar, ya sabes cómo se preocupa por ella.
Si algo más ocurre te avisare.
Te quiero.
Fred Black-Weasley (el gemelo más guapo)"
George soltó un suspiro, sabía muy bien que el embarazo de Zibelth era de alto riesgo, aunque se suponía que el peligro había pasado al cumplir lo sietes meses e incluso la azabache tenía un muy buen aspecto, solo esperaba que estuviera bien, tal vez debería de regresar de inmediato, pero, conociendo a la azabache si regresaban antes de lo planeado se pondría furiosa y trataría se asesinarlos.
Doblo la carta para volverla a meter al sobre y colocarla arriba del refrigerador para que Lys no llegara a verla, la rubia era alta pero no tan alta como él.
Después de eso volvió a preparar el desayuno, el refrigerador estaba lleno de frutas, verduras y demás cosas para preparar lo que quisiera, también podría pedir el servicio a la habitación, pero prefería cocinar.
Lys se despertó algo agitada y rápidamente corrió hacia el baño, de nuevo esas malditas nauseas matutinas, querían que parara y ni siquiera le pregunto a Zib como se hacía la poción para eso.
Al entrar al baño de inmediato alzo la tapa de la taza para vomitar, lo peor es que era pura saliva, ni siquiera había cenado anoche por estar follando con George.
Las arcadas por fin se detuvieron, dejándola con un ardor en el esófago, soltó un suspiro para bajar la tapa y jalar la palanca del baño para que el agua se fuera.
Ahora la duda la carcomía, tal vez Zib tendría razón, había una probabilidad de que estuviera embarazada.
Pero, lo que le aterraba era de quien era, no podría ser de George porque los tiempos no coincidían.
Se acercó al lavamanos para lavarse los dientes y el rostro, estaba demasiado pálida y podía distinguir en su cuerpo varias marcas de mordidas, todas provocadas por su amante pelirrojo.
Los ojos se le llenaron de lágrimas, no quería estar embarazada, George era tan bueno con ella que no se merecía eso.
Trato de tranquilizarse al ver una pequeña maleta negra a un lado del lavamanos, le extraño porque tenía una pequeña tarjeta con su nombre escrito en ella, se acercó para tomarla y abrir la maleta.
Distinguió algunos juegos de ropa interior demasiado reveladores y varios pequeños frascos llenos con la poción que Zib le había dado aquel día.
Lys desdoblo la tarjeta y distinguió la elegante caligrafía de la azabache:
"Lys:
Este regalo es de mi parte, espero te guste, me imagino que todo te quedara.
También incluí algunas pociones para las náuseas, si las llegas a tomar tendrás que hacerte una prueba de embarazo cuando vuelvas y no acepto un no por respuesta.
Ahora solo relájate y disfruta.
Te quiero.
Zibelth Black-Weasley"
¿A caso esa mujer podía ver el futuro? ¿O por qué siempre parecía estar preparada para todo?
Si esperar a más, tomo un frasco para beber todo el contenido, sintiéndose al momento mucho mejor, guardo el frasco en la misma maleta y la nota la tiro por el escusado para que George no la fuera al descubrir.
Se recogió el cabello en un moño despeinado para salir del baño, una sonrisa se instaló en sus labios al ver a George recostado en la cama con una pequeña charola con el desayuno.
—Bonjour, beau soleil.
Lys sintio sus piernas temblar al escuchar al pelirrojo hablar en francés con esa voz ronca que tanto lo caracterizaba.
—Bonjour chéri —le guiño el ojo acercándose a él —, no sabía que ya podías hablar francés.
—Estuve practicando lo básico — se encogió de hombros para sentarse y unir sus labios con los de la rubia en un dulce beso —, preparé el desayuno.
—Se ve delicioso — Lys se sentó a su lado y tomo del mueble de la cama la cámara que le había regalado Zib para apuntar al pelirrojo —...sonríe.
—Estoy semi desnudo —George solo sonrió y le tomo una foto —... ¿Salí guapo?
—Eso siempre.
Ambos siguieron jugando con la cámara mientras desayunaban tomando distintas fotografías que seguramente se quedarían en privado para disfrute de ellos dos.
✹✹✹
Lys entro al ascensor seguida de George, irían a recorrer Roma.
—¿A dónde quieres ir primero, amor? — George sujetaba su mano viéndola a los ojos sonriendo — ¿Coliseo o quieres que recorramos el centro de la ciudad?
—El coliseo suena bien —el pelirrojo se inclinó para besarla de forma lenta.
El beso era acompasado, Lys disfrutaba de sentir la lengua de George recorriendo su cavidad bucal, mientras el pelirrojo se aferraba a su cintura, la rubia sabia a pasta dental y durazno por el labial que usaba.
El beso comenzaba a subir de intensidad y las grandes manos del George bajaron al tonificado trasero de la rubia para apretarlo.
—George — Lys se separó para detenerlo antes de que adentrara las manos dentro de su corto vestido cuando el ascensor se detuvo —...va a entrar más gente.
—De acuerdo —suspiro soltando a la mujer para pararse a su lado y rodearle los hombros con el brazo —, te ves hermosa.
Musito para besarle la sien, las puertas se abrieron y tres parejas más entraron.
—Buenos días —saludaron amablemente las demás personas, como era una zona turística era normal que la mayoría hablara inglés, facilitándole a George entender las mayorías de las cosas.
—Buenos días — respondieron al unísono Lys y George haciéndose hacia atrás para dejar que las persona se acomodaran, la pareja quedo en la esquina izquierda, el pelirrojo estaba detrás de la chica rodeando su cintura con un brazo.
El elevador bajaba de forma lenta indicando cada piso, apenas iban en el diez por lo que faltaban nueve más, las personas de enfrente hablaban alegremente, Lys sentía la cálida respiración de George sobre su nuca.
Escucho como George maldecía y se dio cuenta que había tirado la billetera, la rubia iba a inclinarse, pero ella detuvo.
—Yo la alzo, cielo — hablo con voz ronca para agacharse.
Lys solo asintió, mientras observaba a la gente, eran personas mayores, dos matrimonios heterosexuales y una pareja homosexual que parecía muy enamorada, se notaba con solo verlo en sus miradas, Lys se alegraba por ellos, le gustaba ver como poco a poco las personas eran cada vez más libres sin miedo a demostrar a quienes amaban.
Se sobresaltó al sentir una mano en el tobillo, así que bajo la mirada para ver como George recorría con suavidad su pierna izquierda mientras se levantaba, la deslizo lentamente hasta arriba. Lys reprimió un jadeo al sentir la mano del pelirrojo sobre su trasero, George se colocó detrás de ella.
—George —murmuro la rubia, pero el pelirrojo solo sonrió traviesamente.
Rodeo la pequeña cintura de Lys con la mano libre, mientras la otra la introducía en su braga para colocarla en una buena posición que le permitiera pasear los dedos sobre sus húmedos pliegues.
Lys estaba completamente sonrojada y nerviosa, mientras veía a las personas que tenían delante, ninguno tenía idea de lo que estaban haciendo, cualquiera que volteara creían que se trataba de una cariñosa pareja haciéndose mimos.
—Quédate quieta — murmura George sobre el oído izquierdo para besar la piel debajo de él.
La rubia siente como lleva los dedos hasta el clítoris moviéndolos de forma circular, se tiene que morder el labio inferior para evitar gemir. Cada toque se siente como fuego ardiendo sobre su piel. Todas sus zonas nerviosas están al cien provocándole una mayor estimulación.
George remplaza el dedo anular y medio por el pulgar, sin dejar de acariciar el botón más sensible de Lys, lleva los demás dedos hasta su pequeña entrada.
Lys está demasiado acalorada y ardiente, el morbo de tener seis personas enfrente incrementa su excitación, se retuerce entre los brazos de George y el solo recarga la barbilla contra su hombro dejando pequeños u húmedos besos sobre su piel desnuda.
Sin dejar las caricias sobre el clítoris ya hinchado y latente, introduce de forma lenta dos dedos que resbalan con mucha facilidad, Lys tiene que morderse la lengua para no jadear, se siente en la cima del placer.
Ya van por el cuarto piso, Lys no sabía cuánto tiempo más podría aguantar esa tortura de no gemir, quiere gritar y exclamar el nombre de George pidiendo por más.
George continua con sus caricias, sus dedos entran y salen con facilidad disfrutando de la calidez de la rubia, siente como sus paredes vaginales comienzas a contraerse apretándolo.
—No te corras, Lyssie —murmura mordiendo el lóbulo de su oreja, Lys cerró los ojos echando la cabeza hacia atrás y recargándose sobre el masculino pecho de George, en ese momento siente como la enorme erección golpea su trasero —, eso lo quiero para después.
Los dedos de George dieron dos últimas embestidas para salir de ella, dejando a Lys con la respiración agitada, con disimulo el pelirrojo saco la mano acariciándole el trasero.
El ascensor indico que estaban en el piso que debían de bajar, Lys recupero el aliento para acomodarse rápidamente el vestido, el pelirrojo trataba de pensar en cualquier otra cosa para calmar su latente erección, se concentró en el feo vestido café de la señora regordeta frente a ellos.
Las personas salían de ahí, Lys tomo su mano para también hacerlo.
—No puedo creer que hicieras eso — riño Lys con el rostro completamente rojo.
—No parecías quejarte hace unos minutos — se burló el pelirrojo para ir a la salida —, al contrario, lo estabas disfrutando demasiado.
—Cierra la boca, George — hizo un pequeño puchero para salir cuando George le abrió la puerta.
Como el coliseo se encontraba exactamente frente al hotel decidieron ir caminando mientras veían los pequeños puestos ambulantes que había, vendían distintos recuerdos y regalos.
Lys se concentró en buscar algunos recuerdos para el matrimonio Black-Weasley, para sus hermanos y para Draco, George hizo lo mismo sin perder de vista a la rubia que parecía muy curiosa, le gustaba ver como se emocionaba con pequeñas cosas y como a todo le quería tomar fotografías para mostrárselas después.
—¡George! —Lys lo llamo, el pelirrojo termino de pagar los souvenirs para caminar rápidamente hacia ella, estaba en un puesto donde vendían cosas para bebés —... mira esto.
La rubia le enseño un pequeño traje de león, ella lucia demasiado tierna, sus ojos brillaban con intensidad mientras sonreía.
—Es demasiado lindo.
—¿Verdad que sí? — Lys estaba completamente emocionada y giro hacia la propietaria del puesto —, me podría dar dos en la misma talla, por favor.
—¿Van a tener gemelos? — la señora les sonrió amablemente para buscar los trajes —... sin duda serán muy bonitos, los dos son muy guapos.
El rostro de Lys se volvió a ascender en un tono rojizo mientras George sonreía, no le molestaba para nada la idea de tener hijos con Lys.
—Si — rodeo la cintura de la rubia de forma cariñosa —, sin duda, serán igual de hermosos que su madre.
Lys soltó una risa nerviosa para sacar el dinero y pagar por los trajes que la señora le extendía y guardarlos en su bolso.
—Que tengan una feliz vida.
—Gracias, igualmente —se despidieron para volver a caminar.
George reía por el rostro sonrojado de la chica.
—¡George, aun no tendremos hijos!
—Lo sé —se encogió de hombros —, pero ella no lo sabe y ya escuchaste, nuestros hijos serán hermosos.
—Eres un tonto — Lys solo negro con la cabeza para sacar los fast pass para entrar al Coliseo —... los trajes son para George Sirius y Regulus John.
—Cuando tengamos hijos tendremos que venir por unos iguales —rodeo los hombros de Lys para caminar a la entrada del coliseo, gracias a esos pases evitarían toda la cola —... tal vez en la luna de miel los podremos comprar.
—¿Luna de miel? —Lys enarco la ceja—, umm... no sé si quiera casarme.
—Puedo tratar de hacerte cambiar de idea —se encogió de hombros —, o igual, podríamos hacer otro viaje cuando formalicemos — la rubia lo miraba con curiosidad —, ya sabes, cuando recuperes tus recuerdos me gustaría que tuviéramos algo formal — exclamo acomodándose las gafas de sol —...algo claro, en lo que dejemos claro lo que queremos.
—Tendremos esa conversación después, Georgie.
—Lo que desees, preciosa.
Lys también se acomodó las gafas oscuras para acercarse a la fila donde estaban los que tenían los fast pass.
El recorrido fue demasiado agradable, un guía les explico toda la historia del Coliseo romano y como es que los muggles lo usaban en la antigüedad lo usaban para la venationes que eran peleas de animales, los noxii mejor conocidas con las ejecuciones de prisioneros por animales, así como para las munera: peleas de gladiadores, sin duda los muggles tenían grandes hechos históricos que contar.
Lys tomaba todas las fotos que podía e incluso se tomó varias a lado de George, e igual el pelirrojo tomaba la cámara para tomar diversas fotos de la rubia como su modelo favorita, estaban muy seguros que tendrían muchas fotos para recordar esos buenos momentos.
La estructura del coliseo era algo vieja de forma ovalada, tenía tres pisos y cada uno de ellos estaba compuestos por ochenta arcos de medio punto sostenidos por columnas, aunque varios de ellos ya estaban demasiado destruidos por el pasar de los años.
Lys se alegraba de haberse puesto un vestido, ya que hacia demasiado calor por lo que se sentía más fresca con él.
Estuvieron alrededor de tres horas en el coliseo romano escuchando toda la historia y recorriendo, después de eso George fue por el automóvil para ir a un hermoso y elegante restaurante donde disfrutaron comida típica de Italia.
La tarde paso muy rápidamente, y cuando comenzaba a anochecer se dirigieron a la Villa Borghesse, un hermoso parque de estilo francés renacentista, tenía la forma de un gran corazón y estaba lleno de tranquilidad.
Lys quedo maravillada con las diversas esculturas que habían ahí, especialmente con la de Apolo y Dafne que reflejaba demasiada sensualidad.
Siguieron caminando hasta llegar a la orilla del lago.
—Pareces muy feliz — George se desabrocho los primeros tres botones de la camisa para pasar la mano entre su centelleante cabello despeinándolo disfrutando de la fresca brisa nocturna.
—Lo estoy —Lys se soltó el cabello dejando que cayera sobre su espalda en forma de cascada —, gracias por traerme...
—Quería darte nuevos recuerdos, que fueran felices.
El cabello de Lys brillaba por el reflejo de la luz de la luna, lucia demasiado hermosa, George no sabía si su brillo era por ser veela o si simplemente era así de hermosa.
Esa mujer lo tenía completamente enamorado, cada detalle en ella lo volvía completamente loco, era como si nunca en su vida hubiera amado a nadie más. La quería por siempre en su vida.
Lys Delacour era su mundo.
—George — Lys llamo dejando de ver el lago para ver al pelirrojo, él le puso toda la atención del mundo. George trago saliva con fuerza, su cabeza comenzó a dar vueltas mientras sentía como el corazón le latía con tanta fuerza que estaba seguro que ella lo podría escuchar, las palabras que acaba de decir rezumbaban una y otra vez, no podía creer lo que ella decía, quería pellizcarse para saber que no era un sueño todo eso, pero cuando lo volvió a repetir de forma más lenta supo que todo era verdad —...o
(N/T: ¡Holaa! ¿Cómo están?
¿Qué creen que le haya dicho Lys a George?
¿Lys estará embarazada?
Y como verán, Fred tambien tomo el apellido Black-Weasley, jeje.
Jeje, muchas gracias a todas por sus votos, lecturas y comentarios.
Las amo mucho♥
Nos leemos en unos días)
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