XII: Sol y luna
Los días pasaban rápidamente en la casa Black-Weasley y con eso llego el primero de abril, el cumpleaños de los gemelos Weasley.
Lys fue la primera en despertarse y pudo observar a George durmiendo, desde que llego ella se quedaba en su habitación ya que se sentía demasiado cómoda a su lado, el pelirrojo le transmitía mucha paz y seguridad, pero al mismo sentía que él era como un niño pequeño que necesitaba ser protegido.
Con sigilo se levantó de la cama para ir al baño donde de forma rápida se lavó el rostro y los dientes para no tener el clásico mal aliento mañanero, recogió su cabello en una coleta despeinada y tomo una playera de George y unas bragas, ya que anoche habían tenido sexo y ambos se quedaron dormidos desnudos.
El sexo con George Weasley era de lo mejor, disfrutaba demasiado y él parecía conocer tan bien su cuerpo que con cada toque la volvía loca.
Al salir del baño, fue a la pequeña mesita de noche que estaba de lado izquierdo de la habitación para tomar la poción que Draco le había entregado, gracias a ella últimamente tenía más recuerdos, quizá no eran tan grandes, pero ya comenzaba a unir todas las piezas del rompecabezas.
Recordaba como conoció a George en la boda de su prima Fleur para comenzar a escribirse cartas algunas veces y enviarse pequeños obsequios, como lo reencontró en el cumpleaños de Victoire y también como conoció a Zibelth en Sortilegios Weasley de Hogsmeade, el matrimonio Black-Weasley antes de estar casados habían encontrado a George y Lys casi teniendo sexo en la bodega, después de eso fueron a cenar y una a la semana siguiente la azabache le mando una carta para salir a cenar y desde entonces se volvieron amigas muy cercanas.
Pero había algunos recuerdos que la alteraban un poco y prefería no sobre analizar, era de su infancia, aquellos que Pierre había cambiado por felices ahora solo eran tristes y dolorosos.
Golpes, lágrimas y gritos era lo único que había en ellos.
Alejo esos pensamientos cuando la voz de George inundo la habitación.
—Buenos días, preciosa.
George se sentó en la cama, seguía adormilado con el cabello completamente despeinado y una pequeña sonrisa.
—Buenos días, Georgie — Lys se acercó para subirse a la cama quedando sobre sus propias rodillas viendo al pelirrojo —...feliz cumpleaños, cariño.
Una sonrisa enorme se instaló en los labios de George, Lys cada día era más cariñosa con él ya fuera hablándole dulcemente o abrazándolo cada que quisiera y eso le gustaba demasiado, ya que sentía que poco a poco todo estaba volviendo a la normalidad.
—Gracias, pequeño sol —Lys coloco cada pierna a los costados de George sentándose sobre su cadera aun cubierta con la sabana— ¿Qué haces, Lyssie?
Murmuro al sentir los labios de Lys besando la piel debajo de su oreja.
—Nada ¿por?
Lys dejo un húmedo camino de besos y lengüetazos desde la piel debajo de su oreja hasta el hombro, los suspiros escapaban de los labios del pelirrojo, él llevo las manos a la cintura de Lys para acariciarla con cariño.
—Hoy pareces muy activa...
Un jadeo escapo cuando Lys succiono la piel de su clavícula.
—Es tu cumpleaños, debemos celebrarlo de una buena forma.
George sentía la humedad de Lys traspasar las bragas y la sabana mojando su cadera desnuda, llevo las manos al borde de la prenda para jalar el elástico.
—Me parece bien — los labios de la rubia recorrieron desde su pecho hasta el abdomen bajo donde se entretuvo jugando con la fina línea de vello pelirrojo que guiaba hasta la entre pierna que ya se marcaba en la sabana.
Lys besaba su línea v para acomodarse entre sus piernas, George recargo el peso sobre sus brazos para alzarse y ver los movimientos de Delacour, trago saliva cuando ella le quito la sabana dejando ver su gran erección.
—Estas muy duro, cielo —la voz de Lys estaba cargada de sensualidad, con una de sus manos envolvió el miembro de George, él se mordió el labio inferior disfrutando de su suavidad —...pareces muy ansioso.
La mano subía y bajaba de forma lenta por toda la longitud, George soltaba algunos jadeos cerrando los ojos cuando la oleada de placer recorría su cuerpo. Cada caricia de Lys lo estaba haciendo perder la cordura, extrañaba tanto eso...
Lys acariciaba de forma circular para ir subiendo hasta el glande, lo envolvió con la palma de la mano para después volver a bajar, repitió esa acción por varios minutos, sentía como el pene de George se volvía cada vez más duro y las venas se marcaban más, el líquido pre seminal escurría de la punta causando que deslizara con más facilidad.
Llevo los labios hasta la punta para lamerla lentamente.
—¡Lyssane! —jadeo George con fuerza arqueando la espalda y echando la cabeza hacia atrás —...que rica se siente tu boca...
Lys introdujo lo más que pudo a su boca, acariciando lo que sobraba con las manos, los gemidos y gruñidos del pelirrojo inundaban la habitación causando que la rubia se sintiera más excitada.
Una de las manos de Lys se dirigió a los testículos para jugar con ellos sin dejar de estimular el glande con la lengua, lo succionaba. Saco el miembro de George se su boca para tomarlo con la mano y recorrer toda la longitud con la lengua de forma lenta hasta llegar a los testículos.
El cuerpo de George se tensaba ante cada estimulo, se sentía en la gloria, realmente extrañaba el sexo oral que le hacia su rubia, era el mejor que nadie le había hecho y lo volvía loco llevando al punto de éxtasis todos sus sentidos.
La rubia jugueteaba con los testículos con cuidado de no lastimarlos, los llenaba de saliva para soplar sobre ellos, esa acción causaba que un placenteros escalofrió recorriera al pelirrojo.
—Lyssane...
Gimoteaba aferrando las manos a las sabanas y moviendo la cadera hacia arriba, Lys llevo la punta de los dedos a la piel del perineo para dejar caricias en forma de círculos invisibles, dejo los testículos para regresar lamiendo la longitud del miembro punzante de George, las venas se marcaban demasiado y estaba brilloso por la mezcla del líquido pre seminal y saliva.
Envolvió la cabeza con los labios para chupar sin dejar de acariciar la piel de forma suave.
—Lyssie...me voy a correr —suspiro George al sentir como su abdomen punzaba y los testículos se sentían calientes.
Lys chupo con más ímpetu dejando la piel del perineo para rodear el miembro de George con su mano, subiendo y bajando cada vez más rápido.
—Que bien la chupas —gimió para liberarse en la boca de Lys.
El sabor agridulce de George inundo la boca de Lys, ella trago todo lo que pudo disfrutando de su sabor, era demasiado agradable.
Una fina capa de sudor cubría el cuerpo desnudo del pelirrojo, su respiración estaba errática, abrió los ojos para ver a la rubia que se limpiaba las comisuras de los labios.
—Ven aquí, preciosa.
Le hizo una seña, y Lys sonrió para sentarse sobre su cadera y unirse en un beso necesitado, George alcanzo a probar su propio sabor mezclado con la saliva de la rubia, pero no le molesto, todo lo contrario.
Las manos de George terminaron sobre la delgada prenda de encaje para quitársela de inmediato, Lys se levantó unos centímetros para ayudarlo.
Una vez que ya no hubo tela que los separara, la rubia rozo amabas intimidades causando que gimieron a la vez, el miembro de George comenzó a eructarse nuevamente al sentir los fluidos de Lys.
—Estas muy duro, Georgie.
La rubia sonreía disfrutando de mover su cadera lentamente sobre el peno erecto de George, le gustaba ver la cara del pelirrojo cada que gemía.
—Tú me pones así, Lyssane.
Ella sonrió y bajo la mano para tomar la erección guiando la punta hacia su entrada, en un solo movimiento hizo que entrara.
—Que rico se siente —gimoteo Lys moviéndose de forma circular —, no sabes cómo me gusta cuando la metes.
—Eres la mejor, Lyssie.
La rubia siguió moviéndose sobre su amante, las manos de George se aferraban bruscamente a la pequeña cintura para ayudarla a moverse.
Los gemidos y sus pieles chocando era el único sonido que inundaba la habitación.
Lys brincaba sobre George en algunos momentos, repitió varios minutos esos, cuando el pelirrojo soltó un brusco jadeo para tener un segundo orgasmo, corriéndose dentro de la veela.
—Feliz cumpleaños, Georgie...
Musito Lys recargando la cabeza sobre su pecho, George la rodeo con los brazos para besar su cabello.
—Gracias, Lyssie.
Las respiraciones de ambos eran agitadas.
Se quedaron un gran rato abrazados, ninguno hablaba, pero disfrutaban de su compañía mutua.
El corazón de George latía con fuerza, sin duda, tener a Lys entre sus brazos hacia que su cumpleaños fuera de los mejor.
George termino de ponerse la camisa y tomo la pequeña caja con las mancuernillas y anillo que le había regalo Lys por su cumpleaños, realmente era un regalo muy lindo y estaba claro que aparte de ahora esas piezas de oro eran una de sus pertenencias más importantes.
Se acomodó los puños de la camisa celeste que llevaba para cerrarla con las mancuernillas, lucían muy bonitas y combinaban con todo.
Tomo el anillo para observarlo y se dio cuenta de que se trataba de dos piezas complementarias, un sol y una luna, sonrió y de inmediato él se colocó la pieza que tenía el sol, la luna se la daría a su pequeño sol...no sabía si ella se habría dado cuenta, pero le acaba de regalar unos anillos de pareja.
Salió de la habitación para bajar las escaleras, cuando sintió como lo tomaban de los hombros
—¡Feliz cumpleaños, Georgie! —se trataba de Fred, el gemelo mayor giro para topárselo, tenía una sonrisa enorme.
—¡Feliz cumpleaños, Freddie!
Ambos se unieron en un abrazo cariñoso deseándose lo mejor y diciéndose cuanto se querían
✹✹✹
La fiesta en la madriguera transcurría de forma tranquila, Lys tenía en las piernas a Victoire que jugaba a peinarla.
Los gemelos se encargaban de prender fuegos artificiales jugando con Teddy, Ron, Harry, Sirius y Louis, mientras Zib estaba al lado de Lys platicando con las demás mujeres que estaban emocionadas por organizar un baby shower para los impostores, al igual que apostaban que serían pelirrojos por los fuertes genes de los Weasley.
La rubia se sentía demasiado cómoda en ese lugar, era un ambiente familiar y estaba llena de deliciosa comida, Molly, la madre de George, fue muy amable con ella y la trataba como una hija más, parecía que se habían conocido desde antes.
Al cabo de un rato Victoire, para disgusto de Bill, fue corriendo a jugar con Teddy.
Lys se puso de pie para ir al baño, estaba tan sumida en sus pensamientos que no sintió como alguien iba tras ella para tomarla de la cintura y empujarla dentro de una de las habitaciones.
—¡George!
La rubia veía al pelirrojo que tenía una sonrisa coqueta en el rostro.
—¿Ya te dije que te ves hermosa con ese lindo vestido? — dejaba pequeños besos sobre sus labios de forma cariñosa —...eres la mujer más hermosa, cielo.
—Tú también te ves muy guapo —el pelirrojo sonrió para dejar los carnosos y suaves labios de la rubia y bajar hacia su cuello —...Georgie, estamos en casa de tus padres.
—No estamos haciendo nada malo —musito para lamer la desnuda piel del blanco cuello de Lys, robándole un suspiro —, solo estamos platicando.
—George...
Jadeo Lys al sentir como mordía su cuello y apretaba uno de sus senos sobre la ropa.
—Lys, no hagas ruido que nos escucharan abajo — murmuro para bajar uno de los tirantes del vestido liberando el pecho derecho de Lys, la rubia disfrutaba de no usar sostenes a veces por lo que ese día no llevaba —...me encantas.
Bajo los labios para atrapar el pezón para succionarlo y morderlo.
Lys sentía como se humedecía su braga, los labios de George sobre su pezón y sus grandes manos apretando su trasero la estaban volviendo loca.
La erección del pelirrojo comenzaba a hacerse presente gozando de los sensuales jadeos de su rubia, lentamente la llevo hacia la cama, dejo su pezón para recostarla y el ponerse a horcajadas.
—Te amo, Lyssie...
Murmuro para volver a atacar su cuello y meter las manos bajo el vestido.
Lys sabía muy en el fondo que tenía unos sentimientos demasiado fuertes por George, quizá se trataba de amor, pero aun no podía decirlo.
Llevo la mano a los botones de la camisa, cuando escucharon como la puerta se abría y unos sonidos de besos y unas risas se hicieron presentes.
—¡¿Enserio, George?!
Exclamo el pelirrojo que acaba de entrar, George soltó un suspiro de frustración, sacando las manos del vestido de Lys para ayudarla a acomodarse la ropa.
—¡También es mi habitación!
El gran cuerpo del gemelo menor cubría a Lys evitando que cualquiera la pudiera ver, una vez que estaba presentable se sentó en la cama y George se quitó sobre ella, distinguió a la azabache que tenía una sonrisa traviesa y un rastro de saliva y marcas rojizas en el cuello, se fijó en el gemelo mayor que tenía la camisa desabrochada y desfajada del pantalón al igual que el centelleante cabello pelirrojo despeinado, al parecer el matrimonio habían tenido la misma idea que George.
— Enserio, en estos momentos los odio — George se acomodaba la camisa y Fred imito su acción —...tienes porquería en el cuello, Zib.
Señalo el rastro de saliva.
—Y tú tienes labial en el rostro, Georgie.
La azabache señalo los manchones de labial color durazno sobre los labios del pelirrojo y en la barbilla, ambos se comenzaron a limpiar.
—Gracias por interrumpir —hablo con sarcasmo George.
Fred iba a contestar cuando escucharon como Molly los llamaba.
—Bajaremos primero —Zib tomo la mano de su esposo —, no tarden —le guiño el ojo para jalar suavemente a su esposo —...vamos, Freddie, ya será después.
—Está bien —soltó un suspiro para seguir a su azabache.
Lys sonrió viendo como salían, últimamente Zibelth parecía gozar de una mejor salud, incluso estaba más activa y ya no estaba tan pálida como en días anteriores.
—Creo que tendremos que esperar —George se sentó en la cama tomando la mano de Lys y entrelazando sus dedos —, me gusto el regalo que me diste...especialmente el anillo.
La rubia apretó su mano para verlo a los ojos.
—Me alegro, desde que los vi supe que eran para ti.
George busco en su bolsillo izquierdo para sacar la mitad del anillo, en donde estaba la luna.
—Solo que esta parte es tuya —alzo la mano de Lys para besar su nudillo y llevar el anillo a su dedo anular —, yo me quedo con la parte del sol, porque eres la luz que ilumina mi mundo, de forma ardiente y brillante.... Me das fuerza, me das vida...sin ti no se vivir —tenía la voz ronca, el corazón de Lys se aceleraba con cada palabra —, mientras, yo seré tu luna, para reflejar tu luz y alumbrar tu camino.
Los ojos verdes de Lys estaban empañados en lágrimas y sin esperar a más tomo el rostro de George uniendo en un cariñoso beso, demostrándole todo lo que sentía sin necesidad de palabras.
Quizá Lyssane no recordaba lo que era amar, pero estaba segura que con George lo había aprendido.
(N/t: ¡Hey! ¿Cómo están?
No sé ustedes pero ya extrañaba la paz y los momentos románticos en la historia, jeje
Espero les esté gustando este libro, realmente nunca pensé a llegar a tener el apoyo que tengo en mis historias, las amo millones❤️
Muchas gracias a todas por sus mensajes, comentarios, votos y lecturas❤️
Nos leemos✨)
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