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V: Bésame

(N/T: Las letras así son cuando hablen en francés)

George y Fred caminaron por todo el salón de la gran casa en busca de la rubia que el gemelo menor tanto necesitaba.

—Fred, George — Lyssandre llego tras ellos —, no la encuentro por ningún lado.

—Nosotros menos — contesto Fred dando la vuelta para encarar a Lyssandre —... ya la buscamos por todos lados.

—Necesitamos distraer a Pierre y uno debe de subir al piso de arriba, yo lo intente, pero me detuvieron —observo a George —...tú subirás a buscarla, mientras tu clon y yo nos encargamos de distraer a mi papá.

—De acuerdo... ¿Cuestas habitaciones hay o cómo?

George enarco la ceja esperando la respuesta mientras Fred parecía demasiado serio por tener que ir con Lyssandre.

—En el siguiente piso están las habitaciones principales: La de papá, Lys, la que alguna vez fue de Louis y la mía. La de Lys es la primera a la derecha subiendo las escaleras — señalo las escaleras, el mayor de los Delacour estaba parado al final de ellas platicando con varios hombres que parecían ser demasiado ricos por el tipo de trajes costosos que usaban —, para el piso que siguen esta un viejo estudio y habitaciones de huéspedes, dudo que este ahí, pero búscala.

—Sí, yo la buscare y hablare con ella.

—Zorro — el rubio volteo a ver a Fred que solo puso los ojos en blanco — ¿Tienes alguna idea de cómo hacer una distracción?

—Obviamente — saco de la bolsa del pantalón una magicaja básica de salvajes multifuegos Weasley —, con esto los distraeremos un buen rato.

—¿A caso tenías planeado usarlos? — George y Lyssandre hablaron al mismo tiempo, el gemelo mayor nunca menciono que traería fuegos artificiales o algo así.

—También traje pastillas vomitivas — se encogió de hombros y observo a su gemelo con una sonrisa —, te lo dije ¿no?, si no podemos detener esta estupidez la destruiremos.

—Gracias, Freddie.

George sonrió, como siempre, Fred estaba para apoyarlo en todo.

—Bueno, nosotros nos acercaremos, cuando veas que todos están distraídos, corres al segundo piso ¿de acuerdo? —explico el rubio—, no se puede hacer una aparición porque la casa tiene un hechizo anti apariciones.

—Sí, entendido.

George y Fred chocaron los puños por última vez.

El pelirrojo mayor y Lyssandre se acercaron unos cuantos metros escondiéndose entre la gente.

—Mmh...gracias, Fred — musito Lyssandre observando a su padre que platicaba con varios hombres, mientras el pelirrojo sacaba los magifuegos —...por ayudar a que Lys regrese.

—Lo hago por mi hermano y esposa, también porque Lys es mi amiga.

Lyssandre y él intercambiaron una mirada, al menos la hostilidad en Fred era menor.

—Supongo que me agradas un poco — Fred enarco la ceja con una sonrisa burlona —, pero eso no significa que me deje de gustar tu esposa, aunque este embarazada — sonrió cínicamente—, estaré esperando a que la cagues con ella otra vez.

—¡Vete a la mierda, imitación de Barbie barata!

Exclamo molesto para tomar la varita y hacer que los fuegos artificiales se dirigieran hacia los mayores, causando varios gritos y que la gente comenzara a correr.


✹✹✹


Luego de que Fred y Lyssandre lograran distraer a toda la gente provocando que todos corrieran evitando los fuegos artificiales, George subió rápidamente por las escaleras para buscar a la rubia.

El pasillo era enorme, pero giro a la derecha y entro en la primera puerta con Lyssandre le había dicho, observo todo a su alrededor, las paredes eran de color rosa claro y todo estaba decorado con colores pasteles, sin duda muy acorde a la personalidad de Lys.

Toda esa habitación olía a cítricos, especialmente a mandarinas justo como lo hacia ella, un suspiro escapo de los labios del pelirrojo al recordar lo suave de su piel, la busco en el gran baño que tenía y en cada parte de la habitación, pero no había ni rastro de ella.

Salió de ahí para continuar con las demás recamaras que se encontraban en el pasillo, al girar la cabeza a la izquierda alcanzo a distinguir una fina silueta.

Su corazón dio un brinco y exhalo todo el aire en sus pulmones al reconocerla, estaba cien por ciento seguro que ella era.

Su pequeño sol estaba solo a unos metros de distancia.

A grandes zancadas camino hacia Lyssane Delacour, un hermoso vestido verde de tela fina acentuaba cada curva de su cuerpo con delicadeza, George se dio cuenta que estaba más delgada a comparación de la última vez que la vio, pero seguía igual de hermosa. Tenía el cabello recogido dejándole admirar el cuello delgado y el hermoso perfil, que vivía grabado en su memoria, de nariz pequeña y perfilada, las largas pestañas descansaban por algunos segundos sobre los pómulos rosados cada que parpadeaba.

Vio hacia todos lados, y al darse cuenta que estaban completamente solos, sin perder más tiempo, con facilidad la tomo de la cintura para meterla en la habitación frente a ellos.

—¡¿Quién demonios crees que eres?!

La soltó para cerrar la puerta y poner el pestillo, de forma rápido giro para verla, Lys dijo algo en francés que él no comprendió.

—Lyssane...

Su voz salió más ronca de lo planeado, pero era un mar de emociones al tenerla enfrente, el ceño de Lys estaba levemente fruncido, los jades que tenía por ojos lo observan con confusión e inclusive un poco de miedo, alcanzo a distinguir que había llorado ya que su pequeña nariz estaba rosada.

Las piernas de Lys temblaban, el corazón le latía con tanta vehemencia que sentía que desbocaría de su pecho, él la observaba con adoración y al mismo tiempo nostalgia, como si estuviera viendo algo que creía perdido.

—¿Quién eres?

Pregunto en inglés, al parecer el no entendía el francés, debería de sentir miedo y tratar de huir, pero era todo lo contrario. El pelirrojo frente a ella no le provocaba temor alguno, no era como cuando estaba Cormac cerca, era todo lo contrario, la ponía nerviosa, sentía como el vello de la nuca se le erizaba.

Una tonta sonrisa se instaló en el rostro de George al escuchar la dulce y suave voz de Lys, seguía con el acento levemente marcado sonando jodidamente sensual.

—Cierto, que no me recuerdas — soltó un suspiro al acordarse de ese pequeño detalle—, Lyssane, soy George Weasley.

El nombre George rezumbo en la cabeza de Lys, miles de dudas comenzaron a llenarla de nuevo se sentía perdida, él no parecía ser peligroso, todo lo contrario.

¿Por qué todos en esa casa decían que él era malo?

¿Debía de permanecer alerta ante él?

—Mi padre y Cormac me han hablado de ti — Lys lo recorrió de la mirada, era demasiado atractivo con ese traje formal de color negro, tenía el centelleante cabello despeinado y a pesar de faltar una oreja era demasiado guapo y...sexy, eso no lo podría negar. La sensación de adrenalina y ansiedad se hizo presente ella, sabía que debía temerle, pero no podía —...según ellos...

—Soy tu acosador — a completo el Weasley con un deje de diversión, se moría por estrecharla entre sus brazos para nunca dejarla ir—, Lyssandre me ha contado lo que te dijeron.

—¿Lyssandre? ¿Lo conoces?

Lys enarco la ceja, si su hermano lo conocía significaba que tal vez el pelirrojo frente a ella era bueno, y quizá Zibelth tenía razón sobre la relación que tenía con él.

—Sí, de hecho, conozco a tus dos hermanos, Lyssandre nos trajo a mi hermano y a mí para que tratáramos de hablar contigo...tratar de hacerte entrar en razón y que vengas con nosotros.

—¿Conoces a Louis-Philippe? — George asintió y vio como la preocupación en Lys crecía por saber algo de su pequeño hermano—, ¿Cómo esta él? No lo he visto para nada.

—Lou está bien, está en la casa de Zibelth y Fred, quizá no los recuerdes, pero son tus amigos —explico con tranquilidad—, ha estado viviendo con ellos ya que no puede volver a Francia, te juro que todo los tratamos bien y lo queremos, es un muy buen niño se ha ganado todo el favoritismo de Zib y de hasta mi madre.

—Hable con Zib, es mi amiga — Lys se mordió con suavidad el labio inferior, estaba un poco más tranquila al saber que el menor estaba bien pero aún tenía varias preguntas —, tú y yo... ¿Qué clase de relación teníamos? A estas alturas ya no sé qué creer...

George se acercó unos pasos más a ella con lentitud, esperaba que Lys se alejara, pero no lo hizo, todo lo contrario, lo veía fijamente siguiendo con lentitud cada uno de sus movimientos.

La sensación de miedo en esos momentos no existía en Lys, la tensión incrementaba conforme ambas miradas se unían, lo ojos de George eran oscuros con pequeñas tonalidades de verdes, las pupilas se dilataban conforme recorría el cuerpo de la rubia con lentitud.

—Pequeño sol — la voz ronca y masculina de George le provocaba un cosquilleo en el bajo vientre a Lys —...nos conocimos hacer más de siete años en la boda de tu prima Fleur y de mi hermano Bill, esa vez coqueteamos y nos besamos — una de las grandes manos de George acaricio con suavidad la mejilla de Lys—, seguimos hablando un tiempo por medio de cartas — la mano de George se detuvo en la mandíbula de la rubia acunando su rostro—, cinco años después nos reencontramos en el cumpleaños de nuestra sobrina Victoire...

La mano de George era demasiado cálida, Lys sentía derretirse ante su tacto, no sabía porque, pero de repente se sintió deseosa, quería sentir las manos de George Weasley sobre su piel.

Cormac le provocaba asco, pero el pelirrojo frente a ella despertaba algo que parecía dormido durante bastante tiempo.

—¿Qué más paso con nosotros?

La voz de la rubia salió en un murmuro, George sonrió coquetamente y acaricio con suavidad el labio inferior de Lys con su enorme pulgar, lo hacía de forma lenta.

Lys casi suelta un jadeo ante ese contacto.

—Volvimos a coquetear —George hablo de forma baja, no supo cuando paso, pero estaba demasiado cerca de Lys, ambos alientos se mezclaban —...todo lo de nosotros empezó como algo carnal, demasiado caliente... nuestra química sexual era sorprendente.

La rubia se sentía caliente, como si el fuego corriera por sus venas, Detuvo la vista en los carnosos labios de George, algunas veces su lengua remojaba el inferior de manera lenta, algo que resulto antojo para Lys, trato de concentrarse en otra cosa y subió la mirada, la nariz y mejillas de George estaban salpicadas por varias pecas de distintos tamaños y formas, le daban un aire infantil y coqueto.

—Sígueme contando.

La voz de George era embriagadora, hipnotizarte la hacía perder el control de todos sus sentidos.

—Hacíamos muy seguido el amor, tu disfrutabas como una loca — George se inclinó para rozar sus labios con los de Lys, ella soltó un suave jadeo ante ese tacto —...coges como una diosa, Lyssane. Conozco lo que te gusta, cada uno de tus puntos débiles, donde besar, que posición de gusta, que tipo de sexo te gusta más, cada pequeña marca de tu cuerpo, cada centímetro de piel lo he probado — los labios de Lys estaban entre abiertos, disfrutaba de los pequeños roces de George...se moría porque la besara —, y reconozco cada una de tus miradas...ahora sé que quieres que te bese — George se estaba conteniendo demasiado —...pero no te besare ni te tocare hasta que tú me lo pidas, pequeño sol.

Lys cerro suavemente lo ojos y sin siquiera pensarlo pidió con voz cargada en deseo

— : Bésame y tócame, George Weasley.

George no pudo contenerse más.

Al inicio fue un suave toque, pero ambos comenzaron a mover sus labios con alevosía, George se sentía extasiado, el sabor de Lys seguía siendo el mismo.

El beso se transformó en uno necesitado y lleno de sentimientos por parte de ambos, el pelirrojo mordió su labio inferior pidiendo permiso para adentrar la lengua en la cavidad bucal de la rubia el cual fue concedido de inmediato, para comenzar una guerra entre ambas húmedas lenguas.

Lys sentía su cabeza girar llevándola a las nubes, los labios de George eran suaves y adictivos, una de las varoniles y venosas manos del pelirrojo afirmaba con fuerza su cintura mientras la otra tomaba con suavidad su mandíbula para tener un mayor control del beso.

Lys necesitaba más de George.

Los brazos de Lys rodearon el cuello del pelirrojo para atraerlo hacia ella, él sonrió al sentirla más unida y dio unos pasos hacia adelante para llevarla hacia la cama que estaba detrás de ella.

El cuerpo de Lys termino sobre la cama y George se colocó a horcajadas sobre ella, ambos tenían los labios rojos e hinchados por el beso anterior.

Se vieron durante unos segundos a los ojos, ambas miradas reflejaban lujuria y deseo.

George llevo su boca al cuello de Lys para dejar un húmedo camino de besos que sigue hasta el escote de su vestido, los jadeos y suspiros escapan de los labios de la rubia.

La mano de George sobre su cuerpo no le provocan repulsión ni incomodidad, es todo lo contrario, su toque resulta abrumador y adictivo.

—Sé que te gusta que te bese aquí — murmura George contra el oído de Lys, para después besar la piel detrás de oreja y lamer al mismo tiempo.

—Mmh...

Un gemido nada discreto escapa de los labios de Lys al sentir como la mano de George se desliza sobre su muslo, por encima de la cadera y a lo largo del vientre para alcanzar uno de sus pechos y oprimirlo aun con el vestido puesto.

—Hueles tan bien — sin dejar de besar el cuello de la rubia, mete la mano libre por la hendidura del vestido de Lys, para acariciar su muslo izquierdo.

La mano de George es áspera, pero en lugar de incomodarla provoca que su núcleo se humedezca, la excitación la recorre por dentro.

Sabe que George es un desconocido para ella, pero le resulta imposible detenerse ni siquiera lo quiere intentar.

Por fin, se siente viva, siente su corazón latir, se siente amada, al fin hace algo que ella disfruta y que nadie la está obligando.

—George...

Musito después de que el pelirrojo bajara el escote de su vestido y quitara la varita de Zib, liberando sus pechos y atrapando uno de sus pequeños pezones entre los labios.

George siente como su miembro está demasiado duro, el líquido pre seminal recorre la punta mojándole el bóxer.

Atrapo entre sus dedos la tela de encaje de la pequeña braga que utiliza Lys y la baja con tranquilidad sin dejar de morder y succionar el erecto pezón de la rubia, que alza la cadera para facilitarle la tarea de quitarla.

George suelta el pezón para observarla, y sonríe ante la imagen frente a él, las mejillas de Lys están sonrojadas, los labios entre abiertos, su cabello ya está suelto mientras unos rebeldes mechones adornan su bonito rostro.

—Eres malditamente hermosa, Lys.

Él guardo la braga rápidamente en el bolsillo de su pantalón, sin esperárselo Lys se alza suavemente y atrae su cabeza con una mano para besarse de manera hambrienta.

Acaricia con suavidad los pliegues de la rubia que ya están demasiado húmedos y acalla un gemido con sus labios.

La libido de Lys está más despierto que nunca, las caricias de George son dulces, pero al mismo tiempo duras, les gusta la sensación y se separa para gemir cuando los dedos del pelirrojo atrapan su clítoris frotándolo hacia el lado contrario de las manecillas del reloj.

—Mierda...se siente tan bien...

—Te dije que se lo que te gusta, Lyssane, conozco muy bien tu cuerpo.

Muerde con suavidad la punta de la oreja de la rubia sin dejar de estimular su clítoris, mientras juega con el pezón derecho, pellizcándolo y apretándolo sin llegar a hacerle daño.

A diferencia de Cormac, George se centra en el placer de Lys, no le importa a él lo demás, lo único que quiere es que ella tenga un orgasmo como cada que hacia el amor.

El pelirrojo dejo él botón más sensible de la rubia para llevar los dedos a la boca, Lys soltó un jadeo al ver como el los lamia con lentitud llenándolos de saliva. Él le sonrió coquetamente para de nuevo llevar la mano hasta su entre pierna por debajo del vestido.

George puso los dedos en un signo de amor y paz, para deslizarlos hacia arriba y hacia abajo en el interior de los labios externos, alrededor de los labios interno vaginales de la rubia, la que jadeo con fuerza ante ese movimiento, lo repitió un par de veces más disfrutando del rostro de placer de Lys.

Bajo el dedo anular y medio para introducirlos en el orificio húmedo de Lys.

—Estas demasiado mojada, preciosa...

Movía los dedos de forma circulas mientras con el pulgar acariciaba el clítoris en forma circular, Lys gemía mientras acariciaba el centelleante cabello del pelirrojo que besaba y mordía sus pechos.

George curveo los dedos, apuntando hacia arriba para alcanzar el punto G de la rubia sin dejar de estimular el clítoris, aumento la velocidad y la fuerza.

Lys echo la cabeza hacia atrás cuando el pelirrojo beso su cuello, sentía como sus paredes vaginales se contraían y un cosquilleo la recorría desde la punta del pie hasta su húmedo núcleo.

—¡Santa mierda!

Jadeo y jalo con fuerza el suave cabello de George cuando el orgasmo recorrió su cuerpo, no recordaba cuando fue la última vez que tuvo uno, pero ese sintió como una liberación de toda su frustración, su cuerpo estaba completamente relajado, la palabra satisfecha se quedaba corta.

—Eres mía, Lyssane.

Beso cortamente sus labios.

Sin embargo, Lys aun quería algo más, al ver erección marcada en el pantalón una sonrisa pícara adorno sus labios.

—George — llamo ella mientras llevaba las manos a la hebilla del cinturón del hombre sobre ella —...Follame.

George trago en seco, acaricio su mejilla con suavidad viéndola directamente a los ojos.

—¿Segura, amor? No quiero obligarte a nada...

Los ojos de George demostraban ternura y amor, Lys sonrió enternecida ante eso.

—Hazlo, Georgie, follame...

El asintió para desabrochar su pantalón y bajarlo con todo y bóxer, Lys suspiro al verlo, su pene estaba completamente erecto, era grande y las venas alrededor se marcaban, el líquido pre seminal provoca que se viera más antojoso.

—¿Lista? — George se acomodó entre sus piernas alzando el vestido, tomo su miembro para rozarlo en los labios vaginales de la rubia.

—Si.

Él se introdujo de forma lenta.

Lys sentía como su entrada se abría dejando que el nuevo invasor tomara su cuerpo, aferro las manos a la espalda del pelirrojo enterrando las uñas con fuerza.

Los gemidos y jadeos de ambos inundaban la habitación, sus cuerpos sudados chocaban, George aumento la fuerza y velocidad.

—No sabes cómo te extrañaba, Lyssie, me encanta cogerte...

—Lo haces tan bien...

Ambos hablaban entre suspiros y jadeos, George la beso y con suavidad llevo la mano hasta la tonificada pierna de Lys, la cual elevo hasta apoyarle en su hombro, descubriendo su vagina húmeda, de esa forma las estocadas eran más profundad, las manos de Lys terminaron sobre el pecho del pelirrojo el cual rozaba y rasguñaba con las uñas.

George llevaba el ritmo a través de un empuje recio de sus caderas, el gozo entre ambos se acrecentaba.

Lys arqueaba la espalda ante cada estocada y gemía el nombre de George, él sin dejar de embestirla besaba la clavícula y pechos de Lys.

Estuvo durante unos minutos así, hasta que sintió como el cuerpo de Lys temblaba y a los pocos segundos los fluidos de la rubia mojaron por completo el miembro de George.

No entendía como con él era tan sensible, en un solo rato le provoco dos orgasmos abrazadores.

George continúo embistiéndola hasta que sus testículos cosquillearon y a los pocos segundos llego a la liberación dentro de Lys.

Ambos tenían la respiración agitada, George recargo la cabeza entre los pechos de Lys.

La rubia pasaba los dedos entre el sudado cabello pelirrojo, mientras la sonrisa de satisfacción no se iba.

George no se comparaba en nada a Cormac, era infinitamente mejor.

—Lyssane...

Llamo el pelirrojo.

—¿Mmh?

Lys cerró los ojos tratando de descansar.

—No te cases con ese idiota —pidió con voz cansada —...Sé que quizá Cormac fue tu primer amor, pero yo quiero intentar ser el último pase lo que pase, y no me importara hacer lo que sea para serlo— hizo una pausa para alzar su peso con los brazos y ver el rostro de Lys que abrió los ojos al escuchar esas palabras —, Lyssane, no tienes ni idea de cuánto te amo.

El corazón de Lys se detuvo por un milisegundo, podía ver en la mirada de George que no mentía, era sincero con cada palabra.

Al parecer todo mundo le había estado mintiendo, por fin alguien le decía la verdad.

—¡Por Merlín!

Una voz femenina se hizo presente, ninguno escucho cuando abrieron la puerta.

George cubrió a la rubia con el vestido y se levantó de forma rápida, ya que su culo desnudo frente a la mujer que acababa de entrar.

Se puso el bóxer y pantalón, mientras Lys se levantaba de la cama y acomodaba su vestido.

—¡Lyssane, Pierre te matara cuando se entere de esto! ¡Le has sido infiel a Cormac! — la rubia que acababa de entrar, George no entendía nada de lo que decía porque hablaba en francés, pero la mirada tan seca que le dio lo intimido — ¡Lys, has hecho una tontería!

—¡No le digas nada! — pidió Lys, sabía que estaba en un grave problema —...él ya se va, no volverá a pasar.

—Has que salga por la ventana, algo paso en la fiesta y corrieron a tu hermano junto con otro chico, Cormac fue hechizado — explico con rapidez —, distraeré a tu padre en lo que ese se va.

Lys asintió varias veces mientras tomaba a George del brazo para llevarlo al gran ventanal.

—¿Lys? ¿Qué pasa?

El rostro de la rubia estaba pálido y parecía demasiado preocupada.

—Tienes que irte, George, mi padre nos matara si te encuentra y se entera de lo que paso...

—Ven conmigo.

Lys pareció pensarlo, pero los golpes en la puerta y la voz de Pierre se hizo presente.

—Vete, George, por favor.

Suplico la rubia, sabía que pronto entraría Pierre, no podían hacer una aparición porque la misión Delacour tenía un hechizo anti apariciones por toda la casa y jardines.

—Lyssane — la puerta comenzaba a abrirse y Lys lo empujo con desesperación —...te amo, te juro que volvere por ti.

—Te esperare...

George dejo un casto beso sobre sus labios para saltar por la ventana, eran dos pisos, esperaba no salir lastimado.

—¡Lyssane! — escucho la voz molesta de su padre, de forma rápida cerro la ventana y cortina — ¡¿Qué haces aquí?! ¡Deberías de haber estado en la fiesta!

—Estaba buscando a Cormac — mintió—, me comenzó a doler la cabeza y me encerré en tu habitación padre, para dormir un rato, porque sabía que nadie entraría, lo siento.

—Alguien hechizo a Cormac, vamos con él, tú obligación como futura esposa es estar a su lado en sus peores momentos — al parecer Pierre no sospechaba nada, le dio la espalda a la rubia para caminar a la puerta —, apúrate y recógete ese cabello, pareces loca.

—Sí, voy.

Rápidamente tomo la varita que estaba en la cama y la escondió, mientras se recogía el cabello en una coleta alta siguiendo los pasos del mayor.

Al menos ahora estaba segura de algo.

George Weasley la hacía sentir viva.

Buscaría una forma para salir de ahí y estar a su lado.








(N/T: ¡Holaaa! Le dejo otro capítulo, en lo personal me emocioné mucho con él, porque Lys y George de nuevo estuvieron juntos, creo que hasta ahora es mi favorito.

En fin, espero les guste.

Muchas gracias por leer, comentar y votar.

Las amoo♥️

Nos leemos)

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