L: Matadots
Lys salió de la sala de reuniones, todos los inversionistas estaban vueltos locos tras enterarse de todo lo que hizo Blaise y que era un prófugo, nadie sabía nada él, era como si se lo hubiera tragado la tierra, por otro lado, Caroline parecía empeñada en siempre ir en su contra, cualquier cosa que la rubia proponía O'Connor le llevaba la contra.
Las trataba de sobre llevar pero algunas veces era demasiado cansado, estaba claro que ahora sin las aportaciones de la familia Zabini tendría que buscar a otro socio o poner ella misma la aportación, en si ya donaba una parte así que vería si el dinero le alcanzaba para seguir con los gastos, tenía un muy buen sueldo gracias al trabajo en el ministerio, pero, dentro de poco tendría que llevar los gastos de una casa y una boda, se tendría que administrar bien, tal vez hablaría con George para que la ceremonia fuera pequeña y la luna de miel solo fuera a un país cercano y no un viaje como estaban planeando, esperaba que su prometido no se molestara por eso.
Al pensar en George su corazón latió con fuerza y no por los sentimientos románticos que tenía por él, era como que algo malo estaba por pasar, un presentimiento, recordaba que el pelirrojo iría a la Madriguera y se reunirían ahí.
¿Qué peligro podría enfrentar?
Zabini estaba prófugo y su loca ex novia muerta, lo más peligroso a lo que podría enfrentarse era a los sucios pañales de los impostores o a los regaños de la matriarca Weasley, que a veces llegaba a asustar hasta al más valiente.
Con ese pensamiento Lys fue a su oficina, observó el escritorio vacío que pertenecía a Kaira, pues su bebé apenas tenía tres semanas de nacido y estaba guardando la cuarentena que debían de cumplir las mujeres embarazada, Lys y Zib visitaban seguido al pequeño Stefan, incluso George Sirius y Regulus John ya lo habían conocido y se pusieron demasiado emocionados al ver al «nene», como ellos lo llamaban.
Se dejó caer sobre la silla frente al escritorio y soltó un suspiro, se sentía demasiado cansada, ya quería irse, podría hacerlo, tal vez pasaría a comprar un postre para la cena de ese día, realmente no sabía que llevar ya que Molly por lo regular preparaba todo y temía que se molestara porque ella llevara un postre comprado en el mundo muggle.
No consideraba una mala mujer a su suegra, pero, a veces tenía cierto carácter...que Merlín, e incluso notaba cómo la trataba de forma distante, debido a que se había puesto de lado de Zibelth...
¿Pero que se suponía que hiciera?
Zibelth era su mejor amiga, la que la apoyaba en todo y a Lys le dolía verla triste cada que Molly la corregía en la crianza de sus hijos, quizá no lo hacía en un mal plan, pero nunca tenía tacto para decir las cosas y afectaba a la madre primeriza.
O incluso, la distancia que tomó Molly podría deberse a que apoyaba a la ex amante de Bill, le dolía un poco, pero mientras George no tuviera ningún problema con eso, todo estaba bien.
Vio la foto que estaba sobre su escritorio, eran George y ella en Roma, definitivamente les costó demasiado estar donde estaban, pero todo valía la pena con tal de tener a George Weasley a su lado, y lo mejor era que él la amaba con la misma intensidad.
De nuevo ese presentimiento la invadió, era una sensación de incomodidad y desespero por ir con su pelirrojo, decidió hacerle caso y tomo su bolso junto con la varita para salir de ahí cerrando bien la oficina e ir de inmediato a la chimenea más cercana para usar la red flu.
Dijo su destino y en menos de cinco minutos ya estaba en la chimenea de la Madriguera, salió mientras se sacudía del cabello, la casa estaba demasiado callada cosa que era demasiado rara.
Sus ojos recorrieron el salón, los sillones estaban en orden, pero se le escapó un pequeño grito de terror al ver a George y Molly inconscientes en el suelo.
De inmediato se acercó a su prometido para ver que aun tuviera pulso, tenía un hoyo en la camisa, pero aún respiraba, al parecer solo estaba aturdido.
—¡George! —movió al pelirrojo con brusquedad — ¡George, despierta!
Exigió moviéndolo para tomar la varita y lanzarle un hechizo anti aturdidor.
El Weasley abrió los ojos con pesadez, estaba demasiado confundido.
—¿Qué? —vio a Lys, y recordó lo que paso hace unos minutos, trato de ponerse de pie, pero no pudo porque estaba demasiado mareado—...Lys, los niños.
Logró murmurar, la rubia escuchó un ruido en el piso de arriba y sin esperar a más se puso de pie para correr a las escaleras y subirlas con velocidad, en esos momentos ni siquiera le importaban los tacones, solo quería saber que los menores estaban sanos y salvos.
El llanto del bebé llegó a sus oídos, apuro el paso y distinguió la puerta de la vieja habitación de los gemelos Weasley abierta, se acercó y los gruñidos, maldiciones y llantos se hicieron presentes.
Entró con varita en mano para distinguir dos sombras encapuchadas que lanzaban hechizos hacia enfrente, parecían acorralados y un jadeo escapo de sus labios al distinguir las bestias:
Dos matagots estaban frente a la cama, sus brillantes ojos azules estaban fijos en los dos encapuchados, gruñían mostrando los dientes decididos a atacar, no entendía de donde habían salido.
Una de esas dos personas se fijó en Lys para lanzar un hechizo, pero ella de inmediato logro desviarlo hacia uno de los grandes gatos negros que al ser golpeado se multiplico, esas bestias solían multiplicarse tras recibir algún golpe de magia.
—¡Haz algo!
Uno de ellos ordenó, usaban unas máscaras horribles: uno con la forma del rostro de Hannah y otra era completamente roja, mostrando la forma de los tendones de la cara, la repulsión la invadió.
—¿Quiénes son? —preguntó la rubia apuntando con la varita— ¡¿Qué hacen aquí?!
—¡Cierra la boca, zorra!
Gruñó uno de ellos, no sabían cómo alejar a las bestias y ahora que Lys se daba cuenta podía notar que esos gatos parecían defender a los niños que lloraban asustados.
—¡No le hables así!
Grito el otro, no reconocía las voces porque al parecer usaban algún hechizo modificador de voz, aprovecho que los gatos se llevaban por completo la atención de los dos encapuchados para desarmarlos.
—¡Lyssane!
Gruño uno de ellos, pero ella no se detuvo ahí.
—¡Incarcerous!
Las cadenas brotaron de la pared haciendo que se pagarán a ella y evitando sus movimientos.
—¡Maldita zorra, suéltanos, hazlo!
Exigía uno, ella lo ignoró para acercarse a los niños, pero los matagots le gruñeron enseñando los dientes por lo que se alejó un poco. Sabía que si los provocaba la atacarían, solían ser unas bestias muy nobles y elegantes, pero cuando se sentían amenazados atacaban a cualquiera, y más cuando tenían que defender algo o alguien, los solían usar en el ministerio de magia francesa para cuidar distintos departamentos o para enviar paquetes ya que eran demasiado rápidos, pero seguía sin entender de dónde salieron o como es que llegaron hasta la Madriguera.
Escucho unos pasos apurados y dos voces más se hicieron presentes.
—¿Lys? —la rubia volteo para ver a un pelirrojo en compañía de un rubio— ¡¿Están bien?! —se acercó de inmediato a su cuñada para detenerse viendo a las bestias que estaban ahí— ¿Qué demonios son esas cosas?
—Matagots —comento Lyssandre para acercarse a los encapuchados— ¿Quiénes son ustedes y por qué trajeron esas bestias?
—No te interesa, maldito, debías de estar muerto —inquirió uno con molestia—...no crean que con esto termina todo.
El Delacour tomo la varita para lanzar dos hechizos no verbales haciendo que no pudieran hablar y esposas mágicas se colocarán en sus manos para asegurar que no pudieran hacer una aparición.
—Creo que debemos de llamar al departamento de control de criaturas mágicas —explico Fred viendo a los felinos, trato de alejarse al ver que uno iba hacia él, pensó que lo atacaría, pero en lugar de eso el animal se frotó entre sus piernas en busca de cariño —¿Qué diablos hace esta cosa?
Tanto Fred y Lys estaban demasiado confundidos por la conducta del animal, unos tacones resonaron y la azabache entro corriendo, parecía algo agitada y preocupada, ni siquiera se detuvo o extraño al ver a las bestias y de inmediato fue a la cama con sus hijos, para sorpresa de todos los animales no siquiera gruñeron, al contrario, el que estaba con Fred fue con ella para hacer lo mismo con la azabache.
—Por Merlín —murmuro Zibelth tomando a los bebés que lloraban en brazos—...estaba tan asustada...
—Mamá —sollozaban los mellizos aferrándose a la mujer, Fred no lo pensó para ir con su familia.
—Hay más aurores abajo —informo Lyssandre para obligar a que los atacantes caminarán —...vamos, Lys.
—Espera —Lys se acercó a los enmascarados—...quiero ver... quienes son...
La rubia llevo ambas manos para quitar las máscaras en un solo movimiento y quedarse sin aire al ver a las personas frente a ella...
Todo pareció ser cierto, Blaise Zabini era el acosador, pero... ¿Por qué estaba ahí la amiga de Charlie: Simona Lopesca? La conoció en la inauguración de Sortilegios Weasley y nunca tuvo ningún problema con ella, por el contrario, consideraba que era una mujer muy amable y divertida.
¿Por qué ella los atacó?
Miles de preguntas estaban en su cabeza y todas eran peores que las anteriores...
¿Por fin terminaría toda esa pesadilla?
Quería un poco de paz, un poco de felicidad.
[...]
Lys termino de revisar que George no tuviera ninguna herida grave, al parecer solo fue el hechizo de aturdimiento.
—Estoy bien, amor —murmuro George con una pequeña sonrisa —...solo fue un hechizo aturdidor, de ahí en fuera no me hicieron nada grave.
—¿Seguro? —no parecía convencida con lo que él decía —, tal vez debería de llevarte a San Mungo para que te revisen.
—Lys —George tomo sus manos acariciándolas —...todo está bien, tranquila, cielo —pidió para dejar suaves besos en los nudillos de su prometida —, ahora...quiero saber ¿Qué hacen esas cosas ahí? ¿Por qué Zib deja que están juntos de sus hijos?
Señalo a los matagots que estaban echados frente a la carriola de los impostores, veían a todo lo que se movía y ante cualquier movimiento brusco cerca de los menores gruñían y parecían listos para atacar.
—Créeme que yo también quiero saber, cuando llegue estaban en la habitación y no se han querido separar de ellos —explico Lyssane —, y parecen demasiado pacientes, los niños han llorado demasiado y no parecen molestos por eso.
—A todo esto ¿Y Gred y Feorge? No los he visto.
—Tal vez huyeron por la ventana cuando los atacaron —la voz de Ron anudo el lugar —, que cosas tan feas —vio con asco a los matagots —, parecen unas ratas pelonas...
—Son más lindos que tú —la voz de la azabache los interrumpió dejándose caer en el sillón de una plaza junto a ellos —...Gred, Feorge...vengan.
Lys y George buscaron con la mirada y soltaron un jadeo de sorpresa al ver como las bestias se acercaron a ella casi corriendo.
—¡Zibelth! —se escuchó la voz de Fred que la veía con confusión — ¡¿Qué demonios?!
—¡Sorpresa! —exclamo con una sonrisa inocente para sacar la varita y apuntan a las bestias —...no pensé que supieran tan pronto, pero Gred y Feorge —los apunto con la varita y de inmediatos cambiaron su aspecto a los dos pequeños gatos pelirrojos de la familia Black-Weasley —...no son gatos normales...
—¿He dormido con esas cosas? —pregunto George y los gatos gruñeron —...ya, ya, no los quise ofender —los felinos pelirrojos fueron a la carriola otra vez — ¿De dónde? ¿Cómo?
—¿De dónde sacaste unos matagots, Zib?
La rubia estaba igual de confundida que todos los pelirrojos que estaban presentes, Percy y Ginny se acercaron a sus sobrinos para jugar con ellos mientras los demás ponían atención a la azabache.
—Creo que tarde o temprano se iban a enterar —suspiro para ver a Fred— ¿Recuerdas como encontré a Gred y Feorge?
—Saliste de misión y cuando regresaste tenías a los dos gatos, eran unas crías y estaban desnutridos, desde entonces los adoptamos.
Se sentó en el descansabrazo del sillón donde estaba su esposa, Lys y George solo escuchaban.
—Técnicamente todo eso fue cierto, la misión trataba de detener a un mago oscuro que traficaba animales mágicos para hacer productos y magia negra con ellos —los gatos se acercaron para subirse a sus piernas —...tenía varios, cuando logramos detenerlo le confiscamos a los animales, pero había unas crías, demasiado pequeñas, no tendrían ni tres semanas y estaba segura que no sobrevivirían si dejaba que el ministerio se las llevara —acariciaba a sus animales —...eras los matagots, no tuve corazón para dejarlos ahí, así que...use un hechizo de transformación sobre ellos para decir que eran unos simples gatos normales, y los lleve conmigo ya que no había nada que hacerles...
—¿Entonces...los adoptaste? ¿No fue difícil?
Lys solo sonrió, definitivamente su mejor amiga era una mujer de corazón muy blando incluso con los animales mágicos que algunas veces solo son usados como herramientas.
—Al inicio sí, porque no se acostumbraban a su nuevo aspecto, así que cuando podía los llevaba al campo para dejarlos como normalmente son —los felinos parecían muy tranquilos sobre su regazo —, pero al final se acostumbraron.
—Pero...son muy salvajes, podrían...ya sabes, haber atacado a alguien.
Comento George y Fred asintió dándole la razón.
—Los matagots son animales demasiado peligrosos, pero también fieles —explico Lyssane—, el ministerio francés los usa para distintas tareas de seguridad porque nunca traicionan a su amo.
—Exactamente, son demasiado fieles e incluso cariñosos —Zib sonrió—...desde que supe que estaba embarazada se han encargado de estar cerca de los impostores, nunca se alejan de ellos y los protegen.
—En eso tienes razón, a donde van los niños van ellos...
Hablaron al unísono los gemelos.
—Así que, no son peligrosos, por el contrario ... ahora cambiemos de tema, Blaise y Simona serán interrogados, pero no desde que llegaron a Azkaban no han dicho ni una palabra —hace unos minutos había recibido un patronus de Lyssandre, pues él en compañía de otros aurores los llevaron a Azkaban —, mañana a primera hora iré a ver si han dicho algo, pero todo parece indicar que Blaise si era "A" y Simona su secuaz, mandare a traer a Charlie, Razvan y Valkan, ya que son los amigos más cercanos de Mona...me cuesta creer que ella hay estado metida en todo eso.
—A mí también —George recargo la cabeza en el hombro de su prometida —, siempre fue demasiado amable, incluso cuando estuve borracho me ayudo y vino varias veces a la cena de navidad.
—Nadie puede creerlo —Fred suspiro besando el cabello de Zibelth de manera cariñosa —... mamá sigue en shock.
—El lado positivo en todo esto...es que el acosador, por fin esta en Azkaban y dudo que pueda salir por todo lo que hizo y probablemente podamos encontrar a la hija de Neville.
Lys asintió, sintiendo como si un peso menos se le quitara de encima, por fin parecía ver la luz en la oscuridad del camino, seguramente Neville se alegraría demasiado por la noticia.
El acosador por fin pagaría por todos sus crímenes.
(N/t: ¡Hola! ¿Cómo están?
Por fin A a sido detenido, pero al parecer no solo era uno.
Hoy actualice mis tres fanfics, jeje, y si veo comentarios y votos tal vez les suba una sorpresa a ig que estaba preparada para la próxima semana.
Bueno, le dejo esto por si quieren seguirme en mis redes sociales:
https://gastelier.carrd.co/
Ahí salen todas, nos leemos❤️
Las tqm❤️)
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