IX: Feliz cumpleaños, Lyssie.
Lys despertó con un enorme dolor de cabeza, lo único que recordaba eran unos ojos vacíos, un cabello castaño y un fuerte aroma a lavanda que le provocaba nauseas.
Soltó un suspiro al ver que de nuevo estaba en su habitación en la casa Delacour, no entendía... ¿Por qué no le borraron los recuerdos si intento huir?
Se removió en la cama, cuando escucho el crujir de un papel entre su sudadera, tenía la misma ropa de esa noche, rápidamente metió la mano en el bolsillo y saco un pedazo de pergamino mal doblado.
Los desdoblo para darse cuenta que se trataba de una pequeña nota con una caligrafía horrible:
"Lys:
Borraría todos tus recuerdos, pero no hay nada más divertido que ver tu frustración cuando te des cuenta que ninguno de tus planes funciona, inclusive te dejare conservar la varita que dio la zorra Black porque ni con eso lograste escapar.
No sabes lo mucho que disfrutare cuando George vuelva a mis brazos y, tú serás nuestra primera espectadora.
Feliz boda con el imbécil de Cormac.
-K. Y"
No recordaba a nadie con esas iniciales, pero el solo verlas le provoco náuseas y algo de miedo, como si tuviera un recuerdo aterrador escondido.
Aplasto el papel convirtiéndolo en una bola, trataba de recordar a la mujer que la detuvo de su escape, pero le era imposible reconocer su rostro.
Aunque gracias a ella contaba con una gran ventaja al tener sus recuerdos, ahora sabía muy bien que no debía de confiar en nadie en esa casa, que no debía de tomar nada que ellos le dieran y que Zibelth y George decían la verdad.
Metió el pedazo de papel bajo la almohada para levantarse y pudo ver el horrible vestido de novia frente a ella, dorado y con holanes de tul, puso más atención y estaba segura que un lado estaba más largo del otro, quizá por estarse moviendo cuando el sastre hacia los arreglos.
Parecía una buena idea prenderle fuego... ¡La varita de Zib!
Rápidamente se puso de pie, le dolía el estómago y un poco las piernas, pero ignoro todo el dolor para buscar la varita.
Seguía donde mismo, le sorprendió que soportara todo lo que paso esa noche, sin duda era resistente. Estaba dispuesta a quemar el vestido cuando la puesta se abrió de golpe, de manera veloz escondió la varita entre su ropa.
—¡Bueno-os día-as, alegría!
Canturreo Thania entrando a la habitación con una gran sonrisa, llevaba un vestido dorado al igual que todo en la boda, era la única dama de honor que tendría.
¡Mierda, no podía ser que hoy fuera la boda!
¿A caso paso un día inconsciente?
—Hola — Lys sonrió débilmente — ¿Qué mierda me paso?
Fingió no saber nada, era mejor que ella creyera que no recordaba nada.
—¿No lo recuerdas? — la rubia de cabello corto se acercó viéndola con preocupación, Lys negó con un rostro de sufrimiento —...oh, Lyssie, andabas tan estresada y nerviosa por la boda que tu sanador te receto un calmante, no pensamos que fuera tan fuerte como para que pasaras un día entero durmiendo, pero ahora pareces de mejor humor.
Lys se dio cuenta que Thania también mentía, no era su amiga como ella decía.
¿Cómo se le ocurría confiar en ella?
Seguramente estaría de lado de Pierre y Cormac.
—Claro que voy a estar de buen humor — las mejillas de Lys dolían por sonreír falsamente durante tanto tiempo — ¡Si hoy es el gran día!
—Así es, faltan cinco horas, deberías de tomar un baño, yo iré preparando tu vestido...dentro de un rato vendrán las personas que te maquillaran y peinaran — informo acercándose al vestido dorado —...es hermoso ¿verdad?
—Sí, claro, hermoso...
<<" Si por hermoso te refieres a una mierda, estoy de acuerdo contigo">>
Fue lo único que paso por la cabeza de Lys, para tomar su bata y toalla e ir al baño.
Se fijó en la ventana de la habitación y distinguió como una malla protectora hecha de magia la cubría, sin duda Pierre no se arriesgaría a otro intento de escape.
Al entrar al baño puso la bañera a llenar, tratando de pensar una forma de escapar de ahí solo tenía unas cuantas horas para lograrlo, pero todo parecía imposible, todas sus rutas de escape estaban cerradas y podía jurar que su padre mandaría a poner más seguridad por toda la casa que ni siquiera llegaría a la puerta.
Decidió quitarse la ropa y entrar a la bañera, tal vez un buen baño le ayudaría a aclarar las ideas.
Lyssane Delacour se observó en el gran espejo, el vestido no le gustaba, no entendía cómo es que a Cormac le encantaba el color dorado.
Ni siquiera el tocado era lindo, parecía que traía un frutero en la cabeza. Definitivamente los gustos de los tres idiotas que vivían en la casa eran horribles.
Al parecer no podría evitar casarse con un poco hombre como Cormac.
George Weasley le había prometido que vendría por ella... ¿Pero ¿dónde estaba él?
Soltó un suspiro asimilando que ningún príncipe llegaría a rescatarla, porque ella no era una princesa en un cuento de hadas con un final feliz.
—Sí que ese vestido es horrible — escucho una voz femenina, y observo a una de las chicas que la acaban de ayudar a ponérselo y maquillarse, era rubia, llevaba una gorra y unas gafas oscuras que no entendía porque nunca se las quito —...en serio, Lyssane, el dorado ya paso de moda en una boda aparte que ¿Quién se casa con eso colores? Parece que un unicornio te hubiera cagado.
—¿Pero ¿qué...? —dejo las palabras al aire —...maldita seas.
✹✹✹
Salió de la habitación y bajo las escaleras, estaba demasiado molesta y estaba segura que atacaría a la primera persona que viera.
Odiaba que le dieran ordenes, odiaba que la amarraran cuando no era por algo sexual y lo que más odiaba era pelear con su pelirrojo.
Era la discusión más grande que habían tenido desde que se casaron, incluso llego a decirle que quería el divorcio, bueno anteriormente ya lo había hecho, pero fue por culpa de las hormonas del embarazo.
Pero, eso era estúpido, Fred había pedido que hieran un juramento inquebrantable el día de la boda, vaya forma de atarla... Realmente no le molestaba porque ella no tenía planes de dejarlo o de engañarlo y sabía que él tampoco lo haría, pero en momentos como esos lo odiaba ya que Fred no caía en sus chantajes.
Llego a la puerta del laboratorio de su esposo, era el lugar donde a veces pasaba mucho tiempo inventado algún nuevo producto. Trato de abrirla, pero tenía seguro, soltó un bufido, ni siquiera tenía una varita para abrirla y lo más probable es que se hubiera llevado todas las llaves...
O bueno, casi todas.
Una sonrisa adorno su rostro al recordar que alguna vez dejo dos llaves: una del laboratorio y otra del estudio, en los collares de Feorge y Gred, porque a veces ambos las extraviaban y estaba más que claro que no perderían a sus gatos ya que no salían del terreno de la casa.
En vista que su primer plan no funcionaria, tendría que recurrir al plan B.
Camino a la cocina, donde por lo regular estaban los platos de alimento de los pequeños gatos pelirrojos y con suerte los encontraría ahí.
—¿Ya no estas molesta, cariño?
Escucho la voz de su padre al pasar por el salón principal, distinguió a Harry y Sirius sentados mientras veían televisión, un aparato muggle que ella y Fred encontraban muy entretenido y al parecer los dos azabaches igual.
—¿Tú que crees, papá?
Lo observo con la ceja enarcada y un mohín en los labios. Fred les había pedido a Harry y Sirius que la vigilaran para que no intentara escaparse.
—Anir, cielo, Fred lo hace por tu bien — explico con voz calmada el mayor —...todos nos preocupamos por ti, y no queremos que te pongas en riesgo.
—Ellos volverán — a completo Harry apartando la vista de la película que veían —...todo estará bien, cuando menos te lo esperes estarán de vuelta junto con Lys.
—Claro...iré a prepárame algo de comer.
Sin decir más fue a la cocina, sentía los pies cansados, su cuerpo últimamente se cansaba demasiado, llevar el embarazo de dos bebés era demasiado pesado sumado a eso... la maldición.
Agito la cabeza eliminando los malos pensamientos, ya tendría tiempo de concentrarse en eso después de que todo estuviera bien.
Al entrar a la cocina se dirigió a la esquina donde estaban los pequeños platos encima de una pequeña mesa, que habían puesto para facilitar que ella les diera de comer, pero no había rastro de sus gatos, alzo un plato con comida y salió al patio por la puerta de la cocina.
Le gustaba demasiado su casa, era lo que siempre soñó, demasiado grande, de tres pisos para ser exactos sumado a eso el sótano y ático, un jardín enorme lleno de plantas preciosas, y todas las rosas que su esposo le daba del diario desde hace siete años estaban sembradas calculaba que eran más de treinta mil flores, Fred incluso construyo especialmente para ella un kiosko en medio del jardín donde había una pequeña mesa y algunos sillones, le gustaba pasar el rato ahí en compañía de Fred y más de una vez terminaron haciendo el amor ahí.
Sin duda, Fred Weasley era el mejor esposo.
Quizá a veces la hacía enojar o peleaban por el tipo de carácter que tenían, pero al final de cuentas se amaban con demasiada intensidad, si es que existían vidas después de esta, Zibelth haría todo lo posible para reencontrarlo y estar a su lado en cada una, sin importar que.
Movió el plato haciendo ruido.
—¡Gred, Feorge!
Estuvo unos minutos repitiendo la acción hasta que vio como dos bolas pelirrojas se acercaban a gran velocidad, cuando estuvieron frente a ella la veían con sus enormes ojos brillantes mientras maullaban, como no podía agacharse por su abultado vientre se acercó al kiosko seguida de ellos donde se sentó en uno de los sillones y movió el plato para que ambos subieran.
—Hola, bebés...
Los gatos paseaban por sus piernas ronroneando, eran demasiado cariñosos cuando sentían que la gente los quería, sin duda los gatos eran unos muy buenos animales de compañía.
Pasaba las manos entre los pelajes con suavidad, se entretuvo un buen rato mimándolos, los adoraba mucho y nunca se cansaba de jugar con ellos, eran tan suaves, esponjosos y adorables... les recordaban mucho a los gemelos Weasley.
Una vez que les quito las llaves a ambos, se puso de pie y los animales seguían cada uno de sus pasos, al volver a la cocina relleno sus platos con alimento y agua para dejarlos comiendo.
Sin hacer mucho ruido para no llamar la atención de Sirius y Harry volvió al laboratorio donde probo con ambas llaves y al fin logro abrir.
El aroma a pólvora inundo su nariz al entrar, estaba algo desordenado e incluso alcanzo a distinguir una camisa y corbata de Fred junto con el vestido que ella uso ayer, sonrió al recordar que habían hecho el amor anoche en el laboratorio, a pesar de estar embarazada seguía teniendo una vida sexual activa solo que ahora era sexo dulce sin golpes o violencia, al inicio pensó que sería aburrido pero su esposo se centraba en darle demasiado placer y demostrarle cuanto la amaba con cada caricia...
Definitivamente, se disculparía con él por lo de la mañana y lo recompensaría de alguna manera, tal vez le prepararía su comida favorita o con algo sexual... bueno dos de las cosas favoritas de Fred era el sexo y la comida.
Busco entre varios cajones las cosas que necesitaba, conocía muy bien donde guardaba cada ingrediente, explosivos, surtido salta clases o poción así que no fue difícil encontrar los necesario.
—¿Qué haces, Zib? — la azabache giro encontrándose con un rubio que tenía rostro de adormilado —...Fred me dijo que estuviera al pendiente que no hicieras nada peligroso...
—Chaneque — Zib le sonrió dulcemente — ¿Qué haces aquí? Estabas tomando una siesta.
—Cuidando que no te metas en problemas — Louis puso atención en lo que llevaba en las manos — ¿Para qué es eso?
—Louis...tengo que ir a Francia — explico mordiéndose el labio inferior —, le prometí a Lys que iría por ella.
—Pero Fred dijo...
—Sé que Fred, George, Draco y Jerome fueron, no es que no confié en ellos — hizo una pequeña pausa —...pero, Fred y Jerome son igual de impulsivos, Draco no suele hacer caso y George no podrá controlar a los tres si comienzan a discutir...
—Es peligro que vayas...
—Tengo un plan, todo estará bien — los dijo de forma convincente, aunque tenía razón aparte que para ese plan no tendría que usar magia.
—-De acuerdo, pero iré contigo...
—Si te pongo en peligro, Lys y Jerome me mataran...
—Dices que no es peligroso ¿no? — Zib asintió—, entonces te ayudare, aparte soy bueno usando hechizos.
—Eres menor de edad, no puedes usar magia...
—Me corrieron de Beauxbatons, y tú eres jefa del departamento de Aurores — una sonrisa adorno el rostro del menor y canturreo—...con tu permiso puedo usar magia...
—Bien, te doy el permiso — saco unos bombones desmayo—, ahora tenemos que hacer que Harry y papá coman esto.
—¿Cómo? ¿Qué es eso?
—Vamos a ponérselas en el té, solo la mitad...son bombones desmayo, hasta que alguien les de la otra mitad despertaran.
—¿De dónde los sacaste?
—Son parte del surtido salta clase que fabrican Fred y George — respondió orgullosa de esos dos, era uno de los productos más populares de Sortilegios Weasley —, vamos a la cocina, después de que queden incesante iremos a Francia por Lys.
—De acuerdo.
Zibelth y Louis-Philippe salieron del laboratorio para ir a la cocina, donde prepararon los tés y colocaron una parten del bombón desmayo que de inmediato se deshizo mezclándose muy bien en el líquido.
Zib tomo ambas tazas para ir con los dos hombres que veían la televisión.
—Papá, Harry — la azabache se paró frente a ellos hablando de forma dulce —...les preparé té, para disculparme por el berrinche que hice.
—Anir...no es necesario que te disculpes — Potter acepto la taza que le ofrecía —...muchas gracias.
—Cielo, que linda eres, hija — Sirius tomo la otra taza y le sonrió —...sabes que todo los hacemos por tu bien y por mis nietos.
—Lo se papá, claro que lo entiendo, ahora disfruten del té ¿sí?
Ambos hombres asintieron y bebieron el té sin sospechar nada, sin duda Fred estaría orgulloso de su esposa...claro, primero muy enojado, pero después se divertiría escuchando eso.
—Anirak — Sirius comenzaba a ver todo borroso, la taza cayo de sus manos —¿Qu..é..qué le pusiste a es..?
—Anir...
De repente los dos hombres perdieron el conocimiento sobre el sillón.
—Creo que eso debió doler— Louis observaba a los dos hombres mal acostados —... cuando despierten estarán enojados.
—Definitivamente — Zib busco entre los bolsillos de su padre para tomar la varita— ...lo siento, papá...lo siento, hermano.
La azabache dejo un pequeño beso sobre cada mejilla para levantarse del sillón con varita en mano e incluso tomo unas llaves que el Black mayor llevaba consigo.
—¿Qué más hago?
El rubio acomodo a los mayores sobre el sillón en una posición cómoda.
—En mi habitación hay una maleta con todo lo necesario ¿podrías subir por ella?
Louis asintió rápidamente para seguir las indicaciones.
✹✹✹
Zibelth bebió completamente las opciones, una era para tener una mayor vitalidad junto con agilidad, y la otra para ocultar el embarazo volviendo su cuerpo a como era antes, pero solo duraba aproximadamente tres horas por lo que tenía el tiempo contado, con la varita lanzo dos hechizos sobre su vientre para colocar unos escudos protectores por cualquier cosa, sabía que estaba poniéndose en riesgo, pero no podía dejar a su mejor amiga.
Quizá debería de tener más fe en los cuatro hombres, pero ella no podía estar sin hacer nada, se sentía inservible y odiaba eso, siempre se prometió de cuidar de los suyos y desde que Fred casi muere juro que no iba a permitir que el volviera a estar en peligro por lo que, si lograba sacar a la rubia de ahí, ellos no tendrían que enfrentarse a Pierre, Cormac o esa tal Thania...esa chica le daba mala espina, su sexto sentido le decía que debía de desconfiar de ella.
—¿Ya nos vamos? — Louis salió del baño se acababa de cambiar de ropa y llevaba una gorra puesta — ¿Y los impostores? ¿Desde cuando eres rubia?
Zib lo vio y sonrió.
—Utilice una poción para ocultarlos, ellos están bien — la azabache, ahora rubia tomo una gorra y unos lentes de sol que estaban en el sillón —, tengo una peluca puesta, ahora vamos.
—No puedes hacer una aparición y no creo que podamos entrar tan fácil en la red flu... ¿iremos caminando?
—Obviamente no, cielo — la Black saco del bolsillo de pantalón un juego de llaves —...usaremos uno de los bebés de mi papá, vamos.
Zib tomo su mochila para salir del departamento seguida de Louis, tomaron un elevador y rápidamente llegaron al estacionamiento.
El rubio miro a su alrededor sorprendido.
—¿Todo esto es de tu padre?
Cientos de autos de lujo estaban ordenados por color y año, Sirius disfrutaba de los autos caro y desde que la guerra mágica termino se dedicó a comprar todos los que quisiera y guardarlos en su lugar favorito, el edificio de la familia Black-Flamel, porque, aunque muchos no lo sabían, todo el edificio pertenecía a Sirius, Laetitia y Zibelth... si, definitivamente se pudrían en dinero.
—Así es — Zib camino entre los autos, no sabía mucho de ellos, pero su padre siempre le dijo que uno de los más rápidos era su precioso Lamborghini gallardo que apenas había salido a inicios de año, y el Black fue el primero en adquirirlo —, a mi papá le gustan demasiado los autos de lujo y deportivos por lo que tiene esta pequeña colección.
Tomo las llaves para comenzar a buscar la correcta.
—Zib, mi papa tiene demasiado dinero, aja...pero nunca le alcanzaría para comprar tantos autos y llevar una vida como la de Sirius — Louis se paró a un lado de la puerta de copiloto—... ¿Qué tanto dinero tiene tu familia?
—La cantidad exacta no la se...pero si quiero podría comprar Francia en estos momentos y me sobraría más de tres cuartos de todo el dinero que tenemos.
La azabache abrió el auto y los dos entraron.
Realmente la familia Black-Flamel tenían demasiado dinero, más del imaginado, pero a pesar de eso Zibelth no dependía tanto de esa fortuna, antes de trabajar como Auror si usaba el dinero de ahí, pero una vez que comenzó a ganar se volvió independiente respecto a sus gastos, e inclusive ahora que era una mujer casada y Fred le pasaba una suma de dinero para los gastos de la casa o para que ella se comprara ropa o cualquier cosa que quisiera cada semana —a pesar de todo, Fred fue criado con la ideas antiguas en que el hombre debe de llevar todos los gastos de una casa y su esposa—, Zib solo tomaba una mínima cantidad y ella ponía la otra mitad ya que creía fielmente en que un matrimonio lo debían de llevar ambos involucrados, el resto del dinero lo uso para abrir una cuenta en Gringotts que sería destinada para sus hijos.
—A la mierda — musito Louis poniéndose el cinturón con ayuda de Zib ya que no sabía cómo iba —...hablando enserio ¿no me quieres adoptar? Te prometo ser buen hijo y buen hermano mayor para los impostores, mamá.
La azabache comenzó a reír con fuerza mientras negaba con la cabeza, Louis-Philippe le agradaba demasiado y si pudiera, definitivamente lo adoptaría.
Entre bromas salieron del edificio, gracias a Merlín que Sirius le enseño a su hija a manejar ya que consideraba algo divertido.
El plan de Zibelth Black iba a la perfección, logro entrar a la mansión Delacour junto a Louis, ambos se hicieron pasar por el personal que maquillaría y arreglaría a la novia, pero ahora había un problema, Thania estaba en el pasillo que quedaba frente a la habitación de Zib, parecía pendiente de que todo saliera bien.
—¿Qué hacemos con ella? Sera un dolor en el culo — murmuro Louis viendo a la rubia de vestido dorado — ¡Por Merlín! ¿Quién escogió ese vestido para la boda? Parece mierda de unicornio...
—¿Viste la decoración? No sé a quién se le ocurre usar un color tan pasado de moda con ese, estamos en el siglo veintiuno el dorado ya es para eventos de ancianos — Zib tenía la idea de aturdirla —...definitivamente, cuando me vuelva a casar con Fred nunca escogeré ese color...
—¿No ya están casados?
La miro con confusión.
—Sí, pero planeamos casarnos otra vez cada que cumplamos un año de aniversario — el rubio la miro con la ceja enarcada — ¿Qué? Nos gustan mucho las fiestas en las que nosotros somos el centro de atención...
<<" Aparte la luna de miel es lo mejor">>
Zibelth sonrió para sus adentros, era algo que definitivamente no le podría decir a un niño.
—Si hay comida gratis más te vale invitarme — ambos se sonrieron de forma cómplice —... ¿La dejamos inconsciente?
—Así es, nos acercamos y... ¡Louis!
El menor le lanzo un hechizo aturdidor dejando a la rubia en el suelo.
—¡Dijiste que la dejara inconsciente!
—Está bien, vamos — ambos se acercaron a ella para arrimarla al final del pasillo.
—Sí que pesa.
Se quejó Louis que era el que la cargaba.
—Parecía no pesar — Zib busco en la mochila un tarro de tinta que traía con ella —...me cae mal, le dejare un recuerdito.
—¿Qué haces?
Louis veía como la mayor le escribía algo en la frente y pintaba las mejillas de la rubia, después de terminar Zibelth se alejó y él logro distinguir la frase:
"¡Sorpresa, perra"
Y dos penes dibujados en sus mejillas, causando la risa de los dos.
Si, definitivamente a Zibelth Anirak Black se le habían pegado demasiadas mañas de su marido pelirrojo.
La dejaron ahí tirada para entrar a la habitación de la futura esposa que tenía un rostro de aburrición, todas las personas corrían de un lado a otro ya fuera maquillándola o peinándola.
Lyssane suspiraba a ratos, trataba de hacerse a la idea que se casaría sin importar qué.
Después de unas horas y que Zibelth y Louis fingieran ser parte del personal por fin estuvo lista.
Zib veía como Lys se observaba en el espejo con una expresión de sufrimiento.
—Sí que ese vestido es horrible — hablo Zib acercándose a ella con una sonrisa burlona en el rostro —...en serio, Lyssane, el dorado ya paso de moda en una boda aparte que ¿Quién se casa con eso colores? Parece que un unicornio te hubiera cagado.
—¿Pero qu...? —la rubia dejo las palabras en el aire al ver como la mujer se quitaba la gorra, seguida de las gafas y finalmente la peluca dejando caer el pelinegro cabello que tanto la caracterizaba —...maldita seas, Zibelth.
Lys exclamo emocionada viéndola, la azabache se acercó de inmediato y ambas se unieron en un abrazo nostálgico lleno de sentimientos por parte de ambas.
—¡Sorpresa, perra! — Zib se separó viendo como los ojos de Lys se llenaban de lágrimas —...Hey, no llores, ya sé que tu vestido es la cosa más horrorosa que hemos visto pero no es para que llores.
—Tonta — musito entre sollozos mientras trataba de detener las lágrimas—...pensé que no vendrían.
—Oye, oye, prometí que vendría por ti ¿no? —la rubia asintió —...y los Black siempre cumplimos nuestras promesas, así que ahora tomas tus cosas y nos largaremos de aquí.
—Pero...tú estás embarazada no puedes tomar esos riesgos... ¿Dónde está tu vientre? ¡La última vez que te vi tenías un vientre enorme!
—¿Me acabas de llamar gorda?
Zib enarco la ceja haciendo un puchero.
—¿Qué? ¡No!
—Oigan, no es por interrumpir su conmovedor reencuentro —Louis se acercó a las mujeres —. pero es mejor irnos, luego hablaran todo lo que quieran...
—¡Louis!
Lyssane salto a los brazos de su hermano menor que a pesar de tener menos edad era mucho más alto.
—¡Hey! — el rubio la abrazo con fuerza —...vinimos por ti...por cierto con ese vestido pareces una horrible cebolla.
—Te extrañe.
Ambos rubios se abrazaron por un rato en lo que la azabache se dedicaba a guardar todas las cosas en un viejo baúl.
—Todos estamos de acuerdo en que ese color es feo y el vestido también, ahora Lyssie, mueve el culo y agarra lo importante para irnos.
La rubia asintió y siguió las ordenes de la azabache.
Louis y Zibelth se encargaron de encoger todas las cosas para meterlas en la mochila que el menor cargaría.
Lys tomo la pequeña caja donde guardaba algunas cartas y las rosas brillantes que llevaba con ella desde Hogwarts, ahora que se daba cuenta brillaban con la misma intensidad que el sol.
—¡Pierre tenía razón! — la puerta se abrió dejando ver a un rubio demasiado molesto —...estos estúpidos vendrían por ti, Lyssie.
—¿A quién llamas estúpidos? — Louis se acercó a él, alzando el mentón de forma amenazante su mirada azul reflejaba enojo—, el único estúpido aquí eres tú, ni creas que te vas a casar con mi hermana.
Zib se acercó a los dos hombres con varita en mano.
—El pequeño se cree el héroe — la mirada del rubio paro en la azabache —... y también está aquí la jefa del departamento de Auror, ¿y tú querido esposo? ¿Te dejo venir sola? — Zib puso los ojos en blanco, Cormac paso la punta de la varita en su mejilla acariciando su rostro —...eres muy guapa y valiente, tienen razón ¿no? Detrás de un hombre siempre hay una gran mujer, pero deberías de volver a la sombra de tu marido, el trabajo de Auror y tratar de impedir una boda no es cosa para mujeres tan delicadas como tú.
Zib soltó una risa burla.
—¿Detrás de un hombre? — la azabache enarco la ceja con una sonrisa burlona —...mmh, he estado infinitas veces encima de mi marido — su sonrisa creció al recordar las veces que estuvo detrás de Fred para fines sexuales —, pero nunca vivo a su sombra, y — la varita de Cormac salió volando por un hechizo que Lys lanzo, él parecía apunto de protestar —... ¡y, no soy delicada!
El puño derecho de Zibelth impacto contra la nariz de McLaggen con demasiada fuerza que lo hizo retroceder y llevarse las manos a la nariz cuando comenzó a sangrar.
—¡Maldita zorr...!
—¡Ya cállate, imbécil de mierda!
Lyssane lanzo otro hechizo haciendo que Cormac volara unos cuantos metros cayendo inconsciente.
—Uy, alguien se enojó...
Bromeo Zib.
—Lo soporte más de un mes, ya estaba harta de ese pito chico — Lys frunció el ceño para acercarse y tomar la varita de Cormac, ya que esa le respondería mejor porque lo había desarmado —...toma, gracias, fue de mucha ayuda.
Le extendió la varita de punta roja a Zibelth la cual tomo gustosa.
—De nada —le guiño el ojo con aire coqueto—, cuando quieras.
—¿Este no te cae mal? — pregunto Louis viendo a Cormac —...podría dibujarle algo en la cara.
—Definitivamente me cae mal — Zib saco el tintero lanzándolo al rubio—...atrápalo.
—Genial.
Louis lo atrapo con facilidad para acercarse al hombre inconsciente, Lys lo observo con curiosidad y se acercó para ver lo que ponía su hermano.
La azabache miro el reloj que tenía en la muñeca izquierda —¡Apúrense, que ya casi termina el efecto de la poción!
—¿Qué poción?
Lys termino de escribir en la frente de Cormac
"Pito Chico"
Mientras Louis hacia dibujos obscenos y le ponía un bigote de tinta a McLaggen.
—La que use para ocultar el embarazo — sonrió de forma inocente —...ya vámonos.
Louis dejos de pintar el rostro del idiota para tomar la mochila y salir de forma rápida con las dos mujeres, la casa estaba casi vacía, excepto por Thania que seguía inconsciente en el final de un pasillo. Todos estaban concentrados en terminar la comida y los últimos detalles de una ceremonia que no se llevaba a cabo. Aparte que Zib y Louis habían encerrado a unos cuantos empleados en distintas habitaciones dejándolos inconscientes, y como si eso no fuera suficiente, la azabache coloco algunos pantanos portátiles en la puerta de la cocina y las distintas entradas para evitar que más gente se acercara.
Antes de salir de la casa, se quedaron viendo la decoración.
—En tu próxima boda yo te ayudo con la decoración — exclamo Zib con una mueca de asco —...necesitas un color más moderno y divertido.
—¡Yo no lo escogí! ¡Fueron Cormac, Pierre y Thania! — Lys tomo una caja que le extendía Zib— ¿Qué es esto?
—Salvajes magifuegos Weasley — sonrió abriendo un paquete—...son muy divertidos y a esto le hace falta un toque de alegría.
Lys imito la acción de la azabache, y con ayuda de la varita activaron todos los fuegos artificiales que causaban pequeñas explosiones con lo que tocaban dando un espectáculo lleno de diversos colores.
Lys soltó una risa de diversión.
—Ahora sí, mujeres, vámonos.
Louis tomo las manos de ambas para salir de ahí a paso rápido, al parecer Pierre no estaba cerca, pero aumentaron la velocidad al ver como unos empleados corrían a la gran casa por todo el ruido de los fuegos artificiales.
Lys, Zibelth y Louis se detuvieron enfrente del lujoso automóvil rojo.
—¿A caso robaron un auto?
La rubia los veía sin poder creerlo.
—¿Qué es la vida sin un poco de riesgo? — la azabache abrió la puerta del vehículo —...lo tomamos prestado, ahora entra, Louis vas atrás.
—¡A la orden, capitán!
Louis se pasó a los asientos traseros y Lys entro de lado del copiloto.
Zib se subió poniéndose el cinturón y cerrando bien las puertas.
—Ensero, Fred me había contado de los productos — Louis parecía emocionado vaciando las cosas de la mochila —...sin duda es genial ¿verdad?
—Sí, bueno, mi esposo es genial —la azabache se acomodó las gafas oscuras para encender el automóvil —, pero no es tan genial con yo.
Sin, duda Zibelth Black representaba muy bien el ego y arrogancia que tanto caracterizaba a la familia Black.
Lys sonrió al sentir el aire golpeando su rostro, por fin era libre, por fin se había librado de aquellos tres y de esa jaula de oro, tal vez no tenía sus recuerdos, pero podría empezar a hacer nuevos con las personas que enserio la querían.
Si, quizá los príncipes azules no existían, pero los caballeros con armadura en forma de amigas si eran reales.
—Por cierto, rubia — llamo la azabache sin apartar la vista de enfrente.
—¿Pasa algo?
—Feliz cumpleaños, Lyssie.
Los ojos se empañaron en lágrimas, por primera vez estaba teniendo un verdadero feliz cumpleaños
En el que recuperaba su libertad, el que tenía una amiga verdadera a su lado...en el que se daba cuenta que había gente que si la quería.
(N/T: ¡Hola! ¡Lys por fin es libre!
Sé que algunas ya sospechaban que se trataba de Zib, y que muchas deseaban que fuera George el que interrumpiera la boda y se robara a Lys, pero realmente, en lo personal ya estoy harta de que el hombre o protagonista siempre sea el héroe en toda situación por lo que decidí salir un poco del cliché.
Y, bueno, aquí en México ya es 28 de marzo por lo tanto es el cumpleaños de Lys, así que les deje un one shot en el otro libro a forma de celebración y también en mi ig (@gaste.lier) subiré algunos edits y dibujos que hicieron algunas chicas del grupo de WhatsApp por ser cumple de Lys, jaja.
Bueno, muchas gracias a todas las que leen, comentas y votan, realmente la amo porque sin ustedes este fanfic y todos los demás que tengo no sería nada.
Las amo infinito♥
Nos leemos)
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