Y todo se resume en que estoy en una nave robada a mi propio equipo, con un compañero que se supone debe estar relajándose y no metido en todo el embrollo que es mi vida y en camino a no sé dónde para buscar aunque sea una pista que me lleve a dar con el verdadero asesino de mi madre... ¡Ah! Todo es una verdadera porquería.

    Recuerdo que una vez, en un aniversario de la muerte de mi madre le pregunte a mi padre Phil "¿Qué harías si tuvieras al frente al hombre que mató a mamá?", no sé por qué lo hice, nunca hablábamos de eso, pero supongo que ese año habían pasado muchas cosas...

    Washington D.C., marzo de 2012

    -Si... bueno si lo tuviera al frente...- se quedo estático -Creo que me congelaría. Yo no me imagino una situación como esa, tenerlo frente a frente, saber que... que él lo hizo... yo no, no sería tan fuerte.

    -¿Fuerte en qué sentido?

    -En el sentido de la revancha, sí le tengo resentimiento, pero todas las cosas que le debieron haber hecho, no son el tipo de cosa que estoy dispuesto a hacerle a alguien.

    Actualidad

    Sé que las cosas que han hecho esos hombres han sido terribles, pero por una vez en la vida tan solo quisiera que ellos sintieran lo mismo, tal vez así reflexionarían un poco, pero no, eso es imposible.

    -¿En qué piensas?- me dice una voz a la que ya me he acostumbrado.

    -En nada. Sólo estoy un poco cansada.

    -Pon el piloto automático y ven a descansar.

    -No, ya casi llegamos a la primera parada.

    -Ven, no has dormido bien- pone su mano en mi hombro.

     -Bueno, sólo unos minutos- me levanto y él me dirige hasta un asiento más cómodo que el del piloto. Suspiro y tomo mis placas militares y para intentar relajarme, él se sienta a mi lado y pasa su brazo por mis hombros, me apoyo en su pecho para descansar.

    -Jamás me contaste por qué nunca te quitas esas placas y por qué siempre que estas ansiosa recurres a ellas.

    -Es una larga historia.

    -Todas lo son.

    -Empieza con mi madre.

    -Esas son las mejores...

    Oficinas Centrales de S.H.I.E.L.D., Washington D.C., septiembre de 2002

    -Pequeña, te traje un obsequio- anuncia mi madre después de arroparme en mi cama.

    -¿Qué cosa?

    -Cierra los ojos- lo hago y al abrirlos, de su mano cuelga una cadena con unas chapas de metal marcadas. En el principio no me entusiasme, no entendía lo que eran, y como si ella pudiera leer mi mente dijo -. Son placas militares, los soldados las usan para ser identificados, la tradición es que cuando un soldado muere en batalla uno de sus compañeros recupera una de las dos placas que cuelgan del collar, es como dar las condolencias. Estas eran mías, me las dieron cuando entré a S.H.I.E.L.D.

    -¿Y me las darás?

    -Bueno, yo ya no las necesito- pasa sus manos por encima de mí y me coloca las placas. Las tomo entre mis manos y las aprecio de cerca; "Gray, Amelia" es lo que decían.

    -Gracias, mamá.

    Oficinas Centrales de S.H.I.E.L.D., Washington D.C., junio de 2012

    Era el primer día en el entrenamiento de S.H.I.E.L.D., tengo que confesar que estaba un poco nerviosa así que tenía entre mis dedos las placas otra vez. Ese mismo día recibí mis primeras placas militares, aunque estaba un poco nostálgica por tener que quitarme el obsequio de mi madre, no lo quería hacer pero al final lo hice.

    Recuerdo que al terminar cada día de duro entrenamiento me quitaba las mías y me ponía las de mi madre para recordarla y las sostenía por un largo tiempo, después sonreía como tonta, hacerlo era lo mejor del mundo.

    Nuevas instalaciones de los Vengadores, Norte de Nueva York, mayo de 2016

    Peggy Carter acababa de morir, lo había descubierto porque me habían enviado un paquete con una carta en el interior, y decía así;

    "Hola, Stephany. Ha pasado tiempo desde la ultima vez que nos vimos.

    Sé que nunca hablamos pero quiero que sepas que si estas leyendo esta carta es porque ya habré muerto; sólo quería despedirme.

    Aún recuerdo cuando me informaron de tu existencia, para mí fue un poco desconcertante, algo así jamás se había visto antes. Unos días después de tu nacimiento te fui a visitar; eras hermosa y mucho, me recordaste profundamente a Steve. Y a los años siguientes por petición propia seguí siendo informada de ti, de tus avances, de todo.

    El día en que te conocí, fue una total sorpresa para mí, estaba de visita en S.H.I.E.L.D. y tú estabas trabajando ahí, pero yo no me atreví a ir hacia ti y hablarte, sólo te vi ahí, tan fuerte e imponente sobre todos los demás novatos, sonreí mucho, volviste a recordarme a mi Steve.

    Yo ya estaba muy anciana y después de ese viaje mi salud empezó a empeorar, pasaron los años y ahora estoy así, siendo una memoria en la mente de las personas que me conocieron. Adiós, Stephany, espero que en tu vida logres cumplir todas tus metas y que la felicidad te pueda seguir siempre."

    Actualidad

    -Y al terminar de leer la carta note que en el sobre venía algo más; era esta...- señalo la placa más antigua de todas.

    -Rogers, Steven- susurra lo que dice en ella.

    -No sé cómo Peggy Carter la consiguió, pero al morir decidió que yo sería quién más la apreciaría.

    -Fue un lindo gesto- me miro con esos hermosos ojos celestes grisescos y no me contuve, lo tome con tanto entusiasmo y lo bese como nunca lo había hecho -. Stephany...

    -No te he agradecido por sacarme de ese lugar y acompañarme.

    -Si mal no recuerdo, no querías que te acompañara.

    -Creo que me he retractado- ahora él me besa.

     -Convencerte fue difícil...

    Centro de Wakanda, hace seis horas

    Mi madre creía en la persistencia; decía que una gota de agua no rompe una piedra por su fuerza sino por su constancia, creo que tenía razón por eso debo seguir intentando, ella se lo merece. Steve debe entender eso.

    Al amanecer la puerta de mi habitación se abrió y lo vi entrar:

    -Lo siento por tardar pero no encontraba una caja de ese tamaño.

    -Tranquilo, mientras más tiempo Steve vea que esté quieta más creerá que me he rendido.

    -Vamos, no queremos que nadie nos sorprenda.

    En la sala principal estaba la caja y el carrito de cargas que le pedí; rápidamente me metí en la caja con todo y mi mochila, y él la cerró, después rodó el carrito hasta el elevador, luego hasta la recepción, oí como saludaba al recepcionista y este preguntaba sobre la gran caja, pregunta que respondió con una mentira, claro.

    Ya afuera me llevó hasta el lugar donde debamos nuestro quenjet y me sacó de la caja:

    -Gracias por esto. A partir de aquí sigo sola.

    -Oye no, yo voy contigo.

    -No esto es un asunto mío, lo puedo manejar sola.

    -Entiende que no te dejaré que vayas sola, ¿y si algo te pasa?, no podría vivir pensando que pude evitarlo...- no lo aguanta más y me besa -Por favor, déjame hacerlo.

    -Con un beso no lograrás convencerme. Será un camino muy duro, lleno de muchos retos y peligros, ¿cómo vas a enfrentar eso con sólo un brazo?- se quedó callado, no era mi intención ser tan dura con él pero no tenía opción -¿Enserio estás dispuesto a esto por mí, Bucky?

    -Sí- dice totalmente decidido.

    -Está bien, vámonos...

    Actualidad

    Apunto de quedarme dormida, estaba sobre su pecho escuchando los pacíficos latidos de su corazón cuando una pregunta pasó por mi mente:

    -¿Por qué me estás ayudando verdaderamente, Bucky?- pregunté aún con los ojos cerrados.

    -Porque te amo...