Mucha gente dice que no saben cuando exactamente se enamoraron hasta que ya estaban suspirando por esa persona... Patrañas, eso no es cierto, yo recuerdo perfectamente el día o los días en los que empecé a sentir cosas por Bucky.

    Siria, enero de 2017

    Una arma alimentada por los chitauri era nuestro objetivo, pero todas la misiones tienen un precio, en este caso fui yo o más bien un hueso de mi pierna izquierda; al detener a un rufián que huía caímos mal desde unos cinco metros, él cayó en mi pierna y eso fue todo, pero valió la pena después de que usé mi pistola eléctrica en él.

    -Steve, lo atrapé, pero creo que no lo voy a poder llevar- lo esposé a mí.

    -¿Por?

    -Creo que me fracturé la pierna.

    -Quedate ahí, ya vamos.

    Conseguimos que un médico del área inmvobilizara mi pierna y me diera un té de hierbas que sirviera como analgésico hasta que llegáramos a Wakanda para que los doctores me curaran. El viaje se volvió aún más largo cuando el efecto de las hierbas pasó en mí.

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    -¡¿Ocho semanas de descanso?!

    -Sí, señorita, el hueso estaba partido totalmente a la mitad.

    -¡Pero me recuperaré rápido, eso es mucho, es una estimación.

    -Stephany, hazle caso a la doctora, no podrás ir a misiones con nosotros en dos meses- me dice Steve.

    -Pero soy como... como tú... sanaré rápido.

    -Hasta que la doctora no te de el alta no te dejaré ir con nosotros. Y es la ultima palabra.

    ¡Genial! Dos meses en completo cautiverio en Wakanda. No sé como sobreviviré, jamás he estado tan quieta en toda mi vida y ellos pretenden que en ocho semanas camine lo menos posible y con muletas.

    -Okay, muletitas, tú escojes la cena de hoy, ¿qué quieres comer?- me pregunta Sam al sentarse junto a mí en el sofá, mi pie está totalmente recostado en ese.

    -No tienen que hacerlo, estoy bien- digo malhumorada.

    -Bueno creo que alguien solo quiere que la dejemos sola- se larga de mi lado.

    -La buena noticia es que no la pasarás completamente sola, Shuri dice que en unos días descongelarán a Bucky y me preocupaba que él estuviera solo cuando lo hicieran pero ahora los dos se podrán acompañar, pediré para que te permitan mudar a la clínica del palacio en donde está- lo que me faltaba, que me internarán en una clínica.

    -No creo poder, Steve- me excuso -, no creo que dejen entrar al Baby y sin mi cachorro yo no voy.

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    No puedo creer que la política de Wakanda sea "Los animales son parte de la vida, en nuestro centro hospitalario creemos que ellos son fundamentales para la recuperación", ahora tengo que estar con un pie enyesado en una clínica acompañando a un desequilibrado mental.

    Ahora debo despedirme de los chicos porque lo malditos irán a otra misión:

    -Oye, a la próxima si te llevaremos, linda.

    -Gracias Natasha.

    -Hasta pronto.

    -Igual- le doy un abrazo. -. Cuidate Sam- y ahora lo abrazo a él.

    -Tú también.

    -Saluda a Bucky de mi parte- me dice Steve.

    -Lo haré.

    -Estoy seguro que se llevarán bien- me da un abrazo.

    -Trataremos- susurro sin muchas ganas.

[●●●]

    -¿Entonces, ocho semanas?

    -No me lo recuerdes- digo fastidiada -. Sería más fácil si estuvieras aquí, Wanda.

    -Lo sé y lo siento, pero Visión y yo habíamos planeado este viaje desde hace tanto, le costo mucho salir de la custodia de Tony sin que nadie sospechara.

    -Lo entiendo, disfruta tu viaje con tu novio.

    -¡No es mi novio!

    -Okay, disfruta tu viaje con tu super buen amigo.

    -Tú deberías hacer lo mismo con Bucky.

    -¿Qué cosa, fingir que no me gusta?- la molesto un poco.

    -¡Agr! Divertirte con él.

    -Ajám...

    -Dale una oportunidad.

    -Lo haré, al menos lo intentaré. Saluda a tu no novio de mi parte.

    -Nos vemos luego- cuelga el teléfono.

    Okay, ahora solo debo presentarme en el momento en que Bucky vuelva, darle la bienvenida y a la primera que rechace mi compañía lo dejaré en paz y le diré a Steve que no nos entendimos, será fácil:

    -Llegas temprano, Stephany.

     -No me quería perder el momento, Shuri.

    -Te hubiéramos esperado de todos modos, sería bueno que al despertar viera na cara conocida y no a un motón de doctores wakandianos sobre él.

    -Ya podemos empezar- dice una enfermera.

    -Toma asiento, Steph, la magia está por comenzar.

    Al cabo de unos minutos la maquina donde él se encontraba empezó a activarse y el frío que se apreciaba por los cristales del artefacto comenzó a desaparecer, las grandes puertas de vidrio iniciaron su descenso. Cuando sus ojos grisescos se abrieron lo primero que vieron fue a mí y la piel de mi cuerpo se erizó, abrió la boca un poco como si quisiera decir algo pero se detuvo y no lo hizo...

[●●●]

    -¿Me recuerdas, Bucky?- digo una vez que los doctores lo terminaron de revisar y se encuentra procesando todo.

    -Sí. ¿Stephany, cierto?- parecía confundido.

    -Sí, me puedes llamar, Steph.

    -¿Y Steve?

    -Él y los demás están arreglando un asunto con unos traficantes de armas en Oriente Medio, ya sabes; salvando el mundo, no pudo estar aquí, lo siento.

    -Tranquila- sonríe con un poco de entusiasmo.

    -Y me pidió que te acompañara ya que yo, evidentemente, no pude ir- señalo con la vista mi pierna y las muletas.

    -Gracias.

    -Bueno ya me voy- me doy la vuelta y estaba apunto de salir cuando me interrumpe.

    -Oye cuando los doctores me autoricen... ¿puedes llevarme a conocer el lugar?

    -Seguro- doy media vuelta -, nuestras habitaciones están continuas así que solo toca la puerta- y en verdad espero que no lo haga...

    Y sí hizo, unas cuantas horas después tocó a la puerta de mi cuarto; en cuanto abrí fue recibido por Baby.

    -¡Abajo!- me obedece -Hola Bucky.

    -Hola Steph- venía con unos jeans, una camiseta azul y una chaqueta que ocultaba el hecho de que ya no tenía brazo izquierdo.

    -¿Quieres salir?- él asiente un poco tímido, tomo las muletas y suspiro. No voy a ser tan mala como para dejarlo así -¿Te importa si llevo a mi perro, estaba apunto de sacarlo a pasear?

    -No me molesta.

    Ya habíamos caminado unas cuantas cuadras en total silencio cuando él decide dar el primer paso:

    -Este lugar es muy hermoso.

    -Sí.

    -Esta vez si lo puedo apreciar con calma- sé que se refería a la criogenea.

    -¿Cómo es estar congelado?- me mira con un poco de nostalgia. Empezamos a caminar más lento.

    -Es... es como dormir... o se siente similar, duermes bien si te acuestas con buenos pensamientos, pero duermes mal si te acuestas pensando en todas las cosas malas que pasan a tu alrededor.

    -¿Te has acostado muchas veces pensando en cosas malas?

    -Más de las que puedo contar.

    -Ya no tienes que pensar en eso. Hablemos de otra cosa- lo trato de hacer sentir mejor -, de lo que quieras.

    -¿Tú puedes sobrevivir en criogenea por se hija de...?

    -Ah, eso...

    -No, perdón, no debí, se nota que es un tema muy serio entre Steve y tú- dice avergonzado.

    -No, eso ya no es tan serio, ya él y yo lo arreglamos, estamos bien, sólo espero un día recordar esas épocas y... ¿reír?

    -Me alegro, él parecía afligido cuando nos despedimos.

    -Ahora está bien, todos lo estamos de hecho.

    -Ya lo veo- Baby se frota contra su pierna para que lo acaricie -. Hasta tú estás bien, muchacho- se arrodilla y lo acaricia con su único brazo -. ¿Cómo se llama?

    -Am... Baby, lo sé, es un poco tonto, no sé en que pensaba en esos días- me arrodillo junto a él.

    -Baby es un lindo nombre, perfecto para un cachorro.

    -Vamos, te llevaré a un buen restaurante, debes estar hambriento.

    Una semana después

    A pesar de todo, no era tan malo pasar tiempo con Bucky, el chico era agradable.

    -...y compró unas salchichas con el dinero que usaríamos para volver- dijo cuando terminó de acariciar a Baby y este se alejó de la banca donde estábamos sentados.

    -¡Jajaja! ¿Y cómo volvieron?

    -En la parte de atrás de un camión que nos hizo parada.

    -¿Y conquistaste a la chica?

    -¿Tú que crees?- dice con una gran sonrisa.

    -Presumido. ¿Qué más cosas vergonzosas tienes de Steve con las que lo pueda molestar cuando vuelva?

    -Déjame ver...

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    -Lo siento por llegar tarde, me costó un poco ponerme el pantalón- señalo el yeso.

    -Descuida. ¿Cuánto tiempo más deberás usar?

    -Bueno los doctores dijeron dos meses pero estimo que con el gen del super soldado tardaré unas tres semanas más.

    -Eso es lo más increíble de tener esa cosa en tú sangre.

    -Eso y envejecer a un ritmo extremadamente lento.

    -No es tan sorprendente como creerías- me mira para luego caminar.

[●●●]

    -¡Wow!- exclama la doctora una vez que termina de revisarme.

    -¿Qué significa?- pregunta Bucky que se encuentra a mi lado ya que así se lo he pedido.

    -Que se encuentra mejor de lo que esperaba, de hecho ya podemos quitarte el yeso.

    -¡Ay, Dios!- digo con un poco de fastidio cuando la doctora saca la sierra eléctrica con la que cortará el yeso.

    -¿Tienes miedo?- me pregunta Bucky con algo de gracia en su voz.

    -Calla.

    -Tranquila, señorita Stephany, le juro que este artefacto jamás se permitirá a sí mismo hacerle daño a usted.

    Cuando encendió la máquina el sonido se retuvo en mis oídos y en ese punto realmente sentí miedo. Cuando la doctora iba a iniciar cerré los ojos con fuerza tratado de no moverme, pero de repente siento que una mano se posa sobre la mía, abro un poco mi ojo izquierdo y veo que es Bucky quien en un gesto de apoyo me ha tomado de la mano; abro los párpados completamente y le sonrió un poco.

-¡Listo!

    -¿Qué? ¿Ya, doctora?- apartó la vista rápido de sus ojos.

    -Sí, ya quedó. Ahora sólo tienes que tener cuidado para no lastimarte otra vez.

[●●●]

    -¡Ya estoy aquí, Buck!- digo esperándolo al otro lado de la puerta de su habitación.

    -¡Pasa! Salgo en un momento.

    -¿Dónde estás?- le preguntó al pasar y no verlo.

    -Me estoy afeitando en el baño.

    -¿Necesitas ayuda?- me recuesto en el marco de la puerta del baño.

    -Bueno, a mí siempre me viene bien una mano extra.

    -¡Jaja! Ven, dame eso- tomó la afeitadora y me apoyo en el lavamanos, levanto su cabeza un poco.

    -Ten cuidado.

    -¿No quieres quedar como Freddy Krueger?

    -¿Fre... qué?

    -Luego te lo enseño.

    Al terminar no le dije nada simplemente lo vi detenidamente por unos segundo sin saber en qué estaba pensando mi cerebro y cuando él se dio cuenta me miro y pregunto qué pasaba.

    -Ya quedaste- le sonrió.

    -Gracias- me devuelve la sonrisa. Ponemos un poco más de distancia entre la cercanía de nuestros rostros.

[●●●]

    -Mañana regresa Steve- le digo cuando nos acostamos en el césped de la terraza en nuestro edificio para observar las estrellas.

    -Lo sé, y luego te llevarán con ellos.

    -Sí, se terminaron nuestras vacaciones.

    -Fue bueno mientras duró.

    -Lo fue- nos quedamos en silencio y volvemos a ver al cielo -. Steve siempre se quejaba de que en Nueva York no podía ver las estrellas y ahora no se da el tiempo de detenerse y observarlas desde aquí.

    -Cuando éramos jóvenes los dos salíamos al tejado a media noche y las veíamos por horas, incluso hasta el amanecer- lo observo mientras relata -. ¿Qué, por qué me ves así?- voltea a verme.

    -Por nada.

    -¿Enserio?- se va acercando poco a poco.

    -Sí- y por fin me beso; suave, lento y cálido. Para un hombre que estuvo en cautiverio por tanto tiempo fue perfecto y para mí, para mí también lo fue...