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Capitulo 45

La mañana llegaba y con ella la partida de ambas princesas, juntas tomaron uno de las carretas comunitarias que Alinette solía tomar para ir a la academia, se bajaron antes de donde normalmente ella bajaba y allí si encontraron a su hermana mayor junto con un hombre, ambas supusieron que era aquel esposo que tanto revuelo había causado, los cuatro caminaron para llegar a donde vivía su hermana ahora, era una pequeña casa a las afueras de la ciudad, no estaba muy lejos de donde antes de ir al castillo su familia solía vivir.

La casa de su hermana era pequeña, sin embargo, estaba muy bien decorada y tenia un aspecto muy limpio.

-No les molestara compartir habitación- decía el marido de su hermana- solo tenemos un cuarto extra.

-Antes solíamos dormir juntas entonces eso no es problema- contesto Alinette sin mucho ánimo.

-Vamos arriba esos ánimos- su hermana mayor decía- las voy a llevar a un lugar que tal vez recuerden.

Dicho lo anterior dejaron sus maletas con su ropa y salieron en compañía de su hermana y su esposo. Llegaron a una pequeña casa abandonada, parecía ya muy vieja.

- ¿Esta es? - pregunto Alinette.

-Si aquí solíamos vivir.

Las tres hermanas entraron a la casa, ya hacia llena de plantas e insectos.

-Yo la recordaba más grande- rompió el silencio su hermana menor.

-Es por que estabas muy pequeña cuando nos fuimos- contesto su hermana mayor.

Alinette se sentía abrumada por aquel lugar, ¿este era el lugar que solía llamar hogar? ¿Es el lugar con el que había esta soñando? Algunos recuerdos de ellas corriendo por esos muros la inundaron, como solían jugar, reír, parecía que eso había sido hace mucho. Todos aquellos pensamientos la abrumaron así que decidió salir y sentarse en el tronco de un árbol que no estaba muy lejos, la chica sentía que iba a llorar, pero al mismo tiempo quería controlarse para no causar un desastre mágico, comenzaba a hiperventilar por lo bajo cuando su hermana mayor se le acerco.

- ¿Todo bien?

-Parece que fue hace mucho, cuando vivimos aquí.

-Si, no parece el mismo lugar.

-Pronto ya no tendré tiempo de...

-No pienses en eso ahora.

- ¿Te arrepientes? -decía mirando hacia el suelo Alinette- de haberte ido.

Se hizo un pequeño silencio entre las dos.

-No- por fin contesto su hermana- ni un momento, ese mundo no era para mí en lo absoluto.

- ¿Y para mí?

Su hermana la miro confundida.

-Cuando tú te fuiste todo se volcó hacia a mi

-Yo no sabía que te elegirían a ti

-Lose- la princesa volteo ya con pesadas lagrimas cayendo de sus ojos- sin embargo, lo hicieron.

-Ali- su hermana la veía con medio al ver su ojo brillar de un color azul.

Alinette ya sabía porque esa mirada, así que se tapo el ojo izquierdo.

-Todos me miran asi, con miedo, ya se que la magia asusta, pero es algo con lo que tengo que lidiar- hizo una pausa para limpiar sus lágrimas- tal vez por eso nos pidieron venir aquí he estado algo estresada con eso de la magia- se arremango su suéter para dejar expuestas aquellas vendas y comenzar a quitárselas- hace poco me paso esto y...

- ¿Qué es eso? - su hermana menor ya está allí también.

-Un hechizo, algo que puede que nos salve o... - la princesa había cerrado sus puños con algo de molestia y dejo caer sus brazos- no crees Sashairim ¿que si no te hubieras ido la carga hubiera sido menos para mí?

La mayor de las hermanas solo pudo abrazar a la mediana, mientras esta comenzaba a llorar.

Los días pasaban, y aquel que era el marido de su hermana mayor era considerado la persona más irritante que Alinette había conocido, sus comentarios sobre que tal vez lo que tenían en su casa no se comparaba en nada con lo de aquí, siempre soltaba ese comentario de pero aquí las cosas son así no como en el castillo, era verdad que la mayoría de su vida habían vivido en el castillo pero no era para tanto nunca fueron mimadas como los demás miembros de la realiza, era algo que ahora Alinette agradecía a su madre.

La princesa se encontraba afuera mirando hacia el cielo cuando sintió un temblor, sus hermanas salieron de la casa junto al marido de su hermana, de repente un grito de un vecino la alerto, si era correcto lo que pensaba una bestia había emergido.

-Métanse a la casa- ordeno aquel hombre.

Alinette lo miro extrañada, pero no le dio tiempo de decir nada ya que la bestia había aparecido, amenazante dirigió su mirada hacia la chica, esta sin pensarlo arrebato la espada del cinturón de aquel hombre y se lanzo al combate, era una de esas bestias que parecían caballos gigantes entonces sabia cual era el punto débil, rápidamente se abalanzo contra la criatura para en un abrir y cerrar de ojos atravesarla con la espada, esta desapareció en una especie de neblina negra la cual Alinette atrapo con su magia para convertirla en esferas de luz que flotaron hacia el cielo.

Cansada Alinette caminaba devuelta a la casa.

- ¿Qué carajos fue eso? - pregunto aquel hombre impresionado.

- ¿Que? Ahh eso era una bestia que.

-No, ¿Tú sabes combatir?

- ¿Eso es lo que te impresiono?

-Pues...

-Estas ante la tricampeona del torneo de combate que se celebra cada año en la arena del palacio no sé por qué te sorprende- interrumpió su hermana menor.

- ¿Tú eres? Pero eres una princesa.

-Si- esta vez su hermana mayor decía orgullosa- pero es hábil con la espada, fue entrenada por el capitán de la guardia real y en sus palabras ella es uno de sus mejores alumnos.

-Pero ¿cómo eso es posible?

-Nunca fue lo mío ser una princesa delicada, como mis primas, toma- le extendió la espada para que la tomara- le falta filo.

Dicho eso volvió a entrar a la casa, le había dolido su cabeza, la princesa pensó que tal vez porque no había utilizado su magia recientemente había tenido esa reacción. La noche pronto llego, sin embargo, aun que todos ya estaban dormidos, Alinette no podía conciliar el sueño, por lo que decidió salir a dar un paseo, aquel lugar era tranquilo, había unos cuantos vecinos alrededor que como su familia ya hacían durmiendo, se le ocurrió hacer algo entonces, busco una roca algo afilada y por las paredes de las casas intentando no hacer tanto ruido coloco algunos sellos de protección, sentía que asi tal vez si llegara la destrucción estarían a salvo aun que sea un poco. Al terminar los sellos se coloco en medio de todo para recitar aquel hechizo que Mephisto le había enseñado.

Aquellas marcas brillaban, al igual que el ojo de la princesa, poco a poco comenzó a moverse como la sacerdotisa le había enseñado, pero no tardo en marearse y caer en el piso, la princesa pensó, sí que era difícil hacer este tipo de cosas sin ayuda de sus maestros cuando escucho una voz.

No los vas a poder proteger a todos

Rápidamente se incorporó, miro a su alrededor y no había nadie, será mejor regresar, pensó la chica.

-Los voy a proteger a todos, aun que no lo creas- dijo en voz alta para por fin dirigirse a la casa de su hermana una vez más.

[...]

Los días se habían ido muy rápido antes de darse cuenta ya se estaba preparando para iniciar otra vez la academia, un año había pasado algo rápido pensó la princesa, aun así, sentía los estragos de la magia en su cuerpo, nunca antes había practicando tanto con la magia todos aquellos acontecimientos eran abrumadores, tal vez era por eso que Mephisto decidió darle un descanso, ahora ya no practicaba tanto como antes, solo acompañaba a los Tiberians en sus rezos y junto con la sacerdotisa practicaba su pronunciación, pero eso no detuvo a la princesa, planeaba por las noches cuando se escapa hacia el pueblo en el bosque seguir practicando aquel hechizo que ayudaría a proteger al reino, era su deber después de todo.

- ¿Lista? -preguntaba su padre que como de costumbre la acompañaba la primera parte del camino hacia la escuela.

-Si, vamos- contestaba con desánimos la princesa.

- ¿Cómo estuvo la visita a su hermana? - el rey intentaba hacer un poco de platica.

-Pues, fue raro, el esposo de Sashairim creía que eras muy inútiles y hacia comentarios...

-Comentarios ¿Sobre qué?

-Sobre todo, que si la comida, porque allí no era el castillo, que las habitaciones o el cómo hablaban, todo era raro.

-Supongo que no sabe que han sido criadas diferente a los demás de la corte.

-Pues si, aunque creo que todo el reino debe de pensar eso de nosotros.

-Sí, lo más seguro.

- ¿Tú no te sentías raro?

-Me siento más raro estando aquí rodeado de nobles.

La princesa a veces olvidaba que su padre había vivido un tiempo fuera del castillo, ya que en su juventud había escapado, ella suponía que esa rebeldía la había sacado de él, aunque su gran sentido de la responsabilidad le evitaba escaparse como tal de sus obligaciones, a veces odiaba ese sentido de la responsabilidad, pero era algo de lo que se enorgullecía, antes pensaba que gracias a eso podría ser considerado un honorable caballero, divagando en esa idea pensó ¿Qué te podría hacer honorable como rey? ¿Qué necesitas para ser considerado un buen rey?

El día paso como si nada, la noche llego y con eso su usual salida hacia el bosque, en donde intento replicar el hechizo, por alguna extraña razón se sentía un poco más fácil, sin embargo, el resultado fue el mismo, no logro terminarlo, lo único bueno era que no se rompió nada de huesos esta vez, solo se había agotado un poco.

- ¡Wow! ¿Qué estás haciendo?

-Hola Dekart.

- ¿Ese fue el hechizo que salió mal?

- ¿Me estabas espiando?

-Yo solo pasaba casualmente por aquí y te vi- se justificaba- y pensé mira es Ali vamos a saludar, así que perdón por intentar ser cortes.

-Jajaja esta bien- la chica suspiro recargándose en un árbol cercano- oye Dekart tu ¿Qué crees que aga honorable a un rey?

- ¿A un rey? ¿Por qué preguntas?

-Pues se que aun caballero lo hace honorable que, tenga estos valores que tanto se claman, ser justo, recto, puntual, capaz de dar su vida por otros- esto lo decía con un brillo en sus ojos.

-No crees que ese pensamiento es algo... ¿Intenso?

- ¿Tú no crees eso? - lo miro con incredulidad la chica.

-Bueno yo voy a ser un caballero, pero para serte sincero no me siento identificado con ninguno de esos valores, ni siquiera sé si podría dar mi vida por alguien.

- ¿Ni por alguien que amaras mucho? -cuestiono la chica.

Un silencio se hizo presente entre los dos, Dekart no se imaginaba muriendo por alguien, en realidad, el pensamiento de la muerte no era algo que acudiera a su mente muy seguido.

-No lo sé- el joven se encogió de brazos- ¿Tu?

-Sin dudarlo- respondió sin titubear- yo daría mi vida por defender a quien lo necesite.

- ¡Vaya! -exclamo con sorpresa el joven- Tu definitivamente serias mucho mejor caballero que yo, ¿Qué te parece si intercambiamos lugares? De todas formas, te pareces ya mucho a mí solo tendrías que usar tu magia para lo del físico y listo.

-No parece mala idea, así podría tomar las clases que siempre quise- decía la chica con una sonrisa.

-Y yo podría pasármela en el bosque y cantando con Gili, Albert y Gem.

-Ya te llevas bien con ellos ¿Verdad?

-Si, supongo... son muy amables y genuinamente les gustan las letras que escribo o a veces me piden mi opinión sobre alguna canción, el tiempo que no estuviste los ayude a terminar un par de canciones deberías escucharlas.

Un silencio se formo entre los dos, por un momento ambos apreciaban el paisaje del oscuro bosque, iluminado solo por la luz de la luna.

-Sabes- la chica rompió el silencio- siempre me ha gustado el himno de los caballeros.

- ¿Esa canción tan sosa?

- ¡Oye! no es sosa es... épica- decía con determinación- es como si estuvieras en el campo de batalla luchando contra un gran enemigo ohh y la letra Libertalyaaaaa resistirá con honorrr.

La chica hacia ademanes exagerados y dramáticos para compartir su entusiasmo por aquella canción, cosa que Dekart miraba divertido.

-Definitivamente serias mucho mejor caballero que yo.

- ¿Tú crees?

-Definitivamente- contesto con una sonrisa Dekart, la cual fue correspondida por Ali.

[...]

-Pasando a temas secundarios, ¿Qué se ara este año para el cumpleaños de la princesa?

- ¿Un baile como el año pasado?

-No, ¿Qué les parece si este año hacemos algo más general? - preguntaba la princesa, estaba en otra de esas juntas con los representantes- ¿Qué les parece un banquete?

- ¿Un banquete? -cuestiono la reina.

-Sí, me gustaría que por todo el reino la gente se juntara a comer y celebrar por un momento, yo puedo hacer crecer los frutos y verduras para el banquete podemos invitar a gente de todo el reino y repartir también comida a las aldeas será como un regalo de mi parte.

-Es tu cumpleaños sobrina- su tía interrumpió- ellos deberían darte algo a ti.

-A mi me parece buena idea- el representante Blerian hablo- las personas no conocen a la princesa y que además será la próxima gobernante me parece bien tal vez puedas dedicar unas palabras e invitar a todos a celebrar con todo lo otorgado.

-Si creo que sería mejor que solo realizar un baile para la nobleza- continuo la princesa- últimamente con los ataques de las bestias que han estado ocurriendo creo que nos hace falta ser más considerados con todas aquellas personas que forman parte del reino también.

La sala quedo en silencio un momento.

-Entonces un banquete se ara ¿Puedes gestionar todo lo del crecimiento de la comida verdad Alinette? - el rey por fin hablo.

-Claro que si- contestó con alegría.

-Perfecto entonces no hay mas que discutir.

Al salir de la junta, la princesa iba con una gran sonrisa, logro su cometido, ella no quería otro baile ostentoso el cual solo seria para unos cuantos, y con eso aprovecharía para hacer uno de los rituales que había estado hablando con la sacerdotisa, rápidamente la chica corrió a la biblioteca en donde estaban sus maestros de magia, que al comentarles que tuvo éxito y se realizaría el banquete sonrieron con satisfacción.

Pronto comenzaron los preparativos para el banquete que se celebraría en honor a la princesa y heredero del reino, por todos los rincones del reino se repartieron panfletos y se fue anunciado dicho evento, algunos estaban emocionados otros escépticos a que de repente frutos y verduras comenzarían a surgir, pero aun que era algo que no creían pronto serian maravillados.

El ritual de la cosecha empezaría muy temprano antes de que saliera el sol, debían tener precisión en la ejecución de aquel hechizo para que justo al primer rayo del sol el conjuro hiciera efecto en todo el reino.

Primero se preparo el lugar de aquel ritual el cual fue el jardín principal del castillo, al colocar los símbolos necesarios y agregando algunos de protección, se decoró con semillas de todo tipo de frutos y verduras que la princesa había mandado a traer.

-Sigo sin entender por qué debemos de usar tan poca ropa- replicaba la princesa ante Mephisto mientras se colocaba una especie de camisón blanco.

-Ya te dije la magia fluye mejor al contacto de piel con la tierra.

-Solo espero que nadie más nos vea, ¿Estas listo?

- ¿Tu estas lista? ¿recuerdas los pasos? ¿la letra?

-sí, si y sí.

Con eso la princesa se acerco al centro de todo, los demás Tiberians comenzaron a tocar la flauta, diversos tambores e instrumentos comenzaban a sonar.

Der Winter hielt uns lange hier,

Die Welt war uns verschneit.Das Land war still,Die Nächte lang,Der Weg zu dir so weit.Doch endlich kehrt das Leben zurück in unser Land.Du trafst mich heut' im ersten Grün und nahmst mich bei der Hand.

La princesa comenzaba a cantar y realizar movimientos que eran observados muy de cerca por la sacerdotisa, no se podía fallar en ninguno de lo contrario algo podía salir mal.

Lass uns ziehen mit dem Wind,

Denn wohin er uns bringt,Werden Zweifel zu Rauch,Weil du hier bist.

Al terminar el siguiente verso, los ojos de la princesa se iluminaron de un color azul, para que todo a su alrededor comenzara a flotar, las semillas parecían danzar al ritmo de la canción, pronto también del roció que daba la mañana agua emano para seguir aquel baile.

Lass uns gehen und wir sind,

Endlich frei wie der Wind,Wie die Vögel ziehen wir,Weit übers Meer.

La siguiente parte del baile consistía en tomar un poco de tierra de aquel jardín, la princesa cuidadosamente la tomo y comenzó a esparcirla por sus manos, luego por su cara y su cuello mientras recitaba el siguiente verso.

Im Winter noch da fragte ich wer mich im Fallen fängt.

Im Sommerwind nun fliegen wir bis an den Rand der Welt.Und wer denn auf den Wegen mit uns gemeinsam zieht,Den halten keine Fesseln, wenn der Wind im Sommer weht.

Pronto aquellas semillas comenzaban a germinar dando paso a pequeñas plantas que crecían a un ritmo veloz, todos alrededor sonrieron la parte más difícil de aquel hechizo ya había pasado.

Lass uns ziehen mit dem Wind,Denn wohin er uns bringt,Werden Zweifel zu Rauch,Weil du hier bist.Lass uns gehen und wir sindEndlich frei wie der WindWie die Vögel ziehen wirWeit übers Meer.

Todos coreaban a la canción mientras las plantas ibas poco a poco descendiendo para plantarse en la tierra y así el primer rayo del sol vislumbrar el horizonte, rápidamente todos los árboles de alrededor del castillo parecían reverdecer y algunas plantas frutales de inmediato daban sus frutos, todo era extremadamente mágico.

Pronto los primeros informes de la mañana reportaron por todo el reino que frutos y diversas plantas estaban floreciendo y dando frutos. Muchas fueron las reacciones por todo el reino, pero una cosa había sido clara aquella princesa había cumplido su cometido, aquel banquete seria celebrado entonces en su honor. Mientras su cumpleaños se acercaba mas todo el reino parecía lleno de vida, en la escuela varios compañeros se habían acercado a preguntar si era verdad que ella había logrado realizar aquella hazaña, a lo que ella con una sonrisa respondía que tuvo ayuda de los Tiberians para lograrlo y que por favor desfrutaran de toda la comida dada en esa época.

El pueblo que ella solía visitar no se quedaba a tras en la sorpresa, pudo enterarse que la madre de Eliot y Rubén estaba extremadamente feliz de tener sus tierras reverdecientes y llenas de frutos como en los viejos tiempos, todo por un momento no parecía tan malo, pensó Alinette, tal vez se podría acostumbrar a ver a la gente así de feliz.

- ¿Vas a venir el día de la celebración del cumpleaños de la princesa? -Alinette fue sacada de sus pensamientos por la voz de Sandra.

-Tienes que venir serviremos la bebida tradicional que tanto te gusta- continuo Bal

-Jaja voy a venir lo prometo, aunque sea un rato.

- ¿No parece increíble que todo haya crecido de la nada? - preguntaba Gem.

-Es magia Tiberian Gem- contesto Alinette- así suele ser en las tierras de haya.

- ¿Y por qué nunca antes habían hecho lo que este año? - preguntaba Dekart- mucha gente ha muerto de hambre y jamas se había realizado este tipo de cosas.

-Tienes razón, pero debes de entender una cosa- contesto Sandra- este ritual solo se puede hacer con un portador de magia sumamente poderoso, nadie más podría haber realizado lo que se llevó a cabo solamente...

- Schaffung- interrumpió Alinette- solamente quien es portador de la creación tiene tal destreza para realizar esta clase de hechizos.

-Si eso es verdad- continuo Bal- parece que la princesa ya tiene su magia muy bien controlada, no me sorprendería que esa época de hambruna sea solo un recuerdo en poco tiempo, eso es lo que pasa cuando saben elegir a los reyes.

-Parece que por fin este rey hizo algo bien- continuo Sandra- aun que fuera darnos un heredero digno.

-No sean tan crueles- replico Alinette que escuchaba atenta todo lo que decían.

-Pero es verdad- hablo Albert- hemos estado viajando por un tiempo y por todo el reino no hay mas que gente con hambre y desafortunada, no se ha hecho una buena gestión para nada es el cuento de siempre.

- ¿A qué te refieres? - pregunto Dekart.

-Bueno las familias nobles siempre quieren más, para ellos el estatus es todo, ya son muy contados los que en verdad se preocupan por el reino y lo sé porque... yo vengo de una de esas familias.

Todos lo miraron sorprendidos.

-Mis padres solo eran los lideres de una pequeña comarca al oeste, nunca me gusto la forma en la que dirigían al pueblo, solían pedir grandes impuestos por trabajar las tierras y nunca repartían los apoyos que el rey mandaba, al contrario, los vendían o repartían con sus colegas para favorecer a unos cuantos.

- ¿Y que paso? - pregunto Alinette sorprendida por la confesión de Albert.

-Pues... decidí marcharme, solo se que mi hermana se casó con algún noble para unificar fuerzas y ya, vagué un tiempo por la comarca y fue cuando me di cuenta de las terribles condiciones en las que todos solían vivir, después de un tiempo trabajando, decidí migrar hacia el centro del reino y en el camino fue que me encontré con un cantante incluso mas perdido que yo.

-Oye- replico Gili- debes de admitir que te cautivo mi gran voz y forma de ser.

-Sobre todo tu forma de ser- contesto en tono sarcástico.

-Pero no creen que ahora- interrumpió Alinette- ¿Pueda haber un cambio?

-será de esperar- contesto Sandra- tendremos que esperar lo mejor.

-Si...- contesto Alinette.

-Tú también tendrás que venir mañana Dekart- continuo Sandra- te encantara pasar el tiempo aquí y así podrás estar con Ali un rato- eso ultimo se lo dijo en susurro para después giñarle un ojo.

El joven se sonrojo un poco, quiso replicar que a él no le gustaba la joven sin embargo ella se encontraba viéndolo con una sonrisa esperando su respuesta.

-Está bien, si vendré.

-Entonces los espero a todos, Gem, Albert y Gili ustedes serán invitados también por lo que no tendrán que tocar nada si no quieren.

-Siempre es un placer tocar algunas canciones de eso no te preocupes Sandra- contesto Gem

-No se tendrán que preocupar, vamos a cantar algunas canciones en nuestra lengua, Ali nos ayudara ¿Verdad?

- ¿Yo? - se señaló con el dedo la joven- ¿Están seguros de que quieren que yo cante aquellos hechizos? puede explotar algo.

-Estoy segura de que no pasara nada- contesto divertida Sandra- entonces los esperamos a todos. 

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