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Capitulo 35

En las tierras Blerian un joven se preparaba para su partida a estudiar, había sido recientemente aceptado en la academia para prepararse como un caballero debido a su reciente victoria en el campeonato, mientras se encontraba en su cuarto preparando sus cosas para partir pensaba en cómo no le había costado tanto el ganar, solo fue cuestión de pensar inteligentemente, al igual que, muchos decían que la competencia no había sido muy fuerte, por alguna razón el ganador de años pasados no se presentó a la competencia.

- ¿Todo listo? - pregunto su padre.

-Si casi todo- contesto.

-Dekart eres mi mas grande orgullo, por fin alguien seguirá el legado familiar.

El padre de Dekart era un caballero que sirvió a la guardia real por muchos años y no podía con la emoción, por fin uno de sus hijos había sido aceptado en la misma academia en la que él se formó. La familia de aquel joven consistía en sus padres, su hermano mayor, el y una hermana menor, todos de descendencia Blerian por lo que la fuerza no era un problema.

- ¿Ya sabes que aras al llegar? - Su madre pregunto.

-Si, todo listo, llegare a la capital allí alguien nos esperara y nos explicara donde nos quedaremos y demás.

-Muy bien hijo, ten cuidado y cualquier cosa escríbenos- continuo su madre.

-Sabes que sí, bueno ¿Me ayudaran a sacar las cosas?

Sus padres lo ayudaron con sus maletas que solo consistían en algo de ropa y algunos cuadernos, así como lápices para sus clases, al salir su hermana que se encontraba en el patio se acerco a despedirse, no se llevaban mal, en realidad solían pasar la mayoría del tiempo juntos era común encontrarlos platicando, claro que, con los característicos modos Blerian, en esa tierra un insulto era como se saludaban así que era común para ellos llevarse bastante pesado.

-No te vayan a intimidar los demás caballeros hermanito- lo ultimo lo dijo en tono de burla- te vas a volver un estirado como todo el mundo en la capital.

-No cuentes con eso pequeño mono- contesto divertido Dekart.

-Vas a cambiar quieras o no.

Su hermano mayor había llegado, no se llevaban tan bien y solían tener peleas bastante fuertes, una de esas tantas peleas termino con un diente roto, pero no se odiaban, solo sus formas de ser chocaban bastante.

-Usaras un traje elegante y medallas- continuo su hermano- te volverás todo un Leverter.

-Eso jamás ¿cómo crees que esto- Dekart señalo sus brazos presumiendo sus músculos- se volverá en Leverter?

Ambos rieron, era una conversación bastante amena, antes de irse siguieron burlándose de como su hermano parecerá un mono cilindrero con la ropa que le aran vestir y como se tendría que comportar en el palacio y los alrededores, todos bromeaban cuando aquella carroza que lo llevaría a la capital llego, sus hermanos se despidieron de el y sus padres antes de irse le recordaron que se cuidara y que no olvidara escribirles lo más pronto posible.

El viaje empezaba, era un camino largo de toda una noche, hasta poder llegar a su destino, la carroza paso por algunos otros mas antes de encaminarse, el camino fue tranquilo e incluso converso con los demás, todos iban hacia esa academia para preparar a caballeros, Dekart debía de admitir que el ser caballero nunca fue su deseo mas fuerte, desde que era niño su padre lo entrenaba, a su hermano y a el así que era diestro en el combate y uso de la espada, pero en realidad lo apasionaban otras cosas que en su familia no eran muy bien vistas ya que un Blerian debía de ser fuerte, rudo no interesarse por el arte justo como el hacía, en fin este año por fin le hizo caso a su padre de participar en el campeonato anual y para su sorpresa había ganado, lo que trajo así una oferta para entrar a estudiar a la academia, por supuesto, su padre acepto de inmediato.

El viaje estuvo tranquilo justo al amanecer estaban llegando a la capital, donde a lo lejos ya se vislumbraba el castillo, todos quedaron sorprendidos al ver como la luz del sol atravesaba los cristales de aquella construcción reflejando una luz de diversos colores haciendo aún más mágico el ambiente, Dekart recordó que aquí era donde la dichosa heredera al trono de la que todos hablaban últimamente vivía, ella era portadora de una clase de poder mágico, por un momento se pregunto si era verdad que la magia en esta tierra seguía existiendo, en realidad es algo que no se ve mucho y menos en tierras Blerian.

Al llegar a la capital se dirigieron hacia el castillo, allí los esperaba un caballero el cual les explico que sus dormitorios están dentro de aquella edificación justo saliendo por la arena de combate, eso lo sorprendió, al parecer se quedaría mas cerca del castillo de lo que esperaba, aquel hombre les pidió que lo siguieran, entraron al castillo por la entrada principal en donde se observaba el gran salón, Dekart quedo maravillado por la arquitectura del lugar, casi no estaba prestando atención a lo que el hombre les explicaba, era la primera vez que veía aquel lugar y vaya que era magnifico, siguieron avanzando, el caballero les explicaba que tenían prohibido subir al segundo y tercer piso ya que allí era donde los nobles y realeza se encontraban la mayoría del tiempo en juntas y demás asuntos, solo subirían cuando les tocara el turno de custodiar esos lugares, más adelante les explicaría la dinámica.

Dekart volteo a las escaleras que subían y vio como una joven de cabello negro caminaba rodeada de demás jóvenes que para su sorpresa lucían un largo cabello plateado, definitivamente ya no me encuentro en casa, pensó.

Llegaron a los dormitorios era una cabaña bastante grande de varios pisos, al entrar la madera adornaba cada rincón del lugar, las paredes eran decoradas con armaduras, banderas, cuadros y repisas que sostenían trofeos, el hombre les explico que los de primer año dormían en la planta baja mientras que los de grados mas avanzados en la siguiente planta, los guió hasta su dormitorio y les entrego los horarios que deben seguir el resto del año, también, les pidió que fueran lo mas puntual posible ya que mañana las clases iniciaban y los recogería para ir hacia la academia para su primer día.

Después de explicar eso, el caballero se retiro dejándolos solos en el cuarto, había unas cuantas literas que tenían un letrero con el nombre de cada uno en su respectiva cama, vaya que eran organizados, Dekart opto por empezar a acomodar sus cosas en su respectivo lugar, iba a ser sin duda una interesante experiencia esta de ser un caballero.

[...]

Su primer día paso volando, ya conocía la ubicación de la academia así que no hubo mucho problema en regresar, tenia un pequeño dolor de cabeza presente mientras caminaba de regreso, entre tantas clases, conocer formas de evaluar de distintos maestros, parece que no solo necesitas de fuerza para llegar a hacer un caballero. Aun que sin dudarlo era interesante todo lo que tenia por aprender y claro lo que la capital le tenia que ofrecer, se dio cuenta que para llegar al castillo había un pequeño pueblo y un frondoso bosque, noto que aquí la gente no gritaba ni solía pelear en cada esquina, si no que, la gente pasaba sin más, algunos a veces se saludaban, pero eso es todo.

Decidió descansar un poco antes de llegar al castillo, se sentó en la orilla de una fuente que parecía estar seca.

-Hasta las fuentes aquí son aburridas- dijo en voz alta.

El joven observo la escena, cuando una melodía distrajo sus pensamientos, cruzando justo alado de una taberna empezaban a tocar una canción, el grupo se conformaba de 3 jóvenes, eran interesantes de ver y no se diga de escuchar la flauta inundaba el ambiente haciéndolo casi...

-Mágico- susurro.

Sin duda ya no se encontraba en su hogar, con ese pensamiento en mente saco de su mochila un cuaderno especial que el tenia, nuca dejaba que nadie lo viera, allí escribía sus mas profundos pensamientos, letras que Dekart pensaba podrían ser canciones algún día, ese cuaderno solo lo sacaba cuando sentía esa inspiración de escribir y claro que nadie estuviera cerca para verlo, no se podía permitir que nadie viera ese cuaderno nunca, era por eso que siempre solía cargarlo consigo. Aquellos jóvenes trovadores inspiraron con esa melodía unos cuantos versos que tal vez nunca saldrían a la luz, pero a él le reconfortaba simplemente tenerlos para él y solo para él.

Al regresar al castillo para su sorpresa le informaron que este fin de semana le tocaba guardia, así que le explicaron que se le asignaría un puesto de vigilancia dentro del castillo, donde solo tenia que vigilar que todo estuviera en orden y que no hubiera ningún peligro para la familia real o cualquiera que habitara el lugar, la noticia no lo emociono para nada ya que debía de estar en vela toda la noche. Sin más la semana había pasado y su guardia había comenzado junto con otros caballeros de grados superiores estos platicaban y le daban consejos al de nuevo ingreso.

-Solo intenta no dormirte- decía uno.

-Pero si tienes demasiado sueño solo dinos y podemos tomar turnos para cubrir tu lugar mientras duermes un poco.

-Gracias lo tomare en cuenta- contesto de manera seria.

-¿Tu no hablas mucho verdad?

-Simplemente estoy cansado, la clase de la señorita Mig es agotadora.

-Claro esa loca con la teoría del combate, solo te recomiendo estudia muy bien para su examen.

-Casi todo lo que dice en clase estará por seguro en el examen.

-Lo tomare en cuenta.

-Oh y oye Dekart te toca estar en el área de la escalera cerca de la biblioteca en el segundo piso ¿no es así?

-Si.

-No te vayas a asustar - dijo el joven en tono de burla.

-jajaj tal vez con eso no te vayas a dormir- se burló el segundo joven.

-No los entiendo.

-Nada, nada, solo que la princesa a veces camina dormida.

-La semana pasada casi mata del susto a uno de nuestros compañeros cuando la vio, y al acercarse a preguntarle si tenia algo observo que estaba dormida y sin mas entro a la biblioteca.

-Vaya, pero ¿entonces no hago nada?

-No, solo déjala, mientras no salga por la puerta principal o una ventana todo está bien.

-Nuestro compañero dijo que poco después regreso a su habitación, tal vez seguía dormida.

-Bueno Dekart aquí es donde debes permanecer, recuerda si sientes mucho sueño avísanos estaremos cerca de aquí.

-Y si ves a la princesa no te asustes.

-Claro...

A Dekart le comenzaron a fastidiar un poco esos comentarios de sus compañeros, pero supongo que solo querían ayudar, poco a poco la luz del día se desvaneció y la oscuridad se hacia presente, poco antes de que todo quedara bajo la oscuridad unas esferas de luces cubrieron el lugar iluminando todo en una luz amarilla.

-Wow- dijo.

Eso lo había sorprendido ¿Eso era magia? Sin suda este lugar tenia sus sorpresas. La noche transcurrió tranquila, no había señal de la princesa que caminaba dormida, solo noto que a la biblioteca entraban dos personas de cabellos plateados, el primero un hombre y de segundo una mujer de avanzada edad que también llamaba la atención por tener unas largas trenzas plateadas. 

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