Todo había pasado muy rápido, el futuro heredero al trono no era un tema que le preocupara a Alinette hasta ese momento, no se esperaba que se le mencionara a ella, la princesa ya hacía en aquella biblioteca encerrada conmocionada por todo lo que acababa de pasar. Miro hacia alrededor, todo estaba tan calmado no parecía que su vida estuviera a punto de cambiar, aquel lugar era uno de sus favoritos, ya que no mucha gente iba a la biblioteca del castillo.

Era un lugar grande que al entrar por la puerta, del lado derecho se encontraban estantes llenos de libros, desde la historia del país, tratados y papeles archivados de anteriores reinos, por otro lado, el lado izquierdo tenía unas escaleras de caracol que conducían a un balcón en donde se encontraban mesas para leer junto con lámparas, todo bien distribuido dentro de aquel espacio.

Por la mente de la princesa pasaban mil ideas, lo que le provocaba más y más nauseas, llego incluso a pensar que era una broma, como alguien como ella sin los estudios necesarios podría dirigir a todo un reino, poco a poco de deslizo por la puerta quedando sentada enfrente de ella, intento respirar profundo para terminar con las náuseas que tenía, sin embargo, la molestia persistía. Se quedó allí durante un tiempo no supo exactamente cuánto, poco a poco decidió levantarse y tomar la manija de la puerta, un escalofrió la envolvió, salió por la puerta mientras se abrazaba así misma frotando sus manos para darse algo de calor, comenzó a caminar lentamente por los pasillos, poco a poco se encontró a gente que la miraba de forma seria, ella no hacía más que intentar no mirarlos fijamente y seguir caminando, cuando se encontró a Mephisto.

-Te están esperando en la sala de juntas- dijo en tono serio.

La princesa solo lo veía, parecía que con la mirada le rogaba por ayuda, sin embargo, el solo se limitó a extender una mano hacia el camino y realizar una pequeña reverencia.

-Pase usted su majestad-

Aquellas palabras congelaron a Alinette por un momento, Mephisto nunca le había hablado de esa manera, ella simplemente se limitó a inhalar y exhalar para después comenzar a avanzar hacia la sala de juntas. Al llegar le abrieron la puerta unos caballeros, justo allí pensó ella solo quería ser un caballero, alguien que pudiera proteger a todos los demás, con ese pensamiento entro por la puerta al hacerlo volteo para ver como aquellos hombres cerraban la puerta detrás de ella y Mephisto.

Al estar en aquella sala su mamá y los demás representantes la inundaron con palabras, sobre ¿dónde estaba? ¿por qué no salió a saludar a la gente cuando se le anuncio? ¿que por qué tenía la cara quemada? tantas preguntas a abrumaron a la princesa que sin saber que contestar se le llenaron los ojos de lágrimas. Al ver a la princesa al borde del llanto el representante Blerian decidió acercarse y apartar a todos los que ya casi estaban encima de ella y le coloco la mano en el hombro.

-Sé que debes de estar confundida ya que tu familia te ha tenido al margen de la política, a ti y a tu hermana menor- dijo con un tono de voz cálido- pero tienes que saber que esta decisión no se tomó a la ligera, se estuvo discutiendo por días, no se te informo antes debido al tiempo, pero todos llegamos a la conclusión que tú eras la mejor opción.

La princesa lo miro y después bajo la vista.

-yo... – aclaro su garganta – yo no sé nada sobre gobernar un reino- dijo casi como un susurro.

-De eso nos encargaremos nosotros.

Una mujer rubia hablo, aquella mujer era la líder de la mayor parte de los leverter y sin duda el mayor ejemplo de cómo debía de lucir una gobernante para ese tipo de gente.

-En este tiempo vacacional se te entrenara en todo lo que necesites saber para presentar el examen de admisión a la academia de gobernantes.

-Pero...– la princesa estaba sorprendida al escuchar lo que la rubia había dicho.

Fue interrumpida por una de sus tías que se encontraba allí.

-Tendrás que entrar a una de las mejores academias, el rey no puede solo salir de la que sea, debe ser la mejor, así demostraras que eres la indicada y por lo que dijo tu madre parece que eres buena en los estudios.

La princesa se quedó inmóvil, en verdad la harían ir a una academia diferente, e intentar entrar a una de las mejores, ¿qué era lo que estaba pasando en esa sala? Ella dio un paso hacia atrás mientras los demás miembros seguían hablando y discutiendo su futuro como si ella solo fuera una herramienta.

El líder Blerian le tomo el hombro de nuevo y la miro e intento dar su sonrisa más dulce, aquellos Blerians eran tachados de salvajes, erráticos y que usaban la fuerza para todo, aun así, aquel señor era el único que estaba siendo sensato en esa situación.

-Sé que no es lo que tu querías, pero tienes que hacer este sacrificio por un bien mayor, hay mucha gente que te necesita.

- ¿Me necesita? Ni siquiera conozco a nadie fuera del castillo- replico la princesa al borde de las lágrimas- toda mi vida he entrenado para ser un caballero y ahora ¿les parece adecuado que yo sea el rey?

-Mira eres mitad Blerian, mitad Leverter y posees el poder de la creación, eres nuestro reino junto en una persona- la mira a los ojos- no hay nadie más capaz y mejor para este trabajo, tu misma sabes como suelen tratar a los Blerian aquí.

Mientras ellos hablaban los demás seguían en su plática, parecía que en verdad no les importaba aquella princesa y el representante con el que estaba.

-Míralos arrogantes y llenos de poder, ¿te imaginas que pasaría si uno de ellos llegara a gobernar todo el reino? - dijo en tono serio- es por eso que si ellos no lo hacen yo te ruego que aceptes esto, por todos los Blerian haya fuera.

La princesa lo miro sorprendida, en verdad nunca había pensado que representara tanto solo con existir, como lo decía aquel representante era como si fuera el elegido, mas ella sabía que no era ningún elegido, no sabía nada sobre el reino solo las leyendas que se contaban, no tenía idea de cómo gobernar o lo que se debía hacer en un puesto de gobierno y odiaba las etiquetas sobre todo las formalidades, no había peor candidato que ella y creía saber que eso también lo pensaban los demás representantes.

Sin embargo, aquel señor vio algo en ella, aunque solo fuera el aspecto de que era un híbrido raro con magia, al pensar lo anterior soltó una pequeña risa.

-Siempre puedes tener de pasatiempo el entrenar, un rey debe saber combatir- dijo aquel hombre.

-No, si algo he aprendido viviendo aquí- dijo en tono serio y viendo hacia los demás representantes hablar- es que un rey nunca tiene tiempo para hacer nada que le guste.

Pronto se organizó todo el plan para la princesa, de lunes a viernes estudiaría para el examen con ayuda de tutores Leverter, proporcionados por la rubia, sábados y domingo tendrá que acompañar al representante Blerian para conocer los lugares alrededor del reino que necesitan ayuda y crear más empatía en la princesa y entre semana después del estudio empezaría a entrenar su magia con Mephisto. También la rubia se molestó en darle una rutina de ejercicio y dieta para su apariencia física, otros representantes también aportaron actividades a su horario como, clases de habla, posturas, escritura y demás actividades que cada uno considero necesaria.

Al final de la junta la princesa quedo atónita por todo lo que tendría que hacer durante un mes, aunque era la princesa nunca había tenido que hacer nada de esas cosas jamás, miro un momento a su madre, ¿Por qué permitiste esto? pensó, mientras la junta seguía ella se quedó mirando al suelo pensando en ¿cómo había sido que su vida cambio tanto en tan poco tiempo?