Hace tiempo nació un ser inusual entre las hadas. Fue aborrecida, totalmente rechazada por los suyos. No le quedó de otra más que enfrentarse al mundo más allá de ese vasto bosque.

Aquella niña de aura desesperanzadora arrastraba los pies y mantenía la mirada baja, ajena a las vidas que se desarrollaban a su alrededor. Sus ojos estaban vacíos, carecían de las emociones necesarias para brillar.

Su presencia les daba inseguridad a los pueblerinos, tanta que se vieron forzados a expulsar a aquella pequeña de su pueblo. Así fue en cualquier lugar que visitaba hasta que no le quedó de otra más que vivir en el exterior con la naturaleza, como se supone ella creía que debía ser. Sin embargo, pese a descubrir lo necesario para sobrevivir, pese a la compañía de otros seres vivos, ella no era feliz. Aún desconocía a lo que otros llamaban emociones.

Con el tiempo cierto rumor de que había un ser de la muerte que rondaba por los bosques no tardó en circular por todas las aldeas cercanas, y con ello a los otros cuatro clanes en existencia. Cazadores afirmaban haber visto a un ente de pequeña estatura, pero presencia aterradora matar sin mucho esfuerzo mágico a todo aquel ser vivo que tenía la mala suerte de tocar su magia. Ese rumor no tardó en llegar a los oídos de la llena de ambición y curiosidad de cierta maga.

Aquella niña fue descubierta y al final acogida por aquella maga que aparentaba querer cuidarla desinteresadamente. Ella nunca aprendió a distinguir las verdaderas intenciones de los demás; lo descubrió cuando ella le hizo pasar el peor infierno que nunca esperó pasar para finalmente convertirse en el resultado tan esperado de la maga. Desde entonces solo era una simple rata de laboratorio y a la vez un arma viva capaz de realizar todos los fines que la maga ordenara. Así de miserable se había convertido la vida de aquella niña que se convirtió en una mujer sin libertad.

Desde entonces soy un cascarón vacío, carecía de emociones. Lo único que había aprendido a sentir con aquella mezquina mujer fue el dolor y la ilusión; había algo más que picaba en mi pecho y que ardía cada vez que veía a esa mujer, creo que era lo que los demás llaman odio.

A base de tortura ella me convirtió en su conejillo de indias totalmente sumiso a ella, incapaz de desobedecer alguna de sus órdenes. Tenía un amarre sobre mí.

Pensé que jamás sentiría lo que todo mundo conoce como libertad, aquella simple palabra que significaba todo para la felicidad humana. Pensé que jamás la alcanzaría.

Esa mujer me había dañado tanto que no sabía cómo querer la libertad, como desearla a cuesta de todo...

Pero... Sin advertencias, no imaginé que aquel chico que cayó del cielo de una forma tan despreocupada iba a significar algo para mí, algo que nunca imaginé sentir.

No lograba comprenderlo, él era todo un enigma para mí hasta que por su propia voluntad decidió tenderme la mano y mostrarme todo ese mundo lleno de vida que yo desconocía. Era simplemente mágico. No sabía que lo desconocido podría ser tan... Hermoso.

Aprendí tanto que llegué a apreciar las pequeñas cosas de la vida.

Y por primera vez en mi miserable vida, deseaba que todo eso perdurara para siempre. Que él siguiera sujetando mi mano a sabiendas de mi poco conocimiento a las emociones y sentimientos.

Pero...

La ambición de aquella mujer destruyó todo en un instante.

Sin embargo... En ese momento pude comprender porque él hacía esas expresiones al verme, porque yo lo hacía inconscientemente. La razón era tan especial que me abrumaba... Pero me emocionaba decir que me hacía feliz.

Y al final pude alcanzar esa ansiada libertad.

¡Hola gente linda!

He llegado con otro fanfic, bastante sorprendente al tener uno en proceso :')

Fanfic está hecho con amor hacia el querido Meliodas, aún con muchos más a la espera.

Espero vayan a disfrutar de la lectura, disfruten cada palabra :3

Sin más que agregar, nos leemos en el primer capítulo!

Se cuidan!

Bye bye!
(◍•ᴗ•◍)