GouFubu III
—¡Aiden!— Axel se despertó de golpe tras escuchar el grito proveniente de su acompañante, se sentó lo más rápido que pudo en la cama y encendió la luz de la lamparilla para ver a su novio, quien agarraba con fuerza las sábanas de la cama y respiraba con dificultad, mostrando unos luceros asustados.
Axel cerró los ojos con fuerza y los volvió a abrir, pretendiendo acostumbrarse a la luz, echando un rápido vistazo al reloj, que dictaba las tres y veinte de la madrugada.
—¿Has vuelto a soñar con él, Shawn?— preguntó contrariado, hacía años desde el partido contra Génsesis, donde el peliplata había sufrido por última vez el recuerdo de su difunto hermano, pero en los últimos meses había tenido algún sueño referente al chico.
Shawn no contestó a su pregunta y se echó a llorar y temblar en silencio, hubo unos segundos donde ni el más mínimo de los murmullos se hacía presente en la habitación, hasta que el defensa rompió el mutismo.
—P-por favor, n-no me dejes solo— suplicó sin poder girarse a mirar a Axel.
—No lo haré, no lo volveré a hacer —se corrigió—, estoy aquí, contigo— contestó con su típica y habitual voz calmada, poniendo su mano por encima de la del nacido en Hokaido y acariciándola con suavidad usando su pulgar.
Shawn se mantuvo temblando un instante mientras intentaba regular su respiración y cesar las lágrimas que caían.
—No lo entiendo... creí que ya lo había superado... pero sigue ahí
—Nunca se supera la muerte de un ser querido, yo todavía no lo he hecho —rió con melancolía—, pero no puedes dejar que te domine, no eres Aiden, nadie en el equipo quiere que seas Aiden, todos te quieren siendo Shawn Froste, yo te amo siendo Shawn—. Contestó abrazando a Shawn y apegándolo a su cuerpo con mimo.
—¿Y no me amarías más si fuera como Aiden?—cuestionó asustado de saber la respuesta.
Axel río, profundizó el abrazo y apoyo su cabeza en la del peliplata con suavidad.
—Yo te amo por quien eres, por lo dulce y amable que eres, por tu valentía, tus virtudes y defectos, no por quien pudiste haber sido hace tantos años, te amo por ser Shawn, no Aiden, Shawn y solo Shawn—. Tras decir esto último, Axel besó la sien del más bajo, que poco a poco estaba dejando de temblar.
El silencio volvió a reinar en la habitación, la respiración de Shawn se normalizaba progresivamente y el temblor había desaparecido, el pelicrema apreció con serenidad como su novio destensaba el agarre de las sabanas y empezaba a relajarse más.
—¿Te sientes mejor?
—Eso creo...
El delantero de fuego pensó por unos segundos, sonrió y promulgó unas palabras que desconectaron a su acompañante.
—Cumpliremos lo que dijo tu padre.
—¿Eh?
—Seremos perfectos juntos, tú serás el defensa, y yo el delantero, tal y como con Aiden.
Shawn sonrió de vuelta y se abrazó al pecho de Axel.
—Seremos perfectos junto al resto del equipo como me dijiste aquella vez... me gusta más esa idea— sonrió con nostalgia.
—Pues que así sea.
—Te amo, Axel.
—Y yo a ti, Shawn.
Tras esto, ambos se tumbaron de nuevo en la cama y el pelicrema apagó la luz, cayendo dormidos en pocos minutos, sin dejar de estar abrazados en todo momento.
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